23/03/2023 MÉXICO

MERCOSUR archivos - United Explanations

De Ruba Leonel23/02/2023
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En junio de 2019, se anunció la concreción de 20 años de negociaciones entre los bloques europeo y sudamericano para la firma de un acuerdo que se enfoca principalmente en el ámbito económico y comercial, aunque incluye otros dos pilares. Sin embargo, a casi cuatro años de su anuncio, el acuerdo enfrenta dificultades internas y externas por parte de los países involucrados. En este artículo, se analizarán en detalle los pros y contras del acuerdo, así como su futuro en el marco de las relaciones económicas entre ambas regiones.

El 28 de junio de 2019, el entonces presidente argentino Mauricio Macri, quien también era el presidente pro tempore del Mercosur, compareció junto al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en la sala de prensa de la reunión del G20 en Osaka, Japón, para anunciar el “acuerdo en principio” entre la Unión Europea y el Mercosur.

De esta manera, se dieron por finalizadas negociaciones que transcurrieron durante 20 años entre las instituciones de la Unión Europea y los países miembros del bloque supranacional europeo junto a los distintos gobiernos con variopinta identidad ideológica que transcurrieron en los países integrantes del Mercosur .

Comenzaba así una larga y ardua ruta para la ratificación del acuerdo, que creaba un área de libre comercio de una totalidad de 770 millones de potenciales consumidores, estableciéndose así el mayor acuerdo que suscribiría el Mercosur, y uno de los más importantes para la Unión Europea. Sin embargo, desde ambos lados del atlántico se pusieron reparos sobre los términos del acuerdo, sus injerencias en el mercado interno de los países que lo adoptaron ratificar y las consecuencias para sus economías.

¿Cuál es el contenido del acuerdo de libre comercio?

En resumen, este acuerdo implica la creación de una zona de libre comercio que abarca múltiples aspectos del comercio internacional entre ambos bloques regionales. Como se mencionó en la introducción, su importancia radica en que constituye un hecho histórico al establecer un mercado para bienes y servicios que, de alcanzarse su éxito, representaría casi una cuarta parte del PIB global.

Además, garantiza para ambos lados del atlántico el acceso a un mercado estratégico, con un PIB per cápita de USD 34.000, la integración en cadenas de valor, la generación de empleo y el desarrollo de las economías regionales de los estados parte. En consecuencia, promueve el comercio al eliminar los aranceles para el 93% de las exportaciones del Mercosur y otorgar un trato preferencial para casi todo el 7% restante.

El acuerdo en términos de bienes industriales, logra que la Unión Europea liberalice el 100% de su comercio, mientras que el Mercosur lo realice en un 90%. En ese sentido, la Unión Europea de forma inmediata y completa, una vez ratificado el acuerdo, liberalizaría el 80% de los aranceles sobre las exportaciones de productos industriales que provengan del Mercosur. Por otro lado, el Mercosur obtiene plazos amplios de hasta 15 años para liberalizar de forma gradual sectores sensibles a las consecuencias del acuerdo en la economía de los países miembros del bloque sudamericano.

En el mercado de bienes agroindustriales, el acuerdo logra que la Unión Europea (UE) liberalice el 99% de las importaciones agrícolas del Mercosur: para el 81,7% eliminará los aranceles de importación. En tanto, para el 17,7% restante de cuotas o preferencias fijas. Sólo se excluyen algo más de 100 productos.

Es destacable sostener que, en lo que respeta a las cuotas dentro de las cuales se bajará el arancel, determinados productos se regirán por ello para exportar a la UE, y fuera de ellos se mantendrá el arancel actual. En el caso de la carne, que representa grandes exportaciones para Argentina, Brasil y Uruguay se reducirá aranceles en cuotas de 99.000 toneladas anuales (bajará hasta 7,5%), aunque fuera de este cupo por separado se reducirá a 0% el arancel a pagarel ingreso de la carne correspondiente a la Cuota Hilton.

Por otro lado, el acuerdo de libre comercio contiene un apartado para la eliminación de barreras no arancelarias y la facilitación de exportaciones. Dentro de las medidas tendientes a ese objetivo, en los protocolos sanitarios, fitosanitarios y normas técnicas se verán mejoras en el acceso al mercado para ambos bloques, eliminando medidas arbitrarias e injustificadas a través del establecimiento de plazos y procedimientos transparentes que facilitan el flujo comercial.

Acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur. (Foto obtenida de Flickr).

A su vez, el acuerdo contempla la certificación en materia de origen y establece disposiciones sobre liberalización de aduana y despacho, reducción de supervisión física, simplificación y armonización de procedimientos aduaneros, entre otros.

En el sector servicios, los prestadores de la UE y del Mercosur podrán acceder al mercado de la contraparte en las mismas condiciones que los nacionales. Esto estimulará la radicación de inversiones en el sector productivo y en el de servicios mediante partenships, bussines networking, transferencia de know how y asistencia financiera, pero además agregará facilidades para el incremento de la inversión extranjera al otorgar certidumbre y estabilidad a los inversionistas.

Otras cuestiones relevantes son que el Mercosur abre sus mercados de obras públicas a empresas europeas por lo que pueden concurrir a una licitación para estas obras compitiendo en igualdad de condiciones con las locales y el acuerdo expresa que las partes respetarán los derechos laborales según los estándares de la O.I.T., así como la libertad de asociación sindical de los trabajadores y la eliminación del trabajo forzado y el infantil.

Los “Pros” del Acuerdo

Luego de haber realizado una revisión de los rasgos generales del acuerdo, es factible analizar los indicios que permiten abogar por la concreción de este pacto internacional. La apertura comercial y el levantamiento de barreras arancelarias resulta de vital importancia para asegurar un mercado relevante para los productos, servicios y bienes que desean exportarse por parte de ambos bloques.

El potencial de creación de comercio es muy importante considerando que el acuerdo podría aumentar el PBI de un 0,1% anual hasta el 2032 para la Unión Europea y un 0,3% en el Mercosur, según un informe de la London School of Economics. Además, se convertiría en la alianza más poderosa en términos geopolíticos y la zona de libre comercio más grande del mundo

La pandemia del covid-19 y el proceso del fin de la hiperglobalización junto a la creciente incertidumbre geopolítica en la que se destaca la guerra entre Rusia y Ucrania refuerza los argumentos a favor de la ratificación del proceso comercial. Es por eso que resulta un objetivo apetecible para la UE dentro de su estrategia de una búsqueda de autonomía para evitar la extrema dependencia de socios que la pueden condicionar.

La celebración de este pacto interregional se convertiría en una defensa de la globalización comercial y del sistema multilateral que caracteriza al actual orden liberal internacional, frente a la creciente amenaza de la desglobalización y la irrelevancia de los pactos internacionales ante el surgimiento de líderes globales iliberales.

Fotos del Anuncio del Acuerdo en 2019. (Twitter de Jean-Claude Juncker).

Las “Contras” del Acuerdo

Anteriormente, se han enfatizado los beneficios de implementar el acuerdo alcanzado, sin embargo, también debemos considerar las posibles desventajas. Entre ellas, se pueden mencionar los obstáculos para la aprobación y ratificación del acuerdo, los cuales han surgido tanto en Europa como en América.

En torno a la política medioambiental, se levantaron consideraciones y fuertes críticas entre los gobiernos de Brasil como de Francia en torno a la deforestación del Amazonas para el avance de una política agropecuaria tendiente a ganar mayores terrenos para su explotación. Esto choca con el pacto verde que se promueve en la Unión Europea tendiente a mitigar los efectos del cambio climático, entre lo que incluye un veto a la importación de productos que no cumplen con los estándares a favor de reducir el efecto humano sobre el clima.

En relación al escenario internacional, parlamentos de diferentes países miembros de la Unión Europea pusieron reparos en la aprobación del acuerdo, entre los que se destacan, Irlanda, Bélgica y Países Bajos . También el pleno del Parlamento Europeo realizó objeciones sobre el estado y los alcances del acuerdo. En consecuencia, también se oyeron voces en contra del estado del acuerdo y sus alcances por legisladores de países como Argentina, Uruguay y Brasil.

Los lobbies realizados por industrias y agroindustriales repercutieron notablemente en ser una contra del acuerdo. Los gobiernos nacionales de los países miembros de ambos bloques observaron quejas o desacuerdos en torno a los alcances del tratado de libre comercio en razón de que fallan en mayor o menor medida a sus industrias oa los ejes exportables.

Por ejemplo, los agroindustriales de Francia, Bélgica o Países Bajos implementaron varias consideraciones al respecto, expresando que no se encuentran de acuerdo con la ratificación del pacto y manifestando que se opondrán firmemente ante la amenaza que entienden jugarán productos más baratos que serán importados desde los países sudamericanos.

Los problemas internos del Mercosur también deben ser considerados como un obstáculo para el acuerdo. El bajo nivel de desarrollo de sus instituciones, que limita el progreso del bloque regional, junto con el interés predominante de los gobiernos nacionales en lograr objetivos específicos, crea una dinámica compleja que resulta difícil de entender para una organización supranacional como la Unión Europea.

Es por ello, que las rispideces entre Argentina y Uruguay que se dieron en torno al arancel externo común, a la posibilidad de celebrar acuerdos con otros países sin la intervención del bloque regional o a una mayor flexibilidad del bloque, dieron por el suelo la homogeneización política necesaria para ratificar una postura común en torno al acuerdo, que entumeció su consecución.

Además, la pandemia de COVID-19 y sus efectos han llevado a los bloques a prestar atención a las consecuencias sanitarias, sociales y políticas que surgirán a partir de las crisis desatadas. Esto ha llevado a que la discusión entre los bloques haya pasado a un segundo o tercer plano

Otro aspecto interesante y que representa una contra, son las asimetrías entre los bloques regionales. Esta cuestión representa un escollo ya que muchos especialistas entienden que, en vez de cortar las diferencias estructurales entre la Unión Europea y el Mercosur, estas se verán ampliadas pudiendo afectar gravemente los equilibrios u oportunidades para las economías de ambos lados del “charco”.

Rompecabezas Mercosur-UE. (Foto obtenida de Shutterstock).

¿En qué estado se encuentra el Acuerdo UE-MERCOSUR?

Actualmente, las instancias del acuerdo se encuentran paralizadas. Los procesos de adecuación jurídica y la revisión técnica no tuvieron mayores avances, quedando trunca su implementación como la posibilidad de revisión de aquellas clausulas sobre las que desde las tribunas se ha fustigado, pero no se han puesto a revisión en negociaciones para su evaluación.

Es evidente que los cambios de gobierno en ambas partes de la mesa de negociación tienen un impacto significativo en el progreso del acuerdo. Además, los cambios que se han producido en el comercio internacional, como resultado de la tensión geopolítica mundial, con la guerra ruso-ucraniana como uno de los mayores exponentes, así como las consecuencias de la “Coronacrisis“, han tenido un impacto considerable. La disminución de la hiperglobalización, que ha llevado a la relocalización de las cadenas de suministro, junto con el aumento de los precios de los productos básicos y la escasez de insumos clave, son factores importantes que afectan la reactivación del acuerdo

Es por eso, desde su asunción en enero, Lula Da Silva ha promovido una agenda de inserción mundial para Brasil, en lo que uno de sus puntos importantes es el relanzamiento del Mercosur, y con ello, la necesidad de arribar a un acuerdo con la Unión Europea. Desde el otro lado, países antes mayormente reticentes, también han impulsado la necesidad del acuerdo como Francia y Alemania, cuyo canciller realizó recientes visitas a Argentina, Brasil y Chile.

“Una lucecita al final”: la posibilidad de un acuerdo en 2023

El lector podrá analizar la conveniencia de alcanzar un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, según su propio punto de vista. Actualmente, se observa una posible oportunidad para lograr un trato, tal como lo expresó el Cardenal Samoré en su mediación entre Argentina y Chile, cuando ambos países estuvieron al borde de la guerra en 1978, al referirse a una pequeña esperanza o “lucecita” para alcanzar una solución pacífica al conflicto.

2023 puede ser el año que signifique la firma del convenio final y el inicio de la ratificación entre ambos bloques de lo que supondría un acuerdo histórico sin precedentes. Para América del Sur podría iniciar un proceso de mayor integración, para Europa la apertura de un mercado que no le será hostil ni le generará dependencia. Las consecuencias directas ya sean estas positivas o negativas, serán parte del futuro o como dirán los antiguos romanos: “alea iacta est ”.


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#DesdeVenezuela: El Mercosur arremete contra Venezuela activando su cláusula democrática. Los principales estados de la organización presionan al gobierno de Maduro en una ofensiva que puede desestabilizar la región de Latinoamérica. En este artículo, analizamos las claves de este nuevo conflicto con los expertos académicos Luis Quintana, Vicente Márquez, y Alfredo Ordóñez.


Ana Karen Mora28/09/2015
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Estamos acostumbrados a leer información sobre las diferentes problemáticas de América Latina: su pobreza, la gran desigualdad, la violencia, inseguridad, la pérdida de recursos materiales, entre muchas otras dificultades. Sin embargo, se lee mucho menos sobre los logros económicos que se han ido desarrollando en el continente. Éxitos que, aun reconociendo que son parciales y que queda mucho camino por recorrer, no podemos dejar de señalar para hacernos una idea real de las dinámicas económicas en la región.


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En el intento de crear nuevas estrategias para facilitar su desarrollo, los países optan por establecer acuerdos y trabajar en estrecha colaboración con otros actores de la escena internacional, constituyendo bloques de integración, con objetivos específicos.

Actual integración en las Américas

Cumbre Alianza para el Pacifivo. Via: La Vanguardia

Actualmente en América Latina (AL) hay dos bloques sub-regionales que son objeto de comparaciones, pero que son tan semejantes como diferentes.

En abril de 2011 fue creada la Alianza del Pacifico (AP) formada por Chile, Colombia, México y Perú y que tiene 3 objetivos:

  • Construir, de forma participativa y consensuada, una zona de integración profunda para avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.
  • Impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de las Partes, con el objetivo de lograr mayor bien-estar, superar las desigualdades socioeconómicas e impulsar la inclusión social de sus habitantes.
  • Convertirse en una plataforma de articulación política, integración económica e comercial y proyección al mundo, con énfasis en la región Asia-Pacifico.

Por otro lado, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), creado con la firma del Tratado de Asunción en marzo de 1991 – formado, actualmente, por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela – establece:

  • Libre circulación de bienes, servicios e factores productivos entre los países, a través, de la eliminación de los derechos arancelarios y restricciones no tarifarias a la circulación de mercancías y de cualquier otra medida de efecto equivalente.
  • Establecimiento de una tarifa externa común y adopción de una política comercial común en relación a terceros Estados o grupos de Estados y coordinación de posición en foros económicos-comerciales regionales e internacionales.
  • Coordinación de políticas macroeconómicas e sectoriales entre los Estados parte: de comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal, monetaria, cambial, de capitales, servicios, aranceles, transporte y comunicaciones, entre otras –a fin de asegurar las condiciones adecuadas de competencia entre los Estados miembros.
  • Compromiso de los Estados miembros de armonizar sus leyes, en las áreas pertinentes, para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.

La inevitable comparación

Después de la creación de la AP diversas críticas y comparaciones fueron hechas entre los dos bloques. Algunos analistas y jefes de Estado creen que la AP es impulsada por la Casa Blanca, lo que está generando afirmaciones como la de Evo Morales, presidente de Bolivia (candidata a la adhesión al Mercosur) que afirmó que “La Alianza del Pacifico significa privatizar los servicios básicos…”

Se puede resumir las diferencias entre los bloques en tres puntos clave:

Ideología

La AP apuesta por la economía de mercado y por los acuerdos de libre comercio, hecho que genera una mayor confianza de los organismos de crédito. En este sentido lleva a cabo acciones como la eliminación de las tarifas arancelarias de 92% de los productos y reducción de barreras de las transacciones comerciales y exigencias para vistos, dejando claro su interés en atraer inversiones extranjeras.

Mientras tanto, el Mercosur apuesta por el proteccionismo doméstico y el desarrollo regional, siendo estas las razones por las cuales la inversión social de los países del Mercosur superan las del Alianza del Pacifico.

Alcance

El tercero objetivo de la AP es “Convertirse en una plataforma de articulación política…”, lo que evidencia una mayor politización de su integración en comparación al Mercosur.

Simetría y organización

Es más notable y fuerte la integración del bloque del Pacífico. Esto queda claro, por ejemplo, con la integración del México al Mercado Integrado Latino-Americano (MILA) – formado por Colombia, Perú y Chile – el que permite el intercambio y flujo de capitales entre los cuatro países de manera mucho más rápida y busca el desarrollo de los mercados de capitales para proporcionar a los inversores una mayor oferta de valores y a los emisores, fuentes de financiamiento.

Lucha por el liderazgo en la región

Es importante citar que ambos organismos tienden a convergir en valores y principios: buscan la integración regional, el desarrollo de la competitividad, el crecimiento y la libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales. La creación de la AP viene generando debate en el interior del continente, es especial en lo que se refiere al liderazgo de las dos potencias económicas de la América Latina: Brasil e México.

Brasil, mayor economía latino americana está sufriendo una caída de su solvencia financiera desde 2013. El Banco Mundial espera que la tasa de crecimiento anual del PIB Brasileiro sea de 2,7 en 2015 y de 3,1 en 2016, quedando debajo de la mediana de América Latina. Mientras, se estima que México crecerá 3,5 en 2015 y 4,0 en 2016, quedando por encima de mediana regional, según datos de la misma organización.

Chile: La nación puente

No todo es antagónico entre las dos partes. Chile sirve de interlocutor entre los dos bloques, con el objetivo de buscar puntos de convergencia. En la reunión de negociaciones de los dos mecanismos, realizada en Santiago, el día 24 de noviembre, la presidente chilena Michelle Bachelet destacó que “Debemos dejar de lado de una vez por todas esta idea de que existen dos bloques contrapuestos que no dialogan entre ellos.”

Foto: Presidente Chile. Fonte: El reno Critico

Es probable, que Chile tenga entre sus prioridades integrarse a otras iniciativas regionales. Si consideramos que, segun datos de la Comisión Económica para América Latina y Caribe (CEPAL), los nueves países juntos representan el 91.2% del PIB de la región (AP 35.4% y Mercosur 55.8%), la idea de una integración regional es una gran oportunidad, no sólo para Chile, sino para cualquiera de los otros 8 países.

En este sentido, la presidenta chilena cree que: “los países pertenecientes a la Alianza del Pacifico y al Mercosur se beneficiarían si ofrecieran respuestas conjuntas a temas como  la ciencia y la tecnología, la cooperación sanitaria, la promoción de las exportaciones, las infraestructuras, la movilidad de los ciudadanos, las telecomunicaciones y el turismo.”

Conclusión

Se puede concluir que mientras la AP desea hacer acuerdos comerciales con el mundo, el Mercosur busca el desarrollo regional. No obstante, debemos cuestionarnos si a lo largo de la historia ha resultado verdaderamente beneficioso para los pueblos de América Latina el hecho de firmar acuerdos con el objetivo de coordinar las economías nacionales y la vida de la gente, o si se está formando una burocracia supranacional que provoque la pérdida de soberanía nacional en la región, tal y como afirma el economista Murray Rothbard.

Foto de Portada:  Memorial Mão – Blog.mobly.com.br

Esta es una explicación sin ánimo de lucro


A Leum Yang01/07/2013
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La gira diplomática a América Latina de Xi Jinping fue la segunda después de tres meses desde que asumiera la presidencia china. Así, América Latina y el Caribe fueron señalados como unos de los socios más importantes para el país asiático después de Rusia y África.

En la noche del pasado 31 de mayo el presidente chino aterrizó en Trinidad y Tobago para empezar su primera gira por América Latina y el Caribe, donde el mandatario chino prometió 3.000 millones de dólares de préstamos a las naciones caribeñas además de proporcionar médicos y becas. Luego llegó a San José, donde firmaron nuevos acuerdos entre los cuales destaca un crédito preferencial por 400 millones de dólares para las infraestructuras del país del istmo. Por último, en México, Xi Jinping y Peña Nieto elevaron la relación de sus países al nivel de asociación estratégica integral (a pesar de sus rivalidades comerciales).

Sin embargo, todos estos acontecimientos no son sorprendentes, ya que la relación entre China y América Latina ha sido cada vez más estrecha. En el período 2005-2009, las tasas de crecimiento de las exportaciones (24,8%) e importaciones (24,5%) de la región con China fueron más altas que las de países latinoamericanos con cualquier parte del mundo. Siguiendo este ritmo, en el año 2020 China sería el segundo socio comercial de la región después de Estados Unidos, desplazando a la Unión Europea. También las visitas mutuas y los acuerdos gubernamentales han aumentado significativamente. Así, ambas partes, desconocidas durante décadas, protagonizan hoy un acercamiento que se produce a una velocidad impresionante.

¿Por qué América Latina?

Presidenta Dilma Rousseff durante el encuentro bilateral con el presidente de China, Xi Jinping. Durban-Sudáfrica / Roberto Stuckert Filho Cuenta Flickr: Blog de Planalto

La razón fundamental del acercamiento entre China y América Latina reside en la percepción de sus situaciones económicas respectivas en el mundo. Para China el crecimiento económico ha sido y es la fuente fundamental de su ascenso internacional como principal potencia mundial. Por lo tanto, la continuidad de este crecimiento es la clave para mantener e incluso para aumentar su estatus. Sin embargo, la creciente demanda interna de energía, materias primas y alimentos, así como la constante prospección de nuevos mercados para vender sus manufacturas son desafíos que pueden impedir su crecimiento.

Sin duda, el petróleo es uno de los productos más buscados en América Latina, y esto explica, en buena medida, el interés chino en los países productores de hidrocarburos como Venezuela, Brasil, Colombia, Ecuador y Trinidad Tobago. Además, hay otras materias primas que interesan a los chinos, en especial los minerales y los alimentos: los principales productos exportados desde la región a China son la soja, el  hierro, el cobre, la pasta de papel, la harina de pescado y el cuero.

Por otra parte, los mercados latinoamericanos son cada vez más interesantes para las exportaciones de manufacturas chinas como es el caso de México y Panamá. En este sentido, Pekín quiere que sus socios latinoamericanos le reconozcan el estatuto de economía de mercado para reducir las posibilidades de acciones anti-dumping contra ella. Así, el país asiático inició una ofensiva diplomática en la región, por lo cual ha logrado convencer a Argentina, Brasil, Chile y Perú.

Detrás del acercamiento también hay motivos políticos. Para China, que quiere expandir su poder e influencia en el mundo, es necesario conseguir nuevos socios como América Latina y África. Así, en sus discursos hacia los “amigos del Sur”, los dirigentes chinos nunca olvidan resaltar que deben “salvaguardar los intereses comunes de todos los países en vías de desarrollo” como dijo Xi Jinping ante el Congreso mexicano el pasado día 5 de junio.

Existe otra razón política importante para explicar el acercamiento de China hacia América Latina: la cuestión de Taiwán. En la actualidad existen 27 países en el mundo que mantienen sus relaciones diplomáticas con Taipei y 11 de ellos se encuentran en América Latina y en el Caribe. Aunque Taiwán y China acordaron mediante un pacto tácito no competir por aliados diplomáticos, China sigue ostentando la ventaja de ser su socio como lo hizo el presidente Xi en Costa Rica. Este es el único país del istmo que tiene relaciones diplomáticas con China desde 2007 tras romper lazos con Taiwán y ha tenido acceso a numerosos proyectos de cooperación con Pekín, incluido un estadio nacional de fútbol, equipamientos para la policía y financiación de carreteras.

Visita del Presidente Xi Jinping y primera dama Peng Liyuan de la República Popular China / Cuenta Flickr: Presidencia de la República de Costa Rica.

¿Por qué China?

Para los latinoamericanos, es indudable que quieren beneficiarse de las enormes oportunidades económicas que presenta China. De hecho, la región se ha beneficiado del impacto chino en la economía mundial como el aumento de la demanda mundial, especialmente la de materias primas y alimentos y la consecuente subida del precio de estos productos.

Por otro lado, América Latina ha visto a China como una alternativa o contrapeso para diversificar sus relaciones exteriores. En la década pasada, la región se tuvo que enfrentar a la indiferencia de sus dos socios más importantes, Estados Unidos y Europa: el país vecino dirigió su atención hacia Oriente Medio y las amenazas terroristas; en cuanto a Europa, la relación está estancada desde mediados de los 90 debido a la preocupación europea por su propia dinámica regional, la ampliación y la estabilidad de su entorno acuciado por la actual crisis económica que vive. Además, la aparición de gobiernos de centro-izquierda y hasta los más radicales hizo posible políticas pragmáticas y anti-imperialistas para buscar alternativas como China.

¿Estamos ante otro ejemplo de Cooperación Sur-Sur?

Las cifras de las relaciones económicas entre China y América Latina son espectaculares.

El valor del comercio bilateral es de casi 200 billones de dólares. Ahora China es el primer destino de las exportaciones de Brasil y Chile, y el segundo de Perú, Cuba y Costa Rica. También un 13% de las importaciones de América Latina y el Caribe viene de China, el tercer país entre otros principales orígenes de las importaciones. A su vez, la región es uno de los destinos más destacados de la inversión china por un monto total de 31 billones de dólares.

La cooperación militar también tiene un papel creciente en las relaciones sino-latinoamericanas. Casi todos los países de América del Sur tienen acuerdos militares con Pekín y los ejemplos más significativos son los siguientes:

  • con Brasil ha firmado cinco acuerdos bilaterales para desarrollar satélites y también el Acuerdo para Cooperación en Defensa;
  • mantiene diálogos con las autoridades de Defensa de Colombia y Venezuela;
  • con Argentina desarrolla una cooperación para el uso pacífico de la energía nuclear;
  • con Ecuador y Bolivia firmó convenios para mejorar la capacidad logística de sus fuerzas armadas.

Más allá de crear relaciones bilaterales, Pekín y los países latinoamericanos también han intentado sentarse juntos en las instituciones regionales: China es país donante del Banco Interamericano de Desarrollo desde 2008 y observador en la Asociación Latinoamericana de Integración desde 1994, en la Organización de Estados Americanos desde 2004 y en el Parlamento Latinoamericano desde 2004. Además, está promoviendo varios foros de cooperación con la región y ha establecido ya mecanismos de dialogo con el MERCOSUR y con la Comunidad Andina.

Preocupaciones: las desesperanzas y los desafíos

A pesar de las expectativas y los intereses cruzados, a medida que la relación avanza aparecen dudas y preocupaciones sobre esta relación. Esta tendencia ha sido más fuerte en América Latina donde algunos empezaron a percibir a China como una amenaza.

En primer lugar, además del constante déficit comercial de la región con China, la inversión de China en América Latina se ha concentrado en determinados sectores estratégicos de la región tales como energía, agricultura extensiva de exportación, y minería. Por lo tanto, muchos latinoamericanos temen que China tome el control de estos sectores.

En pocos años las corporaciones estatales chinas han logrado una posición importante en todos los sectores energéticos de la región. En Ecuador, por ejemplo, la Corporación Petrolero Nacional China y Sinopec han logrado adquirir un billón de dólares de activos de Encana, por lo cual cuenta con un 12% de la producción total de petróleo ecuatoriano.

Protestas en Argentina “Made in China” / David Sasaki

Además, el gran interés de China por las materias primas de América Latina parece deteriorar la situación económica de la región. Sobre todo porque América Latina está regresando a su posición histórica de proveedor de recursos naturales y de materias primas para responder a las necesidades del mundo exterior, en este caso las chinas. A lo largo de la historia latinoamericana se ha experimentado cuán vulnerable es la economía cuando depende de la exportación de materias primas haciendo que este tipo de modelo económico no sea sostenible.

También existe también escepticismo en el ámbito político, especialmente por el comportamiento chino en la escena internacional. Muchos latinoamericanos esperaban más apoyo en foros internacionales tales como la Organización de Naciones Unidas o en las negociaciones internacionales, debido a su identificación común como países del tercer mundo. Sin embargo, de forma contraria a las expectativas, China no ha mostrado su voluntad de apoyar a la región, por lo menos en la práctica.

El aumento de las relaciones sino-latinoamericanas ha generado importantes ganancias para ambas partes, mientras ha producido dudas y preocupaciones por la posible asimetría de dichas relaciones. Sería prematuro identificar ya un eje sur-sur como vaticinan muchos observadores exteriores. Es más bien un acercamiento pragmático y realista. El futuro de esta relación está todavía “en vías de desarrollo”.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro

Foto portada: Cena de Estado que en honor del Excmo. Sr. Xi Jinping, Presidente de la República Popular China, y de su esposa, Sra. Peng Liyuan. Palacio Nacional, Ciudad de México / Angélica Rivera de Peña.