24/04/2024 MÉXICO

Mujeres madres y profesionales: una oportunidad para Japón

JAL New Employee Welcoming Ceremony
Japón, uno de los estados más conservadores y patriarcales entre los países ricos, propone medidas (que se quedan cortas) para la conciliación laboral y familiar.

En una sociedad jerárquica y patriarcal, dónde la mujer ha sido históricamente relegada, es esperanzador ver que el foco de las élites en el poder, comienza a mirar hacía ellas. Las mujeres que quieran ser madres y profesionales a tiempo completo, han pasado de ser un ideal para convertirse en una necesidad social. Ellas son una gran oportunidad para ayudar económica y socialmente a este país a salir de los duros reveses que ha sufrido.

Japonesas creadoras de cultura

A lo largo de los años y como en muchas otras culturas, las mujeres japonesas también han sufrido las desigualdades del sistema patriarcal. Durante el shogunato Tokugawa (el último período del “imperio japonés” antes de las reformas políticas que sucedieron a la 2ª guerra mundial) las mujeres no existían legalmente. La lectura de textos políticos y económicos, así como la participación en actos públicos era un derecho exclusivo de los hombres.

Sin embargo, la aportación de las mujeres a la cultura japonesa es y ha sido siempre, interminable, resaltando entre sus invenciones la ceremonia del té, el teatro kabuki, la tradición Ikebana de arreglos florales, entre muchas otras actividades icónicas. Una de las invenciones más trascendentales sin duda: la escritura.

El Kanji es una escritura pictográfica proveniente de China. Antaño ésta era exclusividad de los hombres. Fue por esta razón y por la necesidad de expresarse y transmitir su conocimientos, que las mujeres japonesas desarrollaron dos tipos de escrituras propias: el Hiragana y el Katakana. Actualmente estas dos junto con el Kanji, representan la base  de la tradición escrita japonesa y por tanto, de la estructura cultural que prevalece.

Cierto es que, con la evolución de las sociedades, las nuevas generaciones han ido eliminando algunas de las divisiones de género de forma paulatina. Sin embargo, todavía existen matices patriarcales en muy marcados en el país nipón, entre los que cabe destacar: la forma de hablar. El Joseigo es una forma de expresión oral utilizada únicamente por las mujeres, que se caracteriza por emplear palabras muy educadas, serviles y femeninas. Esta división del lenguaje basada en el género refuerza la mentalidad opresiva sobre el género femenino.

Uno de los escándalos más recientes fueron las declaraciones del primer ministro Abe y del alcalde de Osaka, Hashimoto sobre el uso “necesario” de mujeres coreanas durante la guerra para “reconfortar” y servir sexualmente a los soldados japoneses. Este ha sido un tema delicado en las relaciones diplomáticas niponas con el país sur-coreano; el hecho de que las élites en el poder mantengan una posición digna ante estas acciones, evidencia la mentalidad machista prevaleciente.


El reto actual

Hoy Japón enfrenta dos grandes problemas que afectan su sustentabilidad:

El primero es el decrecimiento poblacional: para el año 2100 se espera que la población se reduzca a 60 millones de personas (menos de la mitad de su población actual); de los cuáles se estima que el 60% serán adultos mayores de edad. Esta perspectiva pone en entredicho el desarrollo social de un país que cada vez con más asiduidad, requerirá recursos humanos del exterior.

El segundo problema es la recesión económica que ha afectado al país desde hace casi 10 años. Desde su regreso al poder, Abe  lanzó una campaña política enfocada en la recuperación de la economía nipona. Para ello inicio una política monetaria agresiva devaluando el Yen para incentivar las exportaciones. Incrementó el gasto gubernamental para reactivar el mercado interno, aumentó los estímulos a las importaciones e inversiones y prometió una reforma estructural. Aunque estas acciones impulsaron la economía a principios de 2012, siguen sin ser suficientes para garantizar el crecimiento a largo plazo; las empresas siguen siendo cautelosas a la hora de invertir y el gasto del Mercado nacional no ha logrado llegar a los niveles previos al terremoto y tsunami de marzo 2011.

Abenomics

Recientemente, como parte de su programa económico, Shinzo Abe ha reconocido el papel determinante que juegan las mujeres en la recuperación económica de Japón pero sobre todo como base fundamental para la estabilidad social. Es la primera vez que un gobierno japonés reconoce a las mujeres como motor económico y grupo estratégico para la economía nipona.


Japón es el país dentro del G7 con un mayor número de mujeres que renuncian al trabajo para atender a sus familias y simultáneamente con el mayor número de mujeres trabajadoras que renuncian a la maternidad. Ante esta perspectiva, el gobierno pretende a través de su nueva estrategia, el gobierno pretende incentivar a las empresas a que promuevan entornos laborales que favorezcan a las mujeres y las apoyen en su maternidad. Entre sus propuestas Abe ha prometido la eliminación de listas de espera en las guarderías y el reciclaje profesional para las mujeres que desean reincorporarse al mercado laboral.

Hacia la conciliación laboral y familiar

Ante un entorno histórico y culturalmente poco amigable hacia las mujeres profesionales y madres ¿cómo lograr motivarlas para que desempeñen ambos papeles simultáneamente? Es una tarea difícil que va más allá de la demagogia empresarial, las licencias de maternidad y las guarderías.  Las estrategias presentadas por el gobierno carecen de profundidad puesto que no abarcan cuestiones como la sensibilización, tan necesaria para luchar contra la desigualdad de género. De hecho las tendencias patriarcales siguen estando presentes en declaraciones como las de Shinzo Abe, quien mantiene que las mujeres si bien deben reincorporarse al mercado laboral, no deben hacerlo antes de que sus hijos cumplan 3 años de edad.

Sin el cambio social y cultural en el imaginario colectivo que abogue por la inclusión de la mujer en el mundo profesional a largo plazo, y por la del hombre, en el cuidado de los hijos y de las tareas domésticas, la verdadera igualdad y equidad no será posible. La educación y la sensibilización  son clave, especialmente en el mundo empresarial, si de verdad se quiere que se promuevan roles femeninos no sólo de soporte y administración, sino también de toma de decisiones y liderazgo.

La estrategia que el gobierno de Abe ha lanzado sigue sin mostrar una integración real de las mujeres en el sistema puesto que no defiende aspectos  de organización más horizontales, que aboguen por el trabajo en equipo y las visiones holísticas.

Ser madre y ser trabajadora no son conceptos contradictorios sino situaciones que pueden llegar a reforzarse mutuamente. Sin embargo, precisan el apoyo real del Estado a través de políticas tangibles y reformas profundas, lo cual exige sin lugar a dudas la participación activa de toda la sociedad y el apoyo de mujeres y hombres.


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Ana Karen Mora

Solivagante perdida en Tokyo. Interesada en temas de cultura, eco-feminismo y responsabilidad social. Convencida de que la igualdad de oportunidades es el camino a un mundo mejor.


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