Mario López04/11/2014
El derecho de voto de los prisioneros ha enfrentado al Reino Unido y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos durante una década. Durante el último congreso del partido conservador, David Cameron anunció una reforma para que los jueces británicos puedan ignorar la jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo. ¿Un guiño a los votantes euroescépticos u otro puente roto entre las islas británicas y el continente?