27/03/2023 MÉXICO

Crimea archivos - United Explanations

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Hace dos años el 95% de los ciudadanos de la Península de Crimea dijo sí a la adhesión a Rusia. Los efectos mediáticos que tuvo el resultado del referéndum motivó al documentalista ruso Slava Krasko a producir un film para preguntar a los propios crimeos, “¿De quién es Crimea?”. Hoy la incertidumbre reina sobre cómo es vivir en esta Península. Por ello, en diálogo con Slava Krasko pudimos aproximarnos a su realidad mediante la voz en primera persona.


Ricardo Lenoir22/12/2014
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Los hechos sucedidos en Ucrania a lo largo de este año enlazan con una política expansionista iniciada y cada vez más robusta del presidente ruso, Vladímir Putin, en la que va sumando territorios con el fin de recuperar parte del “Russkiy Mir” (el mundo ruso, en castellano) perdido después de la desintegración de la Unión Soviética. Uno de los aspectos más claros de esta política es la expansión territorial, aprovechando lo que él entiende como la identidad rusa: toda persona que hable o, simplemente, se sienta rusa. Aún así, no queda del todo claro si la estrategia pasa por anexionar territorios tanto como desestabilizar una región que flirtea con la idea de ingresar en la órbita occidental ya sea a través de la Unión Europea como de la OTAN. Un breve repaso a lo sucedido desde la disolución de la Unión Soviética revela las intenciones contradictorias del gigante ruso.

Qué vino antes de Ucrania

Se entiende por conflicto congelado el escenario existente cuando después de una crisis o una guerra el enfrentamiento sigue latente, incluso cuando se ha firmado un acuerdo de paz. A pesar de lo flexible del concepto, en relaciones internacionales suele estar vinculado a los conflictos irresolutos en los países de la esfera soviética.

Bandera de Transnistria: ésta era la bandera de Moldavia durante el periodo soviético [Foto: Marisha via Wikipedia]

Cuatro son los nombres que vienen a la cabeza cuando se asocia conflicto congelado y Rusia: Transnistria, Abjasia, Osetia del Sur y Nagorno-Karabaj. A día de hoy, Moldavia, Georgia y Armenia se niegan a reconocer la independencia de las regiones pero el peso que supone la presencia militar y asistencial rusa hace que de facto actúen como estados independientes. Cabe resaltar que el único que está cerca de ser reconocido por la comunidad internacional es Transnistria, atendiendo a una resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Todos ellos forman parte de la Comunidad para la Democracia y los Derechos de las Naciones, plataforma de pomposo nombre usada para dotarse mutuamente de legitimidad, aunque ninguno goce de ella a ojos de la Unión Europea, la ONU o la OTAN.

Y esto, ¿a quién beneficia?

Nadie duda a la hora de señalar a Rusia como la mano que mece estos movimientos nacionalistas. Agita la zona y se presenta como pacificador de la misma una vez sucede la rebelión. Mediante el suministro de armas y, llegado al caso, de militares, promueve los alzamientos y crea una inestabilidad que impide la unidad de los países que recuperaron la independencia hace ya casi un cuarto de siglo. Éstos se ven incapacitados para presentar batalla y sucumben. En un primer momento podría parecer que la intención fuera anexionar estos territorios, muchos de ellos ni siquiera limítrofes, aunque rascando un poco más se van entendiendo otros motivos: detener su acercamiento a occidente y evitar perder su capacidad de influencia. La OTAN no aceptaría un miembro con disputas territoriales sin resolver, como ya dejó claro el ex Secretario General de la organización Anders Fogh Rasmussen, por lo que el amparo militar al que podrían acceder queda denegado.

Conflicto congelado como herramienta política

Por lo tanto estamos ante un uso político de este tipo de conflicto, que ha dejado miles de muertos y desplazados. Este hecho no impide que Rusia sea vista por sus nuevos, o recuperados, ciudadanos como un actor que simboliza justicia y prosperidad, a pesar de no terminar de cerrar las operaciones. En el último caso, Donbás y Crimea, los rebeldes entienden que fue Ucrania quien primero desestabilizó la zona al derrocar al

Ejemplo del territorio que Rusia quiere recuperar de acuerdo a su proyecto [Biblioteca Nacional de España vía Flickr]

presidente electo, Víktor Yanukóvich, quien representaba los intereses de los rusófilos. Siguiendo esta lógica, ante esta provocación Moscú no tuvo más remedio que actuar para defender la seguridad e intereses de la población rusa.

Otros aspectos colaterales

Descrito lo que supondría a nivel geopolítico no se puede obviar otro motivo: el económico. Mirando en el mapa dónde están ubicados parte de las regiones en conflicto comprobamos que ocupan una franja de la región del Cáucaso, habilitando así la conexión con el mar Caspio, ergo los recursos naturales que de ahí provienen. La llamada ruta energética del Cáucaso sur facilitaba el petróleo y gas a Europa sin el control ruso, situación ya “arreglada” con el control de ciertas áreas.

Novorossia

Putin está revolviendo en el baúl de los recuerdos y quiere dar lustre a la idea de la Gran Rusia, esa que abarca a los territorios donde haya rusos, tanto en su dimensión étnica como cultural y lingüística, independiente de dónde estén habitando. Si acudimos a la web “Russkiy Mir”, pinchando en el apartado ideología, podemos leer lo siguiente:

La paz es la ausencia de discordia. El “Russkiy Mir” es además la reconciliación rusa, la aprobación, la armonía rusa, la unidad, las escisiones superadas del siglo XX. Esta serie de acontecimientos simbólicos forma ya esta situación – la unión de las iglesias, la exhumación y nuevo entierro de figuras importantes de la emigración”.

La idea que se proyecta desde esta plataforma oficial es solo una de las caras del proyecto: la romántica idea de la unión de los pueblos que creen en una Nueva Rusia fuerte, un resurgimiento del ave fénix. Sin embargo, nada dice sobre el respeto a la soberanía nacional y a los derechos humanos o violaciones de libertades básicas. Analizando cómo ha actuado Rusia en los conflictos que ha promovido comprobamos que la paz no es la ausencia de discordia, de la misma manera que mantener congelado un enfrentamiento es perpetuar una situación cruel e injusta para la población de esos territorios, independientemente de que formen o no parte de la comunidad.

 

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

Foto de portada: Exposición sobre la URSS. Emiliano vía Flickr.


Nayla Videla08/10/2014
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La crisis política en Ucrania que se desató en noviembre del año pasado ha provocado tensiones en las relaciones entre Rusia y Occidente. Estados Unidos y la Unión Europea le han impuesto sanciones económicas y financieras a Moscú por su apoyo a la anexión de Crimea a territorio ruso. Como consecuencia, Rusia ha respondido con la prohibición de las importaciones de productos alimenticios y agropecuarios provenientes de aquellos países. Así es como se abre un mercado con gran potencial para los productos latinoamericanos.

Ante un escenario mundial en el cual Rusia es acusada, por Washington y Bruselas, de violar el principio de ”No injerencia en los asuntos internos de los Estados” al intervenir en el conflicto en Ucrania, se le impusieron diversas penalidades. Entre las medidas se encuentran la prohibición a diversos políticos rusos del ingreso a Europa y congelamiento de sus activos, el incremento de dificultades para la financiación de las empresas rusas, dificultades para la importación de materiales destinados al sector energético, entre otros. La intención de estas sanciones es atacar al núcleo de la economía y del poderío ruso: el sector energético (dificultando la financiación e inversión europea en empresas estatales Gazprom, Rosneft y Transneft) para así convencer a Rusia de la necesidad de negociar.

El Secretario de Estado norteamericano John Kerry, junto a C. Oleksandr Turchnov Presidente interino de Ucrania y el Primer Ministro Arseniy Yatsenyuk – Conversaciones en Kiev Marzo 2014

En respuesta, el Kremlin prohibió la importación por un año de alimentos y productos agropecuarios desde la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Australia y Noruega. La lista de productos afectados incluye las carnes de vaca, pollo y cerdo, el pescado y sus sub-productos, los productos lácteos y por último, las frutas y verduras. También, las autoridades anunciaron que estudian limitar la importación de autos, textiles y hasta está considerando cerrar su espacio aéreo a las aerolíneas europeas. La decisión también contempla respaldar a las empresas rusas afectadas por las sanciones europeas y estadounidenses otorgándole ayudas económicas.

Rusia es un importador neto de productos alimenticios. Las cifras correspondientes al primer cuatrimestre del año fueron de 16.900 millones de dólares y sus exportaciones de 7.100 millones de dólares.

En cuanto a sus socios comerciales, Rusia absorbe el 10% de las exportaciones agrícolas y agroalimentarias de la UE por un monto de 12.000 millones de euros por año. Por lo cual, estas prohibiciones no sólo pueden implicar la pérdida del negocio sino la saturación del mercado interno europeo. En cambio, para Estados Unidos, la nueva norma no implica un daño sustancial. El año pasado las exportaciones americanas equivalieron a 1.300 millones de dólares y, de ese total, los productos afectados corresponden sólo a la mitad. Ocurre una situación similar con Australia, los bienes prohibidos solo corresponden a 30 millones de dólares. No son cifras importantes para las dimensiones de estos dos países.

La Ministra de relaciones exteriores de Ecuador, María Isabel Salvador, y el Canciller de Rusia Sergey Lavrov

Para evitar la escasez en el supermercado, el gobierno ruso está buscando diversificar sus mercados recurriendo a América Latina, la cual tiene una matriz de exportaciones alimenticias muy amplia, que incluye los productos que Rusia prohibió importar. En este marco, se realizaron encuentros entre el director del Servicio ruso de Inspección Agrícola y Ganadera, Serguéi Dankvert y los embajadores ecuatoriano, chileno, argentino y uruguayo en Moscú. En esta serie de reuniones, Ecuador que es uno de los mayores socios latinoamericanos de productos no petroleros, propuso exportar más atún, café, brócoli, frutas tropicales y lácteos; Chile busca aumentar las exportaciones de carne de cerdo, pollo, pescados, verduras y frutas. En la misma línea, Argentina pretende aumentar sus suministros de ternera, cerdo y pollo, quesos, leche en polvo, mantequilla, verduras y productos del mar; Y Uruguay, propuso aumentar las exportaciones de carne de calidad suprema y abordó la posibilidad de transportar al mercado ruso cabezas de ganado.

Si bien Brasil no participó en la comitiva, se espera que suceda en breve. Este país es uno de los principales proveedores de productos alimenticios del mercado ruso y se destaca en carne bovina. Según Seneri Paludo, Secretario de Política Agrícola del Gobierno de Brasil, el país espera no sólo aumentar este volumen sino también el de maíz, soja y carnes vacunas. Con el objetivo de afianzar esta propuesta, Rusia ha levantado algunas restricciones sanitarias a alimentos que recaían sobre productos de la región. Por ejemplo, la leche brasilera. También se ha interesado en mejorar la logística entre ambos mercados como establecer vuelos charter entre Ecuador y Rusia para agilizar el transporte de mercadería.

La situación coyuntural es ideal para el aumento de las exportaciones de la región. Para poder efectivizar este nuevo negocio es necesario que cada gobierno trabaje junto al sector privado. Cada producto y cada destino tienen sus particularidades en el comercio internacional, por lo tanto desde las diversas agencias gubernamentales de Promoción de las Exportaciones deben ofrecer asistencia y capacitación sobre este nuevo y potencial mercado. Por ejemplo, Argentina ya se encuentra desarrollando una Agenda Empresarial por este asunto.

Las mejoras comerciales de este tipo no son las mejores ya que el aumento del volumen exportable es coyuntural. La cuestión no reside solamente en tomar esta oportunidad sino en aprovecharla para mejorar la competitividad real.

Frente a la respuesta positiva de America Latina de profundizar la relación comercial con Rusia, la UE ha manifestado su malestar. Optó por manifestar sus quejas por la vía diplomática pero es importante que no se endurezcan las relaciones y no se lleve esta disputa al campo político. Los respectivos gobiernos deben sopesar tanto el lado económico como el político del asunto. En cuanto la situación a Rusia, realizó la denuncia a la Organización Mundial de Comercio.

Las situaciones de crisis que se fueron acumulando a lo largo de los últimos meses afectaron a las relaciones diplomáticas entre Rusia y Occidente. Aún no se sabe qué destino le depara. Sin embargo, de toda crisis surge una oportunidad, y es el turno de América Latina de aprovecharla.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro