03/10/2024 MÉXICO

Los populismos que agitan los cimientos de la Unión Europea

Si bien la etiqueta de partidos populistas incluye a partidos de diferente pelaje, en ella se encuentran los grupos que hasta hace bien poco eran considerados revoltosos actores de la periferia y que ahora han pasado a ser centrales, como Syriza, UKIP, el FN o Podemos.

La consolidación de nuevos actores de diferente naturaleza ha instalado una serie de debates antes no discutidos en la política comunitaria, suponiendo un profundo cambio en el escenario europeo. Mientras los partidos conocidos como populistas presentan el cambio como una oportunidad para manifestar su malestar por cómo se gobierna en Europa, los llamados partidos tradicionales denuncian un ataque a los fundamentos de la Unión Europea (UE). Entretanto se consumen etapas del debate, en Grecia Syriza ha llegado al poder creando un precedente agitado en otros países. Aunque pudiera parecer que sus reclamaciones son meramente económicas, no se puede pasar por alto un hecho relevante: la voluntad de recuperar su legítimo derecho a ejercer su soberanía.

Si bien la etiqueta de partidos populistas ofrece una elasticidad que se ha aprovechado para incluir a partidos de diferente pelaje, cabe reconocer que en ella se encuentran los grupos que hasta hace bien poco eran considerados revoltosos actores de la periferia y que ahora han pasado a ser centrales. Un repaso al mapa europeo muestra casos en casi cada uno de los países, mientras que una segunda mirada permite identificar diferencias entre ellos. Solo tres ejemplos para analizar las principales diferencias: tres casos de partidos populistas con fundadas probabilidades de alcanzar el poder.

Haciendo bandera del euroescepticismo

Nubes Parlamento Europeo. Flickr / doyoukekko
Nubes sobre el Parlamento Europeo. Flickr / doyoukekko

Nigel Farage responde al perfil de político populista. Líder del partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP en sus siglas en inglés), combina sus declaraciones de amor hacia los excesos alcohólicos con su defensa de la salida de su país de la UE con un predicamento arraigado en las islas. Más allá de lo folclórico que resulte, interesa el programa que defiende y los votos que consiguió en las últimas elecciones europeas.

Dentro de su programa electoral está la inmediata salida de la Unión Europa y, por extensión, del tratado de libre circulación Schengen, lo cual obligaría a obtener un visado para entrar en el país. La dureza de estas medidas va dirigida no tanto a los países miembros de la Unión sino a la inmigración de religión musulmana, a la que ha calificado como “quinta columna” del terrorismo. Su apuesta por el Brexit recibió un importante respaldo por parte de los votantes en las últimas elecciones europas, derrotando a los dos grandes partidos británicos con un 32% de los votos. Las siguientes elecciones generales son el próximo mes de mayo, y queda por ver qué pasará en caso de conseguir la victoria y gobernar el país.

Cuando matar al padre supone continuar su legado

El relevo generacional dentro del Frente Nacional francés no fue traumático, ya que todo quedó en casa: Jean Marie Le Pen pasó el testigo a su hija, Marine, de la jefatura del partido de extrema derecha. Desde entonces han ido aprovechando la coyuntura económica para,   lavado de cara mediante, recabar votos en caladeros antes imposibles de imaginar: la clase obrera francesa, ligada históricamente a la izquierda, ha sido seducida por el discurso anti inmigración de la líder del FN, rescatando un antiguo chivo expiatorio sobre quien verter las culpas.

Marine Le Pen rodeada de seguidores. Shiny happy people. Flickr /  manu_le_manu
Marine Le Pen rodeada de seguidores. Shiny happy people. Flickr / manu_le_manu

La idea de mano dura ante los inmigrantes, alegando que se benefician de derechos sociales que pertenecen a los franceses, cobra fuerza en una sociedad multicultural con una fuerte presencia musulmana. Dentro de su paquete de medidas destaca poner fin a la discriminación positiva. Además de estas decisiones, su programa aboga por la salida de la moneda comunitaria para volver a tener un control de la economía y evitar acabar en la situación de países como España o Grecia, sin profundizar en las diferentes situaciones de los mismos.


El tablero salta por los aires

La irrupción del partido político Podemos ha modificado por completo el paisaje político español. Su irrupción ha introducido un nuevo lexicón en el que una palabra ha sobresalido por encima de las demás: casta. Saliendo del ámbito nacional, los reproches a la Unión Europea van dirigidos a sus dirigentes criticando las medidas económicas adoptadas para favorecer a los poderosos, yendo en contra de los intereses de la ciudadanía. Defienden que el pago de la deuda es injusto al crear unos elevados intereses que no tienen justificación económica y proponen una revisión de la misma. Para el partido liderado por Pablo Iglesias, Bruselas exige unas políticas económicas que ahogan a la población a través de una austeridad incompatible con los derechos sociales, por lo que reclaman que las medidas sean consensuadas y no impuestas.

Del desencanto a las urnas

Estos partidos han conectado con una población hastiada por la situación política, lo cual unido a la grave crisis económica que ha atravesado el continente, ha creado un caldo de cultivo que les ha llevado a competir con los partidos tradicionales. En el hipotético caso de ganar, reforzarían las posiciones logradas en las últimas elecciones europeas e introducirían nuevos debates que tensarían la cuerda de la estabilidad europea. Su victoria supondría un nuevo escenario en el que entraría en juego la soberanía nacional con la cedida a la UE y que crearía un conflicto difícil de pronosticar.

Por un lado, los Gobiernos de los países miembros defendiendo la soberanía como un derecho perpetuo, inalienable y no sujeto a ninguna imposición, por el otro, Bruselas haciendo uso de los poderes delegados en pos de la construcción de una comunidad integradora y solidaria. El emocionante año electoral 2015 concluirá con las bases para los próximos años estableciendo el futuro paradigma de gobierno y convivencia. Porque si solucionar los asuntos económicos es urgente, más profundo y complejo supondrán medidas como las políticas de inmigración dentro de la idea de Europa que se desea prolongar. más relevante y profundo serán las medidas que puedan desmembrar los cimientos de la UE que hoy conocemos.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro

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Ricardo Lenoir

Madrid. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense. Máster en Gestión y Dirección de Seguridad por la Universidad Carlos III. Tras trabajar durante casi una década en la gestión de situaciones de crisis y de emergencia médica, orienté mis esfuerzos hacia la investigación académica sobre temas de seguridad, desde el prisma de la geopolítica. Actualmente coordino las actividades de la Asociación de Periodistas Europeos, una entidad abierta a todos aquellos profesionales de los medios de comunicación comprometidos en la defensa de las libertades y en la construcción europea. Autor del blog clavesgeopoliticas.wordpress.com


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