16/04/2024 MÉXICO

ESPECIAL LIBIA: Libia y la Responsabilidad de proteger

Rebeldes libios alegres tras conocer el apoyo de la coalición internacional. [Photo: americanistadechiapas Flickr account]
Si la responsabilidad primaria de las Naciones Unidas es, a través del Consejo de Seguridad, el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, ¿por qué ha intervenido en Libia y no en otras regiones en conflicto? La Responsabilidad de Proteger ha sido el motivo principal esgrimido por la coalición en su intervención. Veamos los claroscuros de esta operación.

La responsabilidad de Naciones Unidas


La responsabilidad primaria de las Naciones Unidas (NNUU) es el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad Internacional. Durante las dos últimas décadas, las operaciones de peacekeeping se han convertido en la principal herramienta del Sistema Internacional para resolver posibles crisis así como el colapso de las instituciones estatales de países débiles y frágiles. En paralelo (y a veces relacionado) a estas operaciones, se han sucedido también muchas operaciones de paz no dirigidas por NNUU aunque aceptadas por el Consejo de Seguridad de NNUU (CS). Estas operaciones surgidas con el fin de la Guerra Fría, fueron bautizadas como intervenciones humanitarias. Sin embargo, el mal desarrollo de algunas de estas operaciones ha demostrado en las últimas décadas que este intervencionismo tiene un precio muy alto para la Comunidad Internacional.

En este contexto nuevas iniciativas se han discutido en el seno de NNUU con el fin de hacer frente al dilema entre la Responsabilidad de Proteger (RtoP) inherente a la existencia de NNUU y las graves contradicciones surgidas de las intervenciones militares, especialmente tras la intervención en Irak. Sin embargo, en palabras del Secretario de NNUU, Ban Ki-moon, la RtoP “no debe entenderse como el derecho a intervenir, sino como su nombre indica, la responsabilidad de proteger a los ciudadanos de cualquier estado del genocidio, los crímenes de guerra y contra la humanidad y de las limpiezas étnicas”. Este concepto apela así al compromiso de la Comunidad Internacional de a) asistir a los Estados para que cumpla estas obligaciones; b) responder y ayudar a aquellas poblaciones que sufran la violación de estos crímenes.

He aquí la justificación de la Resolución 1973 (2011) y de la Comunidad Internacional para actuar en Libia: evitar catástrofes humanitarias. Y he aquí la forma elegida: la “Operación Odisea al Alba” que ha reunido la fuerza bélica de más de una decena de países. Cierto es que este pueblo está sufriendo masacres, y crímenes de guerra a manos de un dictador. Sin embargo cierto es también que si ello está sucediendo es porque esta misma Comunidad Internacional ha alimentado y sostenido en el poder, a este general llamado Gadafi durante las últimas tres décadas. Así pues, esta supuesta ayuda que Occidente dice querer prestar al pueblo libio en su camino hacia la democratización, presenta ya de entrada algunas ambigüedades no sólo por su forma y el tiempo que ha tardado en llegar; sino también por el marco de justificación del que se sirve: la RtoP.

¿Cuáles son estas ambigüedades?

1) Una reacción tardía: ni la Unión Europea (UE), ni Occidente han sido capaces de reaccionar rápidamente para adoptar una postura pública ante el conflicto y decidirse por una acción colectiva. Varias pueden ser las razones de esta reacción tardía, desde mi análisis cuatro son las principales: a) el miedo al caos, la guerra civil o el integrismo religioso; b) el cálculo negativo de posibles ganancias en caso de intervención; c) la necesaria discusión y negociación entre varios países para llegar a una decisión conjunta; d) y finalmente, las consecuencias que la guerra de Irak ha supuesto para EEUU no sólo en términos económicos sino también políticos; sobre todo dado un contexto de revueltas árabes. Esta lenta actuación de Occidente ha dado mucho margen de maniobra al general Gadafi aumentando su capacidad de actuación contra los rebeldes.

2) La utilización de eufemismos: primero la Coalición, y ahora la OTAN han denominado el bombardeo sobre Libia como “zona de exclusión aérea” cuando el objetivo principal de ésta es proteger a los civiles y precisamente en un bombardeo aéreo uno de los principales daños colaterales es la muerte de civiles. Además lo ha hecho aún a sabiendas que probablemente esta medida no disuadiría a Gadafi ni a sus fuerzas. Este eufemismo no sólo es sospechoso sino que además provoca peligrosos paralelismos con Irak: ¿no pasó esto antes en Irak, cuando una zona de exclusión aérea fue impuesta sobre el Norte y el Sur, las defensas antiaéreas de Saddam fueron bombardeadas, sus aviones fueron destruidos, quedando éste económicamente y políticamente sitiado; y aún así permaneció en resistencia durante 12 años hasta que los EEUU decidió invadir su país y derrocarlo?[1]

3) La justificación enmarcada en la RtoP vs. los Intereses de los aliados: como ya adelantaba nuestra compañera Ana Juanatey, “lejos de que la RtoP se haga realidad, debemos conformarnos, por el momento, con el alineamiento, ocasional y oportuno, de los intereses de las potencias con los intereses de las poblaciones reprimidas”. Por fortuna o por desgracia, no sólo los valores y el entusiasmo de las revoluciones árabes están detrás de esta intervención. Otros factores como el petróleo, según algunas voces, o el característico antiamericanismo reflejado por Gadafi, son también posibles razones de que la Coalición haya actuado aquí y no en Yemen o en Bahréin dónde sus dirigentes se han mostrado afines a los intereses o han colaborado con EEUU.


¿Qué opina Oriente Medio de esta intervención?

La historia en Oriente Medio nos ha demostrado cómo de relevante es el apoyo de la población para que este tipo de intervenciones sean exitosas. En este sentido, la desconfianza del pueblo árabe hacia Occidente está bien fundamentada tanto en términos de intervención militar como en ejemplos de corrupción entre líderes de ambas regiones. De hecho muchas son las voces de desacuerdo que se han levantado tanto en los países árabes como en Occidente en contra de esta intervención. Sin embargo cierto es también que los rebeldes se han mostrado a favor de esta ayuda de Occidente, ¿por qué? a) pues en primer lugar porque tal y como sostiene Hazem Saghieh , el pueblo de Libia es un pueblo prisionero. La Jamahiriya (“Estado de masas”) que Gadafi defendía, se ha revelado en su contra y éste ha respondido con represión y masacres, de forma que “la única alternativa que pueden ofrecer a los rebeldes, aquéllos que rechazan la intervención occidental, es morir bajo los tiros de los hombres de Gadafi” [2]; b) y en segundo lugar y de igual importancia, porque ha sido la Liga árabe la que, a pesar de recibir grandes inversiones para la seguridad de la región desde Occidente, ni quiere ni parece tener la capacidad, para actuar de forma regional como ya ha ocurrido en otros casos a la hora de realizar intervenciones humanitarias[3].

De acuerdo con esta idea, también es muy importante saber sí el pueblo de Libia ha sabido definir claramente quién es el enemigo. Algunas personalidades  de los medios de comunicación  como Abdelbari Atouan, director del Al-Quds Al Arabi Londres, se han mostrado firmemente en contra de esta intervención y han proclamado que convertirá a Libia en la “próxima Somalia”[4]. Sin embargo, dicen los rebeldes[5] que “desde su independencia en 1952, Libia ha demostrado no ser un pueblo dividido. Su población formada por principalmente por tribus de origen musulmán, quiere un Estado fuerte y unido capaz de aprovechar los recursos del petróleo”.  No se trata, por tanto, de una guerra contra el Islamismo como siempre ha sostenido Gadafi y Occidente ha creído a pie juntillas. Ni tampoco de un complot de Occidente contra el mundo musulmán como han aprovechado para defender las fuerzas religiosas más extremistas. El pueblo de Libia es consciente de que hoy la guerra no es contra el extranjero invasor, hoy el enemigo es el dirigente tirano y corrupto, “le proche”.

¿Tiene esta intervención posibilidades de ser exitosa?

La repuesta es difícil de responder puesto que muchas son las posibles perspectivas para medir este éxito. Yo me remitiré a las que más me interesan: las vidas humanas y el evitar hacer daño. Si éste es el principal objetivo de la RtoP, en Libia la Comunidad Internacional ha fallado de nuevo. Y no sólo eso, sino que además me pregunto hasta que punto le interesa a Occidente y sobre todo a la UE que esta operación sea exitosa dado el contexto de revoluciones árabes, no vaya a ser, como bien adelanta Hazem Saghieh “que a otros pueblos se les ocurriese querer seguir el mismo ejemplo que Libia”.

Ésta es una opinión sin ánimo de lucro


[1]Hassan Haida, “The Test of Libya” en Dar Al-Hayat; 24-03-2011.

[2]Hazem Saghieh, “Panique chez les ennemis de l’Occident” en Al-Hayat Londres; a través de Courrier International.

[3]Fue la Unión Africana (y no la OTAN ni ninguna coalición Occidental) la encargada de llevar a cabo el mandato de la resolución 1706 (2007), que establecía en Darfur la misión de la ONU en Sudán (UNMIS), creada en su día para controlar el acuerdo de paz entre el gobierno de Khartoum y los rebeldes del sur del país.

[4]Abdelbari Atouan, “Ecoeurés par Kadhafi, exaspéres par les alliés” en Al-Quds Al Arabi Londres; a través de Courrier International.

[5]Saad Al-Aril, “Nous ne sommes pas la Somalie!” en Barniq Benghazi; a través de Courrier International.

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Almudena Díaz

Licenciada en Ciencias Políticas por la Universitat Autonoma de Barcelona y Université de Paris-Sorbonne y post-graduada en Relaciones Internacionales con especialidad en Paz y Seguridad en el Institut de Barcelona d’Estudis Internacionals (IBEI). Trabajó como Asistente de Investigación en una ONG local en los Territorios Ocupados de Palestina. Más tarde, se movió a Centro América, dónde estuvo en contacto con Zapatistas, indígenas, ex guerrilleros y cooperativas de mujeres con el fin de recoger información para un documental. Ha trabajado como agente de desarrollo local para la Diputación de Barcelona, y como Asistente de proyectos y de Comunicación para ONU Mujeres Panamá. Actualmente trabaja como Técnica de Responsabilidad Social en Barcelona. Además, ha realizado consultorías para organizaciones y entes gubernamentales. AlmudenaDíazPagés es.linkedin.com/in/almudenadiazpages/


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