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El peor de los récords
Cada año la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha publicado su estimación anual de emisiones de gases de efecto invernadero (GEH). Después de una caída de las emisiones de CO2 en el año 2009 causada por la crisis financiera global, la AIE estima que las emisiones en 2010 subieron a un récord de 30,6 gigatoneladas (Gt). Esto significa que en 2010 las emisiones de GEH fueron las mayores de la historia, lo que reduce las esperanzas de controlar el calentamiento global, asegura la Agencia. Este dato supone un incremento del 5% respecto al récord anterior que era del 2008, cuando se alcanzaron niveles de 29,3 Gt.
Mientras que la AIE estima que el 40% de las emisiones globales en 2010 fueron provenientes de países desarrollados, éstos sólo fueron responsables del 25% del crecimiento de las emisiones en comparación con 2009. En cambio, en los países en vías de desarrollo encabezados por China e India, se observó un aumento mucho más fuerte en las emisiones debido su crecimiento económico acelerado, asegura el comunicado de la AIE.
Sin embargo, David King, exasesor científico para el gobierno británico citado por el diario The Guardian, recuerda que “los países occidentales sólo han logrado reducir las emisiones ya que dependen de las importaciones procedentes de países como China”.
En cuanto a los combustibles, el 44% de las emisiones estimadas de CO2 en 2010 llegaron derivadas de la quema de carbón, el 36% del petróleo, y el 20% del gas natural.
Los principales países emisores
El conjunto de los 20 principales países emisores de carbono del mundo, encabezados por China, Estados Unidos y la Unión Europea, suponen más del 75% de las emisiones de carbono, el 70% de la población mundial y el 90% de la riqueza mundial. En el año 1990 las mismas variables tomaron los valores de 66% de las emisiones de carbono, 74% de la población y 92% del PIB mundial.
Las emisiones de carbono en el año 2020
La AIE ha realizado un ejercicio de estimación de cuáles serán las emisiones para el año 2020. Según sus previsiones, el 80% de las emisiones del sector de la energía proyectadas para el año 2020, procederán de centrales de producción de energía que están actualmente en marcha o actualmente en construcción. La mayoría de estas centrales eléctricas queman combustibles fósiles, y según la AIE, es poco probable que salgan de servicio de forma anticipada. Las emisiones del sector eléctrico aportan 13.7 Gt al total. De esta cantidad cerca de 11.2 Gt provienen de las centrales que actualmente están en servicio.
La AIE ha calculado que para escapar de los efectos más perjudiciales del calentamiento global -esto es, evitar un aumento de las temperaturas mayor de 2ºC- las emisiones anuales provenientes de la generación de energía no deben ser superiores a los 32Gt para el año 2020. Este umbral podría superarse nueve años antes de lo previsto si el ritmo de crecimiento de emisiones sigue a este nivel.
Un poco de análisis: ¿por qué unos países emiten más que otros?
Existen varios factores por los cuales unos países emiten más emisiones de carbono que otros. A continuación desglosamos cuáles son algunos de estos factores.
Crecimiento demográfico: un mayor crecimiento demográfico de un país provoca el aumento del consumo, y por tanto la necesidad de incrementar la producción que satisfaga dicho consumo, y con ello, la necesidad de un mayor consumo energético y de recursos materiales. En resumen, el crecimiento demográfico implica un aumento de las emisiones de carbono, a menos que dicho crecimiento sea compensado por medio de una mejora de la eficiencia energética o de consumo de materiales.
Crecimiento económico: el aumento de la actividad económica de un país, atendiendo al grado de desarrollo del mismo, en función de su infraestructura tecnológica y mix energético (las diferentes fuentes energéticas –carbón, petróleo, gas, etc.- utilizadas en la producción de energía del país), provoca un comportamiento u otro en relación al nivel de aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Ello se halla asociado con el concepto de la curva de Kuznets ambiental, según el cual el crecimiento económico precede a la mejora ambiental. Así, una economía avanzada invierte más en mejora ambiental que una economía en desarrollo cuyos esfuerzos se destinan al crecimiento económico del país.
La composición económica sectorial: desacoplar el crecimiento de las emisiones de carbono y el crecimiento económico de un país suele ser algo posible en las economías avanzadas. Esto es así porque es resultado de los cambios estructurales hacia una economía de servicios, que implican cambios tecnológicos que a su vez reducen del uso de recursos materiales y permiten un menor uso de energía para obtener un determinado crecimiento económico. Además, como hemos comentado anteriormente, las economías avanzadas adoptan políticas para subsanar los impactos ambientales. En las economías en transición, en cambio, el desacoplamiento tiene lugar, en gran parte, como resultado de la reestructuración industrial y de las reformas del mercado para que los precios de la energía, materiales y otros recursos se aproximen más a sus costes económicos e internacionales.
La intensidad de las emisiones: la intensidad de emisiones de carbono es el resultado de dividir el conjunto de emisiones de un país y su PIB. Con ello, es posible conocer cuantas emisiones de carbono se generan por unidad de PIB producida. Aquellos países con una menor intensidad de emisiones son aquéllos con una mayor intensidad energética (cantidad de energía utilizada para producir una unidad de PIB) o bien con un mix energético más eficiente (con menor emisión de carbono por unidad de combustible consumido).
El nivel de competitividad: a medida que un país se hace más competitivo económicamente mejora su comportamiento ambiental. La innovación, la eficiencia y el uso de tecnología avanzada, son conceptos que suelen ir ligados a una mejor eficiencia ambiental, y con ello a una reducción de la contaminación. Aunque un exceso de regulación ambiental, con unos estándares sobreelevados pueden elevar de forma importante los costes y convertirse en un factor en contra de la competitividad de un país, obviar la realidad de la gravedad climática puede suponer aún más riesgos y un mayor coste económico en el futuro. Es por ello importante buscar un equilibrio adecuado entre unas mayores exigencias legislativas para la mejora ambiental y su coste, con el fin de garantizar que el crecimiento económico y las mejoras ambientales avancen simultáneamente.
Por qué China es el máximo emisor mundial de carbono
Tal y como acabamos de describir no existe una explicación aislada al factor del crecimiento de emisiones de carbono de un país. Buscando respuesta a un posible qué podríamos responder que es el crecimiento económico el factor principal que provoca el aumento de las emisiones de un país. Abordando el cómo podríamos indicar que dicho crecimiento no necesariamente siempre implica un aumento de emisiones (tal y como sucede en el caso de la Unión Europea que a pesar de crecer económicamente está reduciendo sus emisiones). Ello depende principalmente de la intensidad de emisiones, la cual al mismo tiempo viene caracterizada por la intensidad energética y el mix energético que utiliza el país.
Así, en la mayoría de países, el crecimiento económico (medido como el aumento del PIB por habitante) es el factor que tiene mayores niveles de influencia sobre el volumen de emisiones, por lo general poniendo presión al alza sobre las emisiones. Este es el caso en países tan diversos como los Estados Unidos, India, Indonesia, Australia, e Irán. En Rusia y Ucrania, la contracción económica de las últimas décadas ha contribuido a una disminución de sus emisiones.
Sorprendentemente, pero, el declive económico no es el mayor que más contribuye a la caída de las emisiones de Rusia sino, más bien, los cambios estructurales en su economía –evidenciado por la disminución de su intensidad energética. El descenso de la población y los cambios en el mix energético también han contribuido a esta evolución.
El caso de China
China ha experimentado en las últimas décadas una gran disminución de su intensidad energética (la cantidad de energía que utiliza para generar crecimiento económico), favoreciendo que sus emisiones “tuvieran que” disminuir. Sin embargo, esto se vio contrarrestado por el espectacular crecimiento de su economía, que ha provocado como resultado un aumento global de las emisiones durante los últimos años. En una analogía diríamos que China es un gran automóvil que ha conseguido reducir de forma importante la gasolina consumida por cada 100 km recorridos. Pero a su vez ha aumentado de forma espectacular la distancia total recorrida. ¿El resultado? Ha consumido mucha más gasolina.
En este sentido el mix energético también juega un papel relevante, considerando que en el caso de China su mix está compuesto principalmente por combustibles altamente contaminantes, pues se basa primordialmente en el uso del carbón y el petróleo (a pesar de un notable aumento de energías renovables en la última década), lo que acaba generando un valor de intensidad de emisiones (emisiones generadas como consecuencia del crecimiento económico).
Todo esto explica el porqué China ocupa actualmente el puesto número uno en el ranking de países más emisores de carbono en el mundo. Esperemos que no sea por mucho tiempo.
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2 comments
Ernesto
16/06/2011 at
Luis me gustó mucho la comparación del gran automóvil y China !! Ahora si que lo he pillado !! Yo pensaba que China era como un Grand Cheroquee 4×4 (consumidor) que recorre los EEUU de este a oeste todo el tiempo. Ahora sé que se han esforzado algo.
Es curioso, el otro día encontré que se puede generar energía limpia de dos maneras distintas a través del movimiento de las olas y las mareas. Si los Estados se pusieran a invertir en esto se abaratarían los costos y en cuestión de nada dejaríamos de depender en un buen % de la energía fósil. Y es que en el planeta lo que sobra es mar. La pregunta es si estamos realmente interesados …
Lluís
16/06/2011 at
Muchas gracias por tu comentario Ernesto! Me alegro que te gustara el post. El tema de las olas es un tema que hace décadas que se investiga pero es ahora cuando se está empezando a aplicar más en serio el tema de la energía maremotriz, aunque tampoco es la panacea. En realidad, lo más óptimo siempre es una combinación de fuentes energéticas, lo más limpias posibles, claro. Así que la energía eólica, solar, de biomasa, geotérmica también tienen un importante papel.
Un abrazo!
Lluís