07/06/2023 MÉXICO

Economía archivos - United Explanations

De Ruba Leonel26/04/2023
litio-1-1280x694.jpg

23min9680

Durante el siglo XX, el petróleo fue el recurso que predominó en la geopolítica mundial, siendo muy valorado tanto por las naciones productoras como por aquellas que lo necesitaban como insumo básico para su desarrollo industrial. No obstante, las diversas crisis que atravesó este recurso y la creciente conciencia ambiental obligaron a la humanidad a buscar alternativas energéticas más sostenibles, tales como la energía eólica, solar o nuclear, entre otras.

Es en este contexto que el litio emergió como una alternativa prometedora, capaz de cumplir con la necesidad de baterías que pudieran almacenar energía de manera eficiente y soportar altas demandas. Actualmente, el litio se ha convertido en uno de los minerales más importantes para la transición ecológica y la economía mundial, convirtiéndose en la estrella del sector.

En este artículo, nos adentraremos en el litio, explorando su definición y utilidad, así como también su importancia geopolítica y otros detalles sobre lo que se ha denominado el “oro blanco“.

¿Qué es el litio? ¿Cómo se extrae?

El litio es un elemento químico metálico con número atómico 3 y símbolo Li. Es un metal alcalino, blando, altamente reactivo, de color blanco plateado, que se encuentra en la naturaleza en forma de sal en suelos y rocas, y en algunos lagos y manantiales. Fue descubierto en 1817 por el químico sueco Johan August Arfwedson.

Es el metal más ligero y menos denso conocido, es altamente conductor de la electricidad y el calor. La extracción de litio se realiza en diferentes formas, dependiendo de la ubicación y las características del depósito de litio. Uno de los métodos más comunes para la extracción de litio es la minería a cielo abierto. Este método implica la eliminación de grandes cantidades de roca y tierra para exponer las capas de mineral de litio. Luego, se extrae el mineral de litio y se procesa para obtenerlo.

Otro método utilizado para extraer el litio es la minería subterránea. Este método se utiliza cuando el depósito de litio se encuentra a mayor profundidad y no es económicamente viable extraerlo mediante minería a cielo abierto. En la minería subterránea, se excavan túneles o galerías debajo de la superficie de la tierra para extraer el mineral de litio.

Además, hay un método de extracción más reciente y menos común llamado extracción de salmuera. Este método se utiliza en depósitos de litio salino y consiste en la perforación de pozos en los depósitos subterráneos de salmuera que contienen litio. Luego, se bombea la salmuera a la superficie, se filtra y se procesa para extraer este mineral.

Después de la extracción, el litio debe ser procesado y refinado antes de ser utilizado en la fabricación de baterías y otros productos. El proceso de refinación puede incluir varias etapas de tratamiento químico y purificación para producir un mineral de alta pureza.

¿Para qué sirve y en que se usa?

El litio es un elemento químico muy versátil que se utiliza en una amplia gama de aplicaciones. Es conocido principalmente por su uso en la fabricación de baterías recargables de iones de litio que alimentan muchos de nuestros dispositivos electrónicos modernos, como teléfonos móviles, computadoras portátiles y cámaras digitales.

Además, el litio es un componente clave de las baterías utilizadas para almacenar energía renovable, como la energía solar y eólica, para su uso posterior cuando la energía no está disponible.

La energía renovable es variable y no siempre está disponible en el momento en que se necesita, por lo que el almacenamiento es esencial para garantizar que haya suficiente energía disponible en todo momento. El litio es uno de los materiales más efectivos para almacenar energía debido a su alta densidad como su aptitud para ser recargado y descargado muchas veces sin perder su capacidad.

Fotagrafía: obtenida de Shutterstock. Bateria de iones de litio recargable usada en dispositivos móviles.

Sin embargo, el litio también tiene otros usos importantes en la industria, la medicina y la tecnología, utilizándose en la fabricación de vidrio y cerámica, como aditivo para mejorar su resistencia y durabilidad.

A su vez, se emplea como componente de algunas aleaciones metálicas, especialmente aquellas que se utilizan en la fabricación de aviones y otros vehículos. En la industria de lubricantes y grasas, el litio se utiliza como un espesante para mejorar su viscosidad y estabilidad.

En temas medicinales, el litio goza de una utilidad importante, siendo manipulado para tratar diversas patologías clínicas. Por ejemplo, tiene un uso importante en el tratamiento de enfermedades renales crónicas, ya que, ayuda a reducir la excreción de proteínas en la orina y, en algunos casos, puede retrasar la progresión de la enfermedad. También se lo ha utilizado en tratamientos de trastornos psiquiátricos como la depresión bipolar y la manía. Es efectivo en la reducción de los síntomas de estos trastornos, aunque su mecanismo de acción no se comprende completamente.

¿Dónde están las mayores reservas de litio en el mundo?

A nivel mundial, las mayores reservas de litio se encuentran en América del Sur, en la región del conocido “Triángulo del Litio“, que abarca Argentina, Chile y Bolivia. Chile es el país que alberga la mayor cantidad de reservas de litio en el mundo, con una estimación de alrededor de 8.6 millones de toneladas de litio en el Salar de Atacama. Además, es el mayor país productor de litio en el mundo, con una producción de más de 100,000 toneladas de litio por año.

Australia es el segundo país con mayores reservas de litio, con la mina Greenbushes ubicada en el suroeste de Australia, que se considera la segunda fuente más grande de litio del mundo, con reservas estimadas en 1.3 millones de toneladas de litio.

Argentina es el tercer país con mayores reservas de litio en el mundo, con el salar del Hombre Muerto ubicado en la provincia de Salta. Este lugar contiene una reserva estimada de 1.2 millones de toneladas de litio.

Infografía y fuente: Bolsa de Comercio de Rosario, Argentina.

Otros países con importantes reservas de litio incluyen a Bolivia, que alberga el Salar de Uyuni, considerado el mayor depósito de litio del mundo, con alrededor de 9 millones de toneladas de litio, pero al contar con demasiada presencia de magnesio hace más cara y difícil su extracción. China, cuenta con reservas estimadas en 3.2 millones de toneladas de litio.

Sin embargo, se puede destacar que en México, la mina de Sonora posee una reserva estimada de alrededor de 2.8 millones de toneladas de litio. En Brasil, se han descubierto depósitos de litio en la región de Minas Gerais, con una reserva estimada en 1.3 millones de toneladas de litio. Canadá, ha identificado depósitos de litio en la región de Manitoba, en la mina Tanco, aunque la producción es limitada debido a la baja calidad del mineral.

El mercado del litio

Antes de que el litio se convirtiera en uno de los minerales más buscados en este siglo, fue un recurso estratégico en la industria militar utilizado en la fabricación de la bomba de hidrógeno durante la primera mitad del siglo XX. A pesar de que se desarrollaron las primeras baterías recargables funcionales de iones de litio en la década de los 80, la investigación se detuvo en ese momento para concentrarse en otros químicos.

En la década de los 90, la compañía japonesa Sony comercializó la primera batería recargable de iones de litio. Esta batería, más pequeña y con mayor capacidad que las convencionales, revolucionó el mercado de electrónicos de consumo al ofrecer una densidad energética mucho mayor que otros sistemas electroquímicos.

Sin embargo, el auge actual del litio no se debe solo a su uso en dispositivos electrónicos, ya que la cantidad requerida para alimentar una cámara portátil o un teléfono es relativamente pequeña. La verdadera demanda surgió de la importancia creciente de las energías limpias a principios del siglo XXI.

Gracias a la mejora y abaratamiento de los componentes tecnológicos necesarios y las baterías recargables de iones de litio, fue posible la difusión del uso de la generación de energía eléctrica con fuentes renovables. Estas baterías permitieron el almacenamiento de la energía eléctrica generada con mayor eficiencia, lo que permitió su distribución por las redes de consumo.

Esto genera un gran boom para su consumo, convirtiéndose en un bien preciado para la transición ecológica, pero su importancia se resalta por empresas y países que lo ven como un recurso estratégico para la industria del futuro vinculada a la provisión de autos eléctricos u otros objetos tecnológicos.

La importancia geopolítica: el “oro blanco”

El litio es un mineral clave en la transición energética hacia fuentes renovables y, por lo tanto, tiene una gran importancia estratégica y geopolítica. La creciente demanda ha hecho que este mineral se convierta en un recurso muy codiciado en todo el mundo.

La importancia estratégica de este nuevo preciado mineral radica en su papel en la transición energética hacia fuentes renovables. A medida que los países buscan reducir su dependencia de los combustibles fósiles y aminorar las emisiones de gases de efecto invernadero, la energía renovable se está convirtiendo en una opción cada vez más atractiva.

Sin embargo, la generación de energía renovable es intermitente, lo que significa que a menudo se genera más energía de la que se consume en el momento en que se produce. Por lo tanto, el almacenamiento de este tipo de energía es fundamental para la implementación exitosa de cualquier tipo de energía renovable.

Las baterías de iones de litio son la tecnología de almacenamiento más comúnmente utilizada en la actualidad, ya que son muy eficientes y tienen una alta densidad de energía. El litio es el elemento clave en la fabricación de estas baterías, por lo que su disponibilidad es crucial para la transición energética hacia fuentes renovables.

En términos geopolíticos, la explotación del litio puede tener implicaciones significativas en las relaciones internacionales y la seguridad nacional. Algunos de los países con las mayores reservas de litio se encuentran en América Latina, como se detallaba anteriormente entre tres naciones: Bolivia, Chile y Argentina. Estos países tienen una posición privilegiada en la producción de litio, lo que los convierte en actores clave en la cadena de suministro global de baterías de iones de litio.

Fotografía: obtenida de Pixabay. Explotación de litio en Salta, Argentina.

La explotación del litio puede tener un impacto significativo en la economía de estos países, lo que puede tener implicaciones para la estabilidad política y social. En algunos casos, la explotación de recursos naturales ha llevado a conflictos sociales y políticos en países en desarrollo, lo que puede tener un impacto negativo en la estabilidad regional y global.

Además, la dependencia de los países importadores de litio puede ser un riesgo de seguridad nacional. Si un país depende en gran medida de las importaciones de litio para su industria tecnológica y energética, cualquier interrupción en la cadena de suministro puede tener un impacto significativo en su economía y seguridad nacional.

En este sentido, algunos países están tomando medidas para asegurar su acceso al litio y reducir su dependencia de la importación de este mineral. China, por ejemplo, está invirtiendo en la exploración y explotación de litio en otros países, como Australia, y también está desarrollando tecnologías alternativas de almacenamiento de energía, como las baterías de flujo de vanadio.

El futuro del litio: ¿existirá una OPEP del litio?

El futuro del litio es prometedor, ya que se espera que la demanda de baterías de iones de litio siga aumentando a medida que se desarrollen y popularicen los vehículos eléctricos u otras tecnologías que requieren baterías. Según un informe de BloombergNEF, se espera que la demanda mundial de baterías de iones de litio se multiplique por diez entre 2020 y 2030.

Además de los vehículos eléctricos, la energía renovable también impulsa la demanda de baterías de iones de litio, ya que las baterías pueden almacenar la energía generada por fuentes renovables, como la energía solar y eólica, para su uso en momentos en que la energía no está disponible. Se espera que esta demanda siga aumentando a medida que más países adopten políticas de energía limpia y se acreciente su base de usuarios.

En términos de producción, se espera que la producción siga aumentando a medida que se abran más minas y se mejoren los procesos de extracción y producción. Además, se están desarrollando nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia de las baterías y reducir el costo del litio, lo que podría aumentar aún más la demanda en el futuro.

Fotografía: obtenida de la página web del Gobierno de la República de Chile. Presidente Boric anuncia nacionalización del Litio.

En ese sentido, se ha despertado un debate sobre la posible creación de una simil “OPEP” pero del Litio. Algunos países como Chile y Bolivia, han dado un paso para la nacionalización de lo que entienden será una industria clave para el desarrollo de la economía de sus países.

En tanto, que Argentina tiene vedada esa posibilidad, debido a que con la reforma constitucional de 1994, se estableció que los dueños del subsuelo del territorio con sus recursos eran las unidades subnacionales, o sea, los gobiernos provinciales. Esta cuestión debilita cualquier uso estratégico a nivel federal, delegando el manejo de los recursos enteramente a los gobiernos locales.

Esta cuestión limita la posible creación de una entidad regional o internacional, que en la práctica “cartelice” el precio del litio o permita una coordinación a nivel internacional de la extracción, comercialización y utilización del litio.


De Ruba Leonel23/02/2023
1.png

52min16850

En junio de 2019, se anunció la concreción de 20 años de negociaciones entre los bloques europeo y sudamericano para la firma de un acuerdo que se enfoca principalmente en el ámbito económico y comercial, aunque incluye otros dos pilares. Sin embargo, a casi cuatro años de su anuncio, el acuerdo enfrenta dificultades internas y externas por parte de los países involucrados. En este artículo, se analizarán en detalle los pros y contras del acuerdo, así como su futuro en el marco de las relaciones económicas entre ambas regiones.

El 28 de junio de 2019, el entonces presidente argentino Mauricio Macri, quien también era el presidente pro tempore del Mercosur, compareció junto al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en la sala de prensa de la reunión del G20 en Osaka, Japón, para anunciar el “acuerdo en principio” entre la Unión Europea y el Mercosur.

De esta manera, se dieron por finalizadas negociaciones que transcurrieron durante 20 años entre las instituciones de la Unión Europea y los países miembros del bloque supranacional europeo junto a los distintos gobiernos con variopinta identidad ideológica que transcurrieron en los países integrantes del Mercosur .

Comenzaba así una larga y ardua ruta para la ratificación del acuerdo, que creaba un área de libre comercio de una totalidad de 770 millones de potenciales consumidores, estableciéndose así el mayor acuerdo que suscribiría el Mercosur, y uno de los más importantes para la Unión Europea. Sin embargo, desde ambos lados del atlántico se pusieron reparos sobre los términos del acuerdo, sus injerencias en el mercado interno de los países que lo adoptaron ratificar y las consecuencias para sus economías.

¿Cuál es el contenido del acuerdo de libre comercio?

En resumen, este acuerdo implica la creación de una zona de libre comercio que abarca múltiples aspectos del comercio internacional entre ambos bloques regionales. Como se mencionó en la introducción, su importancia radica en que constituye un hecho histórico al establecer un mercado para bienes y servicios que, de alcanzarse su éxito, representaría casi una cuarta parte del PIB global.

Además, garantiza para ambos lados del atlántico el acceso a un mercado estratégico, con un PIB per cápita de USD 34.000, la integración en cadenas de valor, la generación de empleo y el desarrollo de las economías regionales de los estados parte. En consecuencia, promueve el comercio al eliminar los aranceles para el 93% de las exportaciones del Mercosur y otorgar un trato preferencial para casi todo el 7% restante.

El acuerdo en términos de bienes industriales, logra que la Unión Europea liberalice el 100% de su comercio, mientras que el Mercosur lo realice en un 90%. En ese sentido, la Unión Europea de forma inmediata y completa, una vez ratificado el acuerdo, liberalizaría el 80% de los aranceles sobre las exportaciones de productos industriales que provengan del Mercosur. Por otro lado, el Mercosur obtiene plazos amplios de hasta 15 años para liberalizar de forma gradual sectores sensibles a las consecuencias del acuerdo en la economía de los países miembros del bloque sudamericano.

En el mercado de bienes agroindustriales, el acuerdo logra que la Unión Europea (UE) liberalice el 99% de las importaciones agrícolas del Mercosur: para el 81,7% eliminará los aranceles de importación. En tanto, para el 17,7% restante de cuotas o preferencias fijas. Sólo se excluyen algo más de 100 productos.

Es destacable sostener que, en lo que respeta a las cuotas dentro de las cuales se bajará el arancel, determinados productos se regirán por ello para exportar a la UE, y fuera de ellos se mantendrá el arancel actual. En el caso de la carne, que representa grandes exportaciones para Argentina, Brasil y Uruguay se reducirá aranceles en cuotas de 99.000 toneladas anuales (bajará hasta 7,5%), aunque fuera de este cupo por separado se reducirá a 0% el arancel a pagarel ingreso de la carne correspondiente a la Cuota Hilton.

Por otro lado, el acuerdo de libre comercio contiene un apartado para la eliminación de barreras no arancelarias y la facilitación de exportaciones. Dentro de las medidas tendientes a ese objetivo, en los protocolos sanitarios, fitosanitarios y normas técnicas se verán mejoras en el acceso al mercado para ambos bloques, eliminando medidas arbitrarias e injustificadas a través del establecimiento de plazos y procedimientos transparentes que facilitan el flujo comercial.

Acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur. (Foto obtenida de Flickr).

A su vez, el acuerdo contempla la certificación en materia de origen y establece disposiciones sobre liberalización de aduana y despacho, reducción de supervisión física, simplificación y armonización de procedimientos aduaneros, entre otros.

En el sector servicios, los prestadores de la UE y del Mercosur podrán acceder al mercado de la contraparte en las mismas condiciones que los nacionales. Esto estimulará la radicación de inversiones en el sector productivo y en el de servicios mediante partenships, bussines networking, transferencia de know how y asistencia financiera, pero además agregará facilidades para el incremento de la inversión extranjera al otorgar certidumbre y estabilidad a los inversionistas.

Otras cuestiones relevantes son que el Mercosur abre sus mercados de obras públicas a empresas europeas por lo que pueden concurrir a una licitación para estas obras compitiendo en igualdad de condiciones con las locales y el acuerdo expresa que las partes respetarán los derechos laborales según los estándares de la O.I.T., así como la libertad de asociación sindical de los trabajadores y la eliminación del trabajo forzado y el infantil.

Los “Pros” del Acuerdo

Luego de haber realizado una revisión de los rasgos generales del acuerdo, es factible analizar los indicios que permiten abogar por la concreción de este pacto internacional. La apertura comercial y el levantamiento de barreras arancelarias resulta de vital importancia para asegurar un mercado relevante para los productos, servicios y bienes que desean exportarse por parte de ambos bloques.

El potencial de creación de comercio es muy importante considerando que el acuerdo podría aumentar el PBI de un 0,1% anual hasta el 2032 para la Unión Europea y un 0,3% en el Mercosur, según un informe de la London School of Economics. Además, se convertiría en la alianza más poderosa en términos geopolíticos y la zona de libre comercio más grande del mundo

La pandemia del covid-19 y el proceso del fin de la hiperglobalización junto a la creciente incertidumbre geopolítica en la que se destaca la guerra entre Rusia y Ucrania refuerza los argumentos a favor de la ratificación del proceso comercial. Es por eso que resulta un objetivo apetecible para la UE dentro de su estrategia de una búsqueda de autonomía para evitar la extrema dependencia de socios que la pueden condicionar.

La celebración de este pacto interregional se convertiría en una defensa de la globalización comercial y del sistema multilateral que caracteriza al actual orden liberal internacional, frente a la creciente amenaza de la desglobalización y la irrelevancia de los pactos internacionales ante el surgimiento de líderes globales iliberales.

Fotos del Anuncio del Acuerdo en 2019. (Twitter de Jean-Claude Juncker).

Las “Contras” del Acuerdo

Anteriormente, se han enfatizado los beneficios de implementar el acuerdo alcanzado, sin embargo, también debemos considerar las posibles desventajas. Entre ellas, se pueden mencionar los obstáculos para la aprobación y ratificación del acuerdo, los cuales han surgido tanto en Europa como en América.

En torno a la política medioambiental, se levantaron consideraciones y fuertes críticas entre los gobiernos de Brasil como de Francia en torno a la deforestación del Amazonas para el avance de una política agropecuaria tendiente a ganar mayores terrenos para su explotación. Esto choca con el pacto verde que se promueve en la Unión Europea tendiente a mitigar los efectos del cambio climático, entre lo que incluye un veto a la importación de productos que no cumplen con los estándares a favor de reducir el efecto humano sobre el clima.

En relación al escenario internacional, parlamentos de diferentes países miembros de la Unión Europea pusieron reparos en la aprobación del acuerdo, entre los que se destacan, Irlanda, Bélgica y Países Bajos . También el pleno del Parlamento Europeo realizó objeciones sobre el estado y los alcances del acuerdo. En consecuencia, también se oyeron voces en contra del estado del acuerdo y sus alcances por legisladores de países como Argentina, Uruguay y Brasil.

Los lobbies realizados por industrias y agroindustriales repercutieron notablemente en ser una contra del acuerdo. Los gobiernos nacionales de los países miembros de ambos bloques observaron quejas o desacuerdos en torno a los alcances del tratado de libre comercio en razón de que fallan en mayor o menor medida a sus industrias oa los ejes exportables.

Por ejemplo, los agroindustriales de Francia, Bélgica o Países Bajos implementaron varias consideraciones al respecto, expresando que no se encuentran de acuerdo con la ratificación del pacto y manifestando que se opondrán firmemente ante la amenaza que entienden jugarán productos más baratos que serán importados desde los países sudamericanos.

Los problemas internos del Mercosur también deben ser considerados como un obstáculo para el acuerdo. El bajo nivel de desarrollo de sus instituciones, que limita el progreso del bloque regional, junto con el interés predominante de los gobiernos nacionales en lograr objetivos específicos, crea una dinámica compleja que resulta difícil de entender para una organización supranacional como la Unión Europea.

Es por ello, que las rispideces entre Argentina y Uruguay que se dieron en torno al arancel externo común, a la posibilidad de celebrar acuerdos con otros países sin la intervención del bloque regional o a una mayor flexibilidad del bloque, dieron por el suelo la homogeneización política necesaria para ratificar una postura común en torno al acuerdo, que entumeció su consecución.

Además, la pandemia de COVID-19 y sus efectos han llevado a los bloques a prestar atención a las consecuencias sanitarias, sociales y políticas que surgirán a partir de las crisis desatadas. Esto ha llevado a que la discusión entre los bloques haya pasado a un segundo o tercer plano

Otro aspecto interesante y que representa una contra, son las asimetrías entre los bloques regionales. Esta cuestión representa un escollo ya que muchos especialistas entienden que, en vez de cortar las diferencias estructurales entre la Unión Europea y el Mercosur, estas se verán ampliadas pudiendo afectar gravemente los equilibrios u oportunidades para las economías de ambos lados del “charco”.

Rompecabezas Mercosur-UE. (Foto obtenida de Shutterstock).

¿En qué estado se encuentra el Acuerdo UE-MERCOSUR?

Actualmente, las instancias del acuerdo se encuentran paralizadas. Los procesos de adecuación jurídica y la revisión técnica no tuvieron mayores avances, quedando trunca su implementación como la posibilidad de revisión de aquellas clausulas sobre las que desde las tribunas se ha fustigado, pero no se han puesto a revisión en negociaciones para su evaluación.

Es evidente que los cambios de gobierno en ambas partes de la mesa de negociación tienen un impacto significativo en el progreso del acuerdo. Además, los cambios que se han producido en el comercio internacional, como resultado de la tensión geopolítica mundial, con la guerra ruso-ucraniana como uno de los mayores exponentes, así como las consecuencias de la “Coronacrisis“, han tenido un impacto considerable. La disminución de la hiperglobalización, que ha llevado a la relocalización de las cadenas de suministro, junto con el aumento de los precios de los productos básicos y la escasez de insumos clave, son factores importantes que afectan la reactivación del acuerdo

Es por eso, desde su asunción en enero, Lula Da Silva ha promovido una agenda de inserción mundial para Brasil, en lo que uno de sus puntos importantes es el relanzamiento del Mercosur, y con ello, la necesidad de arribar a un acuerdo con la Unión Europea. Desde el otro lado, países antes mayormente reticentes, también han impulsado la necesidad del acuerdo como Francia y Alemania, cuyo canciller realizó recientes visitas a Argentina, Brasil y Chile.

“Una lucecita al final”: la posibilidad de un acuerdo en 2023

El lector podrá analizar la conveniencia de alcanzar un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, según su propio punto de vista. Actualmente, se observa una posible oportunidad para lograr un trato, tal como lo expresó el Cardenal Samoré en su mediación entre Argentina y Chile, cuando ambos países estuvieron al borde de la guerra en 1978, al referirse a una pequeña esperanza o “lucecita” para alcanzar una solución pacífica al conflicto.

2023 puede ser el año que signifique la firma del convenio final y el inicio de la ratificación entre ambos bloques de lo que supondría un acuerdo histórico sin precedentes. Para América del Sur podría iniciar un proceso de mayor integración, para Europa la apertura de un mercado que no le será hostil ni le generará dependencia. Las consecuencias directas ya sean estas positivas o negativas, serán parte del futuro o como dirán los antiguos romanos: “alea iacta est ”.


De Ruba Leonel01/02/2023
vecteezy_finance-and-economy-of-new-year-concept-2023-text-on-wooden_11025619_881-1280x960.jpeg

30min25850

Hemos comenzado el segundo mes del 2023, un año que se caracterizará por arrastrar los efectos de las crisis de años anteriores, en especial del año anterior. La guerra de Rusia contra Ucrania, los daños colaterales que dejó la pandemia de coronavirus durante el 2020 y la rivalidad geoestratégica entre las potencias mundiales enturbian una debilitada economía global.

El año 2022 había sido signado por especialistas en economía internacional como aquel donde se verían los primeros “brotes verdes” de una recuperación de los embates de la pandemia del COVID-19. Los análisis preveían una mejora en las tasas de crecimiento global, pero la “operación especial” rusa en Ucrania junto a las sanciones económicas y la acentuación de las tensiones geopolíticas, terminaron por derrumbar esa previsión.

Finalmente, el 2022 se caracterizó por ser un año de alta volatilidad en índices de precios de materias primas sobre todas las vinculadas al sector energético y alimentario que lograron ocasionar una presión inflacionaria que afectó al mundo, en mayor o menor medida, en especial a las economías emergentes. A su vez, las cadenas de suministros globales se resintieron y ello ocasionalmente originó otro problema al ya golpeado comercio internacional.

El 2023, será caracterizado por continuar recibiendo los resultados de una “permacrisis” que pega duro en todas las facetas del crecimiento económico global, y con el riesgo de caer en una tentación fatalista, tiene más chances de ser un año más de golpes que de éxitos por una serie de razones que se analizarán a continuación.

Continuidad de la Crisis Global

Introductoriamente, se expone que el 2022 tuvo un hecho relevante a nivel internacional que repercutió en todas las áreas posibles: la invasión rusa en Ucrania. El 24 de febrero, el mundo asistió al primer conflicto armado entre dos Estados en más de 70 años dentro del territorio europeo. Lo que desató una serie de repercusiones que tuvieron su impacto político, social y económico.

En tanto como respuesta, Estados Unidos y la Unión Europea, organizados dentro del pacto trasatlántico, fungieron en decretar duras sanciones económicas contra la Federación Rusa que conllevaron al inicio de una espiral de presiones diplomáticas para que el resto del globo terráqueo actuara en consecuencia. Con un éxito relativo, diversos países se unieron para golpear al “oso ruso” en su economía, pero esas sanciones no tuvieron el efecto deseado.

No obstante, eso recalentó una maltrecha economía global y acentuó las rispideces entre los dos hegemones globales que ya poseían su propia rivalidad: China y Estados Unidos. Los coletazos de la guerra comercial entre ambas potencias permearon en la forma de afrontar el conflicto, pero además confirmaron las decisiones de mantener una dilatada confrontación de intereses a escala planetaria que se tradujo en una competencia geopolítica, aún vigente e in crescendo.

Estas cuestiones introdujeron un factor que merece atención, y es la reconfiguración de las alianzas junto al rol de los “países medios“. En tal sentido, el Sur global tendrá un importante papel en las relaciones internacionales, lo que redundará en efectos sobre la economía mundial, por lo que, las políticas exteriores de Turquía, India, Arabia Saudí o Brasil deben ser examinadas con detenimiento para ver el rol que le darán a su participación en el mercado mundial de materias primas y de comercio internacional.

Por otro lado, las alianzas internacionales -ya sean estas de seguridad, mercado común o de concertación económica- han mermado su rol preponderante que han gozado durante los ’90 y la década del 2000. Actualmente, la situación del concierto internacional obliga a los diversos actores a reconfigurar nuevas dinámicas que tienden hacia un bilateralismo o un “minilateralismo” que sea consecuente con valores, tradiciones o la coordinación de intereses sobre un objetivo.

Se puede destacar la Organización de Cooperación de Shanghái que ha promovido un comercio internacional sin la necesidad de utilizar el dólar norteamericano como unidad de intercambio, o el QUAD, la alianza de seguridad entre Estados Unidos, Japón, India y Australia que intenta contrarrestar la influencia China en el Indopacífico.

Crisis del mercado energético

Sin duda alguna, otra de las causas derivadas del conflicto ruso-ucraniano es la crisis desatada en el mercado energético en razón de la interrupción de la provisión de gas, carbón y petróleo por las disposiciones establecidas por occidente como las que decretó en respuesta. Esta interrupción significó para Europa la pérdida drástica de su mayor proveedor energético, puesto que en cuestiones gasíferas importaba el 40% de su consumo desde el territorio ruso y el carbón que utilizaba para las centrales térmicas dependía en un 47% de la producción “ made in Rusia ”.

En consecuencia, los costos de la energía sintieron una gran presión y tuvieron como efecto un alto impacto en la factura de los consumidores finales europeos, junto a una reducción de provisión de energía a las industrias para poder mantener las infraestructuras necesarias en los diversos países, un revulsivo que afectó inherentemente a la economía de los países europeos, en especial a Alemania, conocida por ser el motor productivo de Europa.

No obstante, esta cuestión que parecería netamente europea tuvo un capítulo mundial. La necesidad de encontrar proveedores, y por ende el crecimiento de la demanda a nivel global, promovió un aumento sostenido del precio del barril del petróleo, del metro cubico de gas y de otras commodities propias del sector energético, lo que encareció sostenidamente la provisión de energía en el mundo.

Archivo:Parque de energías renovables.jpg
Créditos de la imagen: AishaAbdel

La transición a una energía verde por parte de los países, si bien continúa siendo importante, destacando la Inflation Reduction Act de Estados Unidos que prevé inversiones por 369.000 millones de dólares o el RePower EU que tiene como meta incrementar hasta 320 gigavatios la energía solar en 2025, colisiona con un aumento de los elementos primarios necesarios para poder desarrollar la infraestructura vital para el desarrollo de energías alternativas. Clave es destacar que la inflación, la interrupción de las cadenas de suministros o el encarecimiento de metales como el litio, han llevado a encarecer en un 100% el costo de construcción de parque solar.

Además, ante la crisis energética, muchos países han optado por favorecer proyectos de construcción de infraestructura tendientes a la explotación de combustibles fósiles para evitar una excesiva dependencia extranjera o a los fines de convertirse en proveedores globales. Sin embargo, sigue existiendo una fuerte esperanza en la innovación en hidrógeno verde, que permite reducir el impacto climático en la producción de energía a gran escala.

En resumen, el impacto del aumento de precios de las energías tradicionales como las fósiles y su demanda relativa en el mercado, impacta de lleno en el desarrollo de la transición a la energía verde ya que ralentiza los proyectos de expansión. 

Recesión Económica Global

La guerra de Ucrania, es un fenómeno recurrente para el análisis de la economía global, pero a ello deben sumarse ciertas cuestiones que la pandemia del coronavirus que se desató durante el 2020 aceleró. Las cadenas globales de suministros orientadas a un fuerte intercambio entre oriente y occidente, marcadamente entre Estados Unidos – China, llegaron ya teniendo algunas problemáticas en razón de la guerra comercial desatada entre ambos países durante el año 2016.

A ello, debe sumársele que los lockdown o cierres totales de las economías durante las restricciones a la libertad de circulación de las personas como política sanitaria en la pandemia, generaron problemas económicos serios en donde los gobiernos debieron recurrir a medidas monetarias expansivas, que llevaron a generar una inflación creciente. Como solución para poner un freno a ello, los Bancos centrales de los países adoptaron políticas de elevación de las tasas de interés para contener el fenómeno inflacionario.

Con este hecho ocurrió una reducción a escala global de las inversiones, puesto que un escenario tan volátil, frágil e impredecible atenta contra la evolución de las finanzas internacionales junto a un descreimiento por parte de los inversores de las consecuencias de promover inversiones a escala global.

Por ello, el Banco Mundial, en su informe de Perspectivas Económicas Mundiales, informa que el crecimiento mundial se está desacelerando sostenidamente por las razones antes expuestas. Allí aclara que cualquier evento adverso que se pueda generar durante el año en curso podría empujar a la economía mundial a una recesión que macaría el hito histórico de ser la primera vez, en más de 80 años, que se producen dos recesiones en la misma época.

Asimismo, el informe explicitó que se prevé que la economía mundial crecerá un 1,7% en 2023 y un 2,7% en 2024, pero que la fuerte desaceleración del crecimiento será generalizada por lo que los pronósticos tienden a determinar una corrección a la baja del 95% para las economías avanzadas y para casi el 70% de los mercados emergentes y economías en desarrollo.

Una recesión de la economía global y el impacto en los diversos países trae como secuela una volatilidad social como política que tiene su repercusión económica. El elevado coste de la vida, que encarece los valores de los bienes básicos como los alimentos, pone en jaque a las sociedades permeando una promoción del reclamo social por vías pacíficas o violentas.

Esto tiene su correlación en que el cambio climático ha introducido problemas de sequías, inundaciones u otros fenómenos meteorológicos que afectan la inserción internacional de países que se destacan en la provisión de materias primas relacionadas con bienes masivos de consumo.

Sumado al riesgo que corren ciertos países con su deuda externa soberana, como es el caso de Turquía y Argentina, que han visto durante mucho tiempo depreciadas sus monedas durante el 2022, lo que genera un escenario de incertidumbre que causa posibilidades de una severa recesión.

Principio del fin de la Hiperglobalización

Winston Churchill ha sido reconocido por un discurso como primer ministro del Reino Unido, en donde luego de una serie de buenos resultados en la guerra contra Alemania en el contexto de la segunda guerra mundial, predijo el “principio del fin del nazismo“. Pudiendo parafrasearlo, desde 2020 estamos ante un acelerado principio del fin de la hiperglobalización.

Archivos de negocios y economía - Georgetown Journal of International Affairs
Crédito de imagen: Bukit Merah, Singapur. Imagen original de dominio público de Wikimedia Commons

Ante un escenario complejo de transición, el mundo también sufre esa repercusión. Las cadenas de suministro de bienes globales vienen pergeñando una transformación desde el inicio de las hostilidades comerciales entre Estados Unidos y China en 2016, pero que avanzó en plena pandemia de Covid, al ver reducida la capacidad de maniobra por una sobredependencia entre los diversos países.

Es por ello, que nos encontramos ante una reglobalización, o mejor dicho, nos encontramos ante una regionalización de la economía internacional. Esto genera dualidades, en tanto y cuanto, la cooperación o la interdependencia simétrica seguirán siendo importantes en sectores vitales que significan necesidad mutua para el desarrollo de los actores involucrados.

Ahora bien, el desencaje se realizará en las áreas donde converjan los intereses encontrados, que podrían destacarse en áreas como la tecnología, la seguridad o la defensa, que representan sectores vitales en la contienda geopolítica y estratégica. Lo que afectará no solo a los centros de producción, a las cadenas de distribución o a los consumidores, sino que colisionará con el imperante orden internacional liberal y algunos de sus instrumentos internacionales, ya sean instituciones o acuerdos, que eran la moneda corriente en la dinámica de las relaciones internacionales.

El 2023, resulta un desafío mayúsculo

Para concluir este análisis, podemos sostener que este año que ha comenzado será un año muy dependiente de las fragilidades del contexto en el que se desarrolla el sistema internacional. Cualquier variable que pueda influir en el devenir de los hechos, podrá permitir una mejora o una agudización de la actual crisis económica global.

Es así que el famoso concepto de “cisne negro” será un fantasma habitual para la sociedad mundial , ya que podría definir el curso de la historia. Los límites serán testeados recurrentemente en este 2023, debiendo sortear las incertidumbres en las áreas más diversas de la geopolítica y la economía internacional.


De Ruba Leonel26/09/2022
Euro-1.jpg

17min20750

El año 2022 podría ser calificado para los países miembros de la Unión Europea como su “annus horribilis”. Las consecuencias de la pandemia y el conflicto bélico entre Ucrania-Rusia han acelerado problemáticas económicas que muestran la actual fragilidad de la unión monetaria.

Luego de muchos años, el Euro ha sufrido una baja abrupta de su valor lo que significó una serie de fluctuaciones en torno a su relación y comparación con el dólar estadounidense. Esto se signó por periodos de una relativa paridad, y por otros, en los cuales el Euro se ha cotizado por debajo de una unidad de dólar. Esta situación se debe a una serie de motivos multicausales que con el devenir de episodios históricos, éstos han logrado acelerar tiempos de incertidumbre en la Unión Europea y su unión económica-monetaria.

¿Qué es la Eurozona o “zona del euro”?

La totalidad de los Estados miembros de la Unión Europea, son parte de la Unión Económica y Monetaria (UEM), coordinando sus políticas económicas tras los objetivos económicos que se impone la propia organización supranacional. Sin embargo, varios países miembros han dado un paso más sustituyendo sus monedas nacionales por la moneda única: el Euro. Estos Estados miembros forman la denominada zona del euro, siendo al día de hoy 19 países los que la conforman, entre los que se pueden destacar: Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, entre otros.

Asimismo, el objetivo común de la zona del euro no resulta sólo dotar de una moneda común a la unión política y aduanera, por el contrario, busca el desarrollo y la estabilización del mercado interior europeo tratando de mantener el nivel de precios y la estabilidad monetaria del euro. Para ello, se crearon una serie de instituciones que permiten su gestión económica de forma mancomunada.

De ahí que, se dispuso la constitución del Banco Central Europeo con sede en Fráncfort, Alemania quien junto a los bancos centrales de los miembros adheridos a la Eurozona conforman el Eurosistema. Este sistema ha establecido una única autoridad que fija la política monetaria y permite coordinar las políticas económicas con todos los países miembros, que tienen una relativa independencia en la toma de decisiones -siempre dentro de lo establecido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC)- con el fin de alcanzar los objetivos comunes de estabilidad, crecimiento y empleo.

Como consecuencia de esa unión, la economía de cada uno de los miembros de esta política común se encuentra más integrada, con los beneficios y costos de lo que los académicos neoliberales de las relaciones internacionales denominan interdependencia compleja. Básicamente este concepto formulado por los autores Robert Keohane y Joseph Nye, manifiesta que las diversas y complejas conexiones transnacionales e interdependencias entre estados y las sociedades fueron en aumento, declinando la fuerza militar como herramienta política, lo que motiva a una mayor cooperación entre los estados. Esta cuestión fue generando una red que permite fenómenos de integración política, económica y social, pero que son permeables a las consecuencias de los desequilibrios del sistema internacional, sean estos de orden político, económico, militar o de seguridad.

(Foto: Pixabay).

¿Qué le está pasando al Euro?

Como antes se exponía, la caída del Euro no responde a un solo motivo sino que por el contrario tiene múltiples razones, cuya más alta problemática es la incertidumbre. Es sabido que la pandemia de coronavirus resultó un complejo desafío para la humanidad, cuestión que no fue diferente para las proyecciones económicas globales.

Los lockdown o cierre totales que se debieron aplicar en los países para evitar la propagación del virus durante todo el año 2020, perjudicaron al normal desempeño de las actividades económicas afectando con mayor o menor impacto a los países, según su contexto macroeconómico. No obstante, la paralización económica generó incertidumbre colisionando con planes de inversión de capitales privados como públicos alrededor del globo, ralentizando así las tasas de desarrollo y crecimiento.

Entre las medidas para paliar las consecuencias pandémicas, la Unión Europea tomó una serie de decisiones económicas que ampliaron presupuestos públicos, favorecieron a sectores estratégicos y permitieron mayor liquidez, ya sea a través de mecanismos financieros o monetarios. Dentro de estos últimos, la creación de un paquete de estímulo denominado “Plan de Recuperación” inyectó 806.900 millones de euros en diferentes programas, con el objetivo de asistir y mitigar los efectos generados por las medidas sanitarias establecidas.

Esta planificación e inversión acordada entre todos los países de la Unión Europea, si bien supuso un punto de inflexión para mejorar la situación económica y financiera de muchos de sus ciudadanos, o en su defecto de los estados miembros, proyectó una mayor presión al pulso de la economía impulsando velozmente la emisión monetaria, incorporando nuevamente un término económico casi desterrado en la Unión Europea: inflación.

Asimismo, la adopción de férreas sanciones ante la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, logró un efecto boomerang sobre Europa. Su dependencia casi total de los hidrocarburos rusos sea para su industria o para generar electricidad, significó una problemática sin precedentes. La posibilidad de tomar decisiones que restrinjan el gas a las industrias o la posibilidad de la salida del crudo y el gas ruso del comercio internacional, han disparado las tarifas por lo que la presión inflacionaria aumentó los costos de los alimentos y los servicios públicos.

Otra cuestión que atenta contra la estabilidad del euro, es la situación económica de Estados Unidos. Los continuos aumentos de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal del país norteamericano para combatir la inflación, se convierten en un atractivo por los mayores rendimientos que brindan. Es así que atraerán el dinero de las inversiones denominadas en euros a las inversiones denominadas en dólares. Esos inversionistas tendrán que vender euros y comprar dólares para adquirir esos activos. Esto hace que el euro baje y el dólar suba.

En tal sentido, el tipo de cambio generalmente significa o representa la actualidad económica de una moneda, y el de Europa hoy en día no resulta el mejor. Ello explica la debilidades de la Eurozona marcadas por una recesión que ahondará las problemáticas actuales.

La respuesta a la crisis: suba del tipo de interés y disciplina fiscal

La inflación del mes de agosto en la Eurozona marcó niveles récord llegando a un porcentaje del nueve por ciento (9,1%). Como respuesta el Banco Central Europeo (BCE) tomó la decisión de subir los tipos de interés un cero setenta y cinco por ciento (0,75%), dejándolos en el uno veinticinco por ciento (1,25%),  tratándose del aumento más alto de su historia desde su fundación en el año 1999.

Con esta medida, se intenta combatir la inflación para retornarla a un objetivo del dos por ciento (2 %) a medio plazo, en un contexto global en el que otros organismos rectores de las políticas monetarias de diversos Estados han tomado similares decisiones.

Por otro lado, la última reunión del EcoFin  -reunión de los 27 ministros de economía de los países que integran la Unión Europea- y del Eurogrupo, se ha sostenido la necesidad de limitar el gasto público, acotar las ayudas sociales a los grupos más vulnerables que se ven afectados por la crisis y volver a entablar una disciplina fiscal para controlar el déficit junto a los niveles de deuda públicos, con la mira puesta en un freno a la inflación.

Entre las posibilidades se reabre la eventual aplicación del impuesto mínimo global para sociedades del 15%, una medida pactada por unos 140 países con mediación de la OCDE en el 2021. Sin embargo, Hungría ha bloqueado continuamente un acuerdo tal como lo exige el Tratado de Lisboa, esto es así ya que cuándo de decisiones de índole fiscal se refiere el Consejo de la Unión Europea, debe tener una posición unánime. Por ello, Alemania, Francia, Países Bajos, Italia y España alertaron sobre la necesidad de la imposición del impuesto, por lo que, de continuar la actual situación de bloqueo, verían la factibilidad de aplicarlo sin la aprobación del Consejo.

(Foto: Pixabay).

Las consecuencias en Europa

Esta fluctuación constante del Euro no sucedía desde su creación y puesta en funcionamiento en el año 2002, ya que, ni siquiera durante la grave crisis económica de los años 2008-2009, vió mermado su valor. Es un escenario de incertidumbre ya que ha perdido su apreciación en un doce por ciento (12%) en lo que va del año.

Entre las consecuencias más directas, se puede resaltar que el impacto de la depredación del euro pega directo en la producción. El encarecimiento de las materias primas provocará que le sea más gravoso a Europa, adquirir aquello que necesita para manufacturar, restringiendo fuertemente la industria. El resultado de esta situación se manifiesta en caídas paralelas de niveles de crecimiento y pérdidas de puestos de trabajo.

Además, los costos en la energía que se cotizan en dólares se encarecen severamente, perjudican por igual a todos los sectores económicos y sociales sumando una presión a los índices de costo de vida, por lo que, una devaluación del euro aportaría mayores ratios de inflación que afectan el salario como la calidad de vida de los ciudadanos europeos.

Las compañías de capitales estadounidenses o de otros países que basen sus dividendos netamente en dólares serán las más damnificadas, puesto que sus productos y servicios verían cómo incrementan los precios, con lo que los importadores internacionales comprarían menos. Una situación de esta envergadura, promueve una desaceleración de la inversión extranjera directa en la Eurozona.

Este conjunto de posibilidades y situaciones, abren un signo de pregunta mayúsculo sobre el futuro económico de la Unión Europea como la de su estabilidad financiera. Ahora, es tiempo de observar un fenómeno que requiere nuevamente una alta respuesta de coordinación política entre las disímiles realidades de los países europeos, sus objetivos e intereses.


china-flag-themes-idea-1587104658gMm.jpg

10min41491

La República Popular China tiene un rol fundamental en el escenario internacional actual, su expansión se produce gracias al desarrollo económico y el incremento del consumo. Este articulo explica esa transición y algunos de los ejes de su política exterior hacia América Latina.

A comienzos del siglo XX, China inició una transición que resulta clave para entender su posición actual en el mundo: pasó de ser un modelo de país productor a un modelo de país también consumidor, convirtiéndose así en el segundo mercado de consumo en Asia, tras Japón. Esto se debe a varios factores; por un lado, hay que señalar las medidas aplicadas por el gobierno para incentivar el consumo y frenar la inversión, consiguiendo un modelo de crecimiento más equilibrado. Por otro lado, en China ha nacido un consumidor nuevo como resultado del aumento anual de los salarios que ha crecido de manera significativa a partir del año 2000 como puede observarse:

(Fuente: Banco Mundial y OCDE)

Esta nueva clase media china se ve afectada por una fiebre consumista que le hace adquirir bienes de consumo a una gran velocidad lo que se traduce también, en cambios en los patrones de consumo de alimentos de la población, es decir, el incremento del ingreso urbano se asocia a un cambio en la dieta del ciudadano chino: más proteínas, alimentos procesados y mayor exigencia de calidad en los productos. De esta manera, China tiene 247 millones de personas que demandan una nueva canasta de productos y contribuyen al aumento de los precios de aquellos productos que en su mayoría América Latina se encuentra en condiciones de proveer.

La política exterior China: Ascenso Pacifico y Soft Power

En este contexto, el interés de China por desarrollar relaciones más estrechas con América Latina se enmarca en un proceso de transformación de la política exterior donde incorpora la variable del soft power en su comprensión de las relaciones internacionales. El concepto de Soft Power (poder blando) es desarrollado teóricamente por Joseph Nye, y se utiliza para describir la capacidad de un actor político, como el Estado, de influir directamente en el comportamiento o los intereses de otros sujetos políticos por medio de instrumentos culturales o ideológicos. La importancia del llamado “poder blando” se ha incorporado progresivamente al discurso político como una forma de distinguir el atractivo generado por la cultura, los valores y las ideas, frente a los medios e instrumentos de “poder duro” (hard power), basados esencialmente en las capacidades militares.

Asimismo, como parte de esta estrategia China, el mantenimiento de la paz ha sido en su discurso uno de los ejes sobre los cuales pretende alcanzar el desarrollo y la modernización de la nación en el ámbito mundial. El “ascenso pacífico” es un concepto corriente, pero muy necesario en cuanto contiene las claves mediante las cuales el país ha ejecutado su política exterior y trazado el camino que va a transitar hasta culminar su programa de modernización a mediados del siglo XXI. Uno de los artífices del término, es Zheng Bijian, un pensador chino cuyas teorías sobre el globalismo y la transparencia, enfatizan la importancia de proyectar el poder blando y la paz.

Un ejemplo de Soft Power: los Institutos Confucio

Existe en China una herramienta púbica dispuesta específicamente a la difusión del idioma y la cultura llamada Hanban, dependiente del Ministerio de Educación de este país que se dedica a proporcionar recursos y servicios docentes relacionados con la lengua y la cultura china a nivel mundial. En el año 2014, Hanban creó el Centro Regional de los Institutos Confucio para América Latina, (CRICAL) que busca, a partir del reconocimiento de la identidad cultural propia de la región, permitir el desarrollo del trabajo conjunto entre los Institutos Confucio y Hanban en la difusión del idioma, cultura y costumbres chinas.

Para la materialización de CRICAL, el organismo firmó un convenio con la Universidad Santo Tomás de Chile, la cual facilitó un edificio de 1300 m2 en el centro de la ciudad de Santiago para el funcionamiento de esta institución. En América Latina existen 32 Institutos. Diez de ellos ubicados en Brasil, y cinco en México. Por su parte, Perú y Colombia poseen cuatro cada uno, luego están Argentina Chile y Ecuador con dos. Finalmente, quienes poseen un solo instituto son: Bolivia, Costa Rica, Cuba, Guyana, Jamaica, Bahamas y Trinidad y Tobago.

Inversiones chinas y deuda

 Al día de hoy, China ha publicado dos “Documentos sobre la Política China hacia América Latina y el Caribe”, uno en el año 2008 y el último en el año 2016. En ellos declara la región de interés estratégico:

“El gobierno chino estimula y apoya a las diversas empresas chinas con capacidad y de buena reputación a desplegar la cooperación en inversión en América Latina y el Caribe en materia de manufactura, agricultura, silvicultura, pesquería, energía, explotación de recursos mineros, construcción de infraestructuras, servicios, etcétera, en contribución al desarrollo socio económico de China y los países de la región”.

En dichas áreas, la Inversión Extranjera Directa (IED) china en América Latina resulta uno de los factores claves de la relación. En la siguiente tabla se puede observar la distribución de las mismas por principales países de destino (2001-2016) en millones de dólares americanos:

(Fuente: El papel de la IED China en América Latina y el Caribe: ¿Cooperación Sur-Sur? Consultado en: https://revistas.ucm.es/index.php/PADE/article/view/61489)

Por otro lado, adquieren relevancia los préstamos que la potencia asiática realiza a países sin solvencia económica que contraen cada vez más deuda para poder funcionar. Así los préstamos directos y créditos comerciales de China a América Latina, han pasado de ser casi cero en 1998, a más de US$1,6 billones en 2018. Esta cifra equivale al 2% por ciento del PIB mundial.

Así podemos concluir que China obtiene de América Latina Recursos que le permiten ser competitivo a nivel mundial y abastecer su mercado interno mientras crea lazos significativos a nivel cultural proyectando al plano internacional una imagen diferente de la usual, que se encuentra marcada por el secretismo y la falta de transparencia interna por su régimen comunista. Por último, se vuelve un socio estratégico y necesario para Latinoamérica, ya que no solo es un comprador que inclina la balanza comercial de manera favorable, sino que también es un inversor y prestamista clave para muchos países de la región que necesitan condiciones de crédito flexibles que China está dispuesta a dar.


De Ruba Leonel30/05/2022
china-covid-shanghai-2.jpg

16min44680

En enero de 2020, desde China se popularizó un término sanitario para denominar una enfermedad que rápidamente sería parte de la cotidianeidad de nuestras vidas: COVID-19. Ese virus, nacido como una epidemia, generó una crisis sin precedentes y transformó cabalmente a la geopolítica mundial. A dos años de su aparición, China aún toma políticas nacionales para su lucha que siguen afectando sistémicamente el devenir económico y político del orbe.

(Fotografía hecha por: Yang Jianzheng/VCG via Getty Images)

Es factible caracterizar a China como “la fábrica del mundo, cuestión que la ha convertido en una potencia económica cuyas tasas de crecimiento impactan fuertemente en el desarrollo económico del planeta.  En consecuencia, la evolución económica mundial está atada al éxito de las políticas nacionales que se aplican en el país asiático, más allá de las situaciones globales que se dan en otros actores.

Esas políticas nacionales chinas generan un shock sistémico en el concierto internacional que impacta fuertemente en las cadenas globales de valor. El peso de esas decisiones se define en que gran parte de las empresas del mundo dependen de insumos o bienes intermedios que son necesarios para el desarrollo de otros sectores productivos, cuyo rotulo lleva impreso el famoso: made in China.

El mundo ha debido enfrentarse a una problemática que perturba su economía por la creación desde el gobierno chino de una política sanitaria cuyo objetivo fue y es erradicar al virus de COVID-19 de sus tierras, denominándola “COVID Cero”. A través de esa decisión, China aplicó los llamados “lockdown” o sea cierres abruptos de regiones, provincias o ciudades en los que se prohibía básicamente cualquier tipo de actividades humanas, excepto aquellas conocidas como “esenciales”.

Está política fue diseñada a razón del momento inicial de la epidemia y como respuesta rápida al problema sanitario de magnitud que afectaba severamente la salud poblacional china; puesto que se repetían las imágenes de ciudadanos afectados por el virus falleciendo en calles, o los servicios hospitalarios saturados por dicha razón. Asimismo, el reciente virus no tenía registro científico alguno por lo que la medicina no hallaba el tratamiento adecuado que tuviera eficacia médica en su lucha y así poder aplicarlo masivamente.

Con el avance de una epidemia, que luego se transformó en pandemia, permitió una respuesta -aunque tardía- a nivel global. La Organización Mundial de la Salud decretó la pandemia, y los países en mayor o menor medida tomaron decisiones similares, pero también fueron hallando las alternativas sanitarias que permitieron obtener otro tipo de herramientas para su lucha mediante el conocimiento científico como vacunas, tratamientos, etc.

Aunque se fueron relajando las medidas sanitarias en el resto de los países en relación a los confinamientos extremos, la política desarrollada por el gobierno del Partido Comunista Chino, no varió en ese sentido. Al contrario, desde abril de este año, que se siguieron extendiendo las prolongadas cuarentenas como cierres de regiones y ciudades que produjeron severos deterioros al desarrollo económico chino, pero también internacional.

El “COVID Cero” y la nueva ola de contagios

La política sanitaria china de respuesta rápida al COVID-19 tuvo un determinado éxito para las necesidades políticas y sanitarias del país, ya que, con el cierre programado el gobierno chino pudo ir desarrollando otras tácticas como avances científicos que permitieran combatir la enfermedad, sin la necesidad de recurrir a medidas extremas como las aplicadas primariamente.

China se convirtió en un productor en escala de insumos médicos como barbijos, pistolas infrarrojas de lectura de temperatura corporal, y otros implementos necesarios. Además, destinó cientos de millones de dólares al desarrollo de medicamentos y vacunas que permitieran una solución científica para combatir los efectos que generaba la enfermedad en la población mundial.

(Fotografía obtenida vía Pixabay)

Al tener efecto las primeras medidas contra el COVID-19, y permitir así un cierto relajamiento de las medidas restrictivas, los países intentaron volver a una normalidad accediendo a liberar conexiones internacionales y el regreso al desarrollo de las actividades como antes del impacto global generado por el virus. Ello originó que el virus mutara generando cepas que convertían a la enfermedad en más contagiosa o más agresiva, logrando un cierto nivel de pánico no sólo entre la población sino en los gobiernos, porque se causaron reinfecciones o contagios masivos que eran difíciles de abordar.

Ante este nuevo escenario, China volvió a tomar nuevamente las primeras medidas restrictivas aplicando fuertes cierres que afectaron a diversas y distintas regiones del país durante el año 2021 y el año 2022. Actualmente, implican alrededor de más de 45 ciudades cerradas, cuya población está en alrededor de 400 millones que representan el 40% del PBI chino. En el último tiempo, Shanghái se ha convertido en el paradigma de esta política sanitaria por el impacto que genera tener clausurada y detenida al área metropolitana más grande de Asia.

Lockdown, las cadenas globales de valor y su implicancia en el mundo

¿Cómo es que una política sanitaria que se toma a nivel nacional agrega un condicionante más a la problemática global que perjudica los estándares de desarrollo económico global? Ello se explica en la interdependencia compleja que ha generado que el mundo se encuentre conectado generando lazos que van más allá de los canales tradicionales de la política y la diplomacia.

Retomando el concepto de que China es la fábrica del mundo, es necesario entender que con la expansión de la globalización durante los años noventa, las empresas tomaron políticas de internacionalización que significaron crear redes de producción instaladas por diferentes partes del planeta buscando así optimizar los costos -mayormente salariales- y en acelerar la producción a demanda. Esa política fue auspiciada por una mejora sustancial de las comunicaciones y la logística, destacándose el shipping.

Básicamente, esto significa que un teléfono móvil, un refrigerador o una laptop puede ser diseñados en el estadounidense Silicón Valley, pero se termina confeccionando en una fábrica instalada en algún otro punto del orbe, como puede ser el complejo industrial de Shanghái o de Wuhan.

(Fotografía hecha por: mjunior via Getty Images)

El apagón de regiones o ciudades enteras efectuado por el gobierno chino se tradujo en que aquellas empresas transnacionales que dependían de algún sector estratégico que se desarrolla en este país, hayan sentido el shock que significa el cese de la provisión de los productos que comercializan. Para graficar ello, la ciudad de Shanghái no sólo se destaca por su cantidad de habitantes, sino que es uno de los lugares más importantes para la industria manufacturera, tecnológica y logística mundial.

Es allí donde se concentra el 46% de la producción china de semiconductores, así como el equipamiento industrial esencial para sectores productivos alrededor del mundo. Además, según las estadísticas de 2021, desde su puerto se exporta el 20% del PBI de la República Popular China, por lo que afectó de sobremanera a muchas cadenas de valor globales que tienen su epicentro en este hub del comercio internacional.

Para citar ejemplos, Quanta es el mayor fabricante de computadores portátiles del mundo por contrato a demanda, produciendo entre otras la MacBook que está detenida en su elaboración -pese a que este año había informado un envío de 72 millones de laptops- . También Tesla informó que posee cerrada su fábrica de autos eléctricos en Shanghái que produce alrededor de 2000 vehículos por día.

Sumado a estos datos, es para resaltar el gran cuello de botella que se ha generado en el mundo del transporte marítimo. El cierre del puerto de Shanghái representa un grave problema para el costo de los embarques de productos en el mundo, recortando la disponibilidad de containers para el traslado de bienes y generando un problema más que importante para la distribución de productos a nivel mundial, todavía más cuando el resto de los países ha retornado a niveles de consumo previos a la pandemia.

(Fotografía obtenida a través GettyImages)

El mundo también paga las consecuencias

Xi Jinping y el politburó chino, asumen que esta política de “COVID Cero” conlleva ciertos perjuicios, pero sostienen que es su mejor herramienta para luchar contra la enfermedad en el país más poblado del mundo. Aunque para el regimen comunista no han sido de agrado las quejas que ha esbozado la Organización Mundial de la Salud al respecto.

China enfrenta no sólo problemas “indoor” en función de estas políticas, como la ralentización de su economía, las dificultades de acceso a alimentos o sanidad y el desgaste psicológico por parte de su población, ante este tipo de decisiones que generan hartazgo. A su vez, también enfrenta las medidas “outdoor “que se traducen en las presiones internacionales de alza de precios, la caída de la producción como desarrollo global, y posiblemente, la reducción de inversiones directas extranjeras en su economía por no considerarlo un actor confiable.

Mientras tanto, el orbe suma otro capítulo a la incertidumbre social, política y económica. En este último plano, las restricciones chinas se suman al impacto del conflicto ruso-ucraniano lo que podría retrasar el crecimiento hasta un 5% del PBI mundial y así se alimenta fuertemente el espiral inflacionario que afecta al acceso de bienes de consumo básicos en la mayoría de los países del mundo.

El concierto internacional será difícil de cambiar. Con la crisis del COVID-19, se ha marcado un supuesto “principio del fin” para la hiperglobalización, pero será muy arduo desarticular en el mediano plazo las grandes cadenas globales de valor, puesto que las interdependencias entre los principales actores económicos del mundo son muy profundas como para cambiarlas de raíz, sin antes no tener consecuencias imprevistas.


Turismo.jpeg

12min54790

Desde hace mas de una década, las debilidades estructurales en la región de América Latina han acrecentado considerablemente las brechas sociales. Este contexto particular genera a su vez grandes desafíos para la recuperación económica post COVID-19 en la región. La pobre gestión de servicios públicos de calidad de los estados es una limitante para la ejecución de los planes de recuperación post pandemia, teniendo como consecuencia una contracción del 7,3% de su PIB. Además, la deuda pública alcanzó el 7.7% del PBI de la región en abril, según datos del Fondo Monetario Internacional -FMI-, con una pérdida equivalente a 7 años de crecimiento económico, una tasa de desempleo del 10,7% y una tasa de pobreza de 33,7% de la población total, aumentando las brechas de desigualdad. El presente artículo analiza cómo las debilidades de larga data que afronta la región, sumado al endeudamiento generado para financiar las medidas de emergencia representa grandes desafíos para la recuperación de la región en 2022.

"[Foto:Toma aérea de los edificios en el barrio de tugurios de la comuna 13 en Medellín, Colombia vía Freepik]
“[Foto:Toma aérea de los edificios en el barrio de tugurios de la comuna 13 en Medellín, Colombia vía Freepik]”

El turismo es uno de los sectores económicos más afectados en América Latina debido al COVID-19. En algunos países caribeños este sector representaba el 50% de su PBI. Esto puede observarse con la quiebra de LATAM y Solways Tours Argentina, una operadora exclusivamente mayorista de perfil multidestino, debido a las restricciones sanitarias, la reducción de la movilidad y los cierres fronterizos como medidas contra la pandemia del COVID-19. Estas pérdidas económicas conllevaron a muchas personas a migrar según la CEPAL, en donde en el 2020 se estimó que había 11,9 millones de migrantes en Latinoamérica y 40 millones de migrantes latinoamericanos en todo el mundo.

Sin embargo, los países trabajan en políticas y acuerdos para frenar la migración, como también aumentar los sectores productivos para coadyuvar a generar mejores condiciones de vida y desarrollo, como la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular (GCM). Pese a ello, existen factores externos que afectan la recuperación económica de los países, como el lento proceso de vacunación, donde solo el 13,6% de la población de la región ha completado el esquema de la vacunación, y el incremento de distintas cepas. Asimismo, los riesgos macroeconómicos como la posible reversión de la política monetaria acomodaticia de Estados Unidos, que afecta de forma directa a Latinoamérica (es realmente complicado que la inflación vuelva a valores inferiores), lo que conlleva a tasas bajas de interés.

En el 2020 la región cerró con una deuda promedio de 79.3% del PBI, un 10,4% mas que el PIB regional del 2019, según datos del FMI. En esa línea, con datos de la Escuela de Administración de Empresa -EAE Business School-, entre los países con mayor endeudamiento de la región, se encuentra Brasil con el 100% de su deuda del PIB, y Argentina con el 97%. En contraste, según datos del FMI, se estima que Perú cerrará este año con un aumento del 8,5% en su PIB, Chile con 6,2%, Argentina con 5,8%, Colombia con 5,1%, México con 5% y Brasil con 3,6%. Mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL- estima que Latinoamérica crecerá un 2,9% para el siguiente año, en donde el déficit conllevará a generar que la deuda pública sea del 79,3% del PIB.

Por lo anterior, se puede observar que Latinoamérica tendrá una recuperación y crecimiento económico a corto plazo, los cuales se verán afectados por los daños estructurales como el la exacerbación de la deuda pública, pobreza, desigualdad socioeconómica, al igual que las crisis coyunturales de índole política y social, que afectarán las distintas políticas fiscales y por ende, la distribución del gasto público, frenando el crecimiento económico.

Medidas para afrontar el shock económico

Foto: Prensa libre
Foto: Prensa libre

Entonces, cabe cuestionarse: ¿cómo mejorar la inversión y manejar los presupuestos que coadyuven a enfrentar las consecuencias, retos y amenazas del COVID-19 en la región? Una de las soluciones es implementar una eficiente gestión de la administración, estructurar presupuestos transparentes enfocados a combatir las consecuencias derivadas de la pandemia. Asimismo, es necesario que se implementen políticas de emergencia transversales y sectoriales que no solo transformen sino fortalezcan la inversión pública y privada, así como la reactivación económica sostenible. Más allá de las políticas fiscales, se debe invertir en políticas industriales y tecnológicas para impulsar el crecimiento, aumentar la productividad de las naciones, elevar la empleabilidad de calidad, el turismo y comercio, para que de esta forma, se genere más desarrollo en la región, que minimice las consecuencias tanto históricas como catastróficas que dejará la pandemia.

Tal como señala el informe “La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad” de la CEPAL, en el 2020 se alcanzó uno de los niveles más bajos de inversión en la región, cerrando con un 17,9% del PIB, con la caída de mercado ocupados hasta un 0,9%, participación femenina de 46,9%, con una tasa de 12,5% de pobreza extrema, 33,7% de pobreza, aumento del 2,9% de desigualdad en cuanto a la distribución del ingreso, deuda pública hasta del 72% y deuda externa del PIB de 56,3%. Estas cifras representan las brechas tan desiguales en la región convirtiéndose en obstáculos para el acceso a los derechos, el bienestar y el optar a mejores oportunidades, por ende a mejores condiciones de vida y a un desarrollo integral.

Este shock económico evidencia la vulnerabilidad socioeconómica de la región y las proyecciones indican que estos niveles solo continuarán en aumento para cerrar el año, representando grandes desafíos para el 2022. Más aún, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo -BID- se espera una tasa de crecimiento inferior de -1,1%, impidiendo alcanzar los niveles pre-crisis del COVID-19, debido a que la tasa de crecimiento actual no es sostenible y a la poca productividad a causa del desempleo. Estos factores conllevan a contraer parte del PIB que afecta la economía. En la siguiente imagen se encuentran los principales desafíos para la región en 2022 según IPSOS.

Por lo que, es necesario fortalecer los ingresos tributarios, reducir la evasión fiscal, generar mayor acceso a la liquidez internacional y a los mecanismos multilaterales, que faciliten el manejo de la deuda, como también fortalecer la banca de desarrollo regional para aumentar de esta forma, la capacidad de préstamos y de respuestas a la pre y post pandemia. Además, es necesario establecer un mecanismo multilateral de reestructuración de la deuda para hacer frente a las obligaciones contraídas con los acreedores privados. También crear instrumentos innovadores para mejorar el acceso al financiamiento e incluir de esta forma a los países de ingreso medio -como lo son los países de Latinoamérica- en todas las iniciativas de alivio de la deuda y acceso a liquidez (CEPAL, 2021).

Latinoamérica necesita invertir en oportunidades de emprendimientos, digitalización e innovación, que han tenido auge en la pandemia con el trabajo virtual remoto. Debido a que en complejo escenario, la región continúa necesitando reestructurar sus políticas sociales, económicos y políticas para superar la crisis e invertir en productividad, ya que, si bien la inversión se recuperará a medida que las economías se normalicen, volver a los niveles anteriores de inversión a la pandemia será un proceso lento y altamente vulnerable hacía los reveses en el entorno actual de expectativas persistentemente bajas de crecimiento a largo plazo. Paralelamente, es necesario crear e implementar entornos legales que faciliten la creación y crecimiento de nuevas empresas, el desarrollo de mercados financieros y capital de riesgo que garanticen la financiación de estas empresas, abriéndose al comercio y reduciendo las barreras arancelarias.

 

 


puzzle-2500328_960_720.jpg

11min44700

Los papeles de Pandora es la investigación periodística más grande a nivel mundial después de los Archivos FinCen que ha realizado el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), con la participación de más de 650 reporteros y 150 medios sobre los paraísos fiscales o mejor conocidos como offshore heavens. El siguiente artículo, describe la filtración de documentos que expone las dinámicas de la élite mundial.