Manuel Herrera18/02/2019
La salida de Rusia y los Estados Unidos del tratado sobre fuerzas nucleares de medio alcance es solo una muestra más de que el régimen de no-proliferación, y en particular el de control de armamentos, se está desmoronando poco a poco. La posibilidad de usar los avances tecnológicos para obtener una ventaja sobre los adversarios y la ausencia de resolución de las discrepancias entre potencias nucleares incentiva el desarrollo de nuevos armamentos, revisiones estratégicas y el abandono de los controles armamentísticos.