18/04/2024 MÉXICO

¿Son los eurobonos la salvación a la crisis de deuda en la eurozona?

Billetes de 10 euros impresos por el BCE. [Photo: Images_of_Money Flickr account]
La crisis de deuda en Europa sigue agravándose y la salida a la misma parece estar empujando a los Estados miembros a soluciones contundentes que aplaquen a los mercados. Una de las posibilidades que ya está sobre la mesa es la emisión de eurobonos.


Ante el agravamiento de la crisis de deuda en la eurozona, y con una nueva amenaza de recesión para las economías europeas, la salida de esta espiral negativa parece cada día más complicada si no se toman decisiones contundentes. El pasado 14 de septiembre, el Presidente de la Comisión Europea José Manuel Durão Barroso, en su alocución ante el Parlamento Europeo, desentrañó lo que en visión de la Comisión puede ser el salvoconducto hacia la estabilidad financiera: la emisión conjunta de eurobonos por parte de los 17 Estados miembros de la eurozona.

Sin embargo, el eje franco-alemán no parece compartir la visión del señor Barroso. En la reunión que mantuvieron a mediados de agosto Angela Merkel y Nicholas Sarkozy, esta opción fue desechada sin paliativos y señalaron que “mientras los Estados miembros lleven a cabo sus propias políticas presupuestarias, las distintas tasas de interés serán necesarias para poder medir los posibles incentivos y las sanciones que ayuden a implantar la solidez fiscal”.

La cuestión de los eurobonos, por tanto, encuentra posiciones diametralmente opuestas entre aquellos que deben sacar al euro de la crisis. Pero, ¿qué implica realmente la introducción de los eurobonos y cómo podría llevarse a cabo?

¿Qué son los eurobonos?

Los eurobonos son bonos que representarían a todos los países de la zona euro y que tendrían un tipo de interés asociado que sería la media ponderada de las rentabilidades de cada país. Su aprobación supondría dar el visto bueno a que todos los países de la zona euro emitan deuda bajo el amparo de la solvencia conjunta de la región. Así, se sumaría el nivel de deuda de todos los países y sus déficits o, lo que es lo mismo, todos responderían por todos.

El origen de los eurobonos

La principal aportación académica sobre la creación de los eurobonos vino de la mano de dos investigadores del think tank con sede en Bruselas Bruegel, Jakob von Weizsäcker y Jacques Delpla, que en mayo de 2010 publicaron un artículo titulado “Blue Bond Proposal”. El diseño de su propuesta posibilitaría, según los autores, alcanzar un objetivo doble: (1) por un lado se reducirían los costes de endeudamiento que hoy afectan a las economías periféricas de la zona euro[1], (2) mientras que se aseguraría al mismo tiempo que las presiones de los mercados sirven para alcanzar una mayor disciplina fiscal en los países de la eurozona. La manera de alcanzar estos objetivos consistiría en que los países de la zona euro dividiesen su deuda soberana en dos tramos:

  • El primer tramo, denominado “Bono Azul”, podría alcanzar hasta el 60% del PIB de cada país y estaría respaldado conjuntamente por los países de la zona euro;
  • El segundo tramo, denominado “Bono rojo”, correspondería a toda la deuda emitida por encima de dicho nivel, que sería emitida puramente como deuda nacional y que acarrearía con todo el riesgo de la deuda soberana del país.

La Deuda Azul

Este primer tramo de deuda emitida por los países de la eurozona, podría alcanzar hasta el 60% del PIB de cada país, y estaría cubierta por una garantía conjunta y solidaria de todos los países participantes. Tendría el status de deuda principal, lo que significa que se pagaría antes que cualquier otra deuda pública emitida en la eurozona. Sería por tanto una deuda extremadamente segura y muy líquida que sería reembolsable virtualmente bajo cualquier circunstancia hasta el límite del 60% del PIB, límite que ya establece el Pacto de Estabilidad y Crecimiento del Euro (PEC).

Los autores señalan que la participación en un bono garantizado conjuntamente debe estar sujeta a unas estrictas condiciones. La participación, tal como los autores señalan, no debería interpretarse como un derecho sino como una recompensa a una mayor credibilidad fiscal, a través de niveles de deuda bajos y de garantías institucionales creíbles.


Por otro lado, sería necesaria la creación de una agencia de emisión de Deuda Azul que hiciese plenamente operativos los Bonos Azules en el mercado de deuda soberana. Esto implicaría la creación de una agencia conjunta de deuda cuyos responsables gozarían de un nivel de autoridad e independencia similar al que existe hoy en día en el Banco Central Europeo (BCE).

La Deuda Roja

Los Bonos Rojos, es decir, aquellos que superan la barrera del 60 % del PIB, solo serían reembolsados una vez la Deuda Azul ha sido enteramente devuelta, y acarrearía con todo el riesgo de la deuda soberana del país.

Este tramo de deuda, emitida por los Tesoro Nacionales,  en ningún caso sería garantizado por otro país, y no podría ser rescatado por los mecanismos de estabilidad financiera introducidos por la UE a través de la crisis de deuda griega. Asimismo, los autores proponen que los Bonos Rojos queden fuera del sistema bancario obligando a los bancos a proveer unas cantidades de capital prohibitivas para este tipo de bonos y, por otro lado, no garantizando la elegibilidad de estos bonos a los procesos de refinanciamiento del BCE. Todo ello haría a los inversores partícipes en un caso de impago, lo que elevaría el riesgo soberano de dicho activo y aumentaría los costes de endeudamiento del país que superase el 60 % de endeudamiento a través de la deuda segura, la azul.

Ventajas de los eurobonos

Las principales ventajas que señalan los autores serían, además de una estabilización financiera de la eurozona:


  • La creación de un activo, el Bono Azul, extremadamente líquido y seguro a la par con el Bono del Tesoro Americano. Ello posibilitaría que el Euro creciese como una moneda de reserva en competencia con el Dollar, haciendo su tasa de endeudamiento equiparable al del Bono Alemán actual o incluso inferior;
  •  Los Bonos Rojos ayudarían a reforzar la disciplina financiera de los Estados miembros ya que harían de cualquier endeudamiento por encima del 60 % una opción demasiado costosa y enviaría unas señales al mercado en ausencia de una política fiscal creíble.

Principales críticas

Las principales críticas a la propuesta de Delpla y Von Weizsäcker se centran en identificar los eurobonos como la panacea a la crisis de deuda en la eurozona. Algunos autores como Richard Milne, del Financial Times, coinciden con Angela Merkel en señalar que la introducción de eurobonos con la actual situación de crisis severa en que se encuentra la eurozona solo conseguiría agravar aún más la situación. Argumentan que falta una apropiada gobernanza económica en la eurozona y que se ha perdido legitimidad popular en algunos países. Con lo que, una emisión acelerada de eurobonos no acabaría con los males que acechan a las finanzas europeas y no conseguiría sino aumentar la falta de credibilidad de las instituciones.

También señalan que ya existió, implícitamente, una forma de pseudo-eurobonos, y es que desde la introducción de la moneda única en 1999, las tasas de interés de todos los países habían ido convergiendo con la del país más fuerte, Alemania. Ello propició que muchos países se endeudasen hasta unos niveles muy por encima de sus verdaderas posibilidades, hasta la irrupción de la crisis.

Conclusión

Sea como fuere, la realidad es que el tiempo para los países del euro se empieza a agotar, y son necesarias medidas de calado que ayuden a reinstaurar la estabilidad financiera y fiscal en la eurozona. Los eurobonos podrían ser un primer paso pero, efectivamente, ello tendrá que venir acompañado de más reformas que mejoren la gobernanza económica de la eurozona y permitan gestionar eficazmente situaciones límite como la actual.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro


[1] En los peores momentos de la crisis de deuda, y sin tener en cuenta los países ya rescatados como Grecia, Irlanda y Portugal, España e Italia han llegado a pagar un 4% más que Alemania por la emisión de su deuda.

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Mikel Gastelu-Iturri

Durango, España. Licenciado en Economía, Master en Relaciones Internacionales, especialidad en Gobernanza Global y Política Exterior Europea. Empezó su trayectoria profesional como consultor en proyectos financieros y posteriormente adquirió experiencia en organismos e instituciones públicas en Bruselas, Los Ángeles y Washington. Es un apasionado de la política y de las relaciones internacionales.


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