19/03/2024 MÉXICO

Malí en la encrucijada
Mali hace frente desde sus orígenes al control de Azawad, su gigantesca e indómita extensión sahariana. [Photo: vastminority.blogspot.com]

azawad map
El conflicto en Mali ha cobrado protagonismo por la entrada de Francia y otras naciones africanas en el mismo. Describimos brevemente quiénes son los llamados rebeldes, y qué buscan en uno de los países más pobres del continente. Independencia, religión y los recursos de un río mítico se entrecruzan.

Introducción a Malí


La leyenda del periodismo africano, el polaco Ryszard Kapuściński, sostenía que uno de los problemas de África eran sus fronteras. Además de los límites geográficos de ríos y cordilleras, Europa se ha dibujado a base de siglos de conflictos y tratados, en múltiples estados, donde no hay una sola línea recta en el mapa político. Basta mirar, en cambio, el plano africano con países gigantescos, la mayoría fruto del colonialismo, para percatarse de la diferencia. No es casualidad que las fronteras más claras y rectas del mundo sean las del Sáhara, pues en realidad son inexistentes.

Malí es un país con una tamaño dos veces y medio el de España, 10 millones de habitantes, y de los más pobres de África. Tiene grandes expectativas de crecimiento pese a ser tan inestable. Es rico en oro pero no en recursos naturales, y para sus habitantes, la madera, con permiso del río Níger, es el bien más preciado porque el país está deforestado. Podrían distinguirse dos partes del país. Una parte al sur del Saáhara, donde se encuentra la capital Bamako, y que quedaría encajada entre otras naciones subsaharianas más fértiles. La otra parte, en cambio, es la gigantesca porción noreste del país, Azawad, completamente inmersa en el Sáhara, donde ni la ley, ni el orden ni el río Níger se aventuran demasiado.

El conflicto

Pese a tantas fronteras, los hombres de azul, los tuareg, siguen siendo de facto los amos del desierto. [Photo: Magharebia Flickr Account]

En enero del 2012, las “fuerzas rebeldes” tuareg declararon unilateralmente la independencia de esta región al norte del Níger, Azawad, y señalaron Gao, de 86.000 habitantes, como su capital junto al río. Azawad no deja de ser una vieja reivindicación de los tuareg similar a la de los kurdos en Asia. Del mismo modo que los kurdos con sus vecinos turcos, iraquís o sirios, los tuareg no sienten especial afinidad con ninguno de los países que habitan, cuyas capitales además están lejos de su territorio, el desierto “profundo” o tal y como ellos se refieren, “los desiertos”.

Dos meses después de esa declaración de independencia, que todo el planeta ignoró, militares “desencantados” con la gestión del gobierno en Azawad y la falta de medios,  encabezaron un golpe de Estado que fracasó, pero derivó en la dimisión del presidente Toumani Touré electo de Malí. Tal y como señalaba la agencia Reuters, fue un “gol en propia puerta”: con el caos del golpe, los rebeldes tuareg a los que combatía el ejército se expandieron, y se hicieron con el control de objetivos en el río como Mopti, Timbuktú (Tombouctou) y Gao.

Es caer en la demagogia, pero los tuareg, un pueblo bereber nómada, sí han adquirido con el paso del tiempo fama de perseguidores y piratas del desierto, principalmente por vivir en una tierra de nadie con recursos escasísimos, y en una sociedad donde han imperado las castas, el vasallaje y la esclavitud. Su población actual de millón doscientos mil habitantes, se distribuye por el Sáhara de siete países, pero mayoritariamente en Malí y Níger. Habitan en un área sin control y podría decirse que no gozan de gran afecto entre los africanos subsaharianos. Por ejemplo, los bela, un pueblo maliense del Níger, eran esclavos de los tuareg.


Gobierno, rebeldes y Al-Qaeda

Ahora uno debe comprender, entre todo el tumulto de noticias que nos llegan, ciertas distinciones que merecería la pena esquematizar en una pizarra. Mali es un país musulmán, los tuareg también son musulmanes y todas las organizaciones islamistas que imperan por Azawad por supuesto aseguran ser musulmanas. Para quien no quiera leer el próximo índice, se podría resumir en tres facciones: el gobierno, que no controla Azawad; los independentistas tuareg, que aseguran no ser radicales; los fundamentalistas islámicos tuareg, dispersos en varias facciones. Y he aquí la lista completa de actores:

Gobierno de Malí. En el país existen minorías cristianas, y tradicionalmente no ha practicado lo que viene a conocerse como un Islam fundamentalista, y así pretenden que siga siendo. El país es un caos, el gobierno interno débil y las violaciones de derechos humanos en sus represalias no parecen tener criterio.

Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA). Son la principal fuerza tuareg. Como bien declaran, buscan la independencia de Azawad. Junto con Ansar Dine han estado controlando esta región del país. El gobierno les acusa de tener lazos con Al-Qaeda del Magreb Islámico, pero ellos lo niegan. Se cree que algunos miembros ya combatieron en la guerra libia para derrocar a Gaddafi en 2011.

Ansar Dine. Escindido en dos grupos, se trata de radicales islámicos tuaregs del norte de Malí. Pretenden implantar la sharia en el país y se cree que guarda relación con Al-Qaeda del Magreb Islámico. Junto con el MOJWA, se enfrentó al MNLA por el control de Gao y vencieron, y que ahora han perdido a manos de los franceses y malienses, aunque el MNLA ha querido apuntarse el tanto.


Movimiento para la Unidad y Yihad en Africa Occidental (MOJWA). Grupo escindido de Al-Qaeda, que pretende extender la guerra santa.

Al-Qaeda Magreb Islámico (AQIM). Su principal objetivo es Argelia, el único rico en recursos energéticos, pero se ubican en el norte de Mali. Buscan derrocar al gobierno argelino y la mayoría de sus miembros son de este país. Practican pillaje, secuestro, atentados y tráfico de drogas.

La clave siempre es el Níger. Recuperar las ciudades y pueblos próximos al río es lo que ha centrado la atención de malienses y franceses, no perseguirlos en el desierto. [Photo: Erwin Bolwidt Flickr Account]

Los franceses

Malí es una antigua colonia francesa y un importante productor africano de oro. No es un secreto que los franceses saben gestionar mejor que otros países su relación con las antiguas colonias, y que guste o no, para el África Occidental la metrópoli francesa sigue siendo un faro. Además, los franceses no tienen reparos en prestar apoyo rápido y de forma contundente, lo cual les ha generado una ola de agradecimiento en el país. Por lo general, la reacción en conflictos de esta índole por parte de la Unión Europea suele ser exigua, aunque debe tenerse en cuenta que como socio europeo Francia goza del respaldo económico y apoyo logístico (como así lo ha solicitado) de sus socios. Los esfuerzos que pueda hacer en cambio Naciones Unidas se consideran por lo general irrisorios, como pueden atestiguar los sirios actualmente. La sola presencia de las tropas francesas ha servido para que radicales, rebeldes o como se les quiera llamar, abandonaran (y saquearan en su huida) ciudades como Timbuktú sin ofrecer combate. Con más estilo que cuando Nicolas Sarkozy y David Cameron compitieron por llegar primero a Libia a poner la mano, François Hollande ya está en Malí.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro


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John Galt

Alicante, España. Arquitecto e inversor. A ello hay que añadir una lista de intereses demasiado larga.


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