Las claves detrás del salvaje atentado en Ankara

Más de mil jóvenes marchaban por la paz, el trabajo y la democracia en la capital de Turquía, Ankara, el pasado 10 de octubre en protesta contra el actual gobierno -vencedor de nuevo en los comicios del pasado 1 de noviembre-. Mientras la manifestación se empezaba a desarrollar se produjeron dos detonaciones en cercanías de la estación central de trenes, dejando como saldo 96 muertos y 186 heridos.

La protesta se organizó con el apoyo del principal partido pro-kurdo, el HDP –el actual presidente, Recep Tayib Erdogan, les había instado el julio pasado a distanciarse de los militantes del proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK)–, de sindicatos de izquierda y de diputados de la socialdemócrata, el CHP.

Según reflejaron varios periódicos basándose en información de servicios de inteligencia árabes e israelíes, el objetivo de este atentado fue crear un clima de terror generalizado en toda Turquía y, de esa manera, facilitar un golpe de Estado para derrocar al presidente Erdogan –presidente de Turquía desde el 28 de agosto de 2014, anterior Primer Ministro desde 2003 y líder del Partido de la Justicia y la Prosperidad (AKP)–. Se debe recordar que el pasado enero el alcalde de Ankara había acusado al Mossad como la causa de los atentados terroristas en Francia-.

De estas fuentes se desprenden dos posibles escenarios. Por un lado, hacen responsable a Erdogan de no haber podido impedir el atentado y, por esas razones terminaría siendo reemplazado por Fethullah Gülen o el ex presidente Abdullah Gül. Por otro lado, señalan como posibles responsables de querer derrocar a Erdogan a los grupos de los servicios de seguridad. Si esto fuera cierto, Turquía reviviría los golpes de estado de los años 1960, 1971 y 1980.

El porqué de esta situación se encuentra en primera instancia en el malestar de las fuerzas armadas turcas –uno de los ejércitos más potentes del planeta– debido a las purgas judiciales que el ejecutivo de Erdogan a llevado a cabo entre los sectores más corruptos y susceptibles de planear un golpe de estado y, por otro lado, por ubicar a las fuerzas armadas en un segundo plano de la geoestrategia regional. Tengamos en cuenta que las fuerzas armadas de Turquía han colgado en su web un comunicado en el que prometen “seguir de cerca todos los acontecimientos [sobre los casos de corrupción] respecto a nuestra identidad corporativa y la posición legal de nuestros miembros“.

Toda esta situación se produce en un contexto regional en el que la Unión Europea impulsó el llamado “Plan Erdogan”, pensado y elaborado para hacer frente a la ola de refugiados que huyen de la guerra en Siria e Irak a través de una serie de ayudas económicas. Pero la estrategia de Erdogan en lo que respecta a la seguridad regional va más allá:

“Mientras el gobierno de Estados Unidos presionaba a su semejante de Turquía para que hiciera más en la lucha contra ISIS, en el Medio Oriente se endurecía la posición de Turquía en torno a activar una zona de seguridad a lo largo de su frontera con Siria, la cual habría sido impulsada desde hace años, como eje de una estrategia combinada para enfrentar el caos de la guerra civil en Siria.” Extracto del libro “ISIS: Estado Islámico: Yihad, terrorismo y barbarie“, por Luis Alberto Villamarín Pulido. 

Volviendo estrictamente a los atentados, es preciso remarcar que el modus operandi de los atacantes de Ankara, nos trae a la memoria los atentados que se produjeron el 5 de Junio en Diyarbakr -la capital oficiosa de los kurdos de Turquía- en el que perdieron la vida varias personas cuando se desarrollaba un mitin electoral del HDP. También recuerda al atentado realizado el 20 de julio en Suruç contra un grupo de izquierdas que quería solidarizarse con los kurdos de Siria donde más de treinta personas perdieron la vida. Estos atentados a los que se hace referencia, si bien no han sido hasta el momento esclarecidos, se cree los autores tenían vínculos con las células del Estado Islámico en Turquía. En todos ellos, los artefactos explosivos estaban formados por cargas de TNT reforzadas con bolas de acero.

Este escenario ha dejado en evidencia que la inestabilidad de los vecinos de Turquía también les está afectando internamente de manera preocupante. El partido que representa Erdogan (AKP) ha perdido la mayoría absoluta pero vuelve a repetir mandato, reforzando su plan de convertir la parlamentaria Turquía en un país presidencialista y continuar concentrando poder en su persona.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro

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