El atentado del 7 de enero a la revista satírica Charlie Hebdo y los atrincheramientos de los yihadistas los días posteriores han dejado un reguero de víctimas que ha causado impacto y repulsa en todo el mundo. El domingo fuimos testigos de una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan en París, un evento que dio lugar a una foto histórica en la que podemos ver a medio centenar de líderes mundiales -imagen no exenta de polémica al estar separados de la marcha ciudadana, y porque según denuncia Reporteros Sin Fronteras, varios de los mandatarios tienen un amplio historial de represión a la libertad de información en sus países-.
En United Explanations hemos explicado las circunstancias de este suceso y las consecuencias sociales del mismo. Pero por desgracia, las únicas víctimas de este ataque no han sido los fallecidos y heridos. Se puede decir que este episodio ha dejado multitud de víctimas colaterales, empezando por la libertad de expresión, que se ve peligrosamente amenazada, y siguiendo por los propios ciudadanos franceses y por extensión a los europeos que verán coartada su libertad de movimientos a causa de los mayores controles policiales que previsiblemente se llevarán a cabo. Pero quizá una de las comunidades que más va a sufrir los efectos secundarios del ataque a la revista son los musulmanes. De hecho, en estos últimos días, los ataques contra musulmanes se han multiplicado en Francia de manera muy preocupante.
Una parte residual de la opinión pública tiende interesadamente a relacionar Islam y terrorismo de manera falaz y totalmente inexacta. Las represalias a mezquitas y comunidades musulmanas son buena prueba de ello. La identificación de los millones de musulmanes en el mundo con las acciones terroristas es prácticamente nula, como exponíamos en este artículo en muhimu a partir de una encuesta del Pew Research Institute. Reproduzco un fragmento a modo de síntesis:
“La preocupación por el incremento del extremismo islámico en Oriente Medio se sitúa entre el 50 y el 100% en 2014, situándose en un 92% en el Líbano y un 80% en Túnez. Así mismo, las opiniones desfavorables a Al qaeda y a Hezbollah son mayoritarias, siendo del 81 y 83% respectivamente en Jordania. A partir de estos datos, debemos dejar de acusar y señalar con el dedo a toda la comunidad islámica como instigadores de violencia y terrorismo, por culpa de unos cuantos. Ellos también rechazan esos comportamientos y son, en mayor medida, los que los tienen que sufrir en sus países.”
Patricia Diez
Lo que parece una obviedad, que la mayoría de musulmanes no aprueban este tipo de atrocidades, es intencionadamente ignorado por algunos sectores de pensamiento conservador occidental. Hay discursos que han alimentado el odio anti-islamista a raíz de estos atentados, obviando que la respuesta de a opinión pública y los medios musulmanes al ataque a Charlie Hebdo ha sido de condena unánime sin paliativos. Incluso Hamás ha tachado el ataque de “injustificado”.
Charlie Hebdo utilizó la imagen de Mahoma para atacar el fanatismo religioso, y aun no siendo del agrado de muchos musulmanes, sus lápices han expresado el rechazo a este tipo de ataques terroristas. A continuación compartimos algunas de las ilustraciones de condena más relevantes publicadas estos últimos días.
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One comment
Mochilados
16/01/2015 at
Enhorabuena por el artículo, muy interesante. Pero un detalle sobre el título. Aunque “musulmán” aparezca con comillas simples, sigue siendo un error presuponer que todos esos dibujantes son musulmanes por pertenecer a países de mayoría musulmana. Musulmanes son los seguidores del Islam, pero en esos países puede haber -y hay- de otras religiones o, sin más, indiferentes, agnósticos, ateos, no religiosos… Es como si de un dibujante de España dijéramos que, por ser español, pertenece al ‘mundo católico’.