Desde el mismo Platón, que consideraba que la sociedad ideal es aquella organizada de acuerdo a la naturaleza; pasando por John Locke, quien teorizó acerca de los derechos naturales de las personas como la vida, la libertad, la propiedad privada y en cuya filosofía se basó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos; hasta la formalización de una Declaración Universal de Derechos Humanos después de la Segunda Guerra Mundial, es evidente que el tema de los Derechos Humanos está profundamente relacionado con la organización de los Estados, en particular con el Estado democrático. Esto se debe a que en este tipo de organización social la legitimidad de las actuaciones del Estado reside en el poder conjunto de la sociedad, y para que la sociedad funcione y esté capacitada para ejercer su poder es necesario que cada uno de sus conformantes pueda disfrutar de garantías básicas para su desarrollo.
El origen de los Derechos Humanos
Es una opinión generalmente aceptada que los Derechos Humanos son consecuencia de la idea de la existencia de los derechos naturales, los cuales, a su vez se originan en la ley natural. La ley natural es una teoría política en la que se considera que las leyes deben ser determinadas por la propia naturaleza y por este motivo las leyes serían intrínsecamente de carácter universal. Aunque con muchas variaciones y matices, esta forma de pensamiento ha influido profundamente en la filosofía occidental. Evidencia de la influencia de esta teoría es la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la que la comunidad internacional se comprometió formalmente a no permitir nunca más el irrespeto de los derechos inherentes a la naturaleza humana.
Entonces… ¿qué son los Derechos Humanos?
Debemos partir por definir que es un derecho. Si un derecho es la autorización legal o moral para hacer o tener algo, los Derechos Humanos se pueden definir como aquellos derechos que autorizan a las personas a disfrutar de ciertas garantías, libertades, reivindicaciones y facultades por el hecho inherente de su condición de ser humano. Esto quiere decir que los Derechos Humanos son irrenunciables, intransferibles, personales y propios.
Debido a la evolución de los Derechos Humanos, los mismos, se clasifican en tres generaciones. La primera generación se compone de los primeros derechos reconocidos legalmente en el siglo XVIII, su función principal es limitar las actuaciones del Estado en la vida privada de los individuos. Los Derechos Humanos de primera generación están estrechamente relacionados a la idea de libertad y son los siguientes:
- El derecho a la libre expresión.
- El derecho a la integridad física y moral.
- El derecho al libre pensamiento.
- El derecho a la vida.
- El derecho a contraer matrimonio y formar una familia.
- El derecho a elegir y ser elegido en cargos públicos.
- El derecho a participar en elecciones democráticas.
- El derecho a la igualdad ante la ley.
Los Derechos Humanos de segunda generación, que también se conocen como los derechos de igualdad, son derechos de carácter económico social y cultural. Estos derechos fueron incluidos en las legislaciones a partir del siglo XIX y promueven la actuación del Estado para asegurar que todos los miembros de la sociedad disfruten de una vida digna. Los derechos de seguda generación son los siguientes:
- El derecho a la educación.
- El derecho a una vivienda digna.
- El derecho a un salario justo y digno.
- El derecho al empleo.
- El derecho a la seguridad de la propiedad.
- El derecho a la seguridad social.
- El derecho a unirse a gremios y sindicatos.
- El derecho a huelga.
- El derecho a gozar de la cultura y la ciencia.
Finalmente, los derechos de tercera generación son los relacionados con la solidaridad de los individuos y las naciones. Estos derechos fueron empezados a ser reconocidos a partir del siglo XX con el fin de favorecer las relaciones pacíficas y fomentar la fraternidad en un mundo que se globaliza progresivamente. Entre los derechos de tercera generación, se puede hacer referencia a los siguientes:
- El derecho a un ambiente sano y sin contaminación.
- El derecho a vivir en un Estado de paz.
- El derecho al desarrollo social.
- El derecho a la libre autodeterminación de los pueblos.
- El derecho al matrimonio igualitario.
- El derecho de integración de las minorías.
- El derecho del consumidor.
Es importante resaltar que los garantes de los Derechos Humanos son los Estados. Esto quiere decir que en el momento que haya una violación de alguno de estos derechos universalmente considerados como fundamentales para la vida digna de un ser humano, la reclamación debe ser hecha ante un ente estatal o que actúe con autorización del Estado.
¿Y qué tiene que ver la democracia con todo esto?
Un Estado democrático es aquel en el que la convivencia social de sus miembros se basa en que todos son libres e iguales ante la ley. Es decir, el Estado democrático por naturaleza aborrece la discriminación de sus miembros ante la ley por cualquier motivo, indiferentemente de que esta sea por raza, religión, cultura, orientación sexual, género, idioma, etnia, edad o ideología. Entonces, es necesario para que un Estado democrático funcione que los derechos que son comunes a todos sus miembros, es decir los Derechos Humanos, sean respetados por el mismo estado.
Uno de los objetivos del Estado democrático es el desarrollo integral de los individuos que lo componen, y es esta precisamente la coyuntura entre Derechos Humanos y Estado democrático. En otras palabras, para garantizar el desarrollo integral de los miembros que conforman el Estado democrático es fundamental el respeto y garantía de los Derechos Humanos, ya que estos derechos le dan titularidad legal y moral a cada uno de sus integrantes para reclamar las condiciones que son universalmente reconocidas como básicas para el desarrollo de una vida digna.
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One comment
Carmen Elisa Balaguera Reyes
08/05/2015 at
Los derechos humanos no son tenidos en cuenta al momento de gobernar. Son violados en todas sus dimensiones. Nunca el ser humano ha primado a la hora de determinar una acción, son los intereses los que priman a la hora de tomar decisiones. Por eso vemos tantos conflictos, pugnas, muertes. Si se respetarán como lo dice el libro de libros (Los respetos humanos), no tendríamos tanto caos en el mundo.