19/03/2024 MÉXICO

Los Balcanes Occidentales en el camino hacia la adhesión a la UE y la OTAN

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Tras la desintegración de Yugoslavia y las numerosas guerras por la independencia, los Balcanes Occidentales - Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro, Kosovo, Macedonia y Albania - se convirtieron en naciones europeas independientes. Estas jóvenes naciones continúan buscando su lugar en el escenario internacional, previendo su entrada en la Unión Europea y la OTAN, y a su vez construyendo su identidad a través de una narrativa nacionalista.

A pesar del coronavirus y la crisis económica, social y política resultante, la Unión Europea (UE) y la OTAN continúan su proceso de ampliación con candidatos de los países de los Balcanes occidentales. A finales de marzo de este año, la Comisión Europea anunció la apertura de negociaciones de adhesión con Macedonia del Norte y Albania. Sin embargo, el Brexit, la crisis nacionalista y la pandemia surgida pueden afectar a las dos organizaciones occidentales. El presente artículo analiza el camino recorrido por los Balcanes Occidentales hacia la UE.

Banderola sobre el ingreso de Kosovo a la UE en febrero del 2018. [Fotografía realizada por Andrej Isakovic]

Agenda hacia a la membresía

Desde la adhesión de Croacia en 2013, los países balcánicos han empezado a ver su integración como un objetivo posible tras dos décadas de acuerdo con la Unión. Aunque cada país ha seguido un camino diferente, han existido instancias comunes. En 1999 se puso en marcha el Proceso de Estabilización y Asociación (PEA) con el objetivo de acercar gradualmente la UE a los Balcanes. En el marco de este proceso se firman con cada país Acuerdos de Estabilización y Asociación (AEA) con el fin de establecer una cooperación política y económica. Gracias a dichos acuerdos, todos los Balcanes occidentales son candidatos o posibles candidatos a la adhesión a la Unión Europea, lo cual implica facilidades como la exención de visados y la participación en programas de financiación y ayuda de la UE.

El país más próximo a la adhesión es la República de Macedonia del Norte. La ex República Yugoslava de Macedonia solicitó su ingreso en la Unión Europea en marzo de 2004. Sin embargo, el país no pudo iniciar las negociaciones de adhesión, debido principalmente a la controversia con Grecia sobre el uso del nombre “Macedonia”.

Tras la resolución de esta controversia en 2019, la Unión Europea decidió finalmente iniciar las negociaciones de adhesión en marzo de este año, en plena pandemia. Albania era el siguiente país en la lista de posibles miembros, pero en 2019 el Consejo de la UE no dio luz verde a la apertura de las negociaciones de adhesión debido a los problemas que persistían en los niveles de corrupción. Albania solicitó la adhesión en 2009, pero no fue hasta 2014, tras la aplicación de una serie de reformas, que fue considerada como candidata. Como en el caso de Macedonia, el Consejo también anunció la decisión de abrir las negociaciones de adhesión a finales de marzo.

Montenegro, que obtuvo su independencia en 2006, solicitó su ingreso a la Unión Europea en diciembre de 2018. Se le concede la condición de candidato en diciembre de 2010, las negociaciones de adhesión comenzaron dos años más tarde. Estas avanzaron, y ya en el 2018 se habían abierto ciclos de negociaciones sobre 32 de los 35 capítulos necesarios para comenzar el proceso de adhesión. Por lo tanto, la Comisión concluyó que, con cierto optimismo, Montenegro podría ingresar en la Unión antes de 2025.


Por otro lado, Serbia solicitó su ingreso en diciembre de 2009 y se le concedió la condición de candidato en marzo de 2012. Kosovo es un posible candidato a la adhesión a la UE tras su declaración unilateral de independencia en 2008. Todos los Estados miembros, excepto España, Eslovaquia, Rumania, Grecia y Chipre, han reconocido su independencia. No obstante, los países de la región, Bosnia y Herzegovina y Serbia no han reconocido a Kosovo como un estado independiente. Y, la futura adhesión de Kosovo y Serbia a la Unión sigue estando estrechamente vinculada al diálogo entre esos dos países.

El futuro de Kosovo también depende del reconocimiento de los Estados miembros de la Unión Europea. En la mayoría de los casos, la negativa por parte de un Estado Miembro Europeo se debe a la existencia de movimientos separatistas dentro de esas fronteras. Por esta razón, no pueden reconocer una declaración unilateral de independencia – es el caso de España-Cataluña, por ejemplo -.

Por último, en lo que respecta a Bosnia, a pesar de la firma del Acuerdo de Estabilización y Asociación, éste se suspendió en 2008 porque el país no había ejecutado una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (asunto Sejdić-Finci por discriminación a personas de la etnia judía y romaní). Finalmente, el AEA entró en vigor en 2015, pero los avances en la adhesión han sido lentos desde entonces.

Hombre ondea una bandera servia en una manifestación pública el 13 de abril de 2019. [Fotografía realizada por Darko Vojinovic]


¿Cuáles son los desafíos actuales?

Como se observa, durante el período de ampliación de la Unión Europea que alcazaba hasta el 2013, los Estados balcánicos iban por buen camino en las negociaciones de adhesión. El Brexit, las crisis migratorias, las actitudes nacionalistas de los países europeos y la crisis de COVID, han debilitado a la Unión Europea, por lo tanto, los esfuerzos de ampliación podrían congelarse, dando prioridad a las crisis internas de la UE. Esto no significa que los procesos más fáciles de adhesión como el de Macedonia no puedan resolverse, sino que los de Bosnia, Serbia y Montenegro, podrían ser más largos de lo debido a causa de la coyuntura actual.

A pesar de la actitud de la UE y sus prioridades, hasta que se resuelva la cuestión de Kosovo, será difícil que aquel país y Serbia se incorporen a la UE. El conflicto entre Grecia y Macedonia, después de años de disputa, se ha resuelto, aunque las tensiones persistan. A diferencia de las cuestiones entre países como la disputa financiera entre Croacia y Eslovenia o el conflicto entre Macedonia y Grecia, la cuestión de Kosovo podría sentar un precedente separatista que muchos países europeos, que, como se ha explicado anteriormente, no pueden permitirse aceptar. Por otra parte, aunque los Balcanes han avanzado considerablemente en cuanto a desarrollo económico y medidas de lucha contra la corrupción, las redes de delincuencia organizada y la inseguridad jurídica siguen estando muy extendidas, por lo que queda mucho por hacer para llegar al nivel de Estado de Derecho que exige la Unión Europea.

Propósitos en seguridad y defensa

En lo que respecta a la OTAN, la historia de los Balcanes Occidentales con la OTAN es tan cercana como la de los Balcanes con la Unión Europea, al menos durante la década de los 90’s y principios de los 2000 – misiones FOR en Bosnia, intervención de la OTAN en Kosovo -. La OTAN también está dispuesta a abrirse a los países de la antigua Yugoslavia, pero no todos ellos quieren formar parte de la Alianza Atlántica: Albania y Croacia (2009), Montenegro (2017) y Macedonia (2020) son ya miembros de la OTAN. Al igual que en el caso de la Unión Europea, esta voluntad comenzaría con una Asociación para la Paz (PfP) que se transformaría en Planes de Acción para la Adhesión (MAP) para los países candidatos.

En cuanto a los otros tres países, Serbia es el único país que oficialmente no quiere unirse a la OTAN porque se cataloga como neutral; es decir, no quiere perder su relación con Rusia. Kosovo, una vez más, no puede ser un miembro hasta que no tenga reconocimiento internacional como país ni fuerzas armadas propias. El caso de Bosnia es especial porque, aunque es un candidato para la OTAN y ha implementado parcialmente el plan de acción para la adhesión, no todo el país está de acuerdo en entrar a la organización atlántica. La República Srpsk, la región serbia de Bosnia, se niega a renunciar a sus instalaciones militares y veta las resoluciones necesarias para el cumplimiento de los planes para la adhesión. Por lo tanto, hasta que el problema no se resuelva internamente con esta región, Bosnia no será parte de la OTAN. A pesar de ello, existe una estrecha cooperación entre la Organización y aquel país, y este último participa en operaciones externas como el Afganistán.

Alzadas las banderas de la UE, Albania y Macedonia del Norte. [Fotografía realizada por Georgi Licovski]


A modo de corolario

Al igual que la UE, la OTAN también se enfrenta a una crisis de identidad (muerte cerebral, la cuestión turca en Siria y Libia, las compras rusas, etc.). Aunque esto no ha impedido la entrada de Macedonia, podría congelar las solicitudes en curso, en particular la de Bosnia. Como ya se ha mencionado, la candidatura de este último dependerá también del cambio de actitud de los bosnios de origen serbio. Por otra parte, no parece que las candidaturas de Kosovo y Serbia se esperen en un futuro próximo. Uno por su falta de interés y el otro por la falta de reconocimiento internacional y la ausencia de fuerzas armadas.

 

Esta es un explicación sin ánimo de lucro.

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Beatriz de León Cobo

Paris. Graduada en Derecho y Relaciones Internacionales por la Universidad Francisco de Vitoria con estancias en Washington DC, Paris y Argentina. Máster en Defensa, Seguridad y Gestión de Crisis por el Institut de Relations Internationales et Stratégiques de Paris (IRIS). Asistente en el Institut des Hautes Etudes du Monde Religieux (IHEMR). Analista de estrategia internacional en Articulo 30. Ha trabajado como colaboradora en el Consulado de España en Paris y como analista de políticas públicas para la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Pueden contactar con ella en: deleoncobo@cua.edu


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