“Si sigue gobernando el PP (Rajoy & company), de España se va a querer independizar hasta Toledo”, decía con ironía Pablo Iglesias, líder de Podemos, cuando le preguntaban sobre el proceso soberanista catalán.
Si hay un interés real en saber qué o por qué está pasando esto en Cataluña, debemos apuntar:
1. España, “aunque una e indivisible” tiene una organización territorial autonómica, es decir, funciona como un modelo (casi) federal, con parlamentos regionales y competencias que ya quisieran los estados mexicanos o las regiones en Francia.
2. Cataluña, junto al País Vasco, son las comunidades autónomas que menos golpeadas han resultado por una ‘crisis’ que, por ejemplo, ha dejado al 45% de los jóvenes españoles desempleados desde 2008.
3. Para contrarrestar los efectos de dicha crisis, en todo el Estado se han aplicado medidas del tipo neoliberal: de recortes en los servicios públicos. Esto ha contribuido a la deslegitimación de un gobierno español que cedía soberanía a los mercados ante la presión europea. La distancia entre el gobierno central y los pueblos de España se acrecentaba.
4. Para mucha gente estas medidas eran inaceptables y la forma más común de canalizarlo, poco a poco, era el autogobierno. No obstante, la derecha catalana —el actual PDCat, actuales promotores del sí a la independencia, antes conocidos como la coalición CiU— votaban a menudo junto al PP y el PSOE a favor de los recortes, al mismo tiempo que comenzaba a armar un discurso más confrontacional con el gobierno español a raíz, importante, de la resolución de la inconstitucionalidad de la mayor parte del texto del Estatut de Catalunya.
5. Este estatuto, a diferencia del resto de estatutos de las demás comunidades autónomas, supuso un claro paso para el autogobierno dentro del marco organizativo del Estado español. Este estatuto entró en vigor el 18 de junio del 2010 y constituyó un hito en términos de concertación entre políticos españoles y catalanes.
6. Sin embargo, el estatuto es declarado inconstitucional un mes más tarde, tras decenas de recursos de inconstitucionalidad de los parlamentarios del PP y sus gobiernos en otras comunidades autónomas.
7. Según un riguroso estudio realizado a partir de las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS) y el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), a partir del año 2012 es cuando los deseos independentistas en Cataluña pasaron del 19% a casi el 41%.
8. Es entonces que la opción de luchar por una cuestión puntual aunque trascendental, el de la consulta, y eventualmente el de la independencia, cobra más fuerza no sólo para las élites políticas catalanes, sino para opciones construidas desde abajo como la CUP (Candidatura de Unidad Popular). El autogobierno dentro del Estado español, ya no es una posibilidad.
9. La correlación de fuerzas tras dos elecciones plebiscitarias legitima materializar la vía soberanista. Sin embargo, la Ley del Referéndum es aprobada por mayoría simple, y no con mayoría cualificada como cabría esperar en una cuestión tan determinante. Y, por otra parte, esta ley no prevé el mínimo de participación electoral para declarar el proceso como válido y legítimo. Por esta razón, con el 40% de participación, y un 90% a favor del SÍ, el gobierno catalán declaró ayer el inicio de la independencia de manera unilateral.
10. Entender “las dos Españas”. Estas dos Españas se alimentan de fuerzas centrífugas y centrípetas, que han mantenido en un equilibrio inestable a este país desde la guerra civil. No obstante, en Cataluña, la España que vota a un partido nacional-centralista, la que va a misa, la que se jacta de “su” jamón, su pasado colonizador y su vivir del turismo, la España de los toros, del “todo lo resolvemos los políticos”… tiene cada vez menos cabida. El proceso es más acelerado en Cataluña, País Vasco, Baleares, Aragón y, a su manera, Madrid. Bien lo sabe Podemos.
Análisis aparte, es destacable resaltar la innegable singularidad cultural e histórica catalanas.
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2 comments
Eloi
07/10/2017 at
Sólo un comentario, en el punto 9: la Ley del Referéndum fue aprobada por mayoría absoluta en el Parlament (72 votos sobre 135, 53,3%).
Andy Philipps Zeballos
17/10/2017 at
Efectivamente Eloi. Sin embargo mi argumento gira más en torno a la no-necesidad de una mayoría cualificada en la cámara cuando se trata de temas importantes. Me parece un mínimo.