Se dice que aprenden a nadar antes de caminar, que rompen sus tímpanos para sumergirse en el mar más tiempo y más profundo, y que pasan sus vidas en el mar, viviendo entre barcos y el agua en busca de perlas, pepinos de mar y pescado.
Se trata de los Bajau, una tribu que vive en el Triángulo Coral, región del Sudeste asiático, entre Filipinas, Malasia e Indonesia. Y son una de las últimas tribus nómadas marítimas del mundo.
Los sistemas de alerta de desastres de esta tribu se encendieron rápidamente en las zonas más afectadas por el tsunami de 2004, pues entre ellos apenas contaron víctimas como resultado del desastre. ¿Cómo pudo ser?
La búsqueda de explicaciones “científicas” – desde el excluyente punto de vista racionalista – dejó a los saberes tradicionales fuera de toda consideración “científica”. Este desdén progresivo tuvo entre una de sus muchas desafortunadas consecuencias la falta de constancia de numerosas prácticas tradicionales que, como en este caso, resultan cruciales para la supervivencia de pueblos enteros. Un ejemplo parecido es el de las piedras de los pueblos japoneses de Murohama y Aneyoshi, de mil años de antigüedad, que recomiendan no construir viviendas por debajo de determinados niveles. Por esta falta de constancia escrita es complicado saber el modo específico en que estos grupos son capaces de reconocer determinadas señales que les ayudan a identificar con antelación posibles peligros.
Por otro lado, sin embargo, la tribu de los Bajau también es directamente responsable de ciertas prácticas pesqueras insostenibles, como la pesca viva en arrecife.
El comercio de pescado vivo de arrecife se basa esencialmente en bucear con un compresor (aire bombeado a través de una manguera) para después usar botellas de cianuro para aturdir a los peces y así capturarlos vivos. A continuación, se venden a través de una serie de intermediarios a Hong Kong y China continental. Estas prácticas resultan problemáticas ya que el cianuro no sólo aturde a los peces sino que también devasta los arrecifes, se mezcla con las corrientes y puede llegar a viajar varios kilómetros bajando por las paredes de los arrecifes, obstruyendo los pólipos de coral y conduciendo a una gran cantidad de capturas accidentales. Además, el epinephelus morio (o mero rojo, la especie objetivo) se encuentra ahora en peligro de extinción y es una especie clave para los ecosistemas coralinos.
Nativo del Reino Unido, James Morgan estudiaba fotografía en Londres cuando leyó acerca de un grupo de navegantes nómadas del sudeste asiático que habían sobrevivido al tsunami de 2004, casi sin víctimas.
Antropólogo de profesión, Morgan decidió documentar los Bajau Laut, que han comenzado a perder su cultura en los últimos años debido a los programas de gobierno que les obligan a mudarse tierra adentro y a la difícil realidad de la pesca para ganarse la vida en mares sobreexplotados.
En su web se pueden ver el resto de sus fotografías.
Ésta es una explicación sin ánimo de lucro
Esta explicación ha sido retomada de nuestra web hermana Muhimu, donde apareció en versión reducida realizada por el alter ego de la autora de la presente explicación.
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5 comments
HeKeIsDa
07/04/2015 at
bueno pero cual es la imagen que me dice como es un Bajau? yo veo puros seres humanos identicos a mi en esa foto