29/03/2024 MÉXICO

El Reino Unido quiere reformar su sistema electoral

Votante introduciendo su voto en la urna. [Photo: kitsyouth.wordpress.com]
Mañana el Reino Unido vota en referéndum si quiere cambiar o no las reglas por las cuales se eligen a sus políticos, una cuestión polémica y muy discutida cuyo mayor interesado es el partido liberal demócrata. El último sondeo auguraba una clara victoria del no, con el 58% de los votos.

¿Sistema proporcional o mayoritario?


Mañana es un día muy importante para el Reino Unido. Su población votará en referéndum la reforma de su sistema electoral. Si bien en los últimos dos meses las encuestas reflejaban un empate entre los partidarios los detractores de la reforma, en el último sondeo (publicado el pasado 19 de abril por el diario The Guardian) se auguraba una clara victoria del no, con el 58% de los votos. De confirmarse el pronóstico, Reino Unido mantendría el actual sistema, el sistema mayoritario, otramente llamado “el primero que llega, gana”, que otorga el escaño al candidato más votado, tenga o no la mayoría absoluta.

Los sistemas electorales

Un sistema electoral es el conjunto de reglas a las que debe ajustarse el proceso de elección y designación de los representantes políticos.  Hay muchos sistemas electorales y éstos se pueden catalogar en dos grandes familias:

· Los sistemas de representación proporcional: tienden a distribuir la representación parlamentaria en proporción con las grandes tendencias políticas del electorado. Buscan la representación de fuerzas políticas por encima de la estabilidad.

· Los sistemas pluralistas o mayoritarios: quieren hacer prevalecer la opción mayoritaria o con mayor apoyo entre la ciudadanía. Buscan la formación de gobiernos fuertes y estables por delante de la representación de las fuerzas políticas, evitando así la fragmentación del Parlamento.

En los pasados comicios del 6 de mayo de 2010, los resultados electorales del Reino Unido fueron el reflejo de un sistema electoral que premia la concentración geográfica del voto (por circunscripciones, o distritos en los que se agrupa a los electores) y castiga muy duramente el voto disperso. Así, el partido conservador con un 36,1% de los votos se llevó el 47% de los escaños, el partido laborista con un 29% de los votos logró el 39,8% de los escaños, mientras que el partido liberal-demócrata logró tan sólo un 8,8% de los escaños a pesar de haber obtenido el 23% de los votos totales.

Tras conocer los resultados de los pasados comicios tanto laboristas como conservadores intentaron seducir a Nick Clegg (líder del partido liberal demócrata) y sus seguidores con promesas de una reforma electoral, una de las condiciones que exigían los liberales demócratas para sumarse a cualquier gobierno. El sistema actual los perjudica porque hay una desproporción entre el porcentaje del voto popular y la cantidad de representantes en el Parlamento. ¿A qué se debe está diferencia de obtención de representantes?

El sistema electoral británico persigue fundamentalmente tres aspectos:

– Crear un gobierno estable y fuerte, facilitando que el partido ganador tenga mayoría absoluta y evitando la presencia de un Parlamento fragmentado con un elevado número de partidos.

– Establecer una relación muy estrecha entre la circunscripción y su parlamentario, quien se convierte en interlocutor y portavoz en la Cámara de los Comunes de los ciudadanos a los que representa, lo que facilita la rendición de cuentas.


– Presentar un sistema muy simple y fácil de comprender por parte del ciudadano.

La propuesta de reforma sometida a referéndum

La reforma consiste fundamentalmente en la introducción del denominado “voto alternativo”, que permite a los electores ordenar a los candidatos de acuerdo a sus preferencias, de manera que al final se adjudica el escaño al que obtiene la mayoría absoluta una vez se van escrutando las segundas y sucesivas preferencias de voto.

Los países tienden hacia la representación proporcional

A nivel mundial la tendencia a largo plazo en la reforma electoral ha favorecido claramente a la representaciónproporcional. De los 21 estados que han mantenido formas democráticas sin interrupción desde finales de la II Guerra Mundial (los de Europa, Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia, Nueva Zelanda y Japón), dos tercios utilizan la representación proporcional para la elección de sus cámaras bajas o de sus cámaras únicas de la legislatura nacional. De éstos, sólo 6 países utilizan el sistema de escrutinio mayoritario (donde Japón utiliza el voto único transferible, un sistema de representación semi proporcional). De hecho, sólo los Estados Unidos parecen ir en una tendencia de consolidación del voto mayoritario.

Los reformadores electorales que se encuentran insatisfechos con el sistema de escrutinio mayoritario tienden a favorecer alternativas capaces de preservar algunas de las características deseables de las elecciones de escrutinio mayoritario.

Un proceso basado exclusivamente en la elección directa de candidatos por distritos electorales, como el utilizado en el Reino Unido, suele ser fuente de claras mayorías, pero deja a gran parte de los votos sin validez y los partidos nuevos o pequeños apenas cuentan con opciones y rápidamente quedan fuera de juego. Una representación proporcional pura, como la que tuvo Alemania durante la República de Weimar (1919-1933), pareciera mucho más justa, pero implicaría la existencia de un sistema de partidos fragmentado y llevaría a menudo a la formación de gobiernos inestables.


Otros modelos: el sistema electoral alemán

Un modelo alternativo al británico y singular donde los haya es sin duda el alemán (llamado “personalista-proporcional” o “de miembros adicionales”), en cual ha servido de inspiración al partido de Nick Clegg a la hora de formular su propuesta de reforma. Su esencia es la de combinar un voto personal en distritos uninominales (cuando el número de representantes a escoger es de uno) con el sistema de representación proporcional. Este modelo, pues, combina dos posibilidades, favoreciendo la existencia de gobiernos estables y facilitando el vínculo entre los parlamentarios y sus circunscripciones.

Las principales características del sistema alemán son:

– Es un sistema de lista de representación proporcional en el que todos los partidos que obtengan como mínimo un 5% del voto popular (o si ganan por lo menos en tres distritos electorales) reciben una parte proporcional de los escaños en el Bundestag (la cámara baja alemana). Este umbral favorece una menor fragmentación del Parlamento pues reduce el número de partidos.

– La mitad de los escaños son de diputados en elecciones de mayoría relativa (y no de mayoría absoluta como en el caso inglés) en distritos uninominales, pero los escaños obtenidos por este método son simplemente sustraídos del número total de escaños a los que el partido tenga derecho de acuerdo con la representación proporcional. Una vez restados estos escaños, los restantes obtenidos por los partidos se asignan mediante las listas de partido.

– Hay un menor número de circunscripciones electorales (299) lo que provoca que el número de votantes por circunscripción sea casi tres veces mayor que en el caso británico (de media 208.000 votos en relación a los 70.000 británicos) lo que implica que un voto tiene menos influencia en el caso alemán que en el británico.


Este sistema, pues, es una mezcla de representación proporcional y mayoría relativa sólo en el sentido en que cada elector tiene su representante de distrito en el Bundestag. Desde el punto de vista de número de votos convertidos en escaños es, pues, más bien un sistema puro de representación proporcional con circunscripciones electorales mucho mayores.

El modelo alemán ha sido, parcialmente, una fuente de inspiración en la reforma electoral británica, tal y como pidió el partido liberal-demócrata, donde la idea básica sea la de distribuir los escaños a nivel nacional o regional, de tal manera que los obtenidos mediante la mayoría relativa en los distritos uninominales unidos a los escaños adicionales sean más proporcionales al número total de votos recibidos por los partidos.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

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Lluis Torrent

Barcelona, España. Licenciado en Ciencias Ambientales, Máster en Intervención Ambiental, Máster en Relaciones Internacionales y Especialista en Ciencia Política. He trabajado como consultor ambiental para gobiernos locales y regionales y empresa privada. Socialmente comprometido, me apasiona explorar la fina línea que transcurre entre la política, la economía, la sociedad y el medio ambiente. Sígueme en Google+ Lluis Torrent


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