Detener la deforestación y frenar el cambio climático son los objetivos de una iniciativa ciudadana recién lanzada por Greenpeace. El foco de la iniciativa está en Brasil, donde la Organización busca 1,4 millones de firmas para conseguir llevar al Parlamento una ley popular y con ella acabar definitivamente con la destrucción de la Amazonia.
En todo el mundo la deforestación continúa a un ritmo alarmante. De acuerdo con el Programa Internacional de Bosques del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en ingles), 12-15 millones de hectáreas de bosques se pierden cada año. La deforestación y degradación de áreas forestales, especialmente en los trópicos, tienen consecuencias dramáticas para la biodiversidad, el clima global y las personas. El 87% de la deforestación mundial ocurre en sólo 10 países, dónde Brasil e Indonesia suponen el 51% de esta pérdida. Manteniéndose este escenario, se prevé que para el año 2050 más de 230 millones de hectáreas de superficie boscosa habrán desaparecido.
La iniciativa de Greenpeace tiene su origen en la 9ª Conferencia de las Partes (COP 9) de la Convención sobre Diversidad Biológica (CDB), realizada en mayo de 2008 en Bonn, donde delegados de 67 países comprometieron su apoyo, incluyendo WWF y otras organizaciones no gubernamentales, para promover una meta de deforestación neta cero para el año 2020, manifestando así su intención en desarrollar e implementar mecanismos para que la tasa anual de pérdida de bosques, sea reducida y que se acerque al cero.
¿Qué significa deforestación cero?
En verdad, no se está hablando de una deforestación cero, refierida a no deforestar en absoluto; si no a una deforestación neta cero donde algunas pérdidas de áreas boscosas son compensadas mediante repoblación forestal. En este modelo, aunque se produzca un cambio en el uso del suelo para otros fines que no sean áreas forestales naturales, la cantidad neta deberá asegurar que la calidad y densidad de carbono atrapado sean mantenidas, además de otros servicios ambientales que normalmente nos son ofrecidos por los bosques, como la provisión de agua, la prevención de inundaciones y la manutención de la diversidad biológica, por ejemplo.
¿Cómo alcanzar una deforestación neta cero?
El problema de la deforestación no es sencillo e implica cuestiones económicas y sociales históricas. Teniendo esto en cuenta, además de las varias iniciativas presentes en las conferencias internacionales sobre biodiversidad o cambio climático, que establecen referencias para medir el éxito de los esfuerzos en reducir las tasas de deforestación, un punto clave, de ámbito nacional y local, está en la integración transversal de políticas gubernamentales. La deforestación y degradación de los bosques no son solamente un problema ambiental, sino también un problema para la agricultura, comercio, finanzas, generación de energía, salud, generación de empleo y renta. Una visión y concientización más integrada del problema podría contribuir a reducir los diferentes conflictos de interés y la posición de normativas y prácticas que muchas veces inviabilizan la adopción de procesos sostenibles.
Aunque no exista una solución única, para que se pueda lograr éxito es fundamental ampliar el acceso y fortalecer algunas estrategias que ya están alcanzando resultados positivos, incluyendo entre ellas, la implementación de políticas y procesos de planificación de uso integrado del suelo, englobando también protección y manejo sostenible de bosques, además de prácticas de forestación y reforestación que sean social y ambientalmente responsables. La adopción de iniciativas de Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD), se presenta igualmente como una importante iniciativa ya que a la vez que ayuda a países en desarrollo a preservar la cobertura y calidad forestal ofrece oportunidades para promover el consumo y producción sostenibles de bienes y productos relacionados con los bosques.
¿Por qué el año 2020?
Este es un marco hipotético que tiene en cuenta la posibilidad de que las iniciativas que hoy ya están presentes en los acuerdos internacionales, salgan del papel y pasen efectivamente a funcionar. Considera que este es un plazo suficiente para la planificación y adopción de procesos políticos que garanticen la adopción de leyes de deforestación cero y está anclado en una reducción del 10% del índice actual de la deforestación global, propuesta por el Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques (UNFF).
Greenpeace: más que palabras, acciones concretas
Más que palabras, el mérito de la campaña de Greenpeace está en sacara a la luz para el público en general un concepto técnico y un debate político que, normalmente, está cerrado en las conferencias de las Naciones Unidas y en estudios científicos, muchas veces, de difícil comprensión.
Al proponer una ley apoyada por millones de firmas de ciudadanos, demuestra que es posible utilizar un mecanismo democrático para virar hacia nuevos modelos de sustentabilidad que puedan beneficiar a todos mientras ayudan a detener el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Amplia la percepción de que una mejor gobernanza e incentivos económicos pueden contribuir a una administración más racional de los bosques y a un uso más productivo de la tierra.
Greenpeace nos alerta que frenar la deforestación es posible. Y lo más importante es que podemos hacerlo ahora.
Ésta es una explicación sin ánimo de lucro
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