Durante los últimos meses, las protestas en el viejo continente se han acrecentado. Francia, Alemania, República Checa, Portugal y el Reino Unido han sido los focos principales de las manifestaciones sociales, huelgas y disturbios. En el presente artículo se explicará la situación de las principales ciudades europeas y que se vislumbra para el mes entrante.
La tensión social en Europa se incrementa, la doble crisis por la pandemia por COVID 19 y la guerra ruso ucraniana han potenciado la crisis internas de los Estados. En Alemania, el pasado 24 de marzo, se produjo un paro que afectó a los desplazamientos en todo el país. El objetivo de esta acción era paralizar el país: que no circule ningún tren, colectivo y no despegue ningún avión. Los sindicatos que impulsaron el paro fueron Ver.di, sindicato de los trabajadores del sector público (la Administración federal y local), y por otra parte, EVG, sindicato de los trabajadores ferroviarios (incluyendo a Deutsche Bahn), que protestan contra las subidas salariales, ya que estas no compensan la elevada inflación. El Presidente de EVG se expresó de la siguiente manera: “Tenemos que ser conscientes de que la patronal sigue ignorando las necesidades de sus empleados”.
Más allá de que el gobierno logró acordar con los sindicatos, las huelgas continuaron. El 21 de Abril, el sindicato de los ferroviarios dió inicio a un nuevo paro, para reclamar por un aumento para sus empleados, lo que a su vez coincidió con el segundo día de huelgas de advertencia del personal de seguridad y controles en los aeropuertos de Düsseldorf, Colonia-Bonn, Hamburgo y Stuttgart. No obstante, el pasado lunes 24 de abril se ha producido una nueva huelga que conllevó a cancelar todos los vuelos programados en el Aeropuerto Berlin-Brandenburg, situación que afecto al país y la región. En esta ocasión, el sindicato Ver.di exige mejores retribuciones a sus trabajadores de los turnos de noche y para los días festivos.
Aunado a esto, el mismo lunes a la mañana, los activistas climáticos alemanes protestaron contra el gobierno, acusándolo de no poseer una política que mitigue los efectos del cambio climático. Los protestantes, quiénes forman parte del grupo “Última Generación”, bloquearon numerosas calles en Berlín, expresando que: “Ya no aceptamos que el gobierno no tenga un plan para detener la destrucción de la base de nuestra existencia”, y agregaron: “Estamos paralizando la ciudad para que el gobierno actúe”. Además, no descartaron que tales bloqueos se intensifiquen en los próximos días.
En cuanto a Portugal, a principios del mes de abril, miles de personas se han manifestado debido al aumento del precio de los alquileres. Rita Silva, quién es la representante de “Habita”, expresó: “Hoy hay una gran crisis de vivienda. Esto es una emergencia social”. En medio de la lucha por acceder a una vivienda, los salarios elevados y los altos alquileres, Lisboa se ubica como la ciudad menos viable para vivir. Lo cual a su vez se vincula con la gran inflación existente, representada en un 8.2%. Teniendo en cuenta que el coste de vida es muy elevado, la sociedad portuguesa le exige al Estado que congele los precios de los bienes, específicamente aquellos de primera necesidad: agua, electricidad, comunicaciones y obviamente, viviendas.
Otro Estado que se ha visto afectado por manifestaciones fue República Checa. Hacia mediados del mes de Abril, se produjeron una serie de huelgas cuando el Gobierno tomó la decisión de subir los precios de la energía y los alimentos, en un momento en que la inflación alcanza el 15%. Las multitudes expresaban: “Queremos la renuncia del gobierno”. Los manifestantes junto al líder del grupo populista, Jindrich Rajchl, culpan a la Unión Europea y al gobierno checo por el estado de la economía, pidiendo que renuncie la coalición de cinco partidos. Afirmaron que la postura pro ucraniana de Praga pone en un grave peligro al país, resaltando que es: “la mayor amenaza contra la seguridad nacional” y reclaman fervientemente su salida de la OTAN. Por otra parte, el desacuerdo de la sociedad con el gobierno se acrecentó cuando se llevó adelante la reforma de pensiones, en la cual se aumentó la edad de jubilación a los 68 años, tan solo cuatro años más que en Francia. Si bien los sindicatos desean negociar con el gobierno, resaltan que sí no se logra un acuerdo en este tiempo, las huelgas y marchas serán masivas como virulentas en todo el país. El Jefe sindical checo, Josef Stredula, expresó el pasado 24 de Abril que sí no se logra resolver la cuestión de la reforma de pensiones o la suba de los impuestos: “(…) podría conducir a una escalada de la situación”.
En el Reino Unido se ha visto afectado el sector de la salud, por lo que las enfermeras, el personal de apoyo, los conductores de ambulancias y otros trabajadores del NHS (Servicio Nacional de Salud) de Inglaterra se han opuesto a la última oferta salarial por debajo de la inflación que hicieron las autoridades inglesas en marzo. Conviene señalar que desde el 11 de abril, cerca de 60.000 médicos jóvenes realizaron una huelga de cuatro días, exigiendo la restauración salarial para compensar el recorte del 26%, desde 2008, en sus salarios netos. Por tanto, Unite the Union y el Royal College of Nursing (RCN) convocaron acciones de huelga antes y después del Día Internacional de los Trabajadores el 1 de mayo. Sin embargo, el Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, ha expresado que los trabajadores de NHS “no recibirán una gran oferta salarial este año”.
Otro aspecto que preocupa a la sociedad británica es aquel relacionado al “Proyecto de Ley de Orden Público”, aprobado por el Parlamento del Reino Unido y que se aplica a Inglaterra y Gales a partir del 3 de Mayo. Este consiste en: “(…) reforzar los poderes de la policía para responder de manera más efectiva a las protestas perturbadoras y peligrosas”. Más allá de que el gobierno sostiene que continuará apoyando las manifestaciones pacíficas, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, señaló que: “Esta ley es totalmente innecesaria ya que la policía del Reino Unido ya tiene los poderes para actuar contra manifestaciones violentas y perturbadoras”, y remarcó que: “También me preocupa que la ley parezca apuntar en particular a las acciones pacíficas utilizadas por quienes protestan por los derechos humanos y los problemas ambientales. A medida que el mundo se enfrenta a la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, los gobiernos deberían proteger y facilitar las protestas pacíficas sobre estos temas existenciales, no obstaculizarlos ni bloquearlos”. Si bien la ley estaba prevista para mediados de junio, se adelantó a los primeros días de mayo, previo a un evento tan importante a nivel nacional e internacional como lo es la Coronación de Carlos III del próximo sábado 6 de mayo. Claramente, el gobierno teme que se concreten manifestaciones lideradas por los grupos antimonárquicos.
Por último, Francia fue el epicentro de las protestas con mayor violencia. El descontento social radica en el hecho de que la nueva ley francesa, que eleva la edad de jubilación en dos años, de 62 años a 64 años, fue adoptada en Marzo por decreto, frente a la posibilidad de perder la votación en el Parlamento. Es así que el pasado 1 de mayo, los sindicatos franceses se manifestaron nuevamente en contra de la reforma de pensiones, más allá de que esta fue promulgada hace dos semanas y entrará en vigor el 1° de septiembre.
En la movilización masiva convocada en todo el país, se esperaban entre 500.000 y 600.000 personas. No obstante, según los datos arrojados por la CGT, fueron 2,3 millones de personas en toda Francia, 550.000 en París. Según Interior, se trató de 782.000 personas, 112.000 en París. La líder del sindicato CGT, Sophie Binet, expresó que ha sido el “1° de Mayo más masivo desde la posguerra”, mientras que algunos protestantes señalaron que: “Seguiremos protestando porque lo que ha hecho con esta reforma es un insulto a la democracia”, otros declaraban: “Es el día del Trabajo, por eso nos manifestamos contra Macron”. Asimismo, el Secretario General de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, afirmó: “Tenemos cifras de movilización que son históricas para un primero de mayo, es una señal sobre la cuestión social, no sobre la cuestión política como en 2002. Es una señal de que el resentimiento y la cólera no disminuyen“
Teniendo en cuenta lo expresado previamente, es evidente que Europa está viviendo una “crisis del costo de vida”. Las políticas que se están implementando, no tienen en cuenta las diferentes tasas de inflación que sufren los hogares proporcionando un apoyo inadecuado a los grupos vulnerables. Estas se vuelven ineficientes y menos eficaces debido a que el aumento de los precios de los alimentos y la energía están empeorado la vida de los ciudadanos. Además, se hace evidente la existencia de una falta de reconocimiento por parte del Estado hacia los ciudadanos como también en la manera de responder a estas demandas.
Ante esta situación, podemos recordar a Francis Fukuyama que en su texto “Identidad” remarca lo siguiente: “No podemos obviar la identidad o la política de identidad (…) Este ideal moral nos dice que albergamos seres interiores auténticos a los que no se los reconoce y sugiere que la sociedad exterior es falsa y represiva. Centra nuestra demanda natural de reconocimiento de nuestra dignidad y nos ofrece un lenguaje para expresar el resentimiento que surge cuando no se recibe dicho reconocimiento”. La identidad, en términos colectivos, está siendo afectada por las decisiones de los líderes políticos. De esta manera, Fukuyama explica que la identidad nacional se construye en pos del contrato implícito entre sus gobernantes y los ciudadanos. Por lo que si estos últimos no creen que son parte de la política, el sistema no funcionará. En consecuencia, cuando los ciudadanos consideran que sus demandas no son reconocidas por sus líderes, intentan expresar su resentimiento e ira en forma de protestas, reclamos, huelgas y manifestaciones sociales tal como se observó en estos últimos días. Por tanto, existe la posibilidad de que la situación en Europa se intensifique en este mes.
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