30/05/2023 MÉXICO

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A pocos días de iniciar este nuevo año, la región latinoamericana explotó en un conjunto de crisis políticas, si bien estas se venían gestando hace al menos un mes, todas ellas convergieron en esta semana en revueltas sociales y preocupaciones en las dirigencias.

En ese orden de ideas, la estabilidad de las estructuras políticas en varios de estos Estados, no solamente en aquellos que atraviesan crisis sociopolíticas en este momento, evidencian la falta de unidad y cohesión dentro de los partidos que componen la escena de cada país, al mismo tiempo que surgen nuevas alternativas con posturas extremistas que captan la atención de los sectores insatisfechos.

En este artículo se propone una breve presentación de los hechos ocurridos y finalmente una reflexión sobre los mismos:

BRASIL: El primero de enero de 2023 asume Lula da Silva como Presidente de la Nación por elección popular, a diez días de la ceremonia un grupo organizado de más de mil personas identificadas como bolsonaristas atacaron las sede de los poderes del Estado  – Congreso Nacional, el Palacio Presidencial y la Corte Suprema de Justicia –. El actual mandatario calificó el hecho como un intento de golpe de Estado llevado a cabo por la derecha reaccionaria a las que llamó fascistas. El suceso deliberó en la intervención de fuerzas militares para despejar los campamentos y las instituciones, aunque se mantiene la incertidumbre sobre la posible participación de los organismos de seguridad en la embestida, considerando la afinidad de estas con el partido saliente y por algunas pruebas que están siendo investigadas.

PERÚ: Con un historial de crisis institucionales y presidencias removidas en un periodo de seis años, este país vuelve a sufrir las consecuencias de la fragilidad de sus instituciones políticas, apartando la responsabilidad del gobierno sobre el bienestar social y exponiendo a sus ciudadanos a niveles de alta inseguridad.  Durante el mes de diciembre del 2022, el Congreso tenía previsto hacer el cuarto pedido de vacancia contra el entonces presidente Pedro Castillo acusado por la oposición de “incapacidad moral permanente”. Sin embargo, antes de que esto ocurriera, el mandatario anunció de manera temporal el cierre del Congreso y la instalación de un gobierno de emergencia, además la convocatoria a un nuevo Congreso con facultades constituyentes y la reorganización del sistema de justicia. Este combo de noticias sorpresas fueron duramente criticadas por la ultraderecha y tampoco fueron bien recibidas ni respaldadas por las instituciones estatales. Esta decisión fue denominada como un “autogolpe” y como contramedida, el Congreso declaró la destitución de Castillo y la asunción de la Vicepresidenta Dina Boluarte. Desde entonces, el conflicto se desató en la calles mediante movilizaciones ciudadanas, reflejando la insatisfacción con las medidas tomadas por el Congreso y una fuerte represión como respuesta del gobierno de Boluarte. En estos días, trascendió el preocupante número de fallecidos por heridas, más de 40 participantes fueron velados en los últimos días.

Corte Superior de Justicia de Lima- Imagen Flickr

BOLIVIA: Resuena el pedido por la Democracia y el Estado de Derecho. Desde el 28 de Diciembre el gobernador de Santa Cruz, Luis Camacho permanece detenido acusado de formar parte del Golpe de Estado a Evo Morales en el año 2019. Semanas después , las movilizaciones se han extendido por varios puntos del país, reclamando la libertad del gobernador y otros presos políticos, así como el respeto por la democracia. En efecto, han salido grupos afines al oficialismo a reclamar su posición, de esta parte piden años de cárcel para el gobernador. Por el momento, Camacho llama la lucha nacional contra la “dictadura”, el oficialismo se plantea la posibilidad de nuevas elecciones en Santa Cruz y la UE advierte no llevar adelante acciones que generen un ambiente de mayor violencia social.

CHILE: El 30 de Diciembre, el presidente Boric anunció el indulto para 13 reclusos, lo cual desató una crisis institucional y una serie de reclamos al gobierno. Al comienzo, la oposición no denuncia inconstitucionalidad, pero sí exige investigar para esclarecer los hechos, ya que no se han expuesto motivos de indulto, lo cual juzgan de irresponsable cuando el país atraviesa una “crisis de inseguridad”. Tras la polémica, la Ministra de Justicia – Marcela Ríos- y el Jefe de Gabinete – Matías Meza-Lopehandía- presentaron su renuncia. También ha habido choques en la Corte Suprema y el Senado por rechazar los funcionarios propuestos por el Presidente para cubrir los cargos de Fiscal y el reemplazo de la Ministra saliente.

Gabriel Boric, presidente de Chile- Imagen Flickr

REFLEXIÓN

Lo que vemos aquí no es más que un reflejo de lo que viene sucediendo en Latinoamérica hace años, Enero nos golpea para mantenernos alerta para lo que nos depara este 2023. En menos de dos semanas, nos recuerda que aún mantenemos una deuda como sociedad: la crisis de las democracias contemporáneas. En los últimos años,  presenciamos el desgaste político  junto a la emergencia de nuevos actores no partidarios en la escena y el ascenso de la ultraderecha, ambos como respuesta a la incapacidad de los gobiernos para encauzar las demandas sociales como los niveles de inseguridad criminal, que amenaza el equilibrio interno.

Y si bien, aquí repasamos sobre la situación más actual de 4 países, debemos tener presente que durante el año anterior también presenciamos conflictos políticos en otros países como el caso de Argentina. Los delitos por corrupción, presentes en el aparato estatal, la asimetría que caracteriza a los procesos electorales, sumado a las crisis interna que afecta a los partidos políticos, no logran más que exponer ante los ojos del electorado la fragilidad de nuestras instituciones democráticas.

Por último, también habrá que plantearse el rol y la eficacia de las movilizaciones sociales, que sí décadas atrás supieron copar la escena como actores que venían a reclamar por justicia y representación por parte de sus gobernantes, actualmente es difícil discernir hacia donde se orientan. Este tema es tan extenso que exige otro artículo para ser tratado en profundidad, pero a grandes rasgos lo que se quiere decir es que los años atravesados por crisis políticas y económicas nos han plantado ante una escena actual de tal fragmentación social – entiéndase respecto a ideologías y posturas políticas – que ante el surgimiento de algún conflicto, tanto la opinión pública como las movilizaciones salen a pedir “soluciones” desde su propia realidad y perspectiva moral, y consecuentemente se vuelve cada vez más difícil llegar a un consenso social y tomar decisiones que no alteren a algún sector, que en el peor de los casos, se revelan con extrema violencia.

 

 


Bárbara Ojeda25/07/2022
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La violencia simbólica es un tipo de violencia de género que se encuentra arraigada en nuestra sociedad hasta tal punto que la normalizamos llegando, incluso, a ser invisibilizada. La misma funciona como mecanismo de control social que, a través de los usos y las costumbres, reproduce desigualdades de género.

Fuente: Observatorio Nacional de la Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar

¿Qué entendemos por violencia simbólica?

La violencia simbólica puede ser entendida como aquella que, mediante patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmite y reproduce desigualdad, dominación y discriminación en las formas de relacionarnos con otros, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad. De esta manera, la violencia simbólica se manifiesta en diversos aspectos de la vida cotidiana, como en el menosprecio moral, el control económico, el control de la sociabilidad, la descalificación intelectual y la descalificación profesional.

A su vez, la violencia simbólica reproduce estereotipos de género que profundizan las desigualdades existentes entre los hombres y las mujeres. Los estereotipos son todas aquellas representaciones que le asignan características y roles específicos a hombres y mujeres solo por su género. Estas suelen ser generalizaciones e ideas simplificadas que contribuyen a reproducir el discurso patriarcal.

El rol del lenguaje en la violencia simbólica

El lenguaje cumple un rol central en la transmisión de la violencia de género, ya que la misma se reproduce a través de discursos, normas y creencias. Así, la violencia simbólica logra imponerse mediante el lenguaje que, persuadiendo y ordenando, genera conductas que resultan discriminatorias, prejuiciosas y generadoras de estereotipos.

Siguiendo con lo expuesto en el párrafo anterior, este tipo de violencia se interioriza en los mensajes que recibimos diariamente y pasan a ser aceptados socialmente. Un espacio central en el que se reproducen estos discursos es la familia. Esto se debe a que ella es el primer lugar de socialización de los niños y niñas, donde aprenden como deben comportarse e incorporan sus primeros hábitos.

Un ejemplo de este tipo de violencia se puede ver claramente en la división de tareas hacia el interior de los hogares. Si bien hoy en día el feminismo ha avanzado en derribar los estereotipos de género, durante mucho tiempo se creía –e incluso algunos lo siguen creyendo- que solamente las mujeres debían ser las encargadas de las tareas domésticas, de cuidar a los niños y a los adultos mayores.

Otro ejemplo lo podemos encontrar en el mundo de la política, donde muchas mujeres suelen definirse primero como madres, y luego en función de su cargo público; mientras que, por otro lado, es muy difícil encontrar hombres que se definan primero como “padres” y, en segundo lugar, en función de su cargo público.

Los medios de comunicación e información como espacios de reproducción de la violencia simbólica

Los medios de comunicación son uno de los principales espacios donde se transmiten discursos que refuerzan las desigualdades y los estereotipos de género. Esto suele suceder por medio del contenido de noticias, programas de ficción o de entretenimiento. Además, al ser espacios que llegan a gran cantidad de personas, contribuyen a una diseminación masiva y a un fuerte arraigo en la sociedad de este tipo de violencia.

Según un estudio realizado por CONCORTV en 2013, para los/as peruanos/as, la televisión es el medio de comunicación más sensacionalista, mostrando a las personas adultas mayores (49%), niños y niñas (57%), y a la mujer (58%) de forma negativa.

Para agregar, la publicidad es uno de los principales espacios en donde se reproducen estereotipos de cómo deben verse las mujeres, cómo deben actuar y que roles tienen que ocupar. Uno de los efectos más negativos que tiene la publicidad para con las mujeres está relacionada con la imagen que ellas mismas tienen sobre su cuerpo. La publicidad suele mostrar un ideal de belleza femenina y cuerpos inalcanzables, dando lugar a parámetros que son imposibles de alcanzar, pero que generan una mirada sancionatoria hacia aquellas mujeres que no cumplen con los estándares de belleza impuestos.

Fuente: Observatorio Nacional de la Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar

Sin embargo, se debe reconocer que actualmente se ha logrado un gran avance en el ámbito de la publicidad para no caer en la reproducción de los estereotipos de género. Como menciona Daniela Salgado, muchas marcas, como DOVE y Flores, han realizado publicidades donde muestran cuerpos muy distintos, enfatizando el valor de la diversidad.

La violencia simbólica en los países latinoamericanos

La gran mayoría de los estados latinoamericanos no reconoce la violencia simbólica como una problemática con fuertes consecuencias tanto para los hombres como para las mujeres. Esto es así debido a que, en gran medida, los países latinoamericanos no contabilizan los casos de violencia simbólica, ni tampoco hay una concientización y prevención sobre la misma.

La violencia simbólica suele estar muy naturalizada en los discursos y mensajes que circulan en la sociedad, por lo que es muy difícil reconocerla. De los países latinoamericanos, Argentina es el único que reconoce la violencia simbólica y tiene un registro de las denuncias que se realizan por este tipo de violencia. A su vez, Argentina ofrece planes nacionales, acompañamiento y lleva a cabo relevamientos con el objetivo de prevenir la violencia simbólica.

En cuanto al resto de los países latinoamericanos, siguiendo la clasificación realizada por María Fernanda Romain, nos encontramos con países que tipifican la violencia simbólica como un tipo de violencia contra la mujer, pero sin relevamientos al respecto (Bolivia, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Uruguay y Venezuela); aquellos que no la tipifican de ningún modo, pero que la regulan por medio de normativas en torno a la producción de contenidos audiovisuales y publicitarios (Perú, Colombia, Chile, Honduras, Costa Rica, Brasil, Puerto Rico, República Dominicana, Guatemala, México y Nicaragua); por último, Cuba es el único país que no ofrece ningún tipo de regulación ni normativas para abordar las diversas formas de violencia de género, entre ellas, la violencia simbólica.

¿Cómo construimos un mundo sin violencia simbólica?

Con el fin de visibilizar y luchar contra la violencia simbólica es de vital importancia que quienes trabajan en publicidad y comunicación consulten a personas especializadas en desigualdades de género. De esta forma, se podrán desarrollar soluciones que aborden las problemáticas de género que se reproducen en los medios de comunicación.

No obstante, también es necesario que la sociedad ponga en cuestionamiento el sentido común, a partir del cual se construyen estereotipos de género que reproducen desigualdades, teniendo en mira el objetivo de construir un mundo más igualitario. Entonces, se debe plantear un pensamiento crítico ante las construcciones sociales que definen a los hombres y a las mujeres en base a determinados roles que deben cumplir.


Bárbara Ojeda20/07/2022
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Durante muchos años la educación superior ha sido vista como un espacio privilegiado para los hombres, quienes podían acceder a la esfera pública con éxito, dejando de lado a las mujeres. Sin embargo, en los últimos años hubo un gran avance en materia de un acceso igualitario para las mujeres. Pero cabe preguntarnos, ¿Esta mayor inserción en el sistema educativo se ha traducido en una mayor inserción en la esfera pública?

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La matriculación universitaria femenina en América Latina

Durante mucho tiempo las mujeres se vieron en una situación de marginalidad debido al escaso acceso al sistema educativo superior en comparación con los hombres. No obstante, en los últimos años hubo en América Latina un crecimiento elevado de la matriculación universitaria en las mujeres. Esto da lugar a que ellas tengan mejores oportunidades de acceder al mercado de trabajo y gocen de mayor autonomía económica. Además, un dato no menor es que, en muchos países latinoamericanos, la matriculación femenina no solo se ha equiparado con la masculina, sino que ha alcanzado niveles aún más altos en algunas carreras. Por ejemplo, según el censo del 2011 realizado en la Universidad de Buenos Aires (Argentina), el 60,9% de sus estudiantes son mujeres, y esta tendencia se mantiene hasta el día de hoy. Asimismo, en Brasil y Venezuela se puede encontrar una sobrerrepresentación femenina de entre un 4% y un 10% sobre la matriculación masculina. Es clave destacar que la gran mayoría de las mujeres que acceden a la educación superior logran tener un buen desempeño académico, lo que se ve reflejado en altos porcentajes de egresos anuales.

De la educación superior al mercado de trabajo

El hecho de que se hayan logrado avances en el acceso de las mujeres a los estudios superiores de manera creciente es muy importante para lograr sociedades más igualitarias en las que el género no sea un impedimento a la hora de formarnos como ciudadanos/as de derechos y sujetos políticos. Así, el acceso a la educación superior es un elemento que funciona como determinante al momento de generar una disminución en la brecha de género en el mercado de trabajo. Esto se puede ver reflejado en los países del Sur Latinoamericano (Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay) junto con Costa Rica y República Dominicana: existe una alta diferenciación en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo relacionada con los años de inversión educativa. La participación femenina en la población económicamente activa de aquellas las mujeres que han logrado tener acceso al sistema educativo superior o terciario es de entre un 21 % y el 30% más que el resto de las mujeres.

Pese a estos grandes avances, la relación entre educación superior y acceso al mercado de trabajo en las mujeres no se encuentra exenta de diversas disparidades más generales, consecuencia de que aún vivimos en un mundo desigual al que le falta mucho camino por recorrer. No se puede negar que, a mayor nivel educativo, las personas tienen mejores oportunidades de insertarse en el mundo laboral y tener mejores ingresos, lo que les permitirá cumplir sus aspiraciones de ascenso social.

Sin embargo, tampoco se puede negar que las mujeres siguen siendo relegadas al ámbito privado, a las tareas del hogar y de cuidado, y que la brecha salarial de genero sigue existiendo en todos los países de Latinoamérica. Para ilustrar, en El Salvador la tasa de ocupación de las mujeres egresadas universitarias apenas alcanza el 35,5%, mientras para el mismo nivel educativo la tasa de ocupación masculina representa los dos tercios faltantes de la estructura laboral del país. A su vez, el ingreso medio de las mujeres latinoamericanas es de aproximadamente un 53.8%, siendo solamente un poco más elevado que la mitad del ingreso promedio masculino. Cuando se mira esta relación en el caso de las mujeres universitarias, se puede observar que la brecha salarial es menor e incluso tiende a disminuir en algunos sectores de la actividad económica.

Los estereotipos de género en la educación superior

Las desigualdades de género se pueden observar hacia el interior de la educación superior. En los estudios superiores se encuentra una fuerte feminización de ciertas carreras universitarias y terciarias, es decir, hay carreras asociadas a los estereotipos femeninos, que ligan a la mujer con lo emocional, lo social y con el rol de cuidadoras, en las que se puede encontrar un predominio de estudiantes mujeres. Mientras tanto, en las carreras asociadas a ciencias “duras” y a sectores dinámicos y productivos de la economía hay un predominio de estudiantes varones. En tanto entre las carreras relacionadas con roles femeninos podemos encontrar: enfermería, nutrición, educación básica y media y ciencias sociales; entre las carreras que son percibidas como “masculinas” se encuentran, con mayores coincidencias entre los países latinoamericanos, agronomía, ingeniería, arquitectura, ciencias naturales y ciencias exactas.

Fuente: Marco Fernández

El problema de la diferenciación que se hace entre carreras “femeninas” y “masculinas” en base a los roles de género, según la división sexual del trabajo, es que la feminización de ciertas carreras tiene como resultado una infravaloración de las mismas. Por ende, los salarios de las carreras vinculadas a lo social suelen ser mucho más bajos que las carreras de ramas duras, lo que contribuye significativamente a que la brecha salarial se acentué.

Comentarios finales

La distinción que se hace en la educación superior entre carreras propias de hombres o mujeres es una gran traba al momento de que las mujeres elijan aquello a lo que se quieren dedicar, a la vez que, constituye una limitación más en la inserción laboral de las mismas. Así, los estereotipos de género, que funcionan en la educación superior, se ven traducidos en el mercado laboral con menores salarios y peores oportunidades de trabajo para las mujeres.

Por eso, es imprescindible la puesta en marcha de políticas que tengan como objetivo disminuir las desventajas a las que se enfrentan las mujeres en el mundo laboral y educativo, tales como programas de mentoría y empoderamiento de las mujeres para alcanzar puestos de liderazgo, orientación profesional para desmontar las falsas imágenes de las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, cuotas en la educación terciaria y superior para estudiantes pertenecientes a grupos vulnerables, así como la ampliación de becas.


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La República Popular China tiene un rol fundamental en el escenario internacional actual, su expansión se produce gracias al desarrollo económico y el incremento del consumo. Este articulo explica esa transición y algunos de los ejes de su política exterior hacia América Latina.

A comienzos del siglo XX, China inició una transición que resulta clave para entender su posición actual en el mundo: pasó de ser un modelo de país productor a un modelo de país también consumidor, convirtiéndose así en el segundo mercado de consumo en Asia, tras Japón. Esto se debe a varios factores; por un lado, hay que señalar las medidas aplicadas por el gobierno para incentivar el consumo y frenar la inversión, consiguiendo un modelo de crecimiento más equilibrado. Por otro lado, en China ha nacido un consumidor nuevo como resultado del aumento anual de los salarios que ha crecido de manera significativa a partir del año 2000 como puede observarse:

(Fuente: Banco Mundial y OCDE)

Esta nueva clase media china se ve afectada por una fiebre consumista que le hace adquirir bienes de consumo a una gran velocidad lo que se traduce también, en cambios en los patrones de consumo de alimentos de la población, es decir, el incremento del ingreso urbano se asocia a un cambio en la dieta del ciudadano chino: más proteínas, alimentos procesados y mayor exigencia de calidad en los productos. De esta manera, China tiene 247 millones de personas que demandan una nueva canasta de productos y contribuyen al aumento de los precios de aquellos productos que en su mayoría América Latina se encuentra en condiciones de proveer.

La política exterior China: Ascenso Pacifico y Soft Power

En este contexto, el interés de China por desarrollar relaciones más estrechas con América Latina se enmarca en un proceso de transformación de la política exterior donde incorpora la variable del soft power en su comprensión de las relaciones internacionales. El concepto de Soft Power (poder blando) es desarrollado teóricamente por Joseph Nye, y se utiliza para describir la capacidad de un actor político, como el Estado, de influir directamente en el comportamiento o los intereses de otros sujetos políticos por medio de instrumentos culturales o ideológicos. La importancia del llamado “poder blando” se ha incorporado progresivamente al discurso político como una forma de distinguir el atractivo generado por la cultura, los valores y las ideas, frente a los medios e instrumentos de “poder duro” (hard power), basados esencialmente en las capacidades militares.

Asimismo, como parte de esta estrategia China, el mantenimiento de la paz ha sido en su discurso uno de los ejes sobre los cuales pretende alcanzar el desarrollo y la modernización de la nación en el ámbito mundial. El “ascenso pacífico” es un concepto corriente, pero muy necesario en cuanto contiene las claves mediante las cuales el país ha ejecutado su política exterior y trazado el camino que va a transitar hasta culminar su programa de modernización a mediados del siglo XXI. Uno de los artífices del término, es Zheng Bijian, un pensador chino cuyas teorías sobre el globalismo y la transparencia, enfatizan la importancia de proyectar el poder blando y la paz.

Un ejemplo de Soft Power: los Institutos Confucio

Existe en China una herramienta púbica dispuesta específicamente a la difusión del idioma y la cultura llamada Hanban, dependiente del Ministerio de Educación de este país que se dedica a proporcionar recursos y servicios docentes relacionados con la lengua y la cultura china a nivel mundial. En el año 2014, Hanban creó el Centro Regional de los Institutos Confucio para América Latina, (CRICAL) que busca, a partir del reconocimiento de la identidad cultural propia de la región, permitir el desarrollo del trabajo conjunto entre los Institutos Confucio y Hanban en la difusión del idioma, cultura y costumbres chinas.

Para la materialización de CRICAL, el organismo firmó un convenio con la Universidad Santo Tomás de Chile, la cual facilitó un edificio de 1300 m2 en el centro de la ciudad de Santiago para el funcionamiento de esta institución. En América Latina existen 32 Institutos. Diez de ellos ubicados en Brasil, y cinco en México. Por su parte, Perú y Colombia poseen cuatro cada uno, luego están Argentina Chile y Ecuador con dos. Finalmente, quienes poseen un solo instituto son: Bolivia, Costa Rica, Cuba, Guyana, Jamaica, Bahamas y Trinidad y Tobago.

Inversiones chinas y deuda

 Al día de hoy, China ha publicado dos “Documentos sobre la Política China hacia América Latina y el Caribe”, uno en el año 2008 y el último en el año 2016. En ellos declara la región de interés estratégico:

“El gobierno chino estimula y apoya a las diversas empresas chinas con capacidad y de buena reputación a desplegar la cooperación en inversión en América Latina y el Caribe en materia de manufactura, agricultura, silvicultura, pesquería, energía, explotación de recursos mineros, construcción de infraestructuras, servicios, etcétera, en contribución al desarrollo socio económico de China y los países de la región”.

En dichas áreas, la Inversión Extranjera Directa (IED) china en América Latina resulta uno de los factores claves de la relación. En la siguiente tabla se puede observar la distribución de las mismas por principales países de destino (2001-2016) en millones de dólares americanos:

(Fuente: El papel de la IED China en América Latina y el Caribe: ¿Cooperación Sur-Sur? Consultado en: https://revistas.ucm.es/index.php/PADE/article/view/61489)

Por otro lado, adquieren relevancia los préstamos que la potencia asiática realiza a países sin solvencia económica que contraen cada vez más deuda para poder funcionar. Así los préstamos directos y créditos comerciales de China a América Latina, han pasado de ser casi cero en 1998, a más de US$1,6 billones en 2018. Esta cifra equivale al 2% por ciento del PIB mundial.

Así podemos concluir que China obtiene de América Latina Recursos que le permiten ser competitivo a nivel mundial y abastecer su mercado interno mientras crea lazos significativos a nivel cultural proyectando al plano internacional una imagen diferente de la usual, que se encuentra marcada por el secretismo y la falta de transparencia interna por su régimen comunista. Por último, se vuelve un socio estratégico y necesario para Latinoamérica, ya que no solo es un comprador que inclina la balanza comercial de manera favorable, sino que también es un inversor y prestamista clave para muchos países de la región que necesitan condiciones de crédito flexibles que China está dispuesta a dar.


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Desde hace mas de una década, las debilidades estructurales en la región de América Latina han acrecentado considerablemente las brechas sociales. Este contexto particular genera a su vez grandes desafíos para la recuperación económica post COVID-19 en la región. La pobre gestión de servicios públicos de calidad de los estados es una limitante para la ejecución de los planes de recuperación post pandemia, teniendo como consecuencia una contracción del 7,3% de su PIB. Además, la deuda pública alcanzó el 7.7% del PBI de la región en abril, según datos del Fondo Monetario Internacional -FMI-, con una pérdida equivalente a 7 años de crecimiento económico, una tasa de desempleo del 10,7% y una tasa de pobreza de 33,7% de la población total, aumentando las brechas de desigualdad. El presente artículo analiza cómo las debilidades de larga data que afronta la región, sumado al endeudamiento generado para financiar las medidas de emergencia representa grandes desafíos para la recuperación de la región en 2022.

"[Foto:Toma aérea de los edificios en el barrio de tugurios de la comuna 13 en Medellín, Colombia vía Freepik]
“[Foto:Toma aérea de los edificios en el barrio de tugurios de la comuna 13 en Medellín, Colombia vía Freepik]”

El turismo es uno de los sectores económicos más afectados en América Latina debido al COVID-19. En algunos países caribeños este sector representaba el 50% de su PBI. Esto puede observarse con la quiebra de LATAM y Solways Tours Argentina, una operadora exclusivamente mayorista de perfil multidestino, debido a las restricciones sanitarias, la reducción de la movilidad y los cierres fronterizos como medidas contra la pandemia del COVID-19. Estas pérdidas económicas conllevaron a muchas personas a migrar según la CEPAL, en donde en el 2020 se estimó que había 11,9 millones de migrantes en Latinoamérica y 40 millones de migrantes latinoamericanos en todo el mundo.

Sin embargo, los países trabajan en políticas y acuerdos para frenar la migración, como también aumentar los sectores productivos para coadyuvar a generar mejores condiciones de vida y desarrollo, como la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular (GCM). Pese a ello, existen factores externos que afectan la recuperación económica de los países, como el lento proceso de vacunación, donde solo el 13,6% de la población de la región ha completado el esquema de la vacunación, y el incremento de distintas cepas. Asimismo, los riesgos macroeconómicos como la posible reversión de la política monetaria acomodaticia de Estados Unidos, que afecta de forma directa a Latinoamérica (es realmente complicado que la inflación vuelva a valores inferiores), lo que conlleva a tasas bajas de interés.

En el 2020 la región cerró con una deuda promedio de 79.3% del PBI, un 10,4% mas que el PIB regional del 2019, según datos del FMI. En esa línea, con datos de la Escuela de Administración de Empresa -EAE Business School-, entre los países con mayor endeudamiento de la región, se encuentra Brasil con el 100% de su deuda del PIB, y Argentina con el 97%. En contraste, según datos del FMI, se estima que Perú cerrará este año con un aumento del 8,5% en su PIB, Chile con 6,2%, Argentina con 5,8%, Colombia con 5,1%, México con 5% y Brasil con 3,6%. Mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL- estima que Latinoamérica crecerá un 2,9% para el siguiente año, en donde el déficit conllevará a generar que la deuda pública sea del 79,3% del PIB.

Por lo anterior, se puede observar que Latinoamérica tendrá una recuperación y crecimiento económico a corto plazo, los cuales se verán afectados por los daños estructurales como el la exacerbación de la deuda pública, pobreza, desigualdad socioeconómica, al igual que las crisis coyunturales de índole política y social, que afectarán las distintas políticas fiscales y por ende, la distribución del gasto público, frenando el crecimiento económico.

Medidas para afrontar el shock económico

Foto: Prensa libre
Foto: Prensa libre

Entonces, cabe cuestionarse: ¿cómo mejorar la inversión y manejar los presupuestos que coadyuven a enfrentar las consecuencias, retos y amenazas del COVID-19 en la región? Una de las soluciones es implementar una eficiente gestión de la administración, estructurar presupuestos transparentes enfocados a combatir las consecuencias derivadas de la pandemia. Asimismo, es necesario que se implementen políticas de emergencia transversales y sectoriales que no solo transformen sino fortalezcan la inversión pública y privada, así como la reactivación económica sostenible. Más allá de las políticas fiscales, se debe invertir en políticas industriales y tecnológicas para impulsar el crecimiento, aumentar la productividad de las naciones, elevar la empleabilidad de calidad, el turismo y comercio, para que de esta forma, se genere más desarrollo en la región, que minimice las consecuencias tanto históricas como catastróficas que dejará la pandemia.

Tal como señala el informe “La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad” de la CEPAL, en el 2020 se alcanzó uno de los niveles más bajos de inversión en la región, cerrando con un 17,9% del PIB, con la caída de mercado ocupados hasta un 0,9%, participación femenina de 46,9%, con una tasa de 12,5% de pobreza extrema, 33,7% de pobreza, aumento del 2,9% de desigualdad en cuanto a la distribución del ingreso, deuda pública hasta del 72% y deuda externa del PIB de 56,3%. Estas cifras representan las brechas tan desiguales en la región convirtiéndose en obstáculos para el acceso a los derechos, el bienestar y el optar a mejores oportunidades, por ende a mejores condiciones de vida y a un desarrollo integral.

Este shock económico evidencia la vulnerabilidad socioeconómica de la región y las proyecciones indican que estos niveles solo continuarán en aumento para cerrar el año, representando grandes desafíos para el 2022. Más aún, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo -BID- se espera una tasa de crecimiento inferior de -1,1%, impidiendo alcanzar los niveles pre-crisis del COVID-19, debido a que la tasa de crecimiento actual no es sostenible y a la poca productividad a causa del desempleo. Estos factores conllevan a contraer parte del PIB que afecta la economía. En la siguiente imagen se encuentran los principales desafíos para la región en 2022 según IPSOS.

Por lo que, es necesario fortalecer los ingresos tributarios, reducir la evasión fiscal, generar mayor acceso a la liquidez internacional y a los mecanismos multilaterales, que faciliten el manejo de la deuda, como también fortalecer la banca de desarrollo regional para aumentar de esta forma, la capacidad de préstamos y de respuestas a la pre y post pandemia. Además, es necesario establecer un mecanismo multilateral de reestructuración de la deuda para hacer frente a las obligaciones contraídas con los acreedores privados. También crear instrumentos innovadores para mejorar el acceso al financiamiento e incluir de esta forma a los países de ingreso medio -como lo son los países de Latinoamérica- en todas las iniciativas de alivio de la deuda y acceso a liquidez (CEPAL, 2021).

Latinoamérica necesita invertir en oportunidades de emprendimientos, digitalización e innovación, que han tenido auge en la pandemia con el trabajo virtual remoto. Debido a que en complejo escenario, la región continúa necesitando reestructurar sus políticas sociales, económicos y políticas para superar la crisis e invertir en productividad, ya que, si bien la inversión se recuperará a medida que las economías se normalicen, volver a los niveles anteriores de inversión a la pandemia será un proceso lento y altamente vulnerable hacía los reveses en el entorno actual de expectativas persistentemente bajas de crecimiento a largo plazo. Paralelamente, es necesario crear e implementar entornos legales que faciliten la creación y crecimiento de nuevas empresas, el desarrollo de mercados financieros y capital de riesgo que garanticen la financiación de estas empresas, abriéndose al comercio y reduciendo las barreras arancelarias.

 

 


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Las vacunas contra el covid fueron financiadas con los recursos públicos, pero las farmacéuticas lucraron con ellas. La vacunación en América Latina avanza lento porque la Facilidad Covax fracasó.  Las licencias obligatorias reducirían las muertes en el sur global, pero Europa se opone.

En Finlandia, mi tierra natal, mis amigos publican fotos de festivales de verano. Como ya el 70 % de la población se ha vacunado, pueden vivir sin miedo. Al mismo tiempo el Perú, país donde  resido actualmente, tiene las tasas de mortalidad más altas del mundo. Puedo sentir el apartheid de las vacunas en carne y hueso.

“El mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico”, advirtió el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebrey

“El precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, aseguró Gebreyesus en su discurso en el que condenó el egoísmo de los países ricos y compañías.

 

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. [Fuente: dw.com]

 

Actualmente, la vacunación está avanzando rápidamente en los países occidentales. Algunos países incluso tienen un problema con el excedente de las vacunas. Es así como para agosto del 2021, Canadá podría vacunar a sus ciudadanos 5 veces, mientras en los países más pobres del mundo solo se ha vacunado al 1,1% de la población.

La situación podría cambiar con la liberación de las patentes. En ese caso, las vacunas podrían producirse de manera masiva en todo el mundo, lo que haría que su precio cayera.

Sin embargo, las compañías farmacéuticas protegen los derechos de propiedad intelectual, es decir, ocultan “la receta” de las vacunas.

Los derechos de propiedad intelectual están destinados a garantizar que las empresas farmacéuticas obtengan beneficios por el desarrollo de nuevos productos.

Funciona de la siguiente manera: una empresa farmacéutica decide desarrollar un nuevo fármaco en su laboratorio. Por lo general, hay investigadores universitarios involucrados en el proceso, como el desarrollo de un fármaco es tanto una investigación científica como un negocio con fines de lucro.

La empresa tiene que asumir un riesgo empresarial: si el medicamento no resulta efectivo, la empresa sufre una pérdida. Si se demuestra que el fármaco funciona, la empresa tiene el derecho de patentarlo, es decir, venderlo de manera exclusiva y obtener mayores beneficios. La patente es una recompensa por el riesgo asumido.

Sin embargo, la vacuna contra el COVID no se desarrolló de esta manera. Las empresas farmacéuticas no asumieron ningún riesgo financiero, porque recibieron casi la totalidad de la financiación de fondos públicos. Por ejemplo, el 97 % de la inversión para desarrollar la vacuna de AstraZeneca llegó de los bolsillos de los ciudadanos europeos.

LA NECROPOLÍTICA DE LAS VACUNAS

El término desarrollado por Michael Foucault explica el uso del poder social y político para dictar cómo algunas personas pueden vivir y cómo algunas deben morir. Con su necropolítica, el nacionalismo de las vacunas; mi continente natal, Europa está produciendo muerte en el sur global. Al final han sido beneficiados los accionistas de las empresas farmacéuticas: en 2020, la cotización de las acciones de AstraZeneca subió al nivel más alto de su historia.

FACILIDAD COVAX, UN FRACASO

En vez de abrir las patentes, la Organización Mundial de la Salud, la Comisión Europea y el Gobierno de Francia establecieron una alianza llamada Facilidad Covax. El propósito del programa humanitario era garantizar vacunas también en el sur global. Sin embargo, ha resultado ser una cortina de humo.

Covid-19: este lunes se inicia distribución de vacunas en hospitales de  Lima y Callao | Noticias | Agencia Peruana de Noticias Andina

[Fuente: Andina.pe]

El acuerdo es parte de un arreglo neocolonial y consta de dos partes. La primera parte garantiza a los países ricos el derecho a la compra directa: pueden comprar la cantidad de vacuna que quieran antes que otros. Si sobra algo, esos lotes se enviarían como “ayuda humanitaria” a los países en desarrollo. Fue con la ayuda de Covax que Canadá logró comprar suficientes dosis para vacunar cinco veces a su población. No obstante, los países con poder adquisitivo menor adquirieron pocos lotes.

LAS LICENCIAS OBLIGATORIAS SALVARÍAN VIDAS

Las desigualdades en la distribución de las vacunas se subsanarían, en parte, modificando El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC o, en inglés, TRIPS). Este acuerdo regula los derechos de propiedad intelectual antes mencionados.

Los países en desarrollo están exigiendo a la Organización Mundial del Comercio que se utilice la dispensa de los ADPIC para suspender las patentes (en inglés, TRIPS waiver) – pero la Unión Europea se opone a la iniciativa. (La postura de cada país se puede consultar en la página web de Médicos sin Fronteras.)

La postura de las naciones ricas puede volverse contra ellos. Es en aquellos países donde la población no ha sido vacunada donde están surgiendo nuevas variantes virales cada vez más agresivas – como la cepa del hongo negro de la India. Si estas mutaciones persisten, es posible que las vacunas existentes ya no sean efectivas. Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo.

Aunque las empresas farmacéuticas se resisten a hablar de ello, existe evidencia histórica de los beneficios de abrir patentes. Durante la epidemia de VIH del siglo XXI, los activistas de salud pública de Sudáfrica, en particular la Campaña de Treatment Action, fundada en 1998, levantaron un juicio contra el Estado sudafricano por violar los derechos de salud pública. Querían que las patentes de los medicamentos antirretrovirales utilizados para tratar el VIH se abrieran bajo la licencia obligatoria.

Los activistas ganaron el juicio. Poco después, se produjo medicamentos antivirales en países africanos a un precio 97% más barato que antes. Eso ayudó a controlar la epidemia del VIH.

La pandemia ha enseñado a la humanidad que el pensamiento tecnológico llamado techno fix no basta para resolver los problemas más severos y globales. Cuando surge una crisis (pandemia), no basta con centrarse en una solución tecnológica (vacuna). Es necesario desafiar las relaciones de poder y al capital del sistema mundo de hoy en día.


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