Entre las décadas de 1980 y 2000, el Perú se vio asolado por un conflicto armado interno que se cobró la vida de casi 70 mil personas. Los grupos subversivos Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru II se enfrentaron a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional en un cruento belicismo marcado por constantes acciones terroristas y ejecuciones extrajudiciales. Veinte años después, este episodio continúa siendo importante para entender la sociedad y política peruana actual, especialmente por cómo la derecha utiliza el dolor de los supervivientes para promover un discurso del miedo.