
Más de un mes ha pasado desde el terrible atentado que conmovió a la nación keniata. En él, un grupo armado yihadista entró en la Universidad de Garissa, ubicada a 150 kilómetros de la frontera con Somalia, y asesinó a 148 personas, entre ellos 142 estudiantes de los que la mayoría eran cristianos, sumiendo en el terror a otros 400 que fueron rehenes durante las 16 horas que duró el ataque. El artífice de la masacre es el grupo Al Shabab, autodeclarado en guerra con Kenia por su participación en los muchos bombardeos a sus bases en Somalia.
Sin embargo, la repercusión internacional de este brutal atentado dejó mucho que desear: si bien en los días siguientes muchos periódicos internacionales trataron el tema, no hubo análisis profundos de las razones que lo causaron ni tampoco investigaciones a fondo de las víctimas ni de sus familias. La mayoría se limitó sólo a reproducir información básica como la cantidad de víctimas, la respuesta inmediata del presidente de Kenia y algunos datos más. Sorprendió aún más que, una semana después del ataque muchas de las víctimas seguían sin ser identificadas.
Pero ¿a qué se debe esta falta de reacción por parte de los medios internacionales? Algunos periodistas han expuesto sus puntos de vista respecto al tema. Stella Martini en su libro “Periodismo, Noticia y Noticiabilidad” explica que existen “criterios de noticiabilidad” que hacen posible que un acontecimiento se convierta en noticia:
- la novedad,
- originalidad e imprevisibilidad de los sucesos ocurridos,
- la evolución de los acontecimientos que genera expectativa en la audiencia,
- el grado de importancia y gravedad que posee el hecho,
- la proximidad en términos no sólo geográficos sino también culturales,
- la magnitud en cuanto a las personas involucradas.
Roy Greensdale, escritor del periódico “The Guardian”, explica lo que él llama la “jerarquía de la muerte“, que permite comprender porqué algunos temas pesan más que otros. Vuelve a mencionar el tema de la cercanía pero lo relaciona más con las víctimas, ya que las historias más cercanas generan mayor interés en las personas mientras que las muertes sucedidas en lugares lejanos se convierten rápidamente en meras cifras y estadísticas.
En su opinión, las muertes que ocurren como consecuencia de conflictos armados de larga duración tampoco llaman la atención y reciben menos cobertura que aquellas ocurridas de manera impredecible (como el caso del satírico Charlie Hebdo). Por último, considera que las muertes de personas “no blancas” son usualmente dejadas de lado puesto que se les considera como “anti occidentales, anti capitalistas o anticristianos” o todas las opciones al mismo tiempo y, por tanto, tienden a generar un grado menor de simpatía. En sus propias palabras: existe un racismo por parte de la prensa.
Miguel Ángel Bastenier, periodista de “El País”, expresó muchas verdades a través de un tweet:
La información se guía por redes de poder. Por eso, 150 muertos en Kenia importan menos en Europa que 13 en París. La moral le es ajena.
— M. A. Bastenier (@MABastenier) April 4, 2015
También explicó lo mucho que influye la calidad de la información que se relaciona con la cantidad de corresponsales que un medio posea en un país. La falta de estos conlleva irremediablemente a que el medio se limite a utilizar la información de agencias en el mejor de los casos, lo que limita mucho la profundidad de los informes. Esto es algo que se reflejó claramente en el caso de Garissa, ya que muchos corresponsales relataron los hechos desde Sudáfrica u otros países muy alejados de la realidad que se vivía.
El analista internacional Enrique Serrano agrega algo más: el ataque en Kenia no ha afectado a ningún país occidental y ocurrió en un país sin influencias directas en el resto del continente o en Europa. Añade también que se realizó sin violar protocolos de seguridad:
“Se trató de un ataque relativamente fácil de llevar a cabo. No se realizó en el centro de París, donde hay fuerzas antiterroristas, cámaras de vigilancia, policías. No hay un ejército en vigilancia y no se requirió de un despliegue suicida que generara zozobra”
El ataque a Garissa cumplió con muchos de los criterios de noticiabilidad mencionados por Stella Martini, pero aun así no logró impactar de manera masiva. Quizá algunas razones para esto sean las mencionadas por Greensdale, Bastenier o Serrano, pero esto no alivia el dolor que sufrieron estos estudiantes y la sensación de abandono que pudieran experimentar. Uno de los estudiantes que sobrevivió dijo a un medio que “esto no va a tener repercusión porque no han matado a ningún blanco”.
A días del ataque, el clima que se vive entre la población, además de la profunda tristeza y dolor, es de enojo. No solo por la falta de repercusión internacional sino por los fallos de seguridad del propio gobierno que aseguran, había recibido avisos de un posible ataque a un centro de estudios y no tomó las medidas de precaución necesarias. Una semana después del ataque cientos de personas se reunieron en Nairobi para recordar los nombres de muchos de los estudiantes asesinados y pedir al gobierno que no abandone a las familias de los fallecidos.
Desde las redes sociales la población keniata también se niega a caer en el olvido. Una de las mujeres más influyentes de Kenia, Ory Okolloh, empezó una campaña a través de Twitter con el hashtag #147notjustanumber (147 no es sólo un número), que se convirtió rápidamente en trending topic en Kenia para luego hacer eco alrededor del mundo. La idea de la campaña era humanizar a las víctimas publicando fotos de algunos estudiantes que ya habían sido identificados.
We will name them. One by one. They are these "young Africans" we speak of all the time. Chasing dreams. #147notjustanumber
— Ory Okolloh Mwangi (@kenyanpundit) April 4, 2015
This is Tobias, he died in #GarissaAttack; to us he's not a number, he's a son, bro, friend. #147notJustANumber pic.twitter.com/dUSLXnCv9V
— Mr. B (@Benogola) April 5, 2015
Los líderes mundiales también enviaron sus condolencias y condenaron el ataque. Algunos, como el presidente Barack Obama, mantuvieron comunicaciones con el presidente de Kenia y la mayoría expresaron sus condolencias a través de redes sociales o comunicados oficiales. Aun así, la población se encuentra dolida por la falta de apoyo de la comunidad internacional comparando las reacciones con las que se produjeron tras el ataque al satírico Charlie Hebdo donde muchos líderes, principalmente africanos, viajaron a París en apoyo.
Yet to see the African Presidents that rushed to Paris over the Charlie Hebdo massacre & others rush to Nairobi after the Garissa massacre
— Jibrin Ibrahim (@JibrinIbrahim17) April 5, 2015
Pocos días después, el 14 de abril, el vecino de Kenia, Somalia sufrió un ataque también perpetrado por Al Shabab. Esta vez dirigido al ministerio de educación, dejando un saldo de 17 víctimas más. Esta de más decir que la repercusión de este ataque fue todavía menor, por no decir nula. Quizás sea tiempo de escuchar el mensaje que el Papa Francisco dirigió a todos el domingo de Pascua, recordando a todas las víctimas de Garissa: “no miren para otro lado“.
Esta es una explicación sin ánimo de lucro
[button url”https://www.unitedexplanations.org/2015/05/04/truco-o-trato-musulman-o-cristiano/” style=”red”]Relacionada: ‘Truco o trato, ¿musulmán o cristiano?'[/button]
One comment
Shyko
10/12/2015 at
gracias muchísimo por este poste…hace mucho tiempo desde la muerte de nuestros hermanas y hermanons!!
y yo creo que este es una tema muy doloroso por nosotros!! y la hecho que mucho de gente olvidan la terror que suciedé aquí es muy triste. los terroristas escaparse con esos delitos es muy muy grave! Es muy importante que nunca volvería olvidar que 147 no es un número sino es las nombres de todos los estudiantes que nos robado.
#soykenia