El concepto de populismo parece haber perdido su significado tradicional para adaptarse a los (no tan) nuevos movimientos de extrema derecha que florecen en Europa y Estados Unidos. Analizamos de dónde venimos y hacia dónde vamos.
El concepto de populismo parece haber perdido su significado tradicional para adaptarse a los (no tan) nuevos movimientos de extrema derecha que florecen en Europa y Estados Unidos. Analizamos de dónde venimos y hacia dónde vamos.
El fantasma del populismo recorre Europa. Por todo el continente han surgido partidos políticos que defienden posiciones ultranacionalistas, xenófobas y euroescépticas. Su auge parece imparable y muchos temen que, al igual que Trump, figuras como Farage o Le Pen empiecen a imponerse. ¿A qué se debe esta corriente? ¿Ha fracasado la democracia occidental?
El ascenso de partidos populistas de extrema derecha es un fenómeno que preocupa a una Europa que vio nacer el fascismo en sus tierras. Desde Suecia, Holanda, Alemania o Francia surgen partidos fuertemente nacionalistas que cargan contra la inmigración. Pero, ¿son todos estos partidos iguales?, ¿qué explica su auge?, ¿ quiénes son sus votantes?, ¿éstos, convergen realmente con la ideología de estos partidos?
Un líder carismático que represente los ideales de una revolución, un discurso nacionalista y antiimperialista, el uso de la manipulación y la propaganda, la demonización de la oposición y la falta de respeto por el Estado de derecho son algunas características que definirían regímenes populistas como la Venezuela chavista, la Bolivia de Morales o el Ecuador de Correa; tal y como expone el catedrático e investigador, Carlos Malamud, en su obra Populismos latinoamericanos. Los tópicos de ayer, de hoy y de siempre, donde muestra las claves de un fenómeno muy extendido en el subcontinente.
Hoy os proponemos una interesante reflexión de Joan Martínez Alier, catedrático de Economía e Historia Económica de la Universidad Autónoma de Barcelona, sobre el posicionamiento en el tablero político de Podemos y las incógnitas ideológicas que sus dirigentes no han logrado esclarecer hasta el momento.
Si bien el populismo se ha ido consolidando en Europa a través de partidos como Amanecer Dorado o el FN francés, ha sido en América Latina donde más ha condicionado su discurso político. En este artículo nos centraremos en el caso argentino: el peronismo.
El episodio de Noruega nos recuerda a tragedias como las que se han vivido durante la última década en otras ciudades europeas, como Londres o Madrid. Matanzas que se perpetraron en nombre de diferentes religiones, dioses e ideologías, pero que se cobraron del mismo modo la vida de decenas de ciudadanos inocentes. Al fin y al cabo, son dos caras de una misma moneda.