El mes de octubre de 2016 ha sido de lo más frenético en términos de actividad política en Colombia: la celebración del plebiscito de paz seguido de su inesperada negativa a los acuerdos, el inicio de las re-negociaciones entre las FARC y el gobierno, el premio Nobel de la Paz para Juan Manuel Santos, colombianos venidos desde diferentes puntos del país concentrados en la Plaza Bolívar de Bogotá clamando por el fin del conflicto, e incluso el huracán Mathew y los destrozos causados en la Guajira se suman a los acontecimientos que han sacudido Colombia en las últimas semanas. Puede que por eso el anuncio del inicio de las mesas de negociación entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano, en Quito (Ecuador), el 27 del mismo mes haya pasado, en cierto modo, más desapercibido.
El surgimiento del ELN colombiano ¿qué ocurría en Colombia?
La proliferación de la mayoría de los grupos armados que han operado en territorio colombiano en las últimas décadas se produce en un período de la historia política de Colombia denominado “La violencia”. Entre los años 1948 y 1958 gran parte de la sociedad colombiana fue testigo y parte de un conflicto descarnado que, a pesar de que a nivel institucional enfrentaba a los dos grandes partidos políticos, fue transversal a todos los estratos de un país sumido en lo que se llegó a denominar guerra civil. Una amnistía generalizada, la primera etapa del gobierno de Rojas Pinilla (1953-1957), consigue dar un respiro a la situación anárquica de Colombia, mediante un acuerdo que se lleva a cabo sin abordar la raíz de los grandes problemas estructurales responsables de la quiebra del período anterior.
Asimismo, al tiempo que en Colombia se produce un cambio desde las guerrillas partidistas infundadas por “La Violencia” hacia movimientos de carácter revolucionario, en Cuba triunfa la Revolución liderada por Fidel Castro y el Ché Guevara, que rápidamente extiende su influencia por todo el territorio lationoamericano. En esta coyuntura, en un viaje de 27 jóvenes estudiantes colombianos a la isla en pleno año del triunfo de Bahía Cochinos (1962) frente a EE.UU., germina lo que posteriormente será el ELN colombiano.
¿Qué caracteriza al ELN y por qué cobra relevancia en la historia política colombiana?
Tras haber adquirido entrenamiento teórico y práctico en Cuba, siete de esos estudiantes acuerdan la creación de la Brigada José Antonio Galán con el fin de trasladar las prácticas revolucionarias que habían aprendido en Cuba a Colombia. Allí, se instauran en la provincia de Santander donde la presencia de un movimiento obrero activo vinculado al petróleo y las experiencias guerrilleras liberales, hacen considerar San Vicente de Chucurí un lugar idóneo para comenzar la lucha. Profundamente influidos por las teorías de guerra de guerrillas del Ché Guevara, comienzan a articular la implantación de diferentes focos guerrilleros que les permitan extender su causa a diferentes partes del territorio. El ELN nace en 1964 tras la toma de Simacota, como un movimiento de fortísima impronta guevarista, que se autodefine como un grupo armado revolucionario, de carácter antiimperialista, en la lucha por “la toma del poder para las clases populares”.
El segundo elemento que caracteriza los referentes político-ideológicos con los que se identifica el ELN se produce a raíz de la llegada de Camilo Torres Restrepo a las filas de la organización. La figura del sacerdote impregnó el ideario “elenista” de una ambición revolucionaria vinculada al compromiso cristiano, lo cual no sólo dotó de una mayor consistencia a un proyecto todavía muy incipiente, sino que contribuyó a legitimar la lucha armada insurreccional como medio para acabar con las desigualdades, la jerarquía y la miseria, base teológica de la Teoría de la Liberación.
De hecho, la muerte en combate de Camilo Torres en la batalla de Patio Cemento en 1965 contribuyó a enaltecer los mitos sobre su figura: el cura guerrillero que dio su vida por la causa revolucionaria. A pesar del poco tiempo de militancia, el espíritu de Camilo se hizo inherente a la propia identidad del ELN y, de hecho, fueron muchos los curas y monjas que, siguiendo la estela Camilo Torres, llegaron a convertirse en grandes cargos dentro del movimiento.
“Había leído el diario del Che y me había hecho a una idea romántica de la lucha armada y del guerrillero, creo que la época estaba cargada de ese romanticismo que nos presentaba al guerrillero como a un transformador social, un hombre integral, auténtico, defensor de la causa de los oprimidos.”
¿Cómo evoluciona el ELN y por qué se queda fuera de las negociaciones de La Habana?
Durante los años ’60 y ’70, el ELN atravesó por diferentes etapas en las que a la precariedad económica se le suman los intensos debates internos que de algún modo lastraban la propia proyección de la organización. La condición de movimiento social en el que predominaba el modelo de consenso, les llevó a configurarse en un organigrama horizontal dividido en frentes entre los que se destacaban diferentes responsables. El ELN se caracterizó por una mayor actitud cooperativa con las comunidades de campesinos que otras organizaciones guerrilleras, precisamente a consecuencia del espíritu democrático de su estructura orgánica, sumado a la vinculación con las Teorías de la Liberación. No obstante, si bien contribuyeron a despertar mayor simpatía entre las masas, significaron un severo problema en cuanto a la toma de decisiones.
Por otro lado, en lo relativo a su capacidad evolutiva, el hecho de que el ELN se mantuviera resistente al narcotráfico como medio de financiación, es bastante explicativo de su crecimiento diferencial con otras organizaciones guerrilleras como las FARC. Una vez vio limitada la posibilidad de financiarse a través de donaciones públicas, el ELN estableció como sistema de financiación las retenciones o secuestros y la coacción. Sin embargo, este es un modelo que tenía sentido mientras la organización mantenía su presencia en las ciudades pero, una vez el espacio urbano fue copado por los paramilitares, el ELN perdió una gran capacidad económica, lo que mermó su actividad hasta la fecha.
Por lo tanto, la cuestión moral, y sus consecuencias sobre la captación de ingresos, explican en gran medida por qué el ELN es hoy una organización de 1.500 guerrilleros, concentrados fundamentalmente en las regiones de Bolívar, Cesar, Norte de Santander, Chocó y en Arauca, Boyacá y Casanare, frente a unas FARC que cuentan con aproximadamente 8.000 y que, a pesar de que están también localizados territorialmente, sí que suponen una amenaza nacional.
Las FARC, a pesar de su estrecha relación con el régimen castrista en Cuba, son un movimiento de origen campesino que, de hecho, precede a la revolución del ’59. Su base ideológica, mucho más próxima a referentes marxistas-leninistas extranjeros, dada su dependencia del Partido Comunista Colombiano, los distancia de un ELN que bebe mucho más de experiencias revolucionarias latinoamericanas. Además, las FARC son un ejército irregular, con un modelo stalinista de estructura totalmente militarizada y jerarquizada en la que no es posible ningún tipo de cuestionamiento de las decisiones que se toman en la cúpula. Según el profesor Luis Trejos, este último detalle es crucial para comprender la celeridad del proceso de negociación entre las FARC y Santos en el que el ELN se queda fuera. El ELN no son las FARC, no tienen ni su importancia estratégica ni destructiva, sin embargo se trata del segundo grupo guerrillero más importante del país y sin su colaboración será imposible alcanzar la paz, tan anhelada por los colombianos.
¿Qué ha cambiado ahora?
En una entrevista realizada al profesor Luis Trejos de la Universidad del Norte de Barranquilla, este compartió con United Explanations sus apreciaciones sobre el contexto actual de las negociaciones y por qué el ELN se ha apresurado a avanzar en una negociación con el gobierno de Colombia. El profesor Trejos hizo hincapié en la ambigüedad y falta de confianza con que el ELN afrontó las propuestas de negociación de Santos, en gran medida, opina, fruto de anteriores intentos de negociaciones frustradas iniciadas por el ELN (un total de ocho veces se han llegado a iniciar procesos entre el ELN y el gobierno). Esto le llevó a subestimar el resultado positivo del proceso con las FARC. No obstante, el escenario ha cambiado y no sólo por el hecho de que finalmente se haya materializado un acuerdo sino porque el resultado del plebiscito del 2 de octubre manifestó dos elementos que son cruciales. El primero, que la sociedad colombiana no está tan dispuesta a hacer un ejercicio de perdón con aquellos que han contribuido al conflicto en las últimas décadas. El segundo, que Uribe, que para algunos era ya considerado un moribundo político, tiene mucha más fuerza de la que se creía y no sólo eso, sino que tiene grandes aspiraciones de ganar las próximas presidenciales de 2018. De acuerdo con el profesor Trejos, el ELN ha visto que, de no negociar ahora, el rumbo puede cambiar totalmente ya que no existen garantías de que ese proceso vaya a darse en la clave aperturista que ha propuesto Santos. Según él: “las negociaciones con el uribismo se realizarán en clave de rendición”.
Respecto al tiempo que tomará la negociación, ésta no entraña mayores complicaciones. Teniendo en cuenta que el tiempo juega en su contra y que el gobierno no va a invertir todos los recursos que ha invertido con las FARC, al ELN no le quedará más remedio que aceptar el grueso de lo que se ha pactado ya con las FARC en una agenda que contiene los siguientes seis puntos: 1) Participación de la sociedad en la construcción de la paz, 2) Democracia para la paz, 3) Transformaciones para la paz, 4) Víctimas, 5) Fin del conflicto armado e 6) Implementación.
La mesa de negociaciones, prevista para ayer, 27 de octubre en Quito, ha sido cancelada por el presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos a consecuencia del incumplimiento del acuerdo por parte del ELN al no haber liberado al ex vice presidente de la Cámara de Representantes Odin Sánchez Montes de Oca en la fecha previa al inicio de dichas negociaciones. Odin, hermano del ex gobernador del Chocó, Patrocinio Sánchez se encuentra secuestrado por el ELN desde el pasado marzo tras canjearse por su hermano quien llevaba más de dos años en posesión del grupo guerrillero.
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