29/03/2023 MÉXICO

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La industria del petróleo ha sabido impulsar el aparato productivo de Argentina durante casi 70 años, desde aquella lejana creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), en 1922, hasta la privatización de esa misma empresa en 1992. Un proceso que fue extremadamente poco transparente y que incluyó sobornos en el Parlamento y falsos diputados votando a favor de la entrega de uno de los sectores estratégicos más importantes para el desarrollo de la nación.

Las empresas multinacionales avanzaron en el negocio de los hidrocarburos en toda América Latina dando paso a una nueva forma de colonialismo de la región. Argentina no se vio exenta de este proceso ya que sufrió el desembarco de empresas que operan a su antojo sobre el territorio bajo el ala protectora de los respectivos gobiernos.

La “innovación” que trajeron las grandes petroleras con su llegada a Argentina fue la técnica de extracción de hidrocarburos no convencional, que comúnmente se conoce como fracking o fractura hidráulica, y que fue vetada en países como Francia por ser altamente contaminante, de alto riesgo para la población y uno de los motores del calentamiento global.

Sede central de YPF en el barrio de Puerto Madero, Buenos Aires, Argentina [Foto: Martin Barland vía WikimediaCommons].
Sede central de YPF en el barrio de Puerto Madero, Buenos Aires, Argentina [Foto: Martin Barland vía WikimediaCommons].

El principio del fin

Durante el gobierno de Carlos Saúl Menem, en la década de los ’90, Argentina se vio sometida a un proceso de privatizaciones que dejó al Estado debilitado ante el avance de las grandes compañías extranjeras. Con una industria nacional desmantelada que ya no contaba con un sector tan valioso como el de los hidrocarburos, la administración nacional dejó todos los recursos a los grandes capitales que venían de afuera, y lo único que logró fue aumentar el desempleo y la pobreza.

El gobierno de Menem hizo la vista gorda ante el vaciamiento que sufrieron las reservas de gas y petróleo de YPF, permitiendo que las empresas privadas se llevaran 5.000 millones de barriles de crudo para sus países. Esto afectó gravemente al autoabastecimiento que podía ostentar Argentina. Además, las promesas de inversiones que hicieron las corporaciones brillaron por su ausencia, ya que Repsol, que era la accionista mayoritaria de YPF, se llevó de Argentina el 95% de sus ganancias.

Miles de poblados que nacieron al calor del crecimiento de la petrolera estatal se convirtieron, de pronto, en pueblos fantasma a causa del éxodo a las grandes ciudades. Al mismo tiempo, los trabajadores desocupados fundaron el movimiento piquetero que, a través de cortes de rutas, pedían una solución laboral para esta etapa de flexibilización que estaban atravesando.

La ley del negocio y la apropiación del agua

¿Representa el fracking una nueva etapa de la guerra por el petróleo? Muchos expertos opinan que sí. Un pionero en la materia fue Estados Unidos que, ante la situación de dependencia externa de petróleo y gas, decidió implementar el fracking como modo de extracción que garantizara el abastecimiento. Por eso en EE.UU. se habla de “independencia petrolífera”. Sin embargo, las consecuencias de esta “independencia” son terribles: terremotos, inundaciones, agua contaminada, sequías y destrucción de la flora fueron sólo algunas de las mismas.

Tanques de agua preparados para el proceso de fracturación hidráulica de terreno [Foto: Joshua Doubek vía WikimediaCommons].
Tanques de agua preparados para el proceso de fracturación hidráulica de terreno [Foto: Joshua Doubek vía WikimediaCommons].

La técnica de extracción de hidrocarburos no convencionales consiste en una perforación de 4.000 metros de profundidad, aproximadamente, hecha de forma vertical y horizontal, que atraviesa la roca madre que luego se vuela con explosivos. Una vez superado este proceso, se rellenan las zonas perforadas con agua, arena y más de 600 sustancias químicas que hacen aflorar el gas  que está impregnado en la roca. ¿Cuál es el problema? Que estos productos químicos, y el propio gas, migran hacia las reservas de agua, lagos o ríos próximos produciendo una contaminación irreparable para los pueblos aledaños.

En Argentina, la primera explotación en la se utilizó la técnica de fractura hidráulica se ubicó en territorio del poblado Mapuche, un pueblo originario de la provincia de Neuquén que denunció sobornos por valor de 13.000 pesos argentinos para no hablar de la contaminación producida por la petrolera Apache. El coste ambiental que deja el fracking en las provincias andinas es catastrófico.

Los vecinos de la zona dicen que “el agua potable parece aceite, es imbebible.”

Por ejemplo, cogiendo el caso del agua potable, vemos que las grandes compañías que explotan este negocio consumen un total de 30 millones de litros al día. Si comparamos esta cifra con los datos de la Organización Mundial de la Salud, que calcula que una persona consume, por diversas vías, cerca de 50 litros de agua por día, vemos que las grandes petroleras utilizan el agua que podría abastecer a 600 mil habitantes en un día. Teniendo en cuenta que la población de la provincia de Neuquén sufre de restricciones de acceso al agua y que su población total es de 620 mil ciudadanos, vemos que el 98% de las personas de ese distrito podrían acceder a este indispensable recurso sólo con lo que consumen las empresas que utilizan el fracking.

Por otra parte, la empresa responsable de limpiar las reservas de agua de estas compañías es propiedad del ex Ministro de Energía neuquino, Guillermo Coco, lo que pone en evidencia que la política es parte del negocio de la destrucción ambiental que sufre Argentina. Esto también se hace patente con el hecho de que las petroleras no pagan el agua que gastan, pues este coste es subsidiado por el Estado. Un negocio redondo entre empresas y el poder político.

Otro de los graves problemas que se generan es el éxodo de campesinos que, ante la contaminación de las aguas con la que riegan sus cultivos, se ven obligados a abandonar sus campos e irse a buscar suerte a las ciudades. Este es el caso del que hablábamos anteriormente, el de los agricultores de las inmediaciones del Rio Negro que fue contaminado por la empresa Apache.

El modelo energético de los Kirchner

La falta de inversiones tan prometidas por las corporaciones extranjeros generó una crisis energética que se ha convertido en un verdadero obstáculo para el desarrollo industrial de Argentina. Así, hoy Argentina no tiene una estructura energética capaz de soportar una industria avanzada.

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El matrimonio Kirchner, impulsores de una política de crecimiento del consumo energético [Foto vía WikimediaCommons].

Una vez que Néstor Kirchner asume la presidencia, en 2003, se vivió un proceso de crecimiento del consumo energético que, por el contrario, no se vio acompañado de políticas para recuperar la industria petrolera. A su vez, Kirchner prolongó las privatizaciones por 25 años, incluyendo el principal yacimiento del país, Cerro Dragón. Así, el negocio de las empresas siguió con un posicionamiento territorial arrollador.

Al mismo tiempo, no se avanzó en la explotación de energías renovables y menos contaminantes. Algunos académicos afirman que Argentina, en energías renovables, tiene el potencial de 3.000 centrales nucleares, pero seguir esta senda energética sería ir en contra de los intereses empresariales ya que los molinos eólicos o las fuentes de energía biomasa son parte de su competencia y pueden incluso ser administradas por pequeñas cooperativas.

A modo de ejemplificación vemos que, en el sur, Argentina cuenta con vientos de hasta 130 km/h, lo que supone una fuente de energía eólica muy importante. Mientras, en el norte, existe la región puneña capaz de abastecer de energía solar a gran parte de la población nacional. Por otra parte, el país cuenta con mares y ríos para explotar la energía mareomotriz. Sin embargo, el gobierno quiere seguir explotando la técnica del fracking, la opción que está arrasando el medio ambiente del país.

En 2013, la entonces presidenta Cristina Kirchner decide expropiar el 51% de YPF, lo que representa sólo el 16% del mercado interno. Cifras muy bajas para los volúmenes de dinero que se manejan, y más si hablamos de un recurso fundamental para la industria. Esta expropiación le costó 8.000 millones de dólares al Estado argentino para resarcir a Repsol.

No obstante, el neocolonialismo sigue presente, pues la ahora estatal YPF firmó un acuerdo con Chevron, una petrolera que fue expulsada de Ecuador por graves problemas ambientales en la selva amazónica. Chevron va a explotar el yacimiento Vaca Muerta, en Neuquén, a través del fracking. Este es el ejemplo de una continuidad del modelo extractivo que aparta el potencial de las energías renovables y persiste en la destrucción ambiental.

Actualmente, bajo el gobierno de Mauricio Macri, el Ministro de Energía es Juan José Aranguren, que fue el presidente de Shell en el país. Es decir, la persona que hace 10 meses representaba los intereses de una gran petrolera extranjera, ahora tendrá que defender los intereses de la petrolera estatal. Esto es, cuanto menos, digno de sospecha.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro.


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Zacatecas es uno de los estados de la república mexicana con mayor tradición minera desde la época colonial, lo que se conocía como economía de enclave colonial debido a la enorme transferencia de riqueza hacia el exterior y por estar desarticulado respecto de la economía local. Actualmente, este Estado ocupa el primer lugar en la producción de plata, zinc y plomo de México, así como el segundo lugar en la producción de oro y cobre, habiéndose convertido en una región con economía de enclave poscolonial donde intervienen redes de capital que se apropian de la riqueza natural de manera acelerada y causando profundas afectaciones ambientales que perjudican la calidad de vida de las actuales y futuras generaciones del territorio.

En México, la megaminería constituye una actividad económica cuya inversión extranjera directa (IED) captada durante el periodo 1982-2014 sumó USD$23,286.4 millones y USD$30,430.3 millones de inversión nacional directa entre el 2002 y el 2014. Esta derrama económica involucra a los tres hombres más ricos de México: Germán Larrea, presidente de Grupo México; Alberto Bailleres, dueño de Industrias Peñoles, y Carlos Slim, propietario de Minera Frisco. Todo ellos, respaldados por las gestiones de la Cámara Minera de México resultaron los principales beneficiados de las políticas de privatización y reformas estructurales implementadas por el gobierno mexicano en los últimos 34 años.

La siguiente explicación se divide en dos partes. En la primera se aborda quiénes participan en la industria minera para posteriormente analizar las consecuencias ambientales de la megaminería. De las dos partes mencionadas, la relevancia de la primera consiste en clarificar la configuración de capitales financieros, empresas extractivas y capital proveedor, así como las instituciones del gobierno encargadas de impulsar una política del despojo del territorio. Se hace énfasis en el sustento legal que permitió la privatización de los recursos naturales puestos al servicio de la megaminería transnacional y se presentan datos empíricos sobre la superficie del territorio mexicano concesionado.

¿Qué es la megaminería?

Mina Peñasquito, Zacatecas, México [Foto: Alfredo Valadez Rodríguez vía La Jornada].

La megaminería es la forma de explotación a cielo abierto con el objetivo extraer metales preciosos, que involucra elevadas inversiones para emprendimientos de gran escala acaparando así grandes extensiones de tierras. La megaminería utiliza tecnologías modernas como la teledetección satelital y el uso maquinaria pesada con gran capacidad de carga. Esto implica también el desplazamiento de las comunidades en donde se instalan, destruyendo así formas de vida y de reproducción social, así como desvalorizando la fuerza de trabajo. También es considerada la forma más violenta de extracción de minerales en términos de impacto ambiental debido al alto consumo de recursos hídricos, a la contaminación del agua y del suelo como consecuencia del uso de sustancias químicas altamente tóxicas como cianuro, dinamita y mercurio en el proceso de barrenación, extracción, molienda y beneficio de los minerales.

Sin embargo, la pregunta realmente importante es: ¿Qué ha ocurrido con la megaminería en México en el período neoliberal? Para analizar este asunto hay que poner énfasis en cómo se transformó la megaminería a partir de la puesta en marcha del TLCAN.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el impacto en la megaminería

Al reflexionar sobre lo que ha ocurrido con la megaminería en México durante los 34 años que abarcan el periodo neoliberal, en primera instancia resulta necesario enfatizar que nos enfrentamos a un problema de despojo territorial que cobró mayores dimensiones después de la puesta en marcha del TLCAN. Esto va más allá de la apropiación de tierras por empresas transnacionales para la extracción de recursos naturales minerales. Existen otras cuestiones que atañen a los derechos de los trabajadores mineros que, aunque tienen mejores salarios que los que se perciben en otras actividades productivas, su labor profesional implica también una menor esperanza de vida así como otras afectaciones en la calidad de vida en las comunidades mineras.

Durante los años de 1982 al 2016, la megaminería a cielo abierto en México propició la consolidación de la mencionada economía de enclave poscolonial. Simultáneamente comenzaron a generarse afectaciones tanto sociales como ambientales en esos territorios debido al desplazamiento de comunidades, la desvalorización de la fuerza de trabajo, la sobreexplotación de los mantos acuíferos, o la contaminación del suelo y el agua a partir de la generación de altos volúmenes de residuos sólidos y sustancias tóxicas. Éstas contaminan las fuentes de agua, tanto en minas en operación, como después del cierre de los trabajos de explotación. Todo esto nos permite afirmar que la megaminería que practican las grandes empresas transnacionales no ha traído desarrollo para las comunidades y entidades de la república mexicana donde se lleva a cabo esta actividad extractiva.

Las instituciones que intervienen en respaldo de la industria minera son el gobierno mexicano, articulado con la Embajada Canadiense, el Comité de Minería de la Cámara de Comercio de Canadá y la Cámara Minera de México. Todas ellas se encuentran amparadas por las reformas al Artículo 27 constitucional que faculta al Estado mexicano para realizar expropiaciones de tierras consideradas de utilidad pública. Además, la Ley Minera, en su Artículo 6, señala que las actividades relacionadas con la megaminería en México son de utilidad pública y serán preferentes sobre cualquier otro uso de las tierras.

Bajo la figura de concesiones mineras por un periodo de 50 años con posibilidad de prórroga por otros 50 años, se ha entregado ya más de la mitad del territorio nacional a empresas transnacionales dedicadas a la megaminería. Esta situación ocurrió en mayor medida a partir de la entrada en vigor del TLCAN. En total durante el período 1993 al 2016 se han concesionado 105.1 millones de hectáreas para la megaminería en México, equivalentes al 53.5 por ciento del territorio nacional (véase gráfica 1).

Gráfica 1. Superficie concesionada a la megaminería en México en el período 1996-2016 (cifras expresadas en millones de hectáreas) [Gráfica: elaboración de Federico Guzmán].

El discurso oficial sólo ofrece grandes datos sobre el contexto que envuelve el sector de la megaminería, como que ésta utiliza tecnología satelital y tiene automatizados sus procesos de exploración y explotación, que México lleva seis años consecutivos, desde 2010, ubicado en el primer lugar mundial de producción de plata, o que en 2013 México se ubicó en el séptimo puesto como productor de oro a nivel mundial y en el octavo en 2014. No obstante, debemos ir al fondo del problema e indagar cómo se distribuye esa riqueza y qué impactos genera en el desarrollo nacional y en las comunidades donde se instalan los megaproyectos mineros.

¿Quién se beneficia de la megaminería?

Actualmente quienes se están beneficiando con la explotación de los minerales preciosos de México se conformaron en una compleja telaraña de capitales privados y servicios gubernamentales (véase figura 1). Para el año 2013, de acuerdo con información del Servicio Geológico Mexicano (2013) y México Mining Review (2013), había 197 megaproyectos mineros en producción, 45 proyectos en desarrollo, 880 en fase de exploración y 67 proyectos suspendidos, dando un total de 1,189 proyectos mineros. De todos ellos, el 68.1% está en manos de transnacionales canadienses, el 12.7% de capital estadounidense, el 11% lo poseen los corporativos mexicanos transnacionales y el 8.2% restante en manos de capitales europeos, asiáticos y australianos, principalmente.

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Figura 1. Configuración del capital rentista de la megaminería. [Figura: elaboración de Federico Guzmán basada en Ritter (2001:26-33), Movimiento M4 (2014), The Silver Institute (2015b) y World Gold Council (2015a).

Un dato más actualizado se obtuvo de los Censos Económicos 2014 del INEGI que reportan 3,032 unidades económicas en la minería en el territorio mexicano. Según el portal de internet Ecoosfera, existen 70 megaproyectos mineros y 25 operan a cielo abierto. Dichos megaproyectos son operados por empresas de origen mexicano como: Grupo México, Fresnillo Plc, Frisco y Peñoles, así como extranjeras: Agnico Eagle Mines, Alamos Gold, Arias Resource Capital Management, Aurico Gold, Candiani Mining Transnational Service, Coeur Mining, Defiance Silver Corp, First Majestic, First Majestic Silver Dia Bras Exploration, Goldcorp, Minera Rio Tinto, Minas de Bacis, Pan American Silver, Timmins Gold y Yamana Gold, solo por citar algunas de las más relevantes.

Este conjunto de empresas, para llevar a cabo la extracción de minerales se conectan con las principales bolsas de valores del mundo, principalmente las de Toronto, Vancouver, Nueva York, Londres y Hong Kong, además de instancias globales como el Consejo Mundial del Oro, el Instituto de la Plata, y una extensa gama de empresas proveedoras de origen mexicano y extranjero, integradas en torno a los Clúster Mineros que operan en las principales entidades federativas con presencia de megaminería, como el caso del Clúster Minero de Sonora y el Clúster Minero de Zacatecas

En conclusión, la enorme riqueza generada por los recursos mineros que posee México no supone ni por asomo una fuente de desarrollo para las comunidades que reciben el impacto de una intervención industrial tan agresiva.

Cuestiones como éste despojo territorial y la profundización de los impactos ambientales que ocasiona el saqueo de los minerales preciosos en México se tratarán en la segunda parte de este artículo, en la que pondremos especial atención al consumo de recursos hídricos y la contaminación por desechos sólidos como las principales afectaciones para las comunidades y territorios donde se practica la minería tóxica.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro.


Daniel Abreu23/01/2014
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Cuál es el principal logro insignia de la economía?… Su recurrente inhabilidad para prevenir y advertir las crisis

Jean-Philippe Bouchaud

Los seres humanos sentimos una mezcla de repulsión y fascinación por las profecías del fin del mundo. Desde el místico libro de la Biblia y sus Cuatro Jinetes del Apocalipsis, pasando por las -mal interpretadas- profecías mayas y el holocausto final de Nostradamus, la posibilidad de una extinción espectacular de nuestra raza siempre ha planeado en el imaginario colectivo. Pero ya no necesitamos misteriosas predicciones futuristas.

Por Simon Norfolk, National Geographic
Por Simon Norfolk, National Geographic

Desde la Revolución Industrial hemos entrado en lo que podemos llamar el Antropoceno:,la era en que el ser humano puede, y de hecho febrilmente lo hace, cambiar de manera radical los ecosistemas a una escala global.

Abundante evidencia científica y de estudios sociales nos sugieren que como civilización, los seres humanos debemos plantearnos seriamente la posibilidad cercana de un colapso social y ambiental sin precedentes. No exageramos. El nivel actual de extinción de especies es el más acelerado desde que los dinosaurios desaparecieron hace 66 millones de años, y en esta ocasión el drama no procede de un impertinente cometa buscando impactar con nosotros.

Factores del colapso de las sociedades

Isla de Pascua, Wikipedia Creative Commons
Isla de Pascua, Wikipedia Creative Commons

El pasado puede iluminar el análisis de nuestro futuro inmediato. Existen amplios registros históricos de avanzadas civilizaciones humanas que colapsaron dramáticamente, algunas de manera desconcertante, cuando aparentemente se encontraban en una etapa de notable desarrollo social y cultural como en los casos del imperio Maya del período clásico, de la Isla de Pascua y de los Vikingos que habitaron Groenlandia.

El afamado profesor de geografía de la Universidad de California, Jared Diamond, menciona cinco factores que han contribuido en toda la historia a la supervivencia o colapso de sociedades pasadas:

  1. Los daños causados en el medio ambiente.
  2. Los cambios climáticos.
  3. La existencia de vecinos hostiles.
  4. La pérdida de apoyo y cooperación de vecinos amistosos.
  5. La respuesta de la sociedad humana ante los retos, ya sean ambientales, sociales, comerciales o militares.

Diamond, evitando un análisis fatalista, también identifica acciones modificables que puede ayudarnos a los humanos globalizados del XXI a detener el proceso de colapso de nuestra sociedad y nuestra especie:

  1. La deforestación y la destrucción del hábitat
  2. Los problemas de suelo (erosiónsalinización y pérdidas de fertilidad)
  3. Los problemas de manejo de agua (escasez, contaminación hídrica y tratamiento)
  4. La caza y pesca excesiva
  5. Las introducción de especies invasoras
  6. El crecimiento demográfico extremo y el aumento del impacto per cápita en el medio ambiente (huella ecológica)

Por Manel Fontdevila, vía publico.es
Por Manel Fontdevila, vía publico.es

La pregunta más frecuente que recibe Diamond, confiesa él en un Ted Talk, es sobre cómo es posible que las sociedades se suiciden, “¿en qué pensaba el habitante de la Isla de Pascua que cortó el último árbol?”.

Nuestro comportamiento como civilización, desgraciadamente, quizá no diste mucho de esa irracionalidad. En la teoría económica dominante los bosques ancestrales son generalmente tratados como activos a ser liquidados y el aire puro como un bien de lujo a ser adquirido a discreción por personas afluentes. Nuestros sistemas políticos y económicos -y la obsesión del crecimiento infinito del PIB- no están diseñados para comprender los límites que tiene la naturaleza de tolerar el daño que le proporcionamos.

Los Límites Planetarios

El homo economicus ha (de)volucionado de ser un miembro de la comunidad de la vida a ser una fuerza planetaria que se encuentra empujando el sistema de la Tierra fuera de su rango normal de operación, con consecuencias inimaginables. En base a los datos disponibles -cierto que imperfectos pero contundentes-, se puede afirmar que ya hemos hecho suficiente daño como para despertar el dragón que dormía plácidamente.

Un grupo de destacados científicos expertos en sistemas terrestres propusieron un conjunto de nueve procesos clave en los sistemas terrestres (como el consumo de agua dulce, la regulación del clima y la acidificación de los océanos), críticos para mantener nuestro planeta en el estado estable de los últimos 10.000 años (Holoceno).

Los límites planetarios, Stockholm Resilience Centre
Los límites planetarios, Stockholm Resilience Centre

En este gráfico, en el sombreado verde interior, se muestran los nueve límites para evitar las “zonas de peligro” y establecer lo que denominan un “espacio operativo seguro para la humanidad”. Las cuñas rojas representan una estimación de la posición actual de cada variable. Los límites en tres sistemas: tasa de pérdida de biodiversidad, cambio climático e interferencia humana en el ciclo del nitrógeno, ya se han sobrepasado.

Para complementar este abordaje de los límites del planeta, Oxfam desarrolló una versión ampliada que también toma en cuenta la dimensión humana, incluyendo 11 factores sociales que se interrelacionan con los límites de los sistemas ecológicos.

Por debajo de la base social. Oxfam España
Por debajo de la base social. Oxfam España

En el gráfico de la derecha, en azul se muestran las brechas para cada uno de los factores en donde se destaca la pobreza de ingresos, acceso a energía, agua potable y desigualdad social y de género. No es suficiente cuidar el planeta dado que ya existían desigualdad y carencias cuando nuestros antepasados cavernícolas poblaban ambientes prístinos. Se debe cuidar el planeta al mismo tiempo que hacemos más sostenibles y justos nuestros sistemas humanos.

¿Tenemos alternativa?

No podemos resolver los problemas con la misma mentalidad con la que los creamos.

Albert Einstein

Foto vía Efimarket.com
Foto vía Efimarket.com

Se debe dejar de lado cualquier tono melodramático y un falso optimismo y observar críticamente las tendencias actuales. Particularmente, nuestra adicción al petróleo permanecerá intacta en términos porcentuales al menos por los próximos 20 años y las opciones alternativas viables como las energías renovables de nueva generación aún son lentas y marginales.

Lamentablemente todo indica que sí, nos estamos condenando al cataclismo. Sin embargo, como en la astrología, las estrellas inclinan pero no deciden:  aunque improbable, aún tenemos salvación. Distintas alternativas y líneas de solución serán exploradas en futuros artículos.

Foto de portada: manipulación fotográfica de naturaleza en habitación, fuente: http://cn.forwallpaper.com

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro