01/06/2023 MÉXICO

Estados Unidos archivos - United Explanations

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Suelo empezar a escribir desde una perspectiva personal, pero, en este caso, no está de más iniciar a comprender la lógica de mujeres ciclistas urbanas, que constantemente circulan por la ciudad haciendo uso de las bicicletas.

Desde inicios de la década de los 70, en Estados Unidos el uso de la bicicleta era aprobado para cierto grupo de personas, ya sean personas de élite, como personas de alto rendimiento en los deportes nacionales y clubes sociales que buscan fomentar la importancia de normas y reglamentos para ciclistas; muchas de estas creadas en 1900 por la Unión Ciclista Internacional (UCI), institución actual que se hace cargo de los reglamentos del ciclismo de élite.

[Fuente: vía Pexels]
Dentro de la organización general del deporte ciclista, encontramos el Capítulo III , que se refiere a un equipamiento, específicamente en la sección 2 hallamos la siguiente “Definición 1.3.007” : La bicicleta es un vehículo con dos ruedas de igual diámetro. La rueda delantera será directriz; la rueda trasera será motriz accionada por un sistema de pedales que actuará sobre una cadena. Pueden existir excepciones a este artículo para ciertas disciplinas, como es el caso del Capítulo III – peso 1.3.019 , donde se argumenta que el peso de la bicicleta no podrá ser inferior a 6,800 kilogramos, entre otras normas.

Sin embargo, durante los 70´s el uso de automóviles comenzó a incrementar; no obstante, en áreas tanto rurales como urbanas era aceptado el uso de la bicicleta, y por ende, contaba con una mejor infraestructura. Se hicieron ciclovías de concreto que comunicaran entre zonas y comunidades. Por el período, se contaba con poca afluencia vehicular, por lo que se corría con menos peligro en las calles, el acceso a puntos de recreación era mucho más accesible, así como también la seguridad de poder dejar la bicicleta en los parqueos, pero sobre todo se miraba a la bicicleta como un medio de transporte.

En Colombia, país destacado por sus grandes ciclistas y su avance en la infraestructura para ciclistas en la región, ha demostrado su desarrollo en la infraestructura urbana, estableciendo ciclovías divididas de los carriles para medios de transporte automatizados, conectividad entre carreteras, ciclovías para uso exclusivo de bicicletas, señalizaciones y colores visibles para su uso por la noche.

Carolina Munévar. [Fuente: Twitter. @Indeportesboy]
Una de las grandes ciclistas profesionales que Colombia tiene es, Carolina Munévar, ciclista profesional en la modalidad de ruta y pista, que tras un accidente automovilístico pierde una pierna y se vuelve corredora paralímpica. También está María Luisa Calle, ciclista de pista colombiana con más reconocimiento a nivel mundial, siendo una de las portadoras del tercer lugar en los juegos Olímpicos 2004, Atenas.

Vuelta femenina a Guatemala. [Fuente: Twitter. @DeportesDCA]
En Guatemala, la historia del ciclismo femenino ha estado cubierto por el machismo dentro y fuera de los espacios deportivos a nivel nacional. Actualmente no se cuenta con información verídica o con fuentes confiables en términos históricos, por lo que se encuentra poca cobertura periodística dentro de carreras abiertas internacionalmente como la vuelta femenina a Guatemala.

Es pertinente mencionar que, actualmente, dentro de la infraestructura en los cascos urbanos, las calles de Guatemala no están constituidas para personas que usan la bicicleta a diario. Dentro de la arquitectura, las ciclovías además de contar con su propio carril, suelen estar señalizadas con reflectivos. El carril debe contar con una división entre la ciclovía y el carril de automóviles, dejando un espacio específico para peatones. Asimismo, debe dejar libre el paso de las bicicletas y el área pública para peatones; caso que no se da en Guatemala.

De la misma forma, no solo enfrentamos riesgos en las calles, tales como la imprudencia de las y los conductores de autos, la falta de educación vial, sino que también nos enfrentamos a una constante lucha y pugna por buscar la autonomía en las calles mediante las bicicletas.

Para enfrentar las calles en la ciudad de Guatemala, debemos visualizar el casco urbano, con este ejercicio podemos dirigirnos directamente a la Avenida Reforma y Avenida las Américas, zonas donde actualmente se encuentran las ciclovías de la ciudad. Cabe mencionar, que estas ciclovías, no cuentan con colores visibles para la noche, de igual modo, se comparte el espacio público con peatones. Pedazos de la ciclovía conectan a las calles y no incluye una continuidad para el acceso a esta. Esto quiere decir, que las personas que viven en lugares lejanos a las avenidas antes mencionadas, difícilmente pueden acceder al recorrido completo de una ciclovía.

La seguridad vial es un tema, y ​​la seguridad estatal es decadente en su cumplimiento al igual que pocas leyes que resguardan la seguridad de las ciclistas, siendo el acuerdo gubernativo número 273-98 una de las pocas leyes estatales que resguardan la vida de las ciclistas, haciendo mención al uso de las calles y la prioridad que el ciclista tiene ante otro medio de transporte.

Dentro del Congreso hay una iniciativa de ley que busca fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte a nivel nacional. Estos son parte de uno de los grandes retos que enfrentamos a las mujeres, sumado a ello, la inseguridad que tenemos que atravesar frente al acoso callejero.

Este es el caso de Briana, una chica que a sus 27 años se mueve en bicicleta fixie, nos cuenta lo siguiente: “lo que más temo es que me vuelva a acosar un motorista y me toquen las nalgas. O cuando tenía que ir al ginecólogo me negaron la consulta por ir en bicicleta y tenía que dejarla parqueada al otro lado de la calle sin tener ninguna seguridad. Asimismo, no me dejan ingresar al edificio por andar en bicicleta ”.

El mismo caso es para Elida de 22 años, nos cuenta cómo durante los años que ha estado using la bicicleta como un medio de transporte se ha tenido que enfrentar a la violencia y acoso en las calles, no es algo que no ocurra siempre, porque siempre enfrentamos violencia callejera, de cualquier forma. Una vez un auto bajó la velocidad para ir a la par conmigo, gritándome cochinadas y cuando me pasó le volteé el retrovisor y el carro me pasó tirando. No hice nada más que voltear el retrovisor y pudo matarme, ese es mi miedo más grande, que me maten, pero en general, es a las chavas a las que nos quieren matar .

Zona 1, Guatemala. [Fuente: Twitter. @catcallsofgt.]
Otras mujeres han comentado que su mayor peligro aparte del acoso, y aunque en Guatemala no se encuentra establecido como un delito, muchas organizaciones en lucha contra la violencia hacia las mujeres, han buscado cabildear una ley contra el acoso callejero y otras formas de violencia contra la mujer. Sin embargo, esta aún se encuentra dentro del congreso.

Agregado a lo anterior, muchas mujeres que han optado por la movilidad urbana en bicicleta, mencionan que otro de los grandes desafíos es el qué hacer en situaciones donde haya algún desperfecto mecánico en la bicicleta, qué hacer cuando pinche y estoy en una zona peligrosa, o cuál será nuestra reacción en el momento que un carro nos pite porque vamos en la calle, hasta cómo defender el derecho de la bicicleta a transitar en la vía como las calles.

Andrea de 19 años quien entrena ciclismo nos cuenta que, “ mi mayor miedo al salir a la calle en bicicleta es la gente imprudente que van tanto en carro como en moto, que solo les importa pasar sin importar que nos lesionen, también la gente distraída que va viendo el teléfono o haciendo otras cosas que no se fijan de las que vamos enfrente. Me da miedo el acoso ya que en este país las mujeres somos muy expuestas en este caso, los únicos culpables son los que nos acosan ”.

La ciudad de Guatemala está construida de tal manera que muchas de las zonas privilegiadas han contado con alto apoyo en la movilidad urbana, creando una “ciclovía” en la Avenida Reforma que conecta zona 9, zona 4 e inicio de la zona 1, y zona 15, aunque su función a simple vista de conectar carreteras pareciera funcionar, al querer hacer uso de esta, es donde nos damos cuenta que no solo es buscar que conecten direcciones y ubicaciones, sino también, que la misma ciclovía cuente con conexiones a calles y avenidas principales, garantizar la seguridad de las ciclistas que transitamos en los lugares públicos y privados (de no contar con espacios que garanticen seguridad para dejar la bicicleta),el hacer una ciclovía de uso exclusivo para bicicletas y no para peatones (esto quiere decir que los y las peatonas necesitan su espacio para poder transitar de manera segura), garantizar seguridad en el uso de las calles y avenidas del país, ya que como derecho a transitar es violentado, ver a la bicicleta como un medio de transporte que también puede hacer uso de las calles, avenidas y carreteras de Guatemala.

Mientras se cuente con una municipalidad dormida y sesgada en el uso de la bicicleta como un medio de transporte, el mejoramiento de la infraestructura no se dará, y mucho menos incrementará el uso de la bicicleta como un transporte autosostenible. En el estudio realizado por la Municipalidad y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), un 90% de las personas usaría con mayor frecuencia la bicicleta si hubiera más ciclovías. La mayoría de los ciclistas en Guatemala hemos sufrido las consecuencias de la mala gestión vehicular, usuarios irresponsables que no se hacen cargo, violencia sexual, acoso callejero y poca seguridad además de todos los retos que conlleva usar la bicicleta como un medio de transporte.

Dentro de la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se han reportado pocos incidentes con nueve personas que han tenido que ingresar a un hospital para ser evaluados e internados por un accidente de tránsito, esto únicamente en el casco urbano de la ciudad de Guatemala.

En definitiva, el mejoramiento de la infraestructura, acompañado de un manejo y estrategia municipal para la recuperación de espacios públicos y mapeo, ayudar al uso de la bicicleta, pero debe ir de la mano con la apertura de parqueos, parques, puntos de recreación y seguridad para las bicicletas con el fin de poder brindar a las usuarias mayor confianza. No obstante, es importante mencionar que en el mismo estudio realizado por la Municipalidad de Guatemala y FLACSO, un 43% de personas utilizan la bicicleta como un medio de transporte y recreación . Aunque muchas personas confirman el uso del casco y luces, es bueno incentivar el uso de la bicicleta con las normas y seguridades de protección personal.

Finalmente, es necesario empezar a concientizar y visibilizar las luchas constantes que las mujeres enfrentamos al usar la bicicleta como un medio de transporte y con esto lograr una mejor protección y seguridad al transitar en las vías públicas del país.

 


Alonso Navarro05/11/2021
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El Estado al que llamamos Emirato Islámico de Afganistán ha sufrido un revés a los pequeños avances que venía alcanzando en los últimos 20 años respecto a su propia consolidación como un estado democrático. Ahora se ve sometido al gobierno talibán el cual es considerado un sinónimo de violaciones de Derechos Humanos y terrorismo internacional. 

 

Los combatientes talibanes toman el control del palacio presidencial afgano en Kabul. Tomado del portal de noticias France 24.

El enemigo de mi enemigo es mi…¿amigo?                

Desde los años 50s, Estados Unidos ha tenido importante interés en Afganistán debido a la creciente industria dedicada a la construcción de infraestructuras, además de desempeñarse como Estado tapón ante el avance de la Unión Soviética y el socialismo. Gran sorpresa fue que en 1978 la Revolución Saur, una revolución dirigida por el Partido Democrático Popular de Afganistán, impusiera un gobierno con características socialistas en Afganistán, y que al año siguiente, en 1979, efectivos del ejército soviético se establecieran en territorio afgano.

Es entonces cuando los Estados Unidos bajo la administración Reagan decide intervenir y, también, aquellos a quienes alguna vez llamaron “combatientes de la libertad”, los muyahidines o yihadistas. Los llamados combatientes de la libertad fueron la herramienta que los americanos utilizaron para convertir a Afganistán en el “Vietnam” de la Unión Soviética; y a cambio estos recibían los instrumentos necesarios -armas- para emprender su guerra santa contra los no creyentes, pues recordemos que un Estado socialista alienta el ateísmo. Nada más blasfemo para un Yihadista y, que a su vez, es la base de su discurso de liberación.

 

El camino al infierno está lleno de la satisfacción de mis intereses

“¡Lo hicimos!” eso debieron pensar los americanos cuando, en septiembre de 1988, las tropas soviéticas se retiraron tras una guerra de desgaste que no llegaba a su fin y que en el futuro sería señalada como una de las tantas razones de la caída de la Unión Soviética. El gobierno pro soviético cayó rápidamente al no contar con el apoyo de la URSS y, de ese modo, Afganistán vio su territorio convertido en terreno de una guerra civil entre la veintena de etnias que conforman su población a fin de llenar el vacío de poder.

Hagamos una pausa, Afganistán está compuesto por distintas etnias y cada una de ellas tiene una interpretación propia de la religión islámica. Existen otras diferencias culturales y sociales pero lo verdaderamente importante es la religiosidad. Una de estas etnias es la Pastún, cuna de los jóvenes estudiantes-guerreros instruidos en un islamismo fundamentalista y que luchan por el sueño de construir una utopía yihadista. Estos jóvenes son los talibanes.

 

Mira lo que hemos creado      

Tras años de guerra civil, en 1996, Afganistán vio la mayor avanzada militar hecha por una de las etnias beligerantes. Los talibanes, a través de una serie de operaciones y golpes militares, avanzaron hacia Kabul donde no encontraron resistencia alguna al ya haberse marchado las tropas gubernamentales. Fue así que se instaló por primera vez el Emirato Islámico de Afganistán, siendo incluso reconocido por los Estados Unidos.

Es cuando las violaciones a los derechos humanos iniciaron, en especial hacia las mujeres y niñas quienes sufrieron una invisibilización sistemática dentro de la sociedad afgana, aunque claro, no se intervino el país hasta aquel fatídico año 2001. El atentado a las torres gemelas por parte de Al Qaeda, grupo terrorista el cual operaba desde Afganistán, y la posterior negativa del gobierno talibán para entregar a los culpables fue la razón de la invasión americana y de la OTAN.

 

Parece que Afganistán necesita un poco más que libertad

Ahora bien, tomar el control de las principales ciudades como la capital Kabul y deponer al gobierno talibán en 2001 no fue algo difícil en realidad, estamos hablando de Estados Unidos y sus aliados después de todo. Sin embargo, los principales cuestionamientos se propiciaron con la instalación de una guerra asimétrica, dígase de los ejércitos más grandes y preparados del mundo contra la resistencia talibán en las zonas rurales.

La comunidad internacional y las potencias instaladas en suelo afgano eran conscientes de que no podían estar ahí para siempre, así que las esperanzas reposaban en una idea: el desarrollo. Como explicaría el ahora ex-jefe de Estado Ashraf Ghani en un TED talks, la clave se encontraba en la construcción de un Estado de derecho que garantice el gobierno de la ley, asegure los derechos básicos de sus ciudadanos, controle las finanzas internas, logre acuerdos internacionales y, principalmente, combata la corrupción.

Esta democratización que se intentó instalar en Afganistán se acompañó con misiones de los Estados Unidos y la OTAN, los cuales buscaban acabar con el terrorismo en la región y crear/preparar un ejército afgano capaz de defender su propio territorio.

 

¿Qué salió mal entonces?

Casi todo, el desarrollo humano traducido en su Índice de Desarrollo Humano (IDH) son cruciales para entender el nivel de prosperidad, acceso a servicios básicos, disfrute de derechos y la calidad de vida que hay en un país. Para el año 2001 ocupaba el puesto 174 de 178 países analizados, para el 2019 ocupaba el 170 de 189.

 

Gráfico sacado de: Calvillo, José. Afganistán: dos décadas de conflicto. 

 

 

Es relevante mencionar el índice de percepción de la corrupción, si bien el ahora ex gobierno de Ashraf Ghani ha hecho avances, lo cierto es que la corrupción aún afecta a los ciudadanos en cada aspecto de su vida. Aunado a esto, las tierras controladas por los talibanes son usadas para el cultivo de drogas (narcotráfico), y la situación de los campesinos que emplean es aún más penosa debido a que el 80% de los ingresos son recibidos sólo por los traficantes y procesadores de heroína.

Gráfico sacado de: Calvillo, José. Afganistán: dos décadas de conflicto.

 

“Ustedes tienen los relojes, nosotros el tiempo”

Proverbio afgano

Este proverbio explica la estrategia talibán. En la llamada guerra asimétrica los talibanes han cometido atentados terroristas en las principales ciudades y se han mantenido en pie de lucha en las provincias montañosas de difícil acceso que le significaban un dominio total de tales terrenos. Esta situación continua de conflicto junto a la incapacidad de la comunidad internacional y el propio gobierno afgano de solidificar un Estado, han afectado la seguridad de sus habitantes y han propiciado un Estado fallido. No importó cuántas tropas, de qué países fueran, o que tan bien instruidos estuvieran los soldados afganos; lo único que los talibanes hicieron fue esperar.

 

Tras veinte años en suelo afgano, los Estados Unidos se encontraron en la misma posición que sus antiguos contrincantes soviéticos. Terminaron cansados de sus muertos, de los miles de millones de dólares gastados, abatidos por un enemigo al que no han podido vencer y al que con el paso del tiempo han ido cediendo terreno. Es así que Obama en el 2016 empezó el retiro de tropas (Castro, 2018), luego, Trump y el acuerdo de Doha que se basaba en la promesa de no utilizar Afganistán como base para ataques contra los Estados Unidos; también, los talibanes negociaron con el gobierno afgano un futuro político para su país y, por último, la final ejecución del acuerdo por parte del presidente Biden.

 

A la fecha de la publicación de este artículo, el pueblo afgano, sus mujeres y sus niñas están solas ante el nuevo gobierno islamista, sometidos a la Sharia (llamémoslo un código de comportamiento basado en proverbios religiosos) interpretados de manera radical. Sin el tío Sam que intervenga y con la OTAN que no actuará a menos que EE.UU lo haga; con la indiferencia de otras potencias como China y Rusia que buscan rutas comerciales o influencia regional antes que defender los Derechos Humanos, el futuro que le avecina a los que no logren salir de Afganistán es oscuro y en el mejor de los casos, incierto. Existe un posible escenario bajo el ojo atento de la comunidad internacional: la presente posibilidad de que los talibanes, ahora en el gobierno, prefieran la diplomacia sobre el terrorismo. En tal caso, se abre camino para tomar acciones respecto a la situación humanitaria; sin embargo, esto depende de la palabra talibán la cual ha probado valer muy poco no habiendo mejor ejemplo que la situación actual.

Referencia

 

2.Castro, J. (2018). El eterno conflicto afgano: las mismas piezas en diferente posición sobre el tablero. En I. E. Estratégicos, Panorama Geopolítico de los conflictos 2018 (págs. 147 – 170). Ministerio de Defensa de España.