17/04/2025 MÉXICO

¿Cuál es el papel de los recursos naturales en el conflicto entre Rusia y Ucrania?

trigo
El 24 de febrero de 2022, será una de las fechas que quedarán en la memoria colectiva mundial, por qué luego de siete décadas el territorio europeo asistió nuevamente a un conflicto bélico entre dos naciones. La invasión por parte de Rusia a Ucrania posee motivaciones multicausales, teniendo un clave protagonismo el rol qué los recursos naturales juegan en torno a esta conflagración y las fuertes repercusiones que impactan en la economía global.

El inicio de las hostilidades resuelto por el Kremlin, no está solo motivado por cuestiones vinculadas a la geopolítica y la estrategia de seguridad internacional rusa, o por el acercamiento hacia una integración en la Unión Europea o en la OTAN, por parte del gobierno ucraniano. Al contrario, geoestratégicamente las dos naciones en pugna poseen vastos recursos naturales, algunos muy preciados para las nuevas tecnologías o para la producción de ciertos bienes masivos de consumo, lo que resulta un atractivo tablero de juego para analizar este conflicto.

Las exportaciones de ambos países, Rusia y Ucrania, están ampliamente compuesta por commodities, lo que los convierte en dos grandes jugadores de importancia para el comercio internacional de productos básicos. El conflicto bélico interrumpió la relativa jerarquía de sus respectivas producciones y exportaciones generando una presión en los precios que afecta principalmente al costo de los alimentos, de las tarifas del sector energético y minero.

Rusia, Ucrania y los alimentos

Para entender cabalmente el rol de estos dos países en el aporte de alimentos al globo, es necesario entender en qué se especializan sus producciones agropecuarias. Ucrania tiene como principal activo que el 56% de su territorio es cultivable, siendo un país rico en tierra negra apta para la explotación intensiva. Además, en razón de sus exportaciones, es el cuarto productor mundial de maíz, luego de Estados Unidos, Brasil y Argentina. Es el tercer productor mundial de papa, el quinto de miel y el 26% de su producción de trigo es consumida por la Unión Europea. De cierta forma, podemos afirmar que Ucrania es el granero de Europa.

Aunque durante su pasado como la URSS se había convertido en uno de los mayores importadores de oleaginosas, actualmente Rusia posee una importante producción agrícola. Es uno de los jugadores más importantes de la producción de trigo y girasol, proveyendo aceites u otros derivados de esos productos a países como Turquía, Egipto o China que son algunos de sus grandes compradores.

El cese de la producción o la exportación por parte de estas dos grandes potencias agropecuarias exportadoras han incidido fuertemente en el valor de los alimentos, ya que, la dependencia del maíz, el girasol o los productos de derivados de estos como las aceites tiene un peso relativo en la producción de otros alimentos.


Especialistas deducen que el precio del trigo y el maíz podrían triplicarse en consecuencia de que, a una menor oferta de la cantidad de granos, el mercado tiende a ajustar el precio al alza. Ello tiende a impactar en el precio de los alimentos más básicos, lo que ya genera más vulnerabilidad para países en desarrollo que sufren los efectos inflacionarios no sólo de la pandemia, sino también de lo que el conflicto bélico genera al erradicar dos potentes jugadores del mercado agrario.

El conflicto, la energía y las tarifas

Rusia es un gran productor en el sector energético del mundo, dependiendo su economía fuertemente de la producción como exportación de las energías no renovables tales como el petróleo y el gas. Previo a la guerra, uno de cada diez barriles de petróleo era proveniente de este país convirtiéndolo en la tercera potencia productora mundial.

En lo que al gas natural respecta, los rusos son líderes poseyendo las mayores reservas gasíferas del mundo, llegando a producir un cuarto de la producción mundial de este recurso energético. De por sí, la Unión Europea es altamente dependiente, importando el 40% de su consumo desde el territorio ruso.


 

Asimismo, Rusia también se destaca por la producción y exportación de carbón que se utiliza principalmente en el mundo para la generación de energía en centrales térmicas. Es allí donde nuevamente, Europa es dependiente importando el 47% de sus necesidades carboníferas para producir energía y/o calefacción en los países miembros.

Ucrania, no es un jugador de peso en el esquema energético en comparación a sus vecinos rusos, pero sí los gasoductos que Rusia utiliza para exportar su gas, atraviesan suelo ucraniano. De esta manera, el gobierno de Kiev ha recibido grandes sumas de dinero en concepto de peajes. Rusia, inició dos planes (Nord Stream y Turk Stream) para no depender de estos pasos obligados, pero se vieron interrumpidos por las sanciones que Occidente (Estados Unidos + Europa) le impuso.

A razón de estas sanciones, y las que se autoimpuso, Rusia se vio impedida de seguir exportando sus producciones energéticas atento a la sustancial reducción de su mercado. Pero esta cuestión generó un frenético rally de precios en la energía, teniendo impacto en los consumidores de casi todos los países del globo, que notaron subas en los combustibles o en sus tarifas domiciliarias, pero afectando especialmente a la Unión Europea, el mayor comprador ruso.

Para mencionar ejemplos, podemos afirmar que España ha visto un impacto superlativo en el aumento de combustibles, teniendo en las pizarras de las estaciones de servicio un valor de dos euros (€), el litro de nafta, lo que es un récord absoluto de precio.

Minerales, la transición energética y las nuevas tecnologías


Previo al conflicto ruso ucraniano, el mundo se había comprometido fuertemente a la búsqueda de vías alternativas de obtener recursos energéticos que implicarán una reducción de las contaminaciones mediante el compromiso de luchar contra el cambio climático.

Una de esas vías eran las nuevas tecnologías que promovieron las energías renovables o limpias, como la solar, la eólica o la nuclear, que dependen no tanto para su producción sino para su almacenaje de ciertos implementos tales como las baterías o el uranio.

Rusia y Ucrania, además de ser potencias agrícolas, también lo son en el orden minero. Los ucranianos son líderes en exportación como producción de uranio, titanio, manganeso y uranio, por otra parte, los rusos son en carbón, cobre, níquel, aluminio y minerales preciosos, entre otros.

El níquel, es un bien básico y necesario para la fabricación de celdas de baterías, que por ejemplo utilizan automóviles híbridos, eléctricos y además las plantas de energía solar o eólica para almacenar su producción. A su vez, el paladio que se utiliza en los convertidores catalíticos para regular la emisión de automóviles, también ve reducida su producción global, ante la prohibición rusa de exportar bienes básicos.  Ello llevó a un alza exponencial en el mercado, y ciertas bolsas optaron por frenar su venta para calmar la volatilidad de su precio.

Otro problema que se aprecia es que el cobre y aluminio, también verán mermada su oferta en el mercado global afectando a la producción de automóviles como al cableado de telecomunicaciones que tendrán un costo mayor en sus factores productivos.

Ucrania resulta ser un eximio proveedor de gases raros purificados como el neón, que resulta vital para la industria de la alta tecnología que fabrican semiconductores. Ello porqué el láser que permite cortarlos se genera a través del consumo de este gas. Lo que así produciría una pérdida sustancial en la manufactura de chips, que ya viene en caída por la problemática de las cadenas de suministros generadas por el lockdown a razón del COVID19.

Esto tiene un claro impacto en las metas de reducción del impacto del cambio climático, pues estas serán seriamente afectadas al escasear los componentes básicos de la industria energética y de alta tecnología que impulsa una mejora prominente en el impacto de evitar la contaminación.

El mundo siente el impacto

Como ha sido el repaso de este artículo, el conflicto bélico en el Este Europeo entre dos importantes actores del comercio global que basan su producción en la explotación de recursos naturales, tiene distintas y variadas aristas.

No sólo por cuestiones geopolíticas, geoestratégicas o de defensa, sino en base a la compleja interdependencia que genera la globalización del comercio internacional, el mundo se ha visto notablemente afectado por la falta de comercialización de bienes básicos alimenticios o energéticos.

La situación aún en desarrollo, tendrá un fuerte impacto económico, político y social que mientras se desarrolle este conflicto bélico con sus consecuencias, aún imprevisibles en el sistema internacional, irán permeando en el costo de los servicios públicos, en las cadenas de suministro, en el valor de los alimentos, la calefacción y la electricidad.

 

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De Ruba Leonel

Tesista de la Licenciatura en Relaciones Internacionales que se dicta en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Salta, Argentina. Es miembro del Instituto de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad Católica de Salta, Argentina y del Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales, Argentina. Ha realizado cursos y diplomaturas relacionadas a cooperación internacional, relaciones internacionales e internacionalización de unidades subnacionales. Interesado en la interrelación de la sociedad, la política, la economía y el poder.


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