Bruselas, BÉLGICA// Son los ciudadanos los llamados a decidir sobre el futuro de Europa con estas elecciones, pero la cita apenas queda señalada en el calendario de los votantes. La crisis de desprestigio que atraviesa Europa hace que muchos no quieran ir a las urnas el próximo mayo. Pero, ¿Qué es lo que nos jugamos en estas elecciones?
Los comicios al Parlamento Europeo se venden a los europeos como una cita esperada que será diferente de las anteriores citas. Sin embargo, los ciudadanos comunitarios se encuentran ante un mar de dudas, la mayoría ha perdido el interés por Europa, si es que alguna vez lo tuvo. La recesión, la austeridad, el desempleo juvenil y la desinformación marcan esta cita electoral.
Los medios de comunicación, por su parte, transmiten una imagen de Europa similar a la de un monstruo, un ente burocrático en el que pasan muchas cosas, pero ninguna de ellas parece ser buena. Si nos paramos a preguntar a alguien por la calle, ¿Qué significa para ti Europa? En la mayoría de los casos encontraremos respuestas tales como: un gasto de dinero, burocracia, austeridad…
¿Acaso la voz de los europeos cuenta? Según el Eurobarómetro publicado en otoño de 2013, dos tercios de la población europea consideraba que su voz no era relevante para la Unión Europea, lo que representa un 66% de los 500 millones de ciudadanos de toda la UE.
1. La historia de un exclusivo club
La Unión Europea nació casi como un sueño el 9 de mayo (fecha en la que se celebra el día de la Unión Europea) de 1950. En esta fecha Robert Schuman, por aquel entonces Ministro francés de Asuntos Exteriores, pronunció la hoy ya conocida como “Declaración de Robert Schuman” en la que se incluyeron los principios de paz y solidaridad entre los estados de la entonces Comunidad Europea del Carbón y del Acero, la cual sienta las bases para la actual Unión Europea. Desde 1952, fecha en la que entra en vigor la Declaración, se han firmado varios tratados para ir dotando a Europa de más competencias. Los estados que se adhieren a la Unión ceden parte de su soberanía para poder formar parte de este exclusivo club que promete prosperidad.
Hoy en día formar parte del exclusivo grupo ya no es garantía de prosperidad y muchos países como España, Italia, Portugal, Grecia o Chipre se ven asfixiados por las deudas y por poder cumplir el objetivo de déficit, fijado en un 3% a petición del Banco Central Europeo.
Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009, la Comunidad Europea pasó a llamarse legalmente Unión Europea. Uno de los cambios más interesantes para la ciudadanía es que tras la firma de este tratado, el Presidente de la Comisión Europea –es el órgano ejecutivo de la UE y representa los intereses del conjunto de Europa– será elegido por el Parlamento Europeo, –representante de la ciudadanía ante las instituciones– y cuyos eurodiputados, a su vez, son votados de forma democrática por todos los europeos.
2. Descenso del voto
Si observamos el número de votantes desde 1979, fecha en la que se celebraron las primeras elecciones europeas, ha ido descendiendo. En las últimas elecciones votó un 43% de los electores. Esta es la cifra más baja de unas elecciones europeas. Según fuentes comunitarias, en estos comicios se estima un descenso del voto de hasta el 40%. Sin embargo, a pesar de ser bajo y no representar ni tan siquiera a la mitad de los ciudadanos de la Unión, la legislación no establece un mínimo de votos para que el Parlamento pueda formarse.
3. Pero, ¿qué significará el voto del 22 al 25 de mayo?
Las elecciones al Parlamento Europeo se producen cada cinco años y según el último tratado [Lisboa] se establece el número de representantes en 751. Cada país tiene un número de eurodiputados, fijado por el número de habitantes de su censo. Por lo tanto, los países con mayor número de habitantes como Alemania o Francia, tendrá mayor representación en el hemiciclo.
Durante el periodo electoral los candidatos a un escaño en el Parlamento deberán hacer campaña política en sus respectivos países. Primero para ser elegidos dentro de las listas de sus partidos. Una vez que el partido elige a su candidato este tendrá que proceder a realizar campaña política en su país para obtener el número de votos necesarios que le permitan representar a sus votantes en Estrasburgo (donde oficialmente votan los eurodiputados) y Bruselas (donde se realiza el trabajo diario).
El proceso de votación comenzará el 22 de mayo en las islas las Azores y se prolongará hasta el 25 de mayo, cuando por la noche se comenzará el recuento de los votos en todos los estados miembros. Una vez finalice dicho recuento, los eurodiputados llegarán a Estrasburgo donde presentarán sus actas como eurodiputados. Allí deberán adherirse a uno de los grupos políticos ya formados en anteriores legislaturas o formar un nuevo grupo parlamentario.
En la actualidad existen siete grupos políticos: Grupo del Partido Popular Europeo –Demócrata Cristiano (EPP), Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo (S&D), La Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), Verdes/Alianza Libre Europea (Greens), Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), Izquierda Unitaria Europea / Izquierda Verde Nórdica (GUE/NL), y Europa de la Libertad y de la Democracia (EFD). Además de los eurodiputados que no están en ninguno de estos partidos, los no inscritos, como es el caso del Frente Nacional Francés (FN) o Unión Progreso y Democracia (UPyD).
Podría darse el caso, bastante probable, de que en la próxima legislatura nacieran nuevos grupos políticos. Para ello es necesario que 25 eurodiputados de siete países diferentes se unan para crear un nuevo grupo. Se prevé que este sea el caso, por ejemplo, de la extrema derecha, liderado por Marine Le Pen (Frente Nacional francés) y Geert Wilders (Partido de la Libertad holandés), quienes pretenden crear un grupo político de esta tendencia politica, que actualmente no existe como tal en el Parlamento Europeo.
4. ¿Cómo me representa el Parlamento Europeo? ¿Por qué es diferente?
Al Parlamento se le concede un papel de supervisión de la Unión y comparte, junto con el Consejo– en el que están representados los jefes de gobierno de la Unión Europea– tareas como aprobar y debatir las leyes (directivas) propuestas de la Comisión Europea, además de debatir y tener que aprobar el presupuesto de la Unión. A día de hoy se habla de un papel más decisivo del Parlamento, ya que desde el Tratado de Lisboa se ha intentado reforzar su papel entre las instituciones.
El proceso legislativo europeo de manera simple funciona de la siguiente manera: La Comisión Europea propone una nueva ley. El texto llega al Consejo y al Parlamento Europeo quienes lo estudian y dan sus opiniones.
En el Parlamento son las diferentes Comisiones encargadas de estudiar los textos y presentar enmiendas. Después esto se lleva al Pleno general del Parlamento, que tiene lugar en Estrasburgo cada tres semanas, allí los más de 700 diputados votan. Si se aprueban los textos propuestos, se mandan al Consejo para su aprobación total. Sin embargo, en caso de no estar de acuerdo con la decisión del Parlamento, el Consejo devuelve el texto para que el Parlamento pueda volver a trabajar sobre él.
En esta nueva legislatura, se producirá un cambio: el Parlamento adquiere más poder con el tratado de Lisboa ya que se le otorga la facultad de elegir al Presidente de la Comisión Europea. Será el hemiciclo quién vote este cargo, sin embargo el Consejo deberá refrendar esa decisión para que sea finalmente aprobada. De aquí que desde la versión oficial del Parlamento Europeo se intente transmitir la idea de ese cambio real y de un mayor poder para la soberanía popular.
El Presidente del Parlamento es elegido por los eurodiputados y tiene un mandato de dos ano y medio, al ser el EPP y el S&D los partidos con mayor representación en la cámara, se da la particularidad del bipartidismo en la elección del Presidente.
5. ¿Hay algó más en juego? No se votan candidatos, se votan ideas
En estas elecciones, no sólo se votan candidatos políticos. Sino que se votarán unas ideas políticas claves que dirigirán Europa en unos momentos difíciles. Hasta ahora hemos visto una Comisión Europea dirigida por José Manuel Durão Barroso, quién forma parte del Partido Popular Europeo y por un colegio de comisarios que proviene, en su mayoría, de gobiernos neoliberales. Esto ha propiciado que el rumbo de Europa esté marcado por decisiones conservadoras que han situado a los países de la UE en el punto en el que están.
Con el voto de los ciudadanos no solamente está en juego votar y elegir a los representantes en el Parlamento o en la Comisión. De ese voto depende el futuro de Europa. Los candidatos para dirigir la Comisión ya han ido presentando sus programas y ya conocemos las caras que podrían dirigir las políticas europeas.
Encontramos a Jean-Claude Juncker (Luxemburgo, EPP, ex-Presidente del Eurogrupo). Martin Schulz (S&D, Alemán, Presidente del Parlamento Europeo actualmente). El Partido Verde Europeo es el único que presenta dos candidatos, promulgando el balance de género. Por un lado, Ska Keller (Alemania y Francia, Partido Verde Europeo) eurodiputada y ex-portavoz de los jóvenes verdes europeos; es joven y la única mujer candidata. A ella le acomapaña Jose Bove (Francia, Partido Verde Europeo), eurodiputado y un antiguo activista antimilitarista y sindicalista. Por otro lado encontramos a Alexis Tpiras (Partido Europeo de Izquierdas, Griego y dirigente máximo de Syriza, combatiente acérrimo contra la Troika y las medidas de austeridad). Y a Guy Vershofat (Belga, que se presenta con el ALDE). Uno de estos hombres o mujeres dirigirá el futuro de Europa con una visión completamente distinta o continuará con la línea hasta ahora marcada.
La decision queda en manos de los ciudadanos pero es un proceso complejo en el que se prevé un gran descenso de voto y en el que los electores no tienen claro lo mucho que pueden llegar a perder. Solo nos queda esperar a la noche del 25 de mayo para saber el futuro incierto de la Unión Europea.
Foto de portada: sesión del Parlamento europeo, fuente: www.szatmar.ro
Artículo original de Alicia Gabán publicado en el blog Hemisferio Zero
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