Mientras se celebran los 20 años de los Acuerdos de Chapultepec, El Salvador sigue devastado por la violencia. Detrás de un conflicto que se cerró en falso reside el intervencionismo estadounidense, íntimamente relacionado con la idea de que América Latina es un todo: un continente condenado a la corrupción, el subdesarrollo, la violencia y la barbarie. Todo ello contrapuesto a un modelo de sociedad ideal-occidental.