El aumento de la volatilidad cambiaria en el último año ha sido dramático. Quiénes, cómo y por qué desatan una auténtica guerra de divisas.
El aumento de la volatilidad cambiaria en el último año ha sido dramático. Quiénes, cómo y por qué desatan una auténtica guerra de divisas.
Según la revista Forbes, en boca de Nathan Lewis de Economía del Nuevo Mundo, el mejor sistema monetario del mundo fue el Sistema de patrón oro Mundial de los finales del Siglo XIX (1870 a 1914). El autor afirma que este sistema implantado entre 1880-1914 no produjo ningún tipo de “saldo” en la ” balanza de pagos” – en otras palabras, no había ni déficit, ni superávit. La inflación fue la más baja de la historia y no había “mecanismo de precios” pues, con todos los países básicamente con la misma moneda – el oro como patrón de valor – y también con fundamentos legales y reglamentarios normalizados por el gobierno imperial europeo, el comercio y la inversión internacional fue fácil.
El patrón oro se abandonó porque la obligación de canjear en oro limitaba la impresión del dinero en ocasiones en las que el gobierno consideraba conveniente imprimir más (ya fuera acertada o erróneamente). Desde entonces la historia de los sistemas monetarios internacionales podría sintetizarse de la siguiente forma:
A partir de 1973: Tipos de Cambio flotantes. es un régimen en el que se permite que el valor de una divisa fluctúe respecto al valor de otras divisas de acuerdo al mercado de divisas.
Un divisa sujeta a régimen de tipo de cambio flotante es conocido como divisa flotante o flexible, en contraposición con el tipo de cambio fijo.
Durante el siglo XX, y ahora en el XXI, ningún banco central en el mundo ha sido capaz de igualar la época entre 1870 y 1914.
En 1987, The Economist planteó que para el año 2017 debería haber una moneda mundial, por ejemplo el Fénix, con tipos de cambio en una banda estrecha para estabilizar los cambios entre las cinco divisas que en las próximas décadas tendrán economías con cuotas similares y podrán disputarse la hegemonía del Sistema Monetario Internacional (SMI) entre el dólar, el euro, el yen, el yuan, y la rupia. Podría decirse que esta propuesta, de ser posible, sería el superlativo actualizado más similar al sistema del patrón de oro.
Actualmente hay más de 5.000 sistemas de monedas locales, con lo cual es, cuanto menos, complicado. Incluso, hay sistemas como en Japón y Brasil que están lanzando 200 bancos de doble moneda: hay una moneda local y una moneda nacional. En Japón hay 700 sistemas, la mayoría para producto social, 480 que se usan para proveer servicios para los ancianos (teniendo en cuenta que es el país que envejece más rápidamente en el mundo, no parece tan mala medida) creando un dinero que se llama “unidad de relación cordial”. Es decir, la realidad es mucho más compleja desde la Época del Patrón Oro y crear un superlativo de este sistema, es harto complicado.
Son numerosas las teorías que replantean un nuevo sistema monetario y quizá no merece la pena mencionarlas todas, pero sí los denominadores comunes con más seguidores. A destacar los siguientes:
A la pregunta de qué sistema monetario es el mejor hoy día, la respuesta es que no se puede conocer si una alternativa es viable a priori, pues no se puede saber que lo que se proponga será factible sin conocerlo ni experimentarlo.
Pero el desarrollo desmesurado del mundo de las finanzas y la desvinculación cada vez mayor de la economía financiera de la “economía real” y de la economía biofísica (que es el coste ecológico y termodinámico de un sistema económico no sustentable), dibujan un horizonte planetario alarmante de crisis especulativas, de desigualdad y deterioro ecológico crecientes. Por tanto, un sistema monetario que sea capaz de generar un desarrollo sustentable es sin duda la meta más aclamada, y los obstáculos para llegar a ella no son ni gobiernos, ni bancos, sino mucho más poderosos: nosotros mismos.
Una propuesta interesante a destacar, es la creación de una moneda de reserva internacional que sustituya al dólar, defendida por Joseph Stiglitz. Sin embargo la historia ha demostrado que “sin base social suficiente no hay sociedad que pueda existir de forma duradera, por muy atractiva que sea en apariencia” (Tablas, 2007), de lo que se deduce que necesariamente el cambio tiene que estar dirigido o, al menos, apoyado por un espectro suficientemente grande de personas. Un buen ejemplo para conseguir esto sería la fusión de todas las corrientes, asociaciones y movimientos con fundamentos de base comunes para que, en lugar de diversificarse y descentralizarse más, identifiquen y analicen las áreas de oportunidad entre todas ellas, generando alianzas y una relación de retroalimentación y crecimiento entre todas.
Imagen de portada: coinweek.com.
Esta es una explicación sin ánimo de lucro
A pesar del gran poder que aún conserva la mayor potencia mundial, EE.UU. no es el mismo país rico y dominante que era hace una década. ¿Será capaz China de disputarle la hegemonía?
Las medidas proteccionistas adoptadas por Argentina le han valido el titulo del país mas proteccionista del mundo, varias denuncias ante la OMC, una inflación aproximada del 25% y un encarecimiento de la vida para el ciudadano medio, al que tanto dice querer proteger ¿Qué consecuencias puede traer este paternalismo (o intervencionismo) en un país con tal delicada situación económica?