14/02/2025 MÉXICO

El regreso de Trump: desafíos y tensiones con América Latina

[Foto: Gage Skidmore, vía flickr.com]
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Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, América Latina enfrenta un panorama incierto y desafiante. Migración, aranceles y tensiones diplomáticas están reconfigurando los vínculos entre la región y Estados Unidos, con impactos que van más allá de lo económico. ¿Cómo responderán los gobiernos latinoamericanos ante esta nueva etapa de confrontación y negociación? Descubra los puntos críticos de esta compleja relación y lo que puede separarse del futuro.

La migración: el eje más polémico.

Una de las primeras medidas adoptadas por la nueva administración Trump fue intensificar las deportaciones de migrantes latinoamericanos, especialmente aquellos provenientes de México, Centroamérica y Colombia. Según datos recientes, las deportaciones han alcanzado cifras récord a tan solo unos pocos días del ascenso del mandatario; lo que ha generado una crisis en las fronteras. Sin embargo, y aunque el foco mediático actual está puesto en Trump, las estadísticas proporcionadas por El Orden Mundial reflejan que las cifras más altas de deportaciones se registraron durante el gobierno de Barack Obama. Este contraste pone de manifiesto que las políticas migratorias restrictivas han sido una constante en administraciones anteriores, aunque con menor visibilidad pública.

El 20 de enero del 2025 Donald Trump se convirtió en el 47º presidente de los Estados Unidos [Foto: Palácio do Planalto, vía flickr.com].

México: no dispuesto a ser “el patio trasero” de Estados Unidos.

En lo que respeta a México, una de las decisiones más polémicas de la administración Trump ha sido la posibilidad de aplicar un arancel generalizado del 25% a los productos mexicanos a partir de febrero, así como la designación de los cárteles como “organizaciones terroristas” . A esto se suma el despliegue de militares estadounidenses en la frontera, lo que ha generado gran alarma, ya que se teme que pueda ser utilizado como justificación para una intervención militar en territorio mexicano bajo el argumento de combatir al terrorismo. Este escenario va más allá de medidas más simbólicas como la intención de renombrar el “Golfo de México” a “Golfo Americano”, y podría tener implicancias profundas y disruptivas.

Claudia Sheinbaum. Presidenta de México [Foto: EPA Images pic, vía freemalaysiatoday.com].

La inquietud también recae en el uso discrecional del término “terrorismo”. Aunque existe un consenso general sobre qué constituye un grupo terrorista, esta categoría ha sido utilizada históricamente como un instrumento político adaptable a los intereses del líder de turno. Por ello, preocupa que estas políticas puedan derivar en detenciones arbitrarias o acciones que excedan su propósito inicial. Sin embargo, dada la reciente implementación de estas medidas, aún es temprano para evaluar su verdadero impacto.

En este contexto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha tomado una postura firme al rechazar el aterrizaje de un avión estadounidense que transportaba a migrantes no mexicanos deportados desde Estados Unidos. Este vuelo, junto con otros dos dirigidos a Guatemala, transportaba cerca de 80 personas en cada caso. Ante esta situación, el gobierno mexicano subrayó: «En materia de repatriaciones, siempre recibiremos con los brazos abiertos a los mexicanos que regresen a su país», según expresó la Secretaría de Relaciones Exteriores. No obstante, dejaron en claro que México, si bien cooperara, no aceptará el rol de “patio trasero” del gigante estadounidense frente a las nuevas directrices migratorias.

Colombia: de aliado estratégico a adversario.

La relación entre Colombia y Estados Unidos ha atravesado tensiones significativas en las últimas horas. Todo comenzó cuando el presidente colombiano, Gustavo Petro, rechazó el aterrizaje de dos aviones con deportados colombianos provenientes de Estados Unidos, lo que desencadenó una rápida y dura respuesta por parte de Donald Trump. En una serie de medidas contundentes, Trump impuso aranceles del 25% a todos los productos colombianos y suspendió el procesamiento de visas para ciudadanos colombianos, incluidos miembros del partido, familiares y partidarios del gobierno colombiano. Estas decisiones se tomaron mientras Trump era captado jugando al golf, reafirmando su postura de que “nosotros no los necesitamos a ellos, ellos nos necesitan a nosotros”.

El mensaje de Washington fue claro y, ante esta presión, el gobierno colombiano, primero, ordenó las mismas medidas arancelarias para Estados Unidos, pero luego, dio marcha atrás en un comunicado emitido el domingo por la noche, Colombia anunció que aceptaba “todos los términos del presidente Trump”, lo que incluía la “aceptación irrestricta” de colombianos migrantes deportados desde Estados Unidos.

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Por su parte, la Casa Blanca también decidió poner punto final al impasse, suspendiendo temporalmente la amenaza de nuevos aranceles, aunque dejó claro que otras sanciones, como las restricciones de visas y las inspecciones aduaneras rigurosas para ciudadanos colombianos y buques de carga, seguirían vigentes. hasta que el primer avión con deportados hubiera regresado exitosamente a Colombia.

Este lunes por la mañana, dos aviones ya se encontraban en camino a Estados Unidos para recoger a migrantes colombianos detenidos tras cruzar la frontera sur y el martes siguiente, llegaban a suelo colombiano los 201 connacionales deportados. Asimismo desde hoy, viernes 31 de enero, se restablecen las actividades de la sección consular de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, según comunicado de la Canciellería colombiana. 

En conclusión, aunque Colombia aceptó las condiciones impuestas por Estados Unidos para evitar sanciones comerciales más severas, las tensiones entre ambos países evidencian un panorama incierto y cargado de desconfianza mutua.

El caso de Venezuela y las TPS.

Recientemente, el Gobierno de Estados Unidos ha revocado la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS) que beneficiaba a más de 600.000 venezolanos, una medida implementada por la administración de Joe Biden. La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó la decisión, señalando que el Gobierno de Trump ha firmado una orden ejecutiva para revertir la política anterior. Con esta decisión, los beneficiarios del TPS, que les permitía residir y trabajar legalmente en EE.UU. hasta octubre de 2026, ahora enfrentan el riesgo de deportación. La medida original fue justificada por la grave crisis humanitaria en Venezuela, pero la nueva administración ha optado por endurecer su postura migratoria sin hacer distinciones por nacionalidad.

Argentina y las “relaciones carnales”.

En el caso de Argentina, la llegada de Trump coincide con un momento de realineamiento político tras el cambio de gobierno con el libertario, Javier Milei. Si bien es claro que el Gobierno estadounidense está utilizando los aranceles en términos geopolíticos, no pareciera que las nuevas medidas comerciales y arancelarias que prepara la Casa Blanca fueran a poner en jaque a sectores clave de la economía argentina. Sin embargo, otros opinan lo contrario, sobre todo respecto las exportaciones agroindustriales. La influencia de Estados Unidos en la región plantea dilemas para Argentina en términos de su política exterior y la búsqueda de diversificar alianzas estratégicas.

El presidente de la Nación Argentina, Javier Milei, junto al magnate Elon Musk y el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump [Foto: argentina.gob.ar, vía wikimedia commons].

Brasil pide respeto mutuo.

En lo que respecta a Brasil, Lula da Silva, ha endurecido su postura frente al gobierno de Donald Trump, advirtiendo que responderá con medidas recíprocas si EE.UU  impone aranceles a los productos brasileños. Con un comercio bilateral que supera los 30.000 millones de dólares, Lula enfatizó la necesidad de respeto mutuo en las relaciones económicas.

La tensión también creció tras la llegada de un vuelo con 88 brasileños deportados el 27 de enero de 2025, quienes fueron trasladados con esposas y grilletes. El Ministerio de Justicia ordenó su inmediata liberación al aterrizar en Brasil, destacando la importancia de garantizar la dignidad de sus ciudadanos. Ante esta situación, el gobierno brasileño ha solicitado explicaciones a EE.UU., buscando un diálogo diplomático sobre el procedimiento aplicado en las deportaciones.

Lula Da Silva. Presidente de Brasil [Foto: Víctor Santa María, vía flickr.com].

Economía y aranceles: el regreso del proteccionismo.

Como mencionamos, la estrategia económica de Trump ha reactivado el uso de aranceles como herramienta de presión geopolítica. CNN Español reporta que estos nuevos aranceles, sumados a restricciones comerciales, reflejan un claro retorno al proteccionismo que caracterizó la primera administración Trump. Para muchos países latinoamericanos, estas medidas representan no solo un desafío económico, sino también una amenaza a su estabilidad interna, dado el impacto directo en empleos y sectores productivos.

Perspectivas hacia el futuro

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con Xiomara Castro de Zelaya (presidenta de Honduras) a la cabeza de manera pro témpore, convocó una reunión urgente el pasado jueves 30 de enero para abordar, entre otros temas, las nuevas dinámicas con Estados Unidos durante la administración de Trump. Esta convocatoria reflejó el interés de los países de la región en construir una posición común frente a las políticas estadounidenses, que parecen priorizar los intereses nacionales sobre los compromisos multilaterales.

El anuncio de nuevos aranceles del 100% a los BRICS por parte de Trump, como represalia por su plan de desdolarización, ha encendido aún más las tensiones en el ámbito económico global. Con esta medida, Estados Unidos estaría dispuesto a imponer fuertes restricciones a productos provenientes de China, Rusia, India, Brasil, Sudáfrica, Irán, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Indonesia. Además, se ratificaron los aranceles contra México y Canadá, lo que profundiza la incertidumbre en América del Norte y podría afectar el T-MEC.

En este contexto, las respuestas de los países latinoamericanos han oscilado entre posturas más confrontativas, como en el caso de México y Colombia, y aquellas que apuntan a la alineación estratégica, como Argentina. El futuro de las relaciones hemisféricas dependerá, en gran medida, de cómo las naciones logren articular una postura conjunta ante este renovado desafío geopolítico.

 

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Lucía Luján

Lic. en Relaciones Internacionales, redactora y analista con experiencia en la elaboración de informes estratégicos, discursos y documentos institucionales para organismos gubernamentales e internacionales. He trabajado en la comunicación de políticas públicas y en la articulación de contenidos alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Me especializo en transformar información compleja en textos claros y efectivos, adaptados a distintos públicos y contextos


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