Jose Luis Maestro12/09/2018
La predación capitalista, el hambre en el mundo, las guerras sin sentido… ¿por qué no cambiamos el mundo, si somos los dominadores del planeta? Nuestro deseo e impulsos acaban chocando contra un cómodo sentimiento de impotencia, el cual nos mantiene en la rueda con vocación indefinida.
Herbert Marcuse (1898-1979), que fue un pensador capital del pasado siglo, nos ilustra en su texto “Acerca del carácter afirmativo de la cultura” (1967) sobre esta irresolución o inconsecuencia. ¡A continuación glosamos sus elementos esenciales!