Muchas veces los anuncios nos presentan un mundo feliz, anhelado y, aun sabiendo que no siempre son reales, pocos consiguen no dejarse llevar por las estrategias de marketing.
Muchas veces los anuncios nos presentan un mundo feliz, anhelado y, aun sabiendo que no siempre son reales, pocos consiguen no dejarse llevar por las estrategias de marketing.
“In Time”, dirigida por Andrew Niccol, nos sitúa en un futuro en el que el tiempo ha sustituido al dinero como moneda de cambio y los humanos, modificados genéticamente, tienen que pagar con su tiempo de vida sus necesidades básicas. Un futuro en el que las estructuras socioeconómicas del capitalismo líquido puro se despliegan con todas sus consecuencias.
El zombie, el muerto viviente, paradigma de las películas de serie B, esconde tras su mirada perdida, andares torpes y olor pestilente la crítica social, política o económica. En plena crisis financiera que obliga al replanteamiento del Estado de Bienestar los muertos vivientes están más vivos que nunca.