¡Más madera, es la guerra! Cuentos de guerra y terrorismo para no dormir. Una batallita desde el Movimiento Vasco de Liberación Nacional de Aznar hasta el Estado Islámico de McCain y el triunvirato a cuatro bandas de EEUU-Israel-Arabia Saudí-Daesh, pasando por la carretera ucraniana, Irak, Al Qaeda, la cumbre de las azores, el desierto Yemení y la madre que lo parió.
¿Que es el terrorismo?
“Terrorismo: Dominación y control por medio del terror.”
“A todo el mundo le interesa acabar con el terrorismo. Bien, hay una manera muy sencilla de conseguirlo: dejar de participar en él”, dijo un judío muy listo del MIT señalado por el New York Times como “el más importante de los pensadores contemporáneos” y eso, hoy en día, es la bomba. No ser el más importante, sino ser pensador. Pensar. A mí en concreto es algo que hace mucho que no me pasa.
Basta de hablar de mí. Menos mal que tenemos líderes mundiales que en nombre de la verdad y de la buena voluntad sacan a los débiles del valle de la oscuridad, como decía Ezequiel 25-17. Ellos han vertido la democracia, cual si de un efímero chorro iluminador se tratase, sobre países ahora libres y colmados de felicidad y sus otrora oprimidas poblaciones en Afganistán, Irak, Irán, Nicaragua, El Salvador, Colombia, Palestina, Chile…
La palabra terrorismo es un comodín muy trending topic que ha justificado la intervención, la guerra, el asesinato y la creación de leyes que han recortado las libertades y han aumentado el control y vigilancia sobre la población en pro de la seguridad desde EEUU a España, así como el desmantelamiento de poblaciones y países enteros. Aquellos fundamentalistas que la esgrimen como excusa y justificación de sus actos para combatirla tienen la ventaja de que suelen tener borceguíes dorados, a Dios de su lado y a los medios bajo su égida. Hablo de terrorismo de estado, que busca la dominación por el terror de su propia población en primer lugar, pero también de los infieles outsiders, herejes extranjeros, salvajes metecos, morenos arborícolas.
La famosa guerra contra el terrorismo es como cuando Jasón partió junto a los argonautas para buscar el vellocino de oro: quizás posible pero un cristo del copón, sobre todo porque si resultan victoriosos se habrán vencido a sí mismos.
¿Dónde están los terroristas que no se ven y están por todas partes?
Hoy en día existen varios estados terroristas pero hay dos que usan el terror de forma sistemática, de manual: EEUU e Israel. Ambos justifican sus acciones de política interior y exterior por la constante e inminente amenaza terrorista que, en EEUU, padre del “estáis con nosotros o estáis contra nosotros, bastardos…”, ha llevado a la aprobación de las gloriosas Patriot Act y Homeland Security Act, pensadas para proteger a sus atemorizados ciudadanos. Sin embargo un estudio del propio FBI dice que si eres americano tienes ocho veces más probabilidades de morir a manos de la policía que por un ataque terrorista y, como tengas la suerte de ser negro -y en esta categoría incluiremos todo aquello que no sea transcaucásico nuclear- mejor no calcules las posibilidades y vuélvete rápidamente al agujero africano del que saliste y no, no me refiero al monte Zion, You gotta walk and don’t look back que decía Mr. Tosh.
Cuentos y batallitas de guerra y terrorismo
Cuentan los vetustos y aguerridos aqueménides que al despuntar el alba en la mañana de un soleado día de 1953, sábado seguramente, un tal Kermit Roosvelt, el de los pies ligeros, agente de la CIA, anduvo enredando entre los ubicuos hilos del poder popular en Irán, jugando al noble arte de derrocar al opresor, un tal Mohammad Mosaddeq en este caso, que habiendo tenido la osadía y desparpajo de ganar unas elecciones democráticas, había recuperado el control de los recursos naturales para su país. La pérfida Albión, que veía como se le iba el control del excremento del diablo entre los dedos, como si de voluble arena del desierto que lo cobija se tratase, pidió ayuda a daddy yankee, que envió al bueno del nieto de Teddy Roosevelt cargado de dólares y de amor fraternal hacia pueblo propio y ajeno, a sublevar a la peña. Lo que produjo el derrocamiento de Mosaddeq y que el magnánimo Reza Palevi, el Sha de Persia, colega de occidente, ejemplo de libertad y democracia como dijo Reagan, sentara su imperial culo sobre el trono del sol…
Y Dios vio que esto era bueno…
Esta maniobra, que responde al épico y odiseico nombre de Operación Ayax, que hubiese sido digna de protagonismo por el mismísimo Ayante hijo de Telamón, que cantaron Homero y Píndaro, parece ser que fue la primera acción de tipo “golpe blando”, algo que ha funcionado tan bien, que lleva más de 60 años de moda. Ucrania y Venezuela son sus últimos ejemplos, con una técnica, eso sí, mucho más depurada.
Otro cuento guerrero es el contado por los pares del Mayor General del Cuerpo de Infantería de Marina, Smedley Darlington Butler, el militar más condecorado de la historia de EEUU y uno de los dos marines en recibir dos medallas de honor del Congreso, lo que no consiguió ni John Rambo. En su discurso de despedida del ejército, de título la Guerra es un Latrocinio, cuenta cuál fue su papel en particular y del ejército en general -como sicario de la élite empresarial all over the world- para derrocar regímenes democráticos (comunistas, terroristas) e instaurar regímenes dictatoriales (libertadores, defensores de la democracia y de la providencia). Es el clásico ejemplo de la perversión del lenguaje o lo que Eduardo Galeano contaba es su Patas Arriba, el Mundo al Revés y es que como decía el Che, prototipo de terrorista subversivo, un pueblo ignorante es un pueblo fácil de engañar.
Lo anterior nos lleva a otra historieta del business de la guerra: el presidente Woodrow Wilson fue elegido con la promesa de mantener a los EEUU fuera de la Gran Guerra con un gran apoyo popular, poco después el país entró en guerra en vista del inconmensurable negocio que significaba y, no pensemos mal, para apoyar a los hermanos europeos, la democracia, la libertad y demás jerigonzas, tras haber conseguido el apoyo de la gente gracias al bueno de Edward Bernays, el mejor jodementes desde Koheigen y el creador del marketing 3.0 mucho antes de que Philip Kottler, laureado maestro de la mercadotecnia, hubiera aprendido lo que es el marketing. A partir de aquí, las empresas americanas entraron como siempre en juego, algunas como IBM o Standard Oil, entre muchas otras, obtuvieron pingües beneficios de las grandes guerras.
Operaciones de Falsa Bandera (False Flag Ops)
La guerra es el mayor negocio de la historia desde la invención del tamagochi y es que ya lo dijo un tal Philip Rothschild (o no…), otro judío que tenía más pasta que Thorin Escudo de Roble en su montaña de Erebor: Cuando haya sangre en las calles, compra propiedades.
¿Qué es una operación de falsa bandera? El clásico mato a unos cuantos de los míos, te echo la culpa con mi maquinaria de propaganda y me sirve de excusa para matar a miles de los tuyos y así convertirme en el hombre más rico del pueblecito. Estas operaciones de falsa bandera siempre suelen ir acompañadas de ciertos mitos de la caverna y halos de teoría de la conspiración, algunos ejemplos de repercusión mundial:
Guerra de Cuba
Hay quien cuenta que fue la primera gran operación de falsa bandera de consecuencias intercontinentales y es justo como te lo cuento: un barquito llamado USS Maine, de tipo acorazado y bajo pabellón, gobierno e himno de los EEUU, se fue a pique bajo una sinfonía multisensorial de ocres tonalidades y tenues melodías tras sufrir la primera autoinmolación de tipo talibán de la historia, sita en la Bahía de la Habana. Esto fue el acabose del imperio español y el origen de la manida frase “más se perdió en Cuba”. Dicen por ahí las malas lenguas que fueron los propios yankees que se hundieron a sí mismos para dejar patente la mala uva y pérfidas intenciones del invasor maketo, que como ya decía Sabino Arana, “el español se lava una vez en su vida y se muda una vez al año” . Sí, lo sé, lo documentaría mejor si este fuera un artículo serio de un escritor solvente, pero es lo que tiene el lowcost writer…
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La Primera Guerra Mundial y el Lusitania
El pueblo estadounidense se convenció de que había que dejarse de tonterías tras el crash del 13 y de que cuando los alemanes hundieron el RMS Lusitania, había llegado la hora de sacar a la impaciente del saco. La Embajada Alemana publicó un anuncio en los periódicos de EEUU avisando de que si el Lusitania zarpaba hacia Inglaterra entraría en zona de guerra y que sus intrépidos tripulantes y pasajeros correrían el riesgo de, como le pasó a Lucca Brassi cuando fue a alternar con Tattaglia y Solozzo, que terminó nadando con los peces. El 1 de mayo de 1915 el glorioso Lusitania se hizo a la mar y algo después, el U-20 se cruzó en su camino frente a las costas de Irlanda, mientras los británicos elevaban plegarias al altísimo para que los EEUU tuvieran una razón para entrar en guerra y así fue. Lo demás es Historia, es decir 60% mentira, 30% suposición, 10% hechos.
La Segunda Guerra Mundial y el mito de Pearl Harbour
Cuenta la leyenda que el 7 de diciembre de 1941 todos los humanos de EEUU menos uno de Wisconsin que estaba de parranda, se enteraron de los planes del almirante Yamamoto de un ataque sorpresa de los japoneses sobre la Flota del Pacífico con la catana entre los dientes y al grito de ¡tora, tora, tora! El supuesto fallo de vigilancia, así como la mala suerte de que a los americanos por aquel entonces no les terminaba de funcionar el escudo antimisiles de Reagan, provocó la entrada en guerra, una vez más, de la gran potencia.
Vietnam, historia de fantasmas en el Golfo de Tonkin
Los destructores USS Maddox y USS Turner fueron hundidos por acciones subversivas del gran leviatán comunista. Bueno, en realidad, no pero ¿a quién le importa? Lyndon Johnson dijo que sí y declaró la guerra en represalia al pequeño hombre del pijama negro. A partir de aquí ya sabemos lo que pasó: un par de muertos, dinero a esgaya, agente naranja, vietcong y me-encanta-el-olor-del-napalm-al-amanecer.
Existen muchos otros cuentos divertidos de operaciones de falsa bandera como la Operación Northwoods o la falsa invasión de Gleiwitz así como otras que nombraremos más adelante, cuyos resultados siempre han terminado de forma parecida: grandes montañas de dinero y de cadáveres.
Los casus belli
Respecto a los otros asuntos del título, se me ha pasado ligeramente el arroz y me quedo sin tinta pero, brevemente, como hechos significativos del terrorismo en la historia:
Aznar
Hombre férrico del poder nacional, negoció con ETA encumbrándoles como organización al llamarles Movimiento Vasco de Liberación Nacional en un arranque de pasión. Mientras, conspiraba de vacatas en las Azores con Bush y Blair para inventarse una guerra en Iraq sin necesidad alguna -real, amén de las WMD o armas de destrucción masivas químicas y nucleares existentes solamente en el éter- salvo la petroleada masiva y los millonarios contratos de reconstrucción, lo que ha costado más de dos millones de vidas, en su mayoría civiles -mujeres, niños, inocentes, negros, moros (sin mucha importancia por tanto) y todo aquello que se moviera y tuviera vida.
También apoyó y legitimó el golpe de estado contra Chávez en Venezuela en el 2002 participado desde Washington y se apresuró a reconocer al gobierno golpista de 15 minutos de duración de Mr. Carmona tras haber vendido, por cierto, unas cuantas armas al maligno régimen chavista. Al señor Ansar le damos hoy, por tanto, una mención especial como Warlord, que tendrá que compartir con Dobleuve Bush y, cerrando la santa alianza, nuestro buen amigo Benjamin Netanyahu.
Irak
Como addendum al punto anterior solo recordar uno de los episodios más entrañables en la manipulación de la opinión pública: cuando llevaron al congreso de los EEUU a una beata y sollozante muchacha kuwaití de 15 años, de nombre Nayirah, para testificar que ella, enfermera voluntaria en un hospital, había visto como soldados iraquíes de la piel de Barrabás, habían arrancado a pobres bebés kuwaitíes de las incubadoras y los lanzaban al suelo para dejarlos morir allí.
Este testimonio, invención de la por aquel entonces mayor agencia de publicidad del mundo, Hill & Knowlton, fue clave en el apoyo del pueblo a la guerra de Iraq. La afligida niña resultó ser, a la sazón, la bien adoctrinada hija del embajador kuwaití en EEUU, lugar donde nació y del que, por cierto, nunca había salido. Esto debió llevar a los estadounidenses, el pueblo elegido de Dios, a pensar “Saddam eres malo, malo, muy malo, quizás debimos haberte eliminado antes de inflarte a millones y polvorines…”
Daesh (o Estado Islámico) con su hijo pródigo Al-Baghdadi
Proyecto que se sospecha ha sido creado / apoyado / financiado por EEUU, el Mossad Israelí y los amigos saudíes -con McCain, el de las patatas fritas en el papel principal de conspirador- con el objetivo, según cuentan mentideros documentados, de destruir al gran satán sirio de Asad y de separar los ruinosos rescoldos humeantes de Iraq entre chiíes, suníes y kurdos, consiguiendo que lo más moderado de la oposición fuera representado por el movimiento pacifista y ecologista Al Nusra. Dejemos como prueba, o elemento de reflexión, la eficiencia incólume de los ataques de EEUU y su coalición durante los últimos años contra Daesh, a los que han conseguido matar un camello y pinchar la rueda de un jeep.
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Yemen
Después de que el pobre Saleh tras un fugaz reinado de 22 años y su sucesor oficialista Mansur Hadi fueran echados a patadas en el xxxx por el Frente Judaico Popular Yemení (disidentes); el pueblo, bajo la guía de los malvados hutis de Ansarolá apoyados por los infieles iraníes (eje del mal, terroristas nucleares) fuera atacado indiscriminadamente por los demócratas saudíes de la casa Al-Saud, con el apoyo de países del Consejo de Cooperación del Golfo y los Estates con armas químicas y de racimo, cuyas principales bajas, por su casuística, siempre son niños -eso sí, niños morenos-, conformando lo que se puede considerar como una de las mayores operaciones de terrorismo de estado de la historia. Todo esto, claro, según mis fuentes, lo que he entendido de oídas en los medios de propaganda del régimen y algún episodio suelto de la serie Homeland.
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Al-Qaeda
Hubo un momento en que Al-Qaeda y Bin Laden tenían más difusión que la Coca-cola. Ahora la organización está un poco pasada de moda como excusa de guerra y Bin Laden criando malvas tras prestar años de leales servicios a la CIA. Solo diremos sobre Osama que las recientes investigaciones del Pulitzer Seymour Hersh, entre otros, indican que ni se le mató en un tiroteo, ni se arrojó su cadáver al mar y que el ISI pakistaní conocía al igual que la CIA el paradero de un Bin Laden al que se sacó del cofre de las reliquias para que Obama pudiera ser reelegido y su pueblo exorcizado.
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Ucrania
Demasiado complejo para tratarlo en este exordio aún siendo interminable, pero lo guardo para la próxima. Valga decir de adelanto que Rusia serán algo maletes, -pero no tienen cuernos y rabo aunque lo digan los yanquis que yo soy muy viajado, conozco Rusia, a los rusos y de pequeño estuve en el circo ruso de mi pueblo-, y que Ucrania es deseada no solo por su posición geoestratégica, sino también como el granero de Europa, objetivo de grandes compañías del agribusiness.
Mirando a la historia, aunque da perezón, vemos un elemento común en los regímenes que EEUU apoya y los que ataca. Generalmente hay un denominador común y es el enfoque del vil metal:
- Democracia, libertad y autonomía = Enemigo. Mal clima para los negocios, inestabilidad, posibilidad de cambio. Ejemplos: Ecuador de Correa, Chile de Allende, Indonesia de Sukarno, Irán de Mosaddeqh o Bolivia de Morales.
- Tiranía, torturas y represión = Amigo. Buen clima para los negocios, estabilidad, imposibilidad de cambio. Ejemplos: Egipto de Al-Sisi, Arabia Saudí de la casa Saud, Chile de Pinochet, Indonesia de Suharto, Guatemala de Somoza y Ríos Montt o Argentina de Videla.
La lectura evidente es que los derechos humanos y la democracia son incompatibles con los negocios para los EEUU en economías emergentes.
Poniéndonos en marcha, la chispa de la revolución bolchevique
El mundo es una mierda, pero ¿que puedo hacer yo, si solo soy un anodino paisano, currela, con varias bocas que alimentar, me gusta el fútbol, los sobaos y la fabada, sin mucho tiempo ni ganas para nada más?
Si te encuentras en esta tesitura, sigue leyendo, si no, vaya a la página 137.
¿No sientes nada? ¿Te se come la desidia? ¿Flacidez verbal? ¿Descolgamiento cerebral? No pasa nada, es el síndrome de Helsinki, muy contagioso, peligroso y muy extendido, pero afortunadamente tiene cura. En primer lugar saca la cabeza del sobaco; como decía Mulder y el del tupé hipster de cuarto milenio, la verdad está ahí fuera, espabila. Estudia, lee, no leas la prensa, al menos aquella cuyo único fin es el aborregamiento ilustrado y cuya única utilidad pública y social es limpiar la mierda de tu perro. Aprende a distinguir entre propaganda e información, es un proceso divertido. Haz una detox mental apagando los telediarios mientras comes, hazte preguntas de vez en cuando. ¿Qué es un huevo? Vuelve a leer y vuelve a estudiar, ten un pensamiento crítico, cuestiónate, no te creas nada, principalmente esta diatriba comunista y, lo más importante, elimina o reduce dentro de tus posibilidades el consumo de Sálvame delux y limón, antes de que tu cerebro se haya convertido irremediablemente en una masa-amorfa-ameba-unicelular-protozoica.
A partir de aquí empezarás a ver la luz o a creer que los reptilianos están entre nosotros. No te preocupes, es normal. Corrige el tipo de lectura, repite el proceso anterior tantas veces como sea necesario hasta que empieces a sentir algo nuevo, desconocido, una mezcla de punzamiento intestinal, culpabilidad espiritual e hinchamiento gonadal. Sientes algo, es la indiferencia que ya no está ahí, aquello que Gramsci llamó el peso muerto de la Historia, es jodido pero es bueno. Soportable y temporal. Se pasa. Todo va a salir bien. Entonces, y solo entonces, habrás encontrado tu brote verde zapateril, tu fin de crisis rajoyana, el camino del Jedy. A partir de aquí, sin que nadie te lo diga y por tus propios medios, sabrás que es lo que has de hacer.
In memoriam: Eduardo Galeano
Ésta es una opinión sin ánimo de lucro
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