Javier Hernando
En un mundo globalmente interconectado por la tecnología, a veces olvidamos que no siempre podremos circular libremente por nuestro planeta. Una de las formas de controlar el libre acceso de la población ha sido y es el pasaporte. Sin duda, un documento con aire nostálgico y cierto encanto. Pero esta pequeña libreta de papel también puede llegar a ser de vital importancia para muchos seres humanos.
Tu pasaporte tiene el poder de dejarte acceder a donde quieras o impedirte la entrada. Puede parecernos un simple trámite burocrático pero las restricciones que contempla reflejan información de las relaciones geopolíticas de tu país. El mapa nos muestra los pasaportes más y menos poderosos, ordenado por número de países que garantizan el acceso a cada nación en cuestión con la documentación oportuna.
Los países anglosajones y europeos por lo general no tienen apenas restricciones, y con el pasaporte en regla pueden visitar unos 170 países. Además, 26 naciones de la UE están suscritas al Acuerdo de Schengen de libre circulación de personas, por el que sólo es necesaria la identificación propia de cada estado. En el otro extremo vemos a Irak (31), Afganistán (28), Pakistán (32) o Somalia (32), estados en el punto de mira de otros por alerta terrorista. África y Asia son generalmente zonas con muchos problemas para acceder a otras regiones. Cabe destacar el caso de China, donde sus ciudadanos sólo pueden visitar 43 países, y en el que la gran cantidad de trabas burocráticas innecesarias que sufren para obtener un visado de turista, hace que les sea extremadamente difícil abandonar sus fronteras. Otro tipo de motivo se puede entrever en naciones como Colombia (63), Bolivia (73) o Ecuador (74) en el que el narcotráfico se ha convertido en causa de rechazo para otros.
Los ciudadanos de estos estados son privados de circular libremente por causas políticas o económicas totalmente ajenas a la inmensa mayoría de ellos. Los conflictos entre naciones generan este tipo de restricciones que condicionan la vida de millones de personas en el mundo. El parecido de las tonalidades del mapa con las distinciones que se suelen hacer entre países desarrollados, subdesarrollados y en vías, da mucho que pensar sobre lo adecuado de las leyes de inmigración actuales.
Fuente: good.is
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