18/03/2024 MÉXICO

La bicicleta como uno de los primeros derechos ganados por las mujeres

Ciclistas en el bosque de Bolonia, París. Óleo de Jean Béraud. 1899.
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Puede que des por hecho que el uso de un medio de transporte como la bicicleta es algo intrascendente y generalizado, pero para millones de niñas y mujeres de todo el mundo esto no es tan sencillo. La autora analiza, desde su experiencia personal en Ciudad de Guatemala, la dimensión de género del uso de la bicicleta, su papel clave en la emancipación femenina, y las dificultades que aún afrontan las mujeres en muchas regiones del mundo.

 


Como muchas mujeres no han aprendido y pocas -a nivel global- manejamos bicicletas, quiero hablar un poco de este medio (no convencional) de transporte. Desde el 2015 he decidido cambiar y andar por la ciudad en bicicleta, aun teniendo en cuenta que la mayoría me dijo que era muy peligroso, que no lo hiciera, que me podían asaltar, entre otras advertencias. Sin embargo, durante estos años en la ciudad me terminé enamorando de este medio de transporte que ahora uso a casi a diario y se volvió mi estilo de vida.

Hace poco estaba viendo historias en una de mis redes sociales de una mujer ciclo viajera. Su nombre es Yesenia quien emprendió el viaje por Bangladesh. Lleva aproximadamente 3 años viajando en bicicleta, y es evidente que ella como muchas otras mujeres, enfrentamos siempre preguntas machistas. Se mostraba molesta porque siempre le preguntan: “¿Qué haces cuando tu bicicleta se arruina?”, a lo que responde: “¿Esta misma pregunta la hacen a los hombres?”. Claro que no, porque dan por hecho que ellos saben arreglarla. Lo que hacemos es repararla nosotras, y si no sabemos, aprendemos igual que cualquier persona.

Y es cierto, constantemente andar en bicicleta en Ciudad de Guatemala, es estar siempre respondiendo preguntas tipo: “Ay, ¿pero no es peligroso para una mujer que ande por la ciudad en bici?”, o “¿Cómo haces para pedalear más rápido?”, “¿Cómo es ser mujer y andar en bicicleta?”. Preguntas que jamás les harían a los hombres porque para ellos realmente no viene siendo un gran riesgo el pedalear, y dan por sentado que ellos tienen más fuerza o conocimientos de mecánica por el simple hecho de ser hombres. Y es increíble saber que hasta en este ámbito, que es un oasis de paz en una ciudad caótica a nivel de movilidad, las autoridades correspondientes aún no han podido implementar medidas para mejorar el transporte urbano habiendo aumentado la cantidad de personas que usan la bicicleta como un medio de transporte en la Ciudad de Guatemala (aún se evidencia muy pocas mujeres haciendo uso de este como tal).

Por ello, para poder andar en la bicicleta se requiere no solo de experiencia, sino que aprender a romper tus miedos y lanzarte a intentarlo. La cuestión es que durante años a nosotras nos han aislado de este derecho, a pesar de que la bicicleta se usó como un medio de emancipación desde su creación.

 

Mujeres montan en bicicleta en la ciudad de Bogotá (1951).

La bicicleta y la lucha por los derechos de las mujeres

En los años 1890 la bicicleta ya formaba parte de la emancipación femenina, influyendo en la lucha por la liberación de la mujer, igualdad en los derechos de la mujer y hombres, y la creación de diferentes clubs para ciclistas, entre otros. Es importante recalcar lo necesario que se vuelve la bicicleta para las mujeres durante la época victoriana, donde la movilidad de las mujeres estaba totalmente limitada al uso único de carruajes (los hombres eran los únicos que podían portar un carruaje), donde solo hombres eran propietarios. Dado esto, el invento de la bicicleta como un medio de transporte empezó a tener mucha más influencia y relevancia.


El uso de la bicicleta era mucho más asequible para las mujeres y empezó a popularizarse. Esta circunstancia permite dar inicio a cambios importantes para la emancipación de la mujer, tales como el poder hacerse valer desde el uso de la bicicleta como transporte y poder movilizarse a diferentes lugares. El cambio a faldas pantalones en lugar de vestidos, faldas y corsés, que eran los accesorios de una mujer en esta época, y el voto femenino en Europa estaba a la vuelta de la esquina.

La neoyorquina Amelia Bloomer no solo fue la creadora de los Bloomers (los pantalones bombachos) sino también fue una incansable defensora de los derechos de la mujer en una sociedad, que ante los ojos de los hombres solo había sido hasta entonces el pilar de la familia, dejando en un segundo plano las facetas culturales, creativas, políticas y laborales femeninas (García, 2016).

Annie Londonderry fue la primera mujer en recorrer el mundo en su bicicleta, siendo ella madre de tres hijos y esposa se decide por una apuesta a sumergirse en el mundo con su bicicleta. A Annie también se le conoce por ser una defensora de los derechos de las mujeres, sufragista en EE.UU, periodista y fotógrafa.

 

Annie Londonderry con su bicicleta Columbia.


 

Gracias a la popularización de la bicicleta, se abre una nueva brecha para la era de las mujeres en 1890. “La nueva mujer” era el término usado para las mujeres modernas que rompen con el esquema convencional de ser las trabajadoras de casa, el rol de ser madres y esposas, para convertirse en activistas por los derechos de las mujeres, y sufragistas (Zheutlin, 2020).

Esto, sin duda permite nuevamente abrir las brechas de empoderamiento de las mujeres que buscan la emancipación total y la lucha por sus derechos. El uso de la bicicleta no tardó en convertirse en un campo de batalla del clero y el poder político contra las mujeres, negándoles el derecho de usarla, instalando miedo como “la mujer puede perder la virginidad si usan la bicicleta”, “la falda y el vestido no se usa con la bicicleta y el pantalón es de hombres”. De esta manera, usar la bicicleta como uso de transporte urbano se vuelve una constante lucha para muchas mujeres. No esta demás recordar que, como antes mencionado, hubo lucha de mujeres por cambiar desde la vestimenta hasta el poder usar la bicicleta como medio para viajar.

La bicicleta no tarda mucho en llegar a ser uno de los transportes más usados en su época, como consecuencia del reclamo del uso de la bicicleta como uno de los primeros derechos logrados por las feministas del siglo XVIII.

 

Mujeres posan con sus bicicletas. Imagen del siglo XIX.

 

Por último es importante mencionar que actualmente aún existen países como Irán o Irak en donde el uso de la bicicleta está penado, donde algunos sectores creen que el uso de la bicicleta puede ser insinuante o incentiva al libertinaje y, por lo tanto, significa ir en contra de ese perfil de mujer con recato, dándole lógica a esa creación de un ideal machista y que socialmente esta impuesto por una sociedad.


En conclusión, la bicicleta como un medio de transporte alternativo es uno de los primeros derechos conquistados por la mujer, que durante épocas fueron totalmente invisibilizadas o silenciadas por la narrativa histórica oficial.

En Guatemala, el uso de la bicicleta para mujeres no está prohibido, y esto me hace pensar que nuestra lucha por la emancipación total y obtención de nuestros derechos avanzan a paso tortuga. Pero se ve como poco a poco se hablan de temas como el aborto, la maternidad deseada, el acoso callejero y las violencias que sufrimos al vivir en una sociedad conservadora y machista.

 

Este es un artículo sin ánimo de lucro

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Paula Margarita Lima Peralta

Ciudad de Guatemala, Guatemala. Soy una pequeña amante del ciclismo urbano, luchadora por la justicia y defensora de todas las libertades y derechos de la mujer, curiosa de la sociedad y empedernida de los libros, pero generalmente estoy aprendiendo a ser una socióloga feminista en bicicleta. Email p.limaperalta@gmail.com -Margo-


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