Suelo empezar a escribir desde una perspectiva personal, pero, en este caso, no está de más iniciar a comprender la lógica de mujeres ciclistas urbanas, que constantemente circulan por la ciudad haciendo uso de las bicicletas.
Desde inicios de la década de los 70, en Estados Unidos el uso de la bicicleta era aprobado para cierto grupo de personas, ya sean personas de élite, como personas de alto rendimiento en los deportes nacionales y clubes sociales que buscan fomentar la importancia de normas y reglamentos para ciclistas; muchas de estas creadas en 1900 por la Unión Ciclista Internacional (UCI), institución actual que se hace cargo de los reglamentos del ciclismo de élite.
Dentro de la organización general del deporte ciclista, encontramos el Capítulo III , que se refiere a un equipamiento, específicamente en la sección 2 hallamos la siguiente “Definición 1.3.007” : La bicicleta es un vehículo con dos ruedas de igual diámetro. La rueda delantera será directriz; la rueda trasera será motriz accionada por un sistema de pedales que actuará sobre una cadena. Pueden existir excepciones a este artículo para ciertas disciplinas, como es el caso del Capítulo III – peso 1.3.019 , donde se argumenta que el peso de la bicicleta no podrá ser inferior a 6,800 kilogramos, entre otras normas.
Sin embargo, durante los 70´s el uso de automóviles comenzó a incrementar; no obstante, en áreas tanto rurales como urbanas era aceptado el uso de la bicicleta, y por ende, contaba con una mejor infraestructura. Se hicieron ciclovías de concreto que comunicaran entre zonas y comunidades. Por el período, se contaba con poca afluencia vehicular, por lo que se corría con menos peligro en las calles, el acceso a puntos de recreación era mucho más accesible, así como también la seguridad de poder dejar la bicicleta en los parqueos, pero sobre todo se miraba a la bicicleta como un medio de transporte.
En Colombia, país destacado por sus grandes ciclistas y su avance en la infraestructura para ciclistas en la región, ha demostrado su desarrollo en la infraestructura urbana, estableciendo ciclovías divididas de los carriles para medios de transporte automatizados, conectividad entre carreteras, ciclovías para uso exclusivo de bicicletas, señalizaciones y colores visibles para su uso por la noche.
Una de las grandes ciclistas profesionales que Colombia tiene es, Carolina Munévar, ciclista profesional en la modalidad de ruta y pista, que tras un accidente automovilístico pierde una pierna y se vuelve corredora paralímpica. También está María Luisa Calle, ciclista de pista colombiana con más reconocimiento a nivel mundial, siendo una de las portadoras del tercer lugar en los juegos Olímpicos 2004, Atenas.
En Guatemala, la historia del ciclismo femenino ha estado cubierto por el machismo dentro y fuera de los espacios deportivos a nivel nacional. Actualmente no se cuenta con información verídica o con fuentes confiables en términos históricos, por lo que se encuentra poca cobertura periodística dentro de carreras abiertas internacionalmente como la vuelta femenina a Guatemala.
Es pertinente mencionar que, actualmente, dentro de la infraestructura en los cascos urbanos, las calles de Guatemala no están constituidas para personas que usan la bicicleta a diario. Dentro de la arquitectura, las ciclovías además de contar con su propio carril, suelen estar señalizadas con reflectivos. El carril debe contar con una división entre la ciclovía y el carril de automóviles, dejando un espacio específico para peatones. Asimismo, debe dejar libre el paso de las bicicletas y el área pública para peatones; caso que no se da en Guatemala.
De la misma forma, no solo enfrentamos riesgos en las calles, tales como la imprudencia de las y los conductores de autos, la falta de educación vial, sino que también nos enfrentamos a una constante lucha y pugna por buscar la autonomía en las calles mediante las bicicletas.
Para enfrentar las calles en la ciudad de Guatemala, debemos visualizar el casco urbano, con este ejercicio podemos dirigirnos directamente a la Avenida Reforma y Avenida las Américas, zonas donde actualmente se encuentran las ciclovías de la ciudad. Cabe mencionar, que estas ciclovías, no cuentan con colores visibles para la noche, de igual modo, se comparte el espacio público con peatones. Pedazos de la ciclovía conectan a las calles y no incluye una continuidad para el acceso a esta. Esto quiere decir, que las personas que viven en lugares lejanos a las avenidas antes mencionadas, difícilmente pueden acceder al recorrido completo de una ciclovía.
La seguridad vial es un tema, y la seguridad estatal es decadente en su cumplimiento al igual que pocas leyes que resguardan la seguridad de las ciclistas, siendo el acuerdo gubernativo número 273-98 una de las pocas leyes estatales que resguardan la vida de las ciclistas, haciendo mención al uso de las calles y la prioridad que el ciclista tiene ante otro medio de transporte.
Dentro del Congreso hay una iniciativa de ley que busca fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte a nivel nacional. Estos son parte de uno de los grandes retos que enfrentamos a las mujeres, sumado a ello, la inseguridad que tenemos que atravesar frente al acoso callejero.
Este es el caso de Briana, una chica que a sus 27 años se mueve en bicicleta fixie, nos cuenta lo siguiente: “lo que más temo es que me vuelva a acosar un motorista y me toquen las nalgas. O cuando tenía que ir al ginecólogo me negaron la consulta por ir en bicicleta y tenía que dejarla parqueada al otro lado de la calle sin tener ninguna seguridad. Asimismo, no me dejan ingresar al edificio por andar en bicicleta ”.
El mismo caso es para Elida de 22 años, nos cuenta cómo durante los años que ha estado using la bicicleta como un medio de transporte se ha tenido que enfrentar a la violencia y acoso en las calles, no es algo que no ocurra siempre, porque siempre enfrentamos violencia callejera, de cualquier forma. Una vez un auto bajó la velocidad para ir a la par conmigo, gritándome cochinadas y cuando me pasó le volteé el retrovisor y el carro me pasó tirando. No hice nada más que voltear el retrovisor y pudo matarme, ese es mi miedo más grande, que me maten, pero en general, es a las chavas a las que nos quieren matar .
Otras mujeres han comentado que su mayor peligro aparte del acoso, y aunque en Guatemala no se encuentra establecido como un delito, muchas organizaciones en lucha contra la violencia hacia las mujeres, han buscado cabildear una ley contra el acoso callejero y otras formas de violencia contra la mujer. Sin embargo, esta aún se encuentra dentro del congreso.
Agregado a lo anterior, muchas mujeres que han optado por la movilidad urbana en bicicleta, mencionan que otro de los grandes desafíos es el qué hacer en situaciones donde haya algún desperfecto mecánico en la bicicleta, qué hacer cuando pinche y estoy en una zona peligrosa, o cuál será nuestra reacción en el momento que un carro nos pite porque vamos en la calle, hasta cómo defender el derecho de la bicicleta a transitar en la vía como las calles.
Andrea de 19 años quien entrena ciclismo nos cuenta que, “ mi mayor miedo al salir a la calle en bicicleta es la gente imprudente que van tanto en carro como en moto, que solo les importa pasar sin importar que nos lesionen, también la gente distraída que va viendo el teléfono o haciendo otras cosas que no se fijan de las que vamos enfrente. Me da miedo el acoso ya que en este país las mujeres somos muy expuestas en este caso, los únicos culpables son los que nos acosan ”.
La ciudad de Guatemala está construida de tal manera que muchas de las zonas privilegiadas han contado con alto apoyo en la movilidad urbana, creando una “ciclovía” en la Avenida Reforma que conecta zona 9, zona 4 e inicio de la zona 1, y zona 15, aunque su función a simple vista de conectar carreteras pareciera funcionar, al querer hacer uso de esta, es donde nos damos cuenta que no solo es buscar que conecten direcciones y ubicaciones, sino también, que la misma ciclovía cuente con conexiones a calles y avenidas principales, garantizar la seguridad de las ciclistas que transitamos en los lugares públicos y privados (de no contar con espacios que garanticen seguridad para dejar la bicicleta),el hacer una ciclovía de uso exclusivo para bicicletas y no para peatones (esto quiere decir que los y las peatonas necesitan su espacio para poder transitar de manera segura), garantizar seguridad en el uso de las calles y avenidas del país, ya que como derecho a transitar es violentado, ver a la bicicleta como un medio de transporte que también puede hacer uso de las calles, avenidas y carreteras de Guatemala.
Mientras se cuente con una municipalidad dormida y sesgada en el uso de la bicicleta como un medio de transporte, el mejoramiento de la infraestructura no se dará, y mucho menos incrementará el uso de la bicicleta como un transporte autosostenible. En el estudio realizado por la Municipalidad y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), un 90% de las personas usaría con mayor frecuencia la bicicleta si hubiera más ciclovías. La mayoría de los ciclistas en Guatemala hemos sufrido las consecuencias de la mala gestión vehicular, usuarios irresponsables que no se hacen cargo, violencia sexual, acoso callejero y poca seguridad además de todos los retos que conlleva usar la bicicleta como un medio de transporte.
Dentro de la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se han reportado pocos incidentes con nueve personas que han tenido que ingresar a un hospital para ser evaluados e internados por un accidente de tránsito, esto únicamente en el casco urbano de la ciudad de Guatemala.
En definitiva, el mejoramiento de la infraestructura, acompañado de un manejo y estrategia municipal para la recuperación de espacios públicos y mapeo, ayudar al uso de la bicicleta, pero debe ir de la mano con la apertura de parqueos, parques, puntos de recreación y seguridad para las bicicletas con el fin de poder brindar a las usuarias mayor confianza. No obstante, es importante mencionar que en el mismo estudio realizado por la Municipalidad de Guatemala y FLACSO, un 43% de personas utilizan la bicicleta como un medio de transporte y recreación . Aunque muchas personas confirman el uso del casco y luces, es bueno incentivar el uso de la bicicleta con las normas y seguridades de protección personal.
Finalmente, es necesario empezar a concientizar y visibilizar las luchas constantes que las mujeres enfrentamos al usar la bicicleta como un medio de transporte y con esto lograr una mejor protección y seguridad al transitar en las vías públicas del país.
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