Las últimas elecciones en Argentina causaron revuelo tanto a nivel nacional como internacional. El fin de una etapa de doce años de gobierno trajo consigo muchas soluciones a problemas instalados en la sociedad argentina como la inversión en ciencia y tecnología -una de las áreas más importantes-. Pero, por otro lado, las grandes falencias respecto a la seguridad interior y la defensa nacional en términos del cuidado de las fronteras para poder combatir el crimen organizado siguen aún vigentes.
Durante las elecciones presidenciales del pasado año, el nuevo presidente argentino, Mauricio Macri, centró su campaña en una propuesta de seguridad para luchar contra el narcotráfico, al que definió como la “principal amenaza a la seguridad de cada argentino”. Pero ahora bien, ¿cuáles son los principales problemas de seguridad que tiene el nuevo gobierno electo?
Principales problemas en materia de seguridad
Cuando hablamos de seguridad no podemos limitarnos solamente a la seguridad interior, sino que el cuidado de las fronteras y el desarrollo de la defensa nacional son elementales para la construcción de una estructura que pueda ser útil al crecimiento de un determinado Estado.
Podemos encontrar diferentes problemas que urgen hoy en Argentina y repercuten en toda América Latina. La seguridad es uno de ellos. Los tres enfoques más importantes son en este ámbito son la seguridad interior, que afecta directamente a la población y posee mayor repercusión a corto plazo; la seguridad y defensa nacional, donde se abarca la lucha contra las amenazas emergentes tanto sea narcotráfico, trata de personas, blanqueo de dinero o venta de armas; y el desarrollo de un plan estructural, que le permita a la Argentina posicionarse como una potencia media en términos de seguridad en toda la región.
Si bien Argentina no posee una línea estratégica de reforma integral de la política de seguridad, se han producido algunos cambios de gran importancia en los últimos años. Dichos cambios, aunque han implicado la incorporación de perspectivas de reforma en la gestión de la seguridad, constituyeron hechos aislados del resto del sistema que sigue, mientras tanto, su curso histórico. Entre las modificaciones que han tenido mayor visibilidad en relación con la gestión de la seguridad a nivel nacional es posible destacar la creación de una nueva policía con jurisdicción en el ámbito aeroportuario (Policía de Seguridad Aeroportuaria) y la implementación de un plan de desarme ciudadano (Programa Nacional de Entrega de Voluntaria de Armas de Fuego).
La creación del nuevo cuerpo de policía constituyó un cambio relevante en el mapa de las políticas de seguridad en Argentina en tanto que se realizó en el marco de un paradigma de modernización policial. Esta policía se distingue del resto de las fuerzas de seguridad nacionales ya que gran parte de los mandos de conducción se encuentran en manos de civiles.
Pero, haciendo enfoque en los últimos años, han aumentado los delitos de menor calibre en todas las provincias, con intensificación en Buenos Aires y Rosario. “La Argentina no tiene crímenes de tan alto impacto, como homicidios, sino que vemos mucho el asalto, los motochorros. Son alarmantes las altas tasas de robos en casas, entre las más altas de la región“, según dijo a La Nación Alejandro Ponce, uno de los autores del Índice de Imperio de la Ley que elabora todos los años la organización The World Justice Project.
A su vez, como dijimos anteriormente, la base estructural de la seguridad de un país es elemental. Una de las claves es el cuidado de las fronteras para la lucha contra el narcotráfico. Si bien en Argentina se han dado a conocer diferentes operativos encabezados por el Ministerio de Seguridad, la estructura criminal se desplaza transversalmente en todo el país, teniendo conexión así con los grandes cárteles de países de todo el mundo. En consecuencia, en los últimos años, Argentina ha recibido la visita de cientos de narcotraficantes de toda América Latina. Haciendo referencia a esta cuestión, vale recordar la captura del “capo” del narco colombiano Henry “Mi Sangre”, un hecho de gran envergadura ya que era buscado internacionalmente.
La detención de “Mi Sangre” no fue el único episodio de gran revuelo en el avance del narcotráfico. Su cara más visible y perturbadora en el último tiempo en Argentina fue el caso del “Triple crimen de General Rodríguez”. Si no fuese por el asesinato de los tres empresarios farmacéuticos en el año 2008 hoy desconoceríamos el mercado de ciertas drogas como la efedrina y su conexión a países como México. La fuga de los presuntos autores del crimen en los últimos días generó y reivindicó nuevamente al gobierno que el narcotráfico ya no es algo ajeno al país sino que es el verdadero problema que afronta las nuevas autoridades.
Por otro lado, en Argentina existen diferentes grupos de poder llamados “barras bravas”. Estos interactúan en el ámbito futbolístico bajo negociados de diferentes índoles que se han desarrollado tanto con representantes de ciertos clubes de fútbol como con políticos de turno. Este fenómeno se ha intensificado en la última década produciendo, así, un quiebre en el marco futbolístico y social que ha llevado a extremos como peleas de armas blancas y muertes por la búsqueda de poder. Las “barras bravas”, en algunos casos, son la “ fuerza de choque“ de algunos partidos políticos para realizar diferentes movilizaciones, perjudicando así aún más el contexto.
Propuestas planteadas
Durante la campaña política el líder del PRO propuso crear una agencia contra el crimen organizado, reducir el consumo de drogas ilegales y erradicar la venta de diferentes drogas como el paco a través de planes de prevención y acción temprana. También planteó reformar la Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico) y aplicar el plan de prevención de las adicciones que implementó en la Ciudad.
Además, propuso declarar la Emergencia Nacional en materia de Seguridad -cosa que se aplicó pocos días después de haber asumido al gobierno. Una de sus vertientes es la profesionalización y modernización de las fuerzas policiales y de seguridad. Por otro lado, se propuso también el desarrollo de políticas de inclusión y prevención social del delito. Además, y bajo la consigna “ni un solo barrio sin la presencia permanente del Estado”, Macri propuso duplicar el personal de las Fuerzas de Seguridad en cuatro años y la creación de tres nuevas jefaturas regionales de Gendarmería y Prefectura.
Ahora bien, el primer paso ya está hecho. El traspaso de la Policía Federal Argentina a la Ciudad de Buenos Aires fue una de las promesas de campaña que ya ha sido aplicada. El camino a la restructuración es largo y complejo. No sólo son las políticas las que se tienen que modificar, sino también, debe realizarse un cambio social grande. La educación y la adjudicación de valores a las sociedades tempranas son netamente necesarias.
Implementación de mejoras
La seguridad interior en Argentina queda reflejada en la ley 24.059, aprobada y puesta en vigencia en 1992. Esta establece, en su artículo primero, las bases jurídicas, orgánicas y funcionales del sistema de planificación, coordinación, control y apoyo del esfuerzo nacional de la policía, que tiende a garantizar la seguridad interior. Sin lugar a dudas la articulación tanto del Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Seguridad y sus fuerzas de seguridad son clave en la lucha contra el narcotráfico y las amenazas emergentes que, silenciosamente, se introducen en Argentina produciendo un daño irreparable en la sociedad.
Para combatir al crimen organizado el Ministerio de Seguridad implementó a finales del 2011 un programa de radarización bajo los nombres de “Escudo Norte y Operativo Fortín”, ubicados en lugares estratégicos, para la captura y prevención de delitos para la defensa nacional. Gracias al aporte de la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval, que trabajan paralelamente con las FFAA, obtienen información por medio de radares desplegados en la frontera norte del país. Esto permite detectar vuelos de aeronaves a baja altura que son generalmente realizados para transportar cargamentos ilegales, entre ellos droga.
Es importante analizar que desde su aplicación la Fuerza Área Argentina sólo pudo interceptar apenas setecientos vuelos irregulares. Esto hace que haya diferentes falencias respecto a este sistema. La falta de radaristas y de presupuesto suponen un problema a la hora de evaluar el desarrollo del mismo. Las ubicaciones de los radares no están superpuestos y, por ende, generan huecos por donde pasan aviones sin ser detectados. A esto hay que sumarle la falta de colaboración de los países vecinos, como Bolivia y Paraguay, a la hora de solicitar cierta información. Algunos medios como el diario Perfil cuentan que los narcotraficantes poseen ya una estructura de espionaje. Pagan a personas jóvenes para que avisen -vía teléfono móvil- los momentos exactos en los que los radares no están en movimiento.
Sin lugar a dudas la intensificación de las políticas ya generadas en el anterior gobierno de Cristina Kirchner son elementales a la hora de entablar un cierto plan estructural de seguridad que recorra todo el norte argentino y sirva para acudir desde los grandes problemas, como el narcotráfico, a los hurtos en las calles. La recuperación de los espacios públicos de las ciudades para prevenir el delito, con un Estado presente en todo el territorio, es indispensable a la hora de llevar a cabo esta planificación. Esto requiere de mucha voluntad política y un plan integral sostenido en un determinado tiempo, en donde, acabar con la corrupción será uno de sus principales objetivos.
¿Sin aviones supersónicos?
En otro contexto, Argentina se ha quedado sin aviones supersónicos, ya que el antiguo Mirage III fue dado de baja con sus más de 40 años de servicio. Fue el primero y el último en cumplir ese papel en el país. El último gobierno, a finales del año 2015, estuvo a punto de realizar una compra millonaria a una empresa privada de origen Israelí. Por diferentes motivos no se llegó a concretar. Esto, sin lugar a dudas, es de suma importancia en términos de defensa nacional ya que, en pleno siglo XXI, un país del calibre de Argentina y que no posea aviones que consigan recorrer su propio territorio es realmente preocupante.
Es por ello que ésta cuestión es significativamente importante ya que, tras doce años de gestión, el gobierno saliente no tuvo la capacidad para la adquisición de nueva tecnología -pero sí pudo recuperar la Fábrica Argentina de Aviones “Brigadier San Martín” S.A en Córdoba. Sin lugar a dudas, éste, como todos los problemas anteriormente nombrados, van a ser un gran desafío para el nuevo gobierno a la hora de enfrentarlos.
Esta es una explicación sin ánimo de lucro.
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