Isabel Ferrandiz25/01/2016
En esta nuestra binaria sociedad, no hay nada que aterre más que saberse Jekyll y Mr. Hyde o, si se prefiere, Anakin Skywalker y Darth Vader. En mayor o menor medida, todas las personas nos pasamos al lado oscuro de la fuerza más de una vez. Pese a no querer verlo, llevamos a Darth Vader muy adentro, porque de alguna forma su figura reporta privilegios: todo aquello que no sea problemático para mí, no me preocupa, no me afecta y, por lo tanto, no me incumbe.