El acoso sexual como un tipo de violencia machista
La violencia de género tiene muchas formas, entre ellas está el abuso y acoso sexual. El acoso sexual contra las mujeres está entendido como una forma de violencia que se materializa a través de ataques, agresiones y hostigamientos, teniendo generalmente una dura carga simbólica que está implícita en lo cotidiano, provocando la normalización y naturalización de las violencias de género a través del lenguaje, los comportamientos y las diversas situaciones que viven las mujeres de manera diferenciada por sus condiciones sexo-genéricas. Cualquier persona, independientemente de su sexo y género, puede sufrir acoso y abuso sexual, pero aquí me referiré al que sufren las mujeres.
El acoso y el abuso sexual es una manifestación contundente de la violencia machista que está incrustada en un sistema patriarcal que valora un tipo de masculinidad hegemónica, colonizadora, desigual, heteronormativa que desprecia los cuerpos de las mujeres y de aquellos sujetos que no cumplen con los tradicionales roles y deberes de sus sexos y/o géneros; partiendo de un prejuicio antropocentrista y de superioridad viril. Violar, manosear, golpear, hostigar, perseguir, pedir favores sexuales, etc. son algunas de las múltiples formas con las que esta violencia machista invade sin consentimiento los cuerpos de las mujeres, imponiéndose sobre sus voluntades, derechos y libertades, violando así sus integridades personales.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el acoso sexual como el “comportamiento en función del sexo, de carácter desagradable y ofensivo para la persona que lo sufre. Para que se trate de acoso sexual es necesaria la confluencia de ambos aspectos negativos: no deseado y ofensivo”. El abuso y el acoso sexual contra las mujeres son un anacronismo, una crueldad transgresora de las voluntades de las mujeres, ya que se comete sin respeto y sin la aquiescencia de aquellos cuerpos que son minusvalorados por ser de mujeres, lo que ocurre a menudo en sociedades misóginas como las nuestras.
Surgimiento del movimiento #MeToo
A pesar de que pareciere que la campaña #MeToo es un tema de hoy, nació en 1996 y se reactivó en 2006 cuando la activista estadounidense y fundadora de Just Be Inc, Tanara Burke, al estar en contacto con testimonios de niñas y jóvenes víctimas de abuso y explotación sexual, utiliza la imagen del “MeToo” como una forma de visibilizar las violencias que sufren las mujeres, en especial las mujeres jóvenes negras en Estados Unidos. Estas palabras han trascendido sus límites temporales, convirtiéndose hoy en un movimiento global que ha motivado y activado la voz de muchas para que denuncien las violaciones de las cuales han sido víctimas.
Hoy el #MeToo está tan presente en nuestras vidas porque Alyssa Milano, activista, actriz y productora estadounidense, avivó este movimiento en octubre de 2017. Ella denunció por primera vez a través del hashtag #MeToo la agresión sexual que experimentan las actrices en mundo del cine. Milano denunció así las agresiones sexuales cometidas por el productor de cine Harvey Weinstein, quien según The New York Times y The New Yorker ha abusado y/o violado a más de 40 mujeres. Milano escribió en su cuenta de Twiter “If you’ve been sexually harassed or assaulted write ‘me too’ as a reply to this tweet” (Si has sufrido acoso o agresiones sexuales escribe “yo también” como respuesta a este tuit). Con este tuit hizo un llamado internacional a las mujeres que han sido acosadas y abusadas sexualmente para que dijeran “Yo también”, evidenciando que el acoso y el abuso sexual no son un hecho aislado que sólo ha vivido ella, sino que son muchas las mujeres que sufren este tipo de agresiones.
Esta campaña despertó conciencias de mujeres como Reese Withherspoon, quien habló públicamente, sin usar el hashtag, sobre la violación sexual que sufrió a sus 16 años por otro productor de cine; otras como America Ferrera, Jennifer Lawrence, Gabrielle Union, Evan Rachel Wood y hombres como Javier Muñoz se han sumado al #MeToo manifestando que también han sufrido acoso sexual. Es importante mencionar que las circunstancias socioculturales e históricas en las cuales las mujeres sufren el acoso son contextualmente distintas a las condiciones políticas y sociales en la que los hombres lo experimentan, debido a la valoración de segunda, misógina y patriarcal que han resistido las mujeres.
Estos casos son más comunes de lo que nos imaginamos, suceden y las mujeres son acalladas y obligadas a mantener silencio, alimentado un estado inerte de plena impunidad y una idea generalizada de que si quieren llegar a la cima del éxito en la industria cinematográfica tendrán que aguantar y vivir con esa carga, porque es parte del precio que tienen que pagar.
La Recomendación General núm. 19. Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW) considera que el acosos sexual “puede ser humillante y puede constituir un problema de salud y de seguridad; es discriminatorio cuando la mujer tiene motivos suficientes para creer que su negativa podría causarle problemas en el trabajo, en la contratación o el ascenso inclusive, o cuando crea un medio de trabajo hostil”. Es decir, las mujeres que trabajan en el séptimo arte generalmente no denuncian a su agresor porque hacerlo, significaría el fin de sus carreras profesionales.
Sin embargo muchas mujeres como Mira Sorvino, Rosana Arquette, Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie, Rose McGowan, Ashley Judd, Heather Graham, Louisette Geiss, Ambra Battilana Gutierrez, Tomi-Ann Roberts, Katherine Kendall, Judith Godrèche, Dawn Dunning, Lucia Evans, Laura Madden y Léa Seydoux entre otras, no se han callado, y han utilizado la plataforma del #MeToo para denunciar al acosador Weinstein, han expresado que han sido acosadas sexualmente, y otras como Asia Argento lo han acusado de violación.
Lady Gaga y Martha Stewart también han denunciado los abusos que han sufrido sumándose al “Yo también” de muchas mujeres que han sido víctimas de la violencia machista.
La clave del éxito del #MeToo
Hoy las conquistas sociales no sólo se logran con las movilizaciones físicas, sino que el poder de alcance e influencia de las redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter y otras plataformas de Internet han permitido que muchas causas lleguen a lugares inimaginables, muevan innumerables conciencias y congreguen a personas de todo el mundo. Movimientos como la Batalla de Seattle en Estados Unidos , #InternetNecesario y #YoSoy132 en México, la Primera Árabe, y el 15M en España, son ejemplos que ilustran el poder de las redes sociales para empujar movimientos libertarios. La Campaña #MeToo no es la excepción, ya que gracias a espacios virtuales como Twitter se logró difundir el mensaje y sumar las voces de muchísimas personas a nivel global que denunciaban la violencia que sufren las mujeres. Después que Milano tuiteó, en octubre del 2017, al siguiente día el hashtag #MeToo se retuiteó 50 mil veces, se usó 500 mil veces y su tuit tuvo 55 mil respuestas y se mencionó 8 millones de veces en Facebook. En diciembre del mismo año se usó en 85 países y 45 días después se mencionó 85 millones de veces en Facebook.
#MeToo como hecho emancipatorio
Las mujeres dentro del actual sistema patriarcal y profundamente violento han sido cosificadas, precisamente muchos de sus cuerpos han sido tomados y arrebatados como moneda de cambio en la industria cinematográfica de Hollywood. Es común que a las actrices se les pida que paguen el precio de ser consideradas para papeles importantes dentro de la industria, también es común que tengan que acostarse con productores, soportar ser manoseadas, escuchar cometarios machistas y hostigadores, o incluso ser violadas y verse obligadas a callar porque el simple hecho de demostrar inconformidad o denunciar el acoso sexual significaría el fin de sus carreras profesionales.
El movimiento #Metoo planta cara a esta situación que traduce años de silencio y violencias contra las mujeres en la industria del cine, se convierte en un hecho genuino de emancipación de mujeres que denuncian las múltiples formas en que han sido acosadas y perseguidas por hombres machistas que las han considerado como cuerpos de segunda y elementos que ellos pueden colonizar.
El #MeToo más que un hashtag es un momento histórico de libertad, igualdad, denuncia y legitimo amor propio de muchas mujeres que, cansadas de callar, hablan, gritan, señalan y se sienten dueñas de sí mismas en una industria que originalmente ha sido diseñada para hombres, donde sus voces nunca han sido escuchadas. El #MeToo se traducen en la visibilización de que en Hollywood hay cuerpos de mujeres, habitados por mujeres y violentados por hombres. El #MeToo es la voz de ellas cansadas de ser usadas por ellos, es una apuesta más por la igualdad de género en el mundo.
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One comment
Hombre femenino
31/03/2018 at
#MeeToo es un invento del gobierno para controlar la natalidad. No os dejeis engañar!