- bruja
- Catharina van Hemessen
- culturas matrísticas
- desigualdad salarial
- empoderamiento
- empowerment
- Frida Khalo
- Fundación Caja Madrid
- Heroínas
- igualdad entre hombres y mujeres
- Juana de Arco
- Juegos Olímpicos Modernos de Sydney
- la Libertad guiando al pueblo de Delacroix
- la mujer como objeto sexual
- la mujer en el ejército español
- las deportistas representan un 21% de los atletas
- Las Guerrilla Girls
- mujer atleta
- mujer en el catolicismo
- mujer en la guerra
- mujer esclavizada
- mujer guerrera
- mujer lector
- mujer mártir
- mujer pintora
- mujer sumisa
- mujer trabajadora
- mujer y religión
- Museo Metropolitano de Nueva York
- Museo Thyssen-Bornemisza
- Over my dead body
- posición social
- servidoras de Dios
- siglo XXI
- Sofonisba Anguissola
Heroínas
El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid organizan del 8 de marzo al 5 de junio de 2011 una exposición temporal con 121 obras sobre el rol de la mujer a lo largo de la historia del arte occidental, titulada: Heroínas. La muestra tiene como objetivo desvelar el “empoderamiento” (empowerment) de la mujer desde el siglo XIX hasta la actualidad. La exposición ofrece la visión de una mujer trabajadora, pintora, atleta, maga y mártir, lectora, religiosa y guerrera. No a la seductora, sumisa, esclavizada, vencida o complaciente que durante tantos siglos ha sido objeto en el arte. Por eso, el objetivo de este artículo es ofrecer una pincelada de la visión de la mujer en los ámbitos que analiza la exposición. Empecemos pues el recorrido…
La mujer trabajadora
La imagen de mujer trabajadora en el arte ha sido siempre muy reducida. Es a partir del siglo XIX cuando se recrea su actividad laboral: segando, labrando o cosiendo; diferenciándose de las recreaciones que hasta entonces, habían representado a la mujer como objeto sexual. La incorporación de la mujer al trabajo como la entendemos hoy en día, se produce durante la II Guerra Mundial debido a que los hombres estaban en el frente, y éstas fueron las encargadas de que la sociedad siguiera siendo productiva. Por eso, dejaron las tareas del hogar y se lanzaron al mercado laboral. Hoy en día, en pleno siglo XXI, todavía perviven bastantes resquicios para la aceptación de esta incorporación.
Claros ejemplos son la desigualdad salarial, las trabas por bajas maternales o el desequilibrio en el reparto de las tareas domésticas.
La mujer pintora
Se podrían citar muchos ejemplos de grandes pintoras que gozan de gran capacidad aunque la historia del arte no las ha reconocido. Destacan, por ejemplo, Sofonisba Anguissola, Catharina van Hemessen o Lavinia Fontana, artistas del XVI de las que nadie ha evocado aunque fueron requeridas por reyes como Felipe II. La presencia de mujeres en las galerías de arte o museos en el siglo XX y XXI es muy eventual. Las Guerrilla Girls, grandes activistas en los años 80 en Unidos, tenían como objetivo promocionar y reivindicar el papel de la mujer en el arte. Según ellas, la presencia de las féminas sigue siendo muy reducida;
Un ejemplo es que en el Museo Metropolitano de Nueva York, únicamente el 5% de las obras son realizadas por mujeres y la presencia de la mujer está relegada a los desnudos (el 85% son femeninos).
La mujer atleta
En los Juegos Olímpicos Modernos de Sydney del año 2000, se conmemoró la primera participación femenina de la II Olimpiada de 1900 en París. Las 24 mujeres que participaron compitieron en cinco pruebas que fueron: golf, tenis, cróquet, vela y tiro al arco. Sin embargo, la asistencia de público fue casi nula. La participante y primera mujer en ganar el primer puesto, fue Charlotte Cooper, jugadora de tenis inglesa y campeona de diversos premios Wimbledon. Aunque en la antigua Grecia se permitía la participación de mujeres (como muestran diversas obras de arte), siglos más tarde el Barón Pierre de Coubertain[1] estaba en contra de su presencia.
Hoy en día, las deportistas representan tan sólo, un 21% del total de los atletas. Aunque en países como España es de cerca del 47%.
La mujer maga y mártir
En las culturas matrísticas[2], las sacerdotisas enseñaron a curar enfermedades con hierbas y otros elementos naturales. La denominación de “bruja” tenía connotaciones negativas: hechizos, pociones malignas y sortilegios. Aunque esta denominación no ha sido únicamente para las sacerdotisas. Quizás uno de los casos más conocidos fue el de Juana de Arco: heroína, militar y, más tarde, santa. Fue quemada en la hoguera en 1431 como “bruja”. En la historia del arte se puede observar a decenas de mujeres, que se enfrentaron al poder establecido en su época y fueron quemadas en la hoguera. Aún así, con el paso de los siglos se les ha homenajeado por su lucha y coraje, sobre todo en el arte; y esto debe considerarse un gran paso en la historia.
La mujer lectora
En el Siglo de Oro español, del Renacimiento del siglo XVI al Barroco del siglo XVII, la mujer culta era censurada. La que se idea trasmitía es que era muy “peligroso” que aprendiera a leer y sobre todo a escribir[3]. Únicamente se toleraba la lectura de la Biblia, ya que era la forma de marcar a la “buena mujer”. Sin embargo, el acceso a la escritura estaba más censurado. En Ávila, por ejemplo, en 1550 únicamente el 6.7% de las mujeres sabía leer y escribir. La cifra pasó a ser del 24.5% en 1628, según datos de WordPress (2009).
Si nos fijamos en la historia del arte, la mujer lectora siempre ha sido asociada a la lectura interior y al ámbito doméstico, desde donde podían imaginar una nueva vida o nuevas aventuras; el único ámbito que les era permitido.
La mujer religiosa
Este es en el ámbito en que, sin duda, la mujer ha mejorado menos su posición social. Todavía hoy, disfrutan de un papel de sumisión sobre todo en la mayoría de religiones occidentales, con funciones muy limitadas. En el catolicismo una mujer puede efectuar una lectura de la Biblia, pero no puede oficiar una misa. También pueden entregar la comunión pero no pueden casar a una pareja. Además, las mujeres en la Iglesia no pueden acceder a cargos de poder como Obispos, Cardenales o Papa. Únicamente son “servidoras de Dios”. Para algunos sorprende que todavía en Occidente, donde tanto se proclama la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, no se reclame igualdad, también en este ámbito.
La mujer guerrera
En 2008 se celebró en España el veinte aniversario de la incorporación de la mujer en el ejército español. Aunque Reino Unido tenía féminas desde 1941 y Francia inició la admisión de éstas tras la II Guerra Mundial; en España no fue hasta 1988 que se admitió a la primera recluta. A diferencia de otros Estados como Holanda, en que una mujer no puede servir en un submarino, o Estados Unidos, en que tienen prohibido participar en un combate, las militares españolas tienen acceso a cualquier unidad. No será hasta 2016 en que se nombre por primera vez a una General mujer, sin embargo, es digno valorar el trabajo que realizan éstas en el ejército. Por eso, se puede afirmar que el ejército en España es mixto a diferencia de otras potencias de primer nivel. Aunque en nuestra sociedad ha llegado tarde el rol de mujer guerrera, en la historia del arte tenemos grandes ejemplos como Juana de Arco, ya comentado anteriormente, o la Libertad guiando al pueblo de Delacroix;
Dejando así patente que la mujer ha tenido y tiene una participación importante en la guerra, incluso en el campo de batalla.
En resumidas cuentas el punto principal a destacar de esta exposición, es cómo el papel de la mujer ha mejorado en muchos ámbitos a través del tiempo; aunque en otros, todavía debería mejorar muchísimo más. Este es el fin con el que se planteó la exposición Heroínas: dar a conocer otra visión de la mujer desde el punto de vista del arte, una perspectiva original que puede dar mucho juego en el futuro.
Para más información: http://www.museothyssen.org/microsites/exposiciones/2011/heroinas/
Ésta es una explicación sin ánimo de lucro
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