La crisis entre las fronteras de Polonia y Bielorrusia ha sido calificada como “un ataque híbrido” en vez de una crisis de migrantes, afirmaciones que coinciden con la teoría del uso de la migración como un elemento coercitivo en la geopolítica.
La crisis entre las fronteras de Polonia y Bielorrusia ha sido calificada como “un ataque híbrido” en vez de una crisis de migrantes, afirmaciones que coinciden con la teoría del uso de la migración como un elemento coercitivo en la geopolítica.
A menudo, la distinción jurídica entre refugiados e inmigrantes sirve de coartada para que los Estados no asuman plenamente sus responsabilidades con los migrantes. ¿Pero qué dice el Derecho Internacional y cuáles son realmente las responsabilidades que tienen los Estados frente a estos dos grupos vulnerables?
No existe una sola dimensión ni engranaje de nuestras sociedades cuyo funcionamiento no haya sido alterado por el alcance de la pandemia. El desarrollo de los acontecimiento ha puesto de manifiesto que los colectivos más desfavorecidos económicamente son los que sufren con mayor crudeza las terribles consecuencias sanitarias y sociales que el virus deja tras de sí.
A principios de mayo se ha celebrado en Bruselas la primera Cumbre Europea sobre Refugiados y Migrantes. Este encuentro histórico, realizado pocas semanas antes de las elecciones europeas, ha reunido a más de 60 organizaciones e instituciones públicas y privadas europeas que trabajan por la protección y la defensa de derechos de los solicitantes de asilo y migrantes.
El sistema de asilo español ha entrado en una crisis que se viene fraguando desde hace tiempo y que, sin embargo, nadie ha sabido o querido afrontar. En este artículo se valoran algunos factores que han conducido a la situación actual y las perspectivas de futuro que, a pesar de la propaganda gubernamental, no son tampoco especialmente halagüeñas.
La situación de las personas refugiadas y solicitantes de asilo que llegan desde Afganistán es desesperada, y Europa parece decidida a deportarlos de vuelta al caos en el que está sumido su país.
Uno de los factores explicativos del auge de los partidos de extrema derecha es la reacción a las migraciones. Según Pippa Norris, el aumento del multiculturalismo y la falta de una gestión eficiente de la inmigración han provocado este resultado. Sin embargo, diversas iniciativas de la sociedad civil y el trabajo de distintas organizaciones internacionales luchan por revertir esta situación enfocándose en el desarrollo de los migrantes y la mejora de su calidad de vida.
La ya conocida como "crisis de los refugiados" en Europa, con personas que provienen no únicamente de Oriente Medio sino también del Norte de África, ha provocado una respuesta diferente al respecto de cómo atender la situación y manejar las fronteras, dada la compleja dinámica que representa. Aunque el tema no es desconocido para la comunidad europea ni para el resto del mundo, se ha abierto el debate sobre cómo debemos manejar esta problemática y cómo financiar la ayuda.
¿El proyecto europeo ha muerto? Las dificultades económicas y la crisis institucional, la mala gestión de la llegada de refugiados y el auge de los partidos de extrema derecha, el Brexit y el alejamiento de EE.UU., las posibles secesiones y el freno a la integración... retos que quizá la Unión no será capaz de enfrentar. ¿O sí?
Cada día hay 34.000 personas que se ven forzadas a abandonar su hogar. En total, hay 65 millones de personas en esta situación, de las cuales un tercio son refugiados. Ante esta crisis ¿qué hace el mundo? En un contexto de criminalización de la inmigración en el que los estados del llamado "primer mundo" han levantado muros y puesto en marcha políticas de rechazo, analizamos las claves de una crisis de refugiados que ha puesto en evidencia una crisis de humanidad global.