“Las mujeres son quienes generalmente encabezan la lucha por averiguar lo ocurrido durante los minutos, días y años que transcurren desde la desaparición, exponiéndose ellas mismas a sufrir intimidación, persecución y violencia”
Amnistía Internacional
Frente a la abrumadora inoperancia del gobierno mexicano y la falta de garantías efectivas de investigación, restitución y reparación del daño causado, son las mujeres quienes generalmente se organizan, luchan, articulan y buscan hasta el cansancio a sus familiares desaparecidos. Estas mujeres se convierten así en defensoras de derechos humanos, pues no tienen más remedio que denunciar y reclamar justicia a las autoridades. Sin embargo, precisamente debido a su labor como defensoras, estas mismas mujeres son en muchas ocasiones objeto de agresiones, hostigamientos, intimidación y violencia, de parte de actores estatales y no estatales.
Mujeres encabezando la búsqueda de los desaparecidos
La desaparición, o la desaparición forzada, son graves violaciones a DD.HH. generalizadas en México. Existen ya más 32 mil personas desaparecidas y, entre ellas, los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Ante ello, madres, tías, abuelas y colectivos de familiares, salen a buscar a sus seres queridos frente a la falta de respuesta del Estado. Estos colectivos de búsqueda están habitualmente compuestos, en su mayoría, por mujeres.
Un ejemplo es el caso del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM) creado en marzo del 2015, integrado mayoritariamente por mujeres. Ellas son sobre quienes, generalmente, recae la carga de buscar a los familiares desaparecidos, por diferentes razones: en primer lugar, por el lazo afectivo y el rol de la maternidad y del cuidado que juegan las mujeres en la sociedad; en segundo lugar, porque ellas dedican tiempo a los roles reproductivos y el cuidado de la familia, entre los que destaca, localizar a los familiares; y en tercer lugar, porque ellas son normalmente, las que más mantienen la esperanza de encontrar a sus familiares con vida.
El Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas (en adelante CED) en su Informe del 2015, dijo que las mujeres familiares de personas desaparecidas son especialmente “vulnerables a sufrir efectos sociales y económicos adversos, así como a padecer violencia, persecución y represalias por sus esfuerzos para localizar a sus seres queridos”. Y esto precisamente por el mantenimiento firme y persistente de encontrar a sus seres queridos vivos, además de la dependencia económica a la que muchas veces están expuestas.
La feminización de las desapariciones
Las mujeres no sólo corren peligro por desempeñar su labor de búsqueda, sino también por ser mujeres en un contexto machista y de violencias generalizadas. Ellas también son vulnerables a sufrir una desaparición forzada y a padecer todo tipo de violencia, especialmente de violencia sexual.
México sufre una grave crisis de derechos humanos caracterizada por las desapariciones y desapariciones forzadas, tal y como denuncia la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe Situación de los Derechos Humanos en México del 2015. De hecho, explica este informe, durante esta crisis acentuada por la violencia y la inseguridad ciudadana que está sufriendo México, las mujeres son las que más violencia han sufrido, a manos del crimen organizado y lo grupos criminales. Según datos del CED, estas mujeres son víctimas de violencia sexual, además de obligadas a prostituirse o a ser usadas como esclavas sexuales. De enero de 2010 a junio de 2011, hubo un total de 3.149 mujeres desparecidas de acuerdo al Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF). Una cifra escandalosa.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (en adelante, la Red) apuntó que el grupo de personas que sufren más riesgo de desaparecer son las mujeres adolescentes de entre 15 y 17 años, ya que 7 de cada 10 personas adolescentes desaparecidas, son mujeres. Además, entre 2010 y 2014, se produjo un aumento del 974%, en los casos de mujeres adolescentes desaparecidas en México. De la cifra oficial de 30.942 personas desaparecidas que el gobierno reconoce, casi 7.000 son menores de edad.
Para agravarlo más aún, debido al patriarcal y machista sistema imperante, cuando las mujeres desaparecen en México, en muchas ocasiones son además estigmatizadas y condenadas socialmente. La culpa de desaparecer recae sobre le víctima, ya que se asume que la persona (mujer) se buscó su desaparición por andar sola de noche, por usar ropa inapropiada, o por haber escapado con el novio, etc. En este sentido, la violencia sufren que las mujeres se ve reforzada por los estereotipos y los roles de género, en los que la sociedad, y particularmente las autoridades, se afianzan.
El Estado mexicano como violador del Derecho Internacional
El actual gobierno mexicano ha sido inoperante en el cumplimiento de las recomendaciones internacionales en la materia. Ha recibido 156 recomendaciones de 13 organismos internacionales (entre los que destacan el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la CIDH) debido a la grave crisis que experimenta México en términos de desaparición y de desaparición forzada. Estas medidas aún no han sido implementadas. El Gobierno incumple así la Constitución y numerosos tratados internacionales de derechos humanos, y en especial, la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, adoptada en el 2006 y entrada en vigor desde 2010.
En términos comparativos, México está viviendo una crisis humanitaria que, en materia de desaparición forzada, iguala a países como Irak, y hasta ha recibido más recomendaciones que éste, de acuerdo al Informe del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones de la ONU (2011-2012), debido al alto número de desapariciones forzadas.
Por suerte, en este contexto, sí existen en México autoridades a nivel estatal y federal que cuentan con la voluntad política necesaria para avanzar y hacer frente a esta situación. Sin embargo, la estructura política existente hace muy complicado el poder identificar remedios efectivos para parar esta espiral de terror y las causas estructurales que convierten a México en un país donde vivir es una misión inverosímil.
Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM)
Como se avanzaba anteriormente, el MNDM es un movimiento articulado por colectivos de familiares y organizaciones de la sociedad civil, que se han organizado con el fin de que las familiares de personas desaparecidas (generalmente mujeres) sean escuchadas y tomadas en cuenta durante la puesta en marcha de una ley sobre la materia. De manera conjunta, esta organización busca influir en la creación de una Ley Nacional que contemple herramientas efectivas que aborden y mejoren los procesos de búsqueda, dotándolos de los recursos necesarios para localizar a las personas desaparecidas.
Llevan trabajando y luchando desde 2015 por la consecución de un marco jurídico eficaz y garante de derechos que reconozca el fenómeno de la desaparición de personas como grave y urgente. Esta ley quiere el involucramiento sustancial de los familiares en su formulación e implementación. Conciben la ley desde, con y para las víctimas, y persiguen que la ley garantizase mecanismos de rendición de cuentas y control ciudadano, según el MNDM. Es decir, quieren una ley participativa y efectiva.
Y gracias a todo este trabajo, este proyecto tan necesario es ya una realidad. La Cámara de Diputados de México aprobó el pasado jueves 12 de octubre y por unanimidad, la Ley General en materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas. La implementación de esta Ley no será fácil e implicará diversos retos para su operación efectiva, por ejemplo, la dotación de un presupuesto robusto que permita la prevención, investigación y eliminación de los delitos en materia de desaparición y desaparición forzada. Pero su aprobación se traduce en una gran victoria para el MNDM y para las miles de mujeres que demandan verdad, justicia y dignidad desde hace décadas.
Eduardo Galeano dijo una vez: “En Argentina las locas de la Plaza de Mayo serán un día un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria”. En México en tiempos de crisis humanitaria, son estas luchadoras, a las que muchas veces también llamaron locas, las que se niegan a olvidar, y se dejan la piel en la búsqueda de la verdad y la dignidad de sus desaparecidas.
Ésta es una explicación sin ánimo de lucro.
¿Quieres recibir más explicaciones como esta por email?