28/03/2024 MÉXICO

Una propuesta para atajar el fraude fiscal de las grandes fortunas

Obra del artista Alec Monopoly.
Monopoly
El fraude fiscal es una de las mayores amenazas económicas, si no la mayor, a la que se enfrentan actualmente los estados del bienestar. Además de favorecer la desigualdad a nivel nacional y global, pone en serio peligro la viabilidad de los sistemas sociales nacionales. En este artículo nos hacemos eco de una propuesta del profesor de Economía de la Universidad de California en Berkeley, Gabriel Zucman, dirigida a que las grandes fortunas tributen lo que les corresponde.

Las sucesivas filtraciones de documentación sobre grandes fortunas escondidas en paraísos fiscales han devuelto el asunto fiscal al centro del debate público. Pero la existencia de paraísos fiscales no es el único problema al que se enfrentan los contribuyentes, ni siquiera el mayor. Más preocupante son los acuerdos preferenciales y exenciones fiscales de los que disfrutan las multinacionales y grandes corporaciones con el beneplácito de muchos gobiernos.

Algunos gobiernos parecen estar tirando piedras a sus propios tejados al permitir condiciones fiscales especiales para las grandes fortunas. Pero realmente se encuentran ante una difícil disyuntiva: atraer a multinacionales y grandes inversores mediante rebajas fiscales que puedan aportar empleo y dinamismo económico, o arriesgarse a que estas corporaciones o multimillonarios busquen otro destino si se les reclama que contribuyan en proporción a sus beneficios y riquezas.

Lo preocupante es que, tratándose de una baza negociadora para las grandes riquezas, ha sido asumida por muchos estados como instrumento de competición a la baja para hacerse con ellas a cambio de una serie de privilegios. Pan para hoy, hambre para mañana.

En este artículo, haremos un esbozo de la magnitud del espolio fiscal a nivel global, explicaremos qué hace esto posible y nos haremos eco de una interesante propuesta del profesor Gabriel Zucman para evitar esta sangría.

El mayor robo de la historia

El propio profesor Zucman es uno de los autores de un reciente estudio publicado en Nacional Bureau of Economic Research (NBER) que ha conseguido calcular la riqueza total que los ciudadanos de cada país ocultan en paraísos fiscales de todo el planeta y su implicación en los niveles de desigualdad en esos mismos estados. Toda una novedad dado que nunca habían estado disponibles los datos que han hecho posible esta investigación hasta las sucesivas filtraciones a partir de 2015: Swissleaks, los papeles de Panamá y los llamados Paradise Papers.

Porcentaje del PIB en paraísos fiscales por país [Gráfico extraído del estudio “Who owns the wealth in tax havens? Macro evidence and implications for global inequality”].


Se estima que en torno al 11,5% del PIB mundial se encuentra oculto en paraísos fiscales, aunque su distribución por regiones es muy desigual.Click To Tweet

Mientras que en los países escandinavos o del sudeste asiático estas fortunas apenas superan unos pocos puntos del PIB, encontramos casos en el otro extremo como Rusia, Venezuela, Arabia Saudí o los EAU con un 50, 60 o 70% de su PIB en paraísos fiscales. España se sitúa en el 12%, algo por encima de la media mundial.

El estudio también concluye que este tipo de evasión está muy concentrado en el 0,01% de rentas más altas (en torno al 50% del total offshore), y afecta principalmente al continente europeo. Reino Unido, Francia y España son los países donde la evasión fiscal provoca mayor desigualdad según el estudio. En estos países, entre el 30 y el 40% de las mayores fortunas permanece escondida en paraísos fiscales.

¿Dónde se oculta la riqueza offshore en el mundo? [Gráfico extraído del estudio “Who owns the wealth in tax havens? Macro evidence and implications for global inequality”].

Los paraísos fiscales europeos son a su vez los que albergan más proporción de dinero offshore a nivel mundial, siendo Suiza el indiscutible líder en lo que respecta a amparar el fraude fiscal.


¿Cómo hacen las grandes fortunas para que este expolio sea legal?

La línea que separa una acción de ingeniería fiscal que pretende evitar el pago de impuestos de manera legal de la evasión fiscal ilícita es cada vez más difusa. Lo que la ley frecuentemente acepta como razonable no tiene por qué serlo desde el punto de vista moral.

Pongamos como ejemplo a Google. Tal y como explica Zucman en The New York Times, el gigante estadounidense transfiere su propiedad intelectual a una filial situada en un país con un trato fiscal más ventajoso, en este caso Irlanda. Además Irlanda permite a las empresas ser gestionadas desde otros paraísos, por lo que Google Ireland Holding se establece en las islas Bermudas y crea una filial irlandesa (Google Ireland Limited), a la que cede el uso de las licencias de las tecnologías desarrolladas por la empresa matriz. A través de esta filial irlandesa, Google vende a sus afiliados de todo el mundo las licencias de sus productos y tecnologías. De esta manera, Google España paga sus royalties a Google Ireland Limited, la cual mueve sus beneficios a las Bermudas vía Google Ireland Holding.

Siguiendo este recorrido, Google declaró en Bermudas 15.500 millones de dólares en beneficios en 2015 pagando cero dólares en impuestos de sociedades. Esta estrategia consistente en llevar los beneficios a países con una carga fiscal muy baja o nula es práctica general entre las grandes fortunas, y es completamente legal. La sangría de dinero público, en el caso de las grandes multinacionales estadounidenses, llegaría a los 70.000 millones de dólares al año en los EE.UU., según los cálculos de Zucman, similar a la evasión estimada en la Unión Europea.

Aunque Irlanda ha anunciado el fin de su particular estatus fiscal para 2020, es sólo uno de los muchos destinos a nivel mundial.

¿Qué se puede hacer para evitar la ingeniería fiscal de las grandes fortunas?   

La propuesta de Zucman es sencilla: relacionar el pago de impuestos sobre los beneficios de estas multinacionales con la cantidad de ventas que generan en cada país.


Una reforma fiscal en este sentido desarticularía las estructuras de evasión fiscal utilizadas por estas compañías. Al fin y al cabo, los bienes intangibles y las titularidades se pueden transferir a países más ventajosos fiscalmente, pero los clientes no.

Si estableces que los impuestos se han de liquidar en base a las ventas efectuadas en el país, cualquier empresa estaría obligada a hacerlo si quiere vender en ese territorio. Aunque Zucman sostiene que esta medida puede ser adoptada unilateralmente, su efectividad sin duda se vería reforzada si un núcleo importante de países se pusiera de acuerdo para implementarla.

Si bien esta medida puede atajar el problema generado por las grandes multinacionales, las megafortunas personales, aún más opacas, no se verían afectadas y seguirían recurriendo a las tradicionales estrategias evasivas. En estos casos, el secreto bancario, que de manera más o menos velada opera en algunos sistemas bancarios, juega un papel fundamental. Estas fortunas crean sociedades opacas en aquellos paraísos fiscales en los que opera el secreto bancario para posteriormente  firmar contratos por servicios inexistentes.

De cara a las autoridades fiscales, estas operaciones son la contraprestación de un servicio realizado por una empresa ajena a quien realiza el traspaso, por lo que la base impositiva se reduce y por tanto se pagan menos impuestos. En realidad, se trata de un método de ocultar patrimonios que se ha demostrado muy popular entre las grandes fortunas y constituye una forma muy común de fraude fiscal.

Esta última estrategia de evasión fiscal es más complicada de atajar y requiere de una clara voluntad política a nivel internacional. En palabras de Hervé Falciani:

Se debe trabajar más juntos a nivel europeo, en red, como actúan los bancos. Es a nivel de las fiscalías Anticorrupción como tiene sentido hacer esta unión”.

Detener la evasión fiscal pasa por poner el foco sobre la industria bancaria mundial, especialmente sobre aquellos rincones más oscuros de ella. Es necesario que la información financiera de propietarios, accionistas, operaciones financieras, etc. sea transparente a nivel global. Un registro internacional dificultaría cualquier tipo de maniobra de evasión fiscal y además permitirá detectar con mayor facilidad las operaciones de lavado de dinero.

Las preocupaciones por la privacidad que a veces se han esgrimido contra la creación de un registro patrimonial global no tienen sentido alguno en este contexto, habida cuenta que el grueso de la población mundial carece de este privilegio, que por otra parte pone en serio peligro la viabilidad del Estado de bienestar como sistema socioeconómico.

Llegados a este punto, hemos de dirigir la mirada a nuestros políticos y preguntarles por qué no se está haciendo todo lo posible para combatir el fraude fiscal. Las conexiones entre la banca y la política son la clave de todo este enredo. Como decía Thomas Jefferson:

Creo sinceramente que los sistemas bancarios son más peligrosos que los ejércitos”.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro.

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Javier Hernando

UCM e IBEI Alumni. Sociólogo, especializado en asuntos internacionales, migración y políticas de desarrollo. Comunicador y adicto a Internet. Ocupo mi tiempo como director de United Explanations y escribiendo en diversos medios. Intento explicar lo que ocurre en el mundo a través de la lógica económica y la política internacional. jhernando@unitedexplanations.org


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