Si no estás muy al día de los coches eléctricos quizás pienses que se trata de vehículos con una historia reciente que fue desarrollado hace apenas unos pocos años. Sin embargo, este tipo de vehículos ha vivido ya al menos tres eras, y su origen se aleja hasta la primera mitad del siglo XIX. Los coches eléctricos están viendo hoy un aumento de la popularidad precisamente por muchas de las mismas razones que lo hicieron popular en primera instancia.
Se trate de un coche híbrido, híbrido enchufable o totalmente eléctrico, la demanda de vehículos de propulsión eléctrica seguirá en aumento con la caída de los precios. Actualmente, con más del 3 por ciento de las ventas de vehículos nuevos, las ventas de los vehículos eléctricos podrían crecer hasta casi el 7 por ciento -o 6,6 millones de unidades al año- en todo el mundo en 2020, según un informe de Navigant Research. Pero, ¿por qué no ha ocurrido hasta hoy la tan esperada revolución del coche eléctrico? En este articulo trataremos de aportar un poco de luz al asunto.
Los origenes del coche eléctrico: principios del siglo XIX
Coche eléctrico vs Vehículo eléctrico
La mayoría de la gente suele referirse a “coche eléctrico” cuando habla de “vehículo eléctrico.” En realidad cuando hablamos de vehículos eléctricos podríamos referirnos a los trenes eléctricos, los tranvías, las bicicletas, los patinentes, etc. En este artículo nos centarremos específicamente en el caso del coche eléctrico.
La invención del primer modelo de vehículo eléctrico se atribuye a varias personas de Hungría, Países Bajos y Estados Unidos. Los primeros pasos se remontan al año 1828 cuando el inventor húngaro Ányos Jedlik creó un primer motor eléctrico, y construyó un pequeño modelo de coche propulsado con electricidad. En 1831 Joseph Henry profesor de matemáticas en Albany, construye un motor eléctrico en su búsqueda de profundizar en la comprensión del electro-magnetismo. Fue creado siguiendo los raíles de la vías utilizadas en las primeras máquinas de vapor y se asemejaba a un sube y baja eléctrico.
Unos años más tarde, en 1834, el matrimonio Thomas & Emily Davenport construyeron un artefacto similar que operaba en una corta pista electrificada circular. En 1835, el profesor Sibrandus Stratingh de Groningen (Países Bajos) y su asistente Christopher Becker crearon un coche eléctrico de pequeña escala, impulsado por células primarias no recargables.
No es hasta los años 1837-1841 que se construyen los primeros coches eléctricos a gran escala. El logro cabe atribuirlo al químico Robert Davidson de Aberdeen (Reino Unido). Desarrollado para que funcionara con células galvánicas, el más grande (de 7 toneladas de peso) fue construido en 1841 y era capaz de tirar de un peso de 6 toneladas a una velocidad de 4 millas por hora durante aproximadamente una milla y media. Tristemente, fue pronto destruido por los trabajadores ferroviarios que lo vieron como una amenaza potencial a su sustento (a pesar de que los coches eléctricos todavía estaban lejos de ser económicos, con un coste de utilización de una bateria de zinc que era cerca de 40 veces mayor que el coste de quemar carbón en una cámara de combustión).
En realidad hay quién reconoce al escocés Robert Anderson la invención del primer coche eléctrico en el año 1832 al desarrollar un carro que funcionaba con electricidad a partir de células de energía primaria no recargables.
Sea como fuere en el año 1840 se concedió la primera patente vinculada al coche eléctrico en Inglaterra, y otras patentes similares fueron emitidas en los Estados Unidos en 1847.
Las tres eras del coche eléctrico
Se afirma que actualmente estamos viviendo la tercera era del coche eléctrico. Un primer momento de popularidad tuvo lugar a principios del siglo XX (llegó a ser el tipo de vehículo más vendido en los EE.UU. llegando a una cuota de mercado del 28%, que luego se vio desplazado por el coche de motor de combustión en la década de 1930). Hubo una segunda y breve reaparición en la década de 1990. Y el mundo está considerando que una tercera era está teniendo lugar desde hace unos 10 años, con un importante repunte de mercado a partir del año 2010.
¿Por qué ganó en popularidad el coche de gasolina?
A la vuelta del siglo XX, el caballo seguía siendo el principal modo de transporte en la mayoría de países. En los Estados Unidos a medida que los estadounidenses se volvieron más prósperos, empezaron a adquirir el vehículo de motor recién inventado –en ese momento disponible en vapor, gasolina o versión eléctrica- como medio de desplazamiento.
Con la llegada del coche eléctrico llegó también al mercado un nuevo tipo de vehículo, el coche de gasolina -gracias a mejoras en el motor de combustión interna logradas a principios del siglo XIX. Mientras que los coches de gasolina resultaban prometedores no eran carentes de defectos. Se requería una gran cantidad de esfuerzo manual para conducirlos –el cambio de marchas no fue una tarea fácil y además para encender el coche se debía usar una, manivela lo que provocó que resultaara difícil de operar para algunos. También eran bastante ruidosos y su humo de escape era desagradable.
Los coches eléctricos, en cambio, no tenían ninguno de los problemas asociados con los coches de vapor o de gasolina. No eran ruidosos, eran de fácil conducción y no emitían humos contaminantes y malolientes como los otros coches de la época.
Los coches eléctricos rápidamente se volvieron populares entre los residentes urbanos, especialmente entre las mujeres. Eran perfectos para viajes cortos dentro de la ciudad, y las malas condiciones de las carreteras fuera de las ciudades hacía que fueran pocos los coches de cualquier tipo que se aventuraran a ir más lejos de los límites urbanos. A medida que más personas obtuvieron acceso a la electricidad en la década de 1910, se volvió más fácil cargar los coches eléctricos, lo que los hizo populares en todas las clases sociales (incluyendo algunos modelos de los “fabricantes más conocidos y destacados de los coches de gasolina”, tal y como señalaba un artículo de 1911 del New York Times).
En ese entonces muchos fueron los innovadores que aprovecharon la alta demanda del coche eléctrico para explorar formas de mejorar su tecnología. Por ejemplo, Ferdinand Porsche, desarrolló un coche eléctrico llamado P1 en 1898. También creó el primer coche eléctrico híbrido del mundo -un vehículo que funciona con electricidad y un motor de gas. Thomas Edison, pensó que los coches eléctricos eran de una tecnología superior y trabajó para construir una batería mejorada para el vehículo eléctrico. Incluso Henry Ford, amigo de Edison, se asoció con él para explorar opciones para un coche eléctrico de bajo coste en 1914, según afirma la revista Wired.
Varios fueron los motivos que favorecieron el declive del coche eléctrico en favor de su alternativa de gasolina.
(650$ comparado a un roadster eléctrico que se vendía por unos 1.750$), la introducción del starter eléctrico por Charle Kettering, que permitió prescindir del uso de la engorrosa manivela para encender los coches de gasolina, el desarrollo de otros modelos de vehículos de gasolina, la construcción de nuevas y mejores carreteras -favoreciendo una mejor conexión entre ciudades en los Estados Unidos y propiciando que muchos estadounidenses quisieran descubrir nuevos territorios-, el descubrimiento del petróleo crudo de Texas –que provocó un abaratamiento importante de la gasolina y mejoró su disponibilidad en las zonas rurales- y el despliegue de estaciones de gasolina a lo largo del territorio, fueron algunas de las razones que provocaron que hacia el año 1935 los coches eléctricos prácticamente desaparecieran de los Estados Unidos.
Los siguientes 30 años no fueron precisamente buenos para la industria del coche eléctrico, con una tecnología estancada que veía como la gasolina barata y abundante continuaba fomentando la mejora de los motores de combustión interna.
No fue hasta la primera crisis del petróleo en 1973 –época en la que EE.UU. tenia un 6% de la población mundial y consumía el 33% de la energía de todo el mundo- que el coche eléctrico tuvo un segundo momento de interés, y empresas como General Motors y American Motor Company se animaron a desarrollar prototipos. Pero los vehículos desarrollados en los años 70 aun sufrían numerosos inconvenientes –baja velocidad y alcance- en comparación con los vehiculos de gasolina.
La segunda era del coche eléctrico: los años noventa
Un primer “revival” del coche eléctrico tuvo lugar en los años 90. Ya durante los años setenta tuvieron lugar varios intentos de crear un coche eléctrico. Un ejemplo fue el Sunraycer, que sirvió para ganar una carrera de vehículos propulsados con energías alternativas.
En el año 1990, la California Air Resources Board aprobó la Ley de la Calidad del Aire, que no dejó a nadie indiferente, puesto que era revolucionaria como pocas en su época. Se trataba de la ley Zero Emission Vehicle (Vehículo de emisión cero), que obligaba a las marcas de coches a disponer de vehículos de emisión cero si querían seguir vendiendo en California. La idea era crear mercado, para poco a poco ir sustituyendo el parque automovilístico por coches ecológicos y limpiar el aire californiano. La respuesta de los fabricantes fue doble: por un lado cumplieron con la ley sacando a la venta coches eléctricos y por el otro hicieron lo posible para luchar contra ella.
Así nació el EV1 (Electric Vehicle 1), el modelo de coche eléctrico desarrollado por General Motors y el primer coche eléctrico moderno: rápido, limpio, fácil mecánicamente, eficiente, y con una autonomía de 130 km. Precisamente sobre este vehículo (y otros dos, el Ford TH!NK y el Toyota RAV4 EV) se basa el documental Who Killed the Electric Car? (se puede ver aquí en español), dirigido por Chris Paine y estrenado el 14 de noviembre de 2006, que narra cómo los intereses de ciertos grupos tumbaron lo que parecía un paso de gigante hacia el futuro de la automoción.
Con un alcance de 80 millas y la capacidad de acelerar de 0 a 80 km/h en sólo siete segundos, el EV1 rápidamente ganó el culto de los seguidores. Comercialmente lanzado al mercado en 1996, el coche eléctrico EV1 inicialmente estuvo disponible en California y Arizona, y únicamente bajo la modalidad de arrendamiento financiero o contrato de “leasing”. El documental narra los esfuerzos de General Motors para demostrar que no existía demanda para su producto, y la forma en que fueron destruidos los vehículos a pesar de la solicitud de algunos arrendatarios de renovar el contrato. General Motors suspendió la producción del EV1 en 2001 aduciendo altos costes de producción e indicando que no era comercialmente viable en aquella época debido a los altos intereses económicos de las compañías petroleras y a la falta de baterías adecuadas -debido a que la empresa ChevronTexaco adquirió la patente de las baterías níquel/metal hidruro y posteriormente desmontó la fábrica-.
La tercera era del coche eléctrico: siglo XXI
A raíz de los éxitos de la ciudad de Detroit en el desarrollo de modelos y prototipos como el coche eléctrico EV1, empresas como Toyota, Honda y otros fabricantes japoneses iniciaron programas multimillonarios para no quedarse descolgados en el desarrollo de vehículos cada vez menos dependientes de los combustibles fósiles. Esto mientras General Motors y los otros fabricantes norteamericanos decidieron aparcar los proyectos iniciados en los años 90 -tras la llegada del gobierno federal de Geroge W. Bush más cómodo con la industria petrolífera.
Así es cómo apareció en el mercado de Japón en 1997 el modelo Prius deToyota, que se convirtió en el primer coche eléctrico híbrido producido en serie del mundo. En 2000, el Prius fue lanzado en todo el mundo, y se convirtió en un éxito de ventas instantáneo. Para hacer que el Prius fuera una realidad, Toyota utilizó una batería de hidruro metálico de níquel -una tecnología que fue apoyada por la actividad de investigación del Departamento de Energía. Desde entonces, los crecientes precios de la gasolina y la creciente preocupación por la contaminación de carbono han contribuido a que el Prius se el coche híbrido más vendido en todo el mundo durante la última década, cerrando unas ventas acumuladas de más de 5 millones de unidades a finales del año 2014.
La aparición revolucionaria de Tesla
Tesla Motors, Inc. compañía ubicada en Silicon Valley ha revolucionado el mundo del coche eléctrico. En junio de 2012 lanzó al mercado el Tesla Model S que, equipado con una batería de 85 kWh y versión D, se conviritió en el coche eléctrico de serie con mayor autonomía del mundo (434 km). Las ventas acumuladas globales del Tesla Model S alcanzaron las 66.812 unidades en marzo de 2015, copando la primera posición de ventas mensuales de nuevos vehículos en todos los países en los que se vendió, y en Noruega hasta en dos ocasiones.
La empresa además desarrolló una batería para almacenar energía renovable, la Powerwall, que ha desbordado todas las previsiones. A inicios de mayo de 2015 tenía un total de 38.000 reservas, lo que significa que ya ha agotado sus baterías hasta junio de 2016. La empresa, además, pondrá en marcha en 2017 su primera Gigafactoría, para fabricar batería de iones de litio, con la particularidad de funcionar con energías renovables para lograr cero emisiones de carbono.
En 2013, los coches híbridos representaron el 3,2% del total de las ventas de vehículos ligeros en los EE.UU. En el año 2014, esa cifra cayó a apenas el 2,8%, lo que no cumplía con la fulgurante trayectoria que muchos expertos vaticinaban. Según estimaciones de la empresa A JD Power realizados en el año 2008, cuando los coches híbridos suponían el 2,2% de las ventas de automóviles de EE.UU., se esperaba que este tipo de vehículo tendría una cuota de mercado en los EE.UU. del 7% en 2015. ¿Por qué este no llegó a tener lugar? La caída del precio del petróleo ha provocado que el coche de gasolina retome el interés de los compradores.
En Estados Unidos, el principal mercado del coche eléctrico con el 39% de la cuota mundial, el coste promedio de la gasolina ha caído a la mitad en el último año, lo que hace que la rentabilidad del coche eléctrico sea mucho menor que antes.
Pero la apuesta por el vehículo eléctrico sigue vigente. Según recoge el 2015 Global EV Outlook, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía, el despliegue de infraestructura de carga del coche eléctrico sigue creciendo, el coste de las baterías sigue bajando, la densidad energética sigue subiendo, la electrificación de vehículos se ha vuelto multimodal con 46.000 autobuses eléctricos y 235 millones de vehículos a dos ruedas producidos. Además, el gasto gubernamental en el ámbito del fomento del coche eléctrico alcanzó los 16 mil millones de dólares entre 2008-2014.
Todo ello conforma un panorama optimista que también se refleja en los fabricantes de automóviles. Según afirma la empresa compramostucoche.es han sido al menos una treintena el número de modelos de coches eléctricos desarrollados en el mundo desde el año 2012, por marcas como Toyota, Chevrolet, Nissan, Mitsubishi, Ford, BMW, Honda, Fiat, Porsche, Cadillac, Mercedes, Tesla, Volkswagen, Kia y Hyundai, entre otros.
Hoy, en cuatro países el coche eléctrico tiene una cuota de mercado por encima del 1% (Estados Unidos, Japón, Países Bajos y Noruega).
Pero si hay un país que lidera el ascenso del coche eléctrico a día de hoy en el mundo es Noruega. En Noruega, durante 2014, uno de cada diez coches vendidos fue de motorización eléctrica. En total, fueron 18.600 unidades, un 20% más que el año anterior. Las grandes ventajas fiscales y de circulación ofrecidas a este tipo de vehículos son la clave del éxito de este país nórdico. Entre éstas se encuentra un “bonus ecológico” que supera los 6.000 euros. Con esta subvención se logra equiparar el precio de los coches eléctricos al de los de gasolina a igualdad de segmento, haciéndolos competitivos para el comprador.
Además en Noruega a los conductores de coches eléctricos se les permite utilizar los carriles reservados al transporte público, penetrar en zonas acotadas de las ciudades y aparcar o recargar sus baterías sin coste alguno, algo que ya ha provocado algún tipo que otro de controversia. Los noreugos/as hoy se decantan por el coche eléctrico principalmente por una cuestión económica, por encima de una motivación ambiental.
¿Cómo pinta el panorama del coche eléctrico? Si atendemos a un artículo publicado el pasado mes de enero de 2015 en la revista Wiley bajo el título The future of electric vehicles: prospects and impediments las perspectivas futuras de los vehículos eléctricos únicamente serán brillantes si los costes de las baterías pueden reducirse a través del aprendizaje tecnológico y si la mejora en el almacenamiento permite incrementar el alcance de conducción. Sin embargo, para cosechar los beneficios ambientales que los coches eléctricos predican la electricidad que consumen deberá ser generada a partir de fuentes de energía renovable. Partiendo de esta conclusión, parece que empresas como Tesla están conduciendo por el buen camino.
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