05/12/2024 MÉXICO

¿Por qué es importante replantearnos la distribución de las tareas domésticas y cuidado?

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En Argentina, aunque las mujeres realizan el 75% del trabajo doméstico y de cuidados, estos no son remunerados. En promedio, son alrededor de 6,4 horas diarias dedicadas. En contra parte, los hombres le dedican 3,4 horas diarias y solamente un 57,9% de ellos las realizan. Debido a la pandemia muchas instituciones educativas y de cuidados debieron cerrar. Por lo que las familias han dedicado más tiempo a este tipo de tareas afectando especialmente al desarrollo profesional de las mujeres.

En Argentina, aunque las mujeres realizan el 75% del trabajo doméstico y de cuidados, estos no son remunerados. En promedio, son alrededor de 6,4 horas diarias dedicadas. En contra parte, los hombres le dedican 3,4 horas diarias y solamente un 57,9% de ellos las realizan. Debido a la pandemia muchas instituciones educativas y de cuidados debieron cerrar. Por lo que las familias han dedicado más tiempo a este tipo de tareas afectando especialmente al desarrollo profesional de las mujeres.

¿Cuáles han sido las roles tradicionales?

En nuestra sociedad se encuentra arraigada una fuerte división sexual del trabajo asignado por los roles de género. Mientras que a los hombres se los asocia con un rol activo en la esfera pública y al trabajo productivo, es decir, a aquel trabajo que se realiza en el mercado laboral y por el cual se percibe una remuneración; a las mujeres se le designa un rol pasivo perteneciente a la esfera privada, o sea, al hogar, donde deben encargarse de las tareas domésticas necesarias para garantizar el cuidado de su familia.

Sin embargo, algo que no se suele tener en cuenta es el hecho de que las tareas domésticas, como limpiar la casa y cocinar, así como el cuidado de niños y adultos mayores, son tareas fundamentales para el funcionamiento de una sociedad ya que permite que las personas se alimenten, vean sus necesidades de cuidados satisfechas, cuenten con un espacio en condiciones de habitabilidad, reproduzcan sus actividades cotidianas y puedan participar en el mercado laboral, estudiar o disfrutar del ocio. El problema es que la distribución de este tipo de tareas se da de manera desigual recayendo la mayor parte sobre las mujeres, quienes les dedican mucho más tiempo que los varones.

Panorama sobre la situación

La asimetría en la distribución de tareas domésticas produce que la brecha de género en el hogar, es decir, la diferencia entre la cantidad de horas dedicadas a cada actividad por parte de mujeres y hombres sea muy profunda. A su vez, esto trae consecuencias para las mujeres en otros ámbitos de sus vidas. Por ejemplo, una de las principales razones de la amplia brecha de género en el mercado laboral está estrechamente relacionada con cómo se dividen las tareas domésticas en los hogares.

Además, las tareas domésticas y de cuidado en Argentina representarían un aporte al PBI, o sea, a todo lo que produce la economía nacional en un año, de aproximadamente 15,9%, siendo el sector de mayor aporte superando a la industria (15,7%) y al comercio (15,5%). No obstante, pese a la importancia de estas tareas, sigue existiendo la idea de que el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados no es trabajo. Por ende, este tipo de tareas no son reconocidas ni como productivas ni como un aporte a la economía, por lo que se las deja por fuera a la hora de calcular los sectores que aportan al PBI.

Trabajadoras del hogar exigen ratificación del Convenio 189 de la OIT. [Fotografía: César Martínez López]

¿Por qué denunciamos estás relaciones de poder?

Visibilizar la cantidad de tiempo que las mujeres le dedican a las tareas domésticas y de cuidado es crucial no solamente para replantearnos la desigualdad en materia de género que producen estas normas sociales existentes, sino también para poner de relieve la importancia que tiene el sector de cuidados como un sector fundamental al momento de pensar en la reactivación económica de un país.


Para agregar, la desigual distribución de las tareas del hogar y de cuidado incrementa cuando en un hogar hay hijos. Tanto hombres como mujeres deben aumentar la cantidad de horas que le dedican a este tipo de tareas en caso de tener un hijo menor a 6 años. Mientras las mujeres dedican unas 9,3 horas cuando tienen un hijo menor a seis años y 9,8 cuando tiene más de dos, los hombres con un menor de seis años dedican 4,5 horas a las tareas domésticas y lo mismo si hay más de dos. Además, muchas veces las mujeres no solamente llevan a cabo las tareas domésticas, sino que también asumen la gestión y la organización de las tareas que delegan en otras personas lo que supone una gran carga mental para ellas.

Trabajadoras del hogar exigen ratificación del Convenio 189 de la OIT. [Fotografía: César Martínez López]

Pandemia sanitaria y doméstica

Durante la pandemia se produjo un aumento significativo de la cantidad de horas que en los hogares se les dedicaba a las tareas domésticas y de cuidado debido a que muchas escuelas y centros de cuidados debieron cerrar y las trabajadoras domésticas debieron permanecer en sus casas debido a las medidas de aislamiento y/o distanciamiento social. Esto produjo que en los hogares haya que dedicarle más tiempo al apoyo educativo y a las tareas de limpieza y mantenimiento del hogar. Según el informe “Los cuidados, un sector económico estratégico”, la participación de este sector en el PBI llego a alcanzar el 21,8%, aumentando alrededor de 5,9 puntos porcentuales (pp) en comparación a cuando no había pandemia. Esto se da principalmente por dos motivos: por un lado, por el aumento de las tareas de apoyo escolar y de cuidados, y por otro, porque, de la mano de la pandemia, se dio una caída en la actividad de gran parte de los sectores que conforman el PBI argentino.

Conclusiones

De esta manera, el aumento del tiempo dedicado a las tareas domésticas y de cuidados volvió a recaer mayormente en las mujeres, sobre todo en lo que refiere al cuidado infantil y al apoyo escolar. El hecho de que el aumento del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados recaiga desproporcionadamente en las mujeres hace que se siga reproduciendo una lógica de desigualdad ya que condiciona la inserción al mundo laboral y aumenta las brechas de desigualdad. Por eso, es necesario romper con la concepción de que este tipo de tareas son obligaciones que deben realizar solamente las mujeres por ser “inherentes” al género. Es hora de que se construya un sistema de responsabilidades más equitativo donde tanto hombres como mujeres se ocupen de las tareas del hogar y de cuidados por igual para que las mujeres puedan lograr desarrollarse en el ámbito profesional y disfrutar del tiempo de ocio.

[Imagen: Flickr]

Esta es una explicación sin fines de lucro.

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Bárbara Ojeda


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