¿Qué ha sucedido?
Casi 150.000 ejemplares de una especie de antílope que se encuentra en gran parte en Kazajistán, conocida como Saiga tatarica, han muerto entre el 9 de mayo y el 3 de junio de este año. Según el Ministerio de Agricultura del país, cuando se descubrió el primer ejemplar muerto, el 11 de mayo de 2015, había aproximadamente 300.000 antílopes. El 27 de mayo, sólo unos días más tarde, se encontraron casi 121.000 cadáveres en la misma zona. Entre mayo y junio la cifra ascendió a un total de 148.800 cadáveres.
Era tal el misterio de la muerte masiva de saigas, que el Ministerio de Agricultura de Kazajistán pidió ayuda a expertos del Secretariado de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres para esclarecer las causas de la muerte.
En junio 2015, la Organización Mundial de Sanidad Animal informó de que la causa de la muerte masiva de saigas había sido la bacteria Pasteurella, y dijo que el brote había terminado. Sin embargo, hay expertos que barajan también otras posibles causas biológicas y medioambientales. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, una coalición global de gobiernos y organizaciones medioambientales, dice que el antílope saiga se encuentra en “peligro crítico” de extinción.
¿Qué se conoce sobre el antílope saiga?
Los antílopes saiga (Saiga tatarica) existen desde la edad de hielo, cuando convivían con otros animales como el mamut lanudo o el tigre de dientes de sable. Éstos se extinguieron, pero los antílopes sobrevivieron. Los antílopes se encontraban durante los últimos glaciares en Asia, América y Europa, incluso en la península ibérica. Sin embargo, la especie se fue extinguiendo principalmente debido a la caza. Actualmente los saigas se encuentran en Asia Central, desde el sur de Rusia hasta el noroeste de China e incluso en algunas zonas de Mongolia. Esta especie se encuentra sobre todo en Kazajistán y Uzbekistán. En China, la especie se extinguió hace décadas debido a la elevada demanda de cuernos de antílopes machos que se utilizaban para la medicina tradicional china.
Los saigas son nómadas, suelen vivir entre seis y diez años y tienen un tamaño corporal similar al de una oveja. Se les distingue de otras especies de antílope por su nariz tubular, ancha y larga. Se dice que la nariz les permite filtrar el polvo y mantener la temperatura corporal de las zonas frías y secas en las que habitan. Su pelaje es de color marrón en verano y blanco en invierno. Tienen una forma de andar un tanto torpe, ya que lo hacen con la cabeza gacha, pero pueden llegar a una velocidad de hasta 80 kilómetros por hora durante las migraciones. En primavera emigran hacia el norte, y el invierno hacia el sur (Uzbekistán, Turkmenistán, y Rusia), ya que tienen resistencia suficiente para cubrir largas distancias e incluso cruzar ríos. Se alimentan de hierbas, arbustos, y algunas plantas que resultan venenosas para otros animales.
Las hembras, que pueden tener descendencia a la temprana edad de ocho meses, producen a menudo gemelos o trillizos y dan a luz en masa (con otras hembras) durante aproximadamente una semana. Esto les permite protegerse de depredadores como lobos o águilas. No obstante, durante la época de celo, los machos luchan a muerte y se calcula que entre el 50% y el 70% mueren en el proceso.
En los años 1920, la especie estuvo al borde de la extinción a causa de inviernos extremadamente fríos en los que la población cazaba saigas por su carne. La especie se recuperó hasta alcanzar los dos millones de ejemplares en sólo 30 años gracias a la Unión Soviética, que prohibió la caza de saigas. No obstante, tras el colapso de la Unión Soviética, se disparó la caza furtiva debido a la demanda de cuernos de China.
En los años 1980 hubo varios episodios de muertes masivas de saigas. En 1984, por ejemplo, murieron 100.000 ejemplares, el 67% de la población. Recientemente ha habido otras epidemias mortales. En 2010 aparecieron muertos más de 12.000 saigas debido a la pasteurelosis. El año siguiente otro brote acabó con más de 400 ejemplares, y en 2012 murieron más de 500.
¿Qué medidas existen para proteger a esta especie?
- Hace cuatro años, Kazajistán extendió la prohibición de cazar saigas hasta 2021 y la ley del país impone sanciones de hasta cinco años de prisión para los cazadores furtivos.
- Desde las muertes de saigas en 2010 y 2011, se creó un programa de investigación en el que participaron tanto científicos de Kazajistán como de otros países.
- En mayo 2015, el Primer Ministro de Kazajistán, Karim Massimov, creó un grupo de trabajo para esclarecer las causas de la muerte y supervisar la ‘desinfección’ de las tierras en las que murieron los saigas.
- El grupo de conservación SCA, Conservation Saiga Alliance, se creó para realizar un plan de acción. El plan se ha firmado en los países donde se encuentra esta especie. Además, el SCA colabora con la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad de Kazajistán (ACBK) para educar a la población local. El ACBK también ha creado áreas protegidas en las zonas con más afluencia de saigas.
- En Kalkumia, Rusia, hay proyectos de cría en cautividad en el Centro para el Estudio y la Conservación de Animales Silvestres.
- En China, las autoridades han puesto medidas para fortalecer los controles internos para evitar el comercio legal de cuerno de saiga y medidas severas contra el comercio ilegal. No obstante, en 2013 la policía china encontró 470 cuernos de saiga que pertenecían a 2.235 ejemplares.
- Desde el año 2002, el Fondo Internacional por el Bienestar Animal (IFAW) ha proporcionado fondos para que haya brigadas anti-caza para proteger a los saigas en un santuario situado en la región rusa de Astrakhan; apoya a un centro de reproducción en Kalmykia; y ha proporcionado comida y agua en situaciones de sequedad extrema a más de 150 saigas.
- La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres hace mención a la situación antílope saiga, y pide que se apliquen las medidas identificadas en su programa de trabajo para proteger a la especie.
Las pistas: ¿Qué posibles causas barajaban los expertos?
Se dice que los antílopes saiga que murieron presentaban dificultades para respirar, diarrea severa, vientres hinchados, y sangre en la nariz y la boca. Los expertos barajaron principalmente tres posibilidades:
- La bacteria Pasteurella: este microorganismo suele ser inofensivo, ya que se produce de forma natural en el tracto respiratorio superior de los animales, pero puede ser perjudicial cuando se tiene comprometido el sistema inmunológico (por otra infección, estrés, o malnutrición). Ésta es la opción más plausible, aunque no se ha identificado el transmisor de la enfermedad.
- Otra posibilidad podría ser una infección por bacterias clostridias, un género responsable de males tan graves como el botulismo, la gangrena y el tétanos. Esta bacteria se identificó en aproximadamente la mitad de los saigas que murieron.
- Finalmente, también podría tener un origen vírico, transmitida por un mosquito.
Aunque parece que los expertos coinciden en que la principal causa ha sido la bacteria Pasteurella, los hay que aseguran que la causa de esta catástrofe todavía está por determinar. Otros posibles factores son los cambios de temperatura bruscos, por ejemplo por fuertes lluvias, largos inviernos, o largas sequías. En este sentido, hay quien cree que las defensas naturales de esta especie se han debilitado debido al cambio climático.
Sea como fuere, de ahora en adelante la protección de los saigas tendrá que ser una prioridad para el gobierno de Kazajistán y sus países vecinos, y también de la comunidad internacional. Sino, corremos el riesgo de perder a una de las especies más antiguas del planeta.
Ésta es una explicación sin ánimo de lucro
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