28/03/2024 MÉXICO

Activismo, prisión y amor en la Guerra de Siria

[Foto vía http://asyrianlovestory.com/gallery].
portada
El documental —rodado hace cinco años por Sean McAllister— narra la historia real de Raghda y su familia, exiliados por su oposición al régimen de al-Assad. Una radiografia íntima que muestra como la guerra erosiona la vida de la gente común en Siria.

En su 19ª edición, el Festival Internacional de Cine Documental de Barcelona conocido como #DocsBarcelona, ha dedicado 5 de sus proyecciones al drama de los refugiados, cada una desde una perspectiva diferente.  “A Syrian Love Story”, documental sobre el que versa este artículo, forma parte de esta selección y ha sido además escogido como documental del mes. Filmada durante 5 años, la historia relatada en este documental llega al público gracias al director, Sean McAllister, quien cuenta ya con una afianzada filmografía sobre la vida la íntima de personas comunes y de cómo éstas sobreviven atrapada bajo conflictos políticos y personales.

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El documental narra la historia de una familia exiliada.

A Syrian Love Story, nos habla sobre la vida de una familia siria exiliada tras el comienzo de la guerra. Una familia destacada por su activismo contra el régimen, y, en especial, por la lucha que Raghda, madre de Kaka y Bob, y mujer de Amer, lleva a cabo contra el gobierno autoritario de la familia de Al-Assad desde que apenas tenía 20 años. Amer y Raghda se conocen en prisión cuando son jóvenes. Él, palestino de nacimiento, es recluido por militar en la Organización para la Liberación de Palestina. Ella, por pertenecer al partido comunista opuesto al régimen. Durante meses de encarcelamiento ambos se apoyan mutuamente, se enamoraron y, al salir de la cárcel, deciden formar una familia.

Tras su salida de la cárcel, Raghda dedica grandes esfuerzos a trabajar haciendo oposición al régimen, para organizar a la población contra el gobierno autoritario. Entre muchas de sus acciones, la elaboración de una novela sobre su vida en la cárcel es lo que la lleva de nuevo a prisión, dejando atrás a su marido y a sus hijos. Amer se ve obligado, así, a cuidar de sus hijos, y decide movilizar protestas ciudadanas junto con simpatizantes de la causa contra Al-Assad, para conseguir la liberación de su esposa. Es así como Sean McAllister entra en la vida de esta familia siria. Una noche, el director conoce a Amer en un bar, y este le cuenta su historia. McAllister quiere contar la historia de

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Familia de activistas contra el régimen.

Siria, poniendo cara y nombre a sus protagonistas y enseguida, decide dar voz a la historia de Amer.


La amo. Todavía la amo, ella es mi compañera, ella es mi vida. La conocí en prisión, en una situación terrible. Ambos estábamos perdidos, y allí nos encontramos el uno al otro, explica Amer, emocionado.

El aumento de la tensión en las calles y la presión internacional, fuerzan al Gobierno a decretar una amnistía que libera de forma inesperada a cientos de prisioneros activistas, y Raghda, vuelve a casa. Aunque no por mucho tiempo. El estallido de la primavera árabe en Siria intensifica la represión sobre los activistas políticos, y McAllister, que seguía documentando la resistencia de la familia de Raghda, es detenido por las fuerzas de seguridad y encarcelado durante días. Raghda y Amer deciden huir con sus hijos al Líbano para evitar su detención, viéndose obligados a abandonar su hogar.

La cruda realidad de un refugiado en el exilio

Pero aquí no acaba la odisea. Tras su marcha al Líbano con sólo una maleta, la familia pide asilo político en Francia. McAllister les sigue hasta allí para continuar retratando de manera íntima los sentimientos encontrados que acechan a los miembros de esta familia, y en especial, la impotencia con la que Raghda vive en el exilio ante el sufrimiento de su país, de sus compañeros y de sus familiares. Sufrimiento que, desde la distancia, se hace insoportable.

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Los protagonistas, Amer y Raghda, se conocen en prisión.

El exilio erosiona la relación de la pareja, conduciéndolos a una delicada situación, y un día, Raghda, atormentada por la frustración de fallar a su pueblo, decide volver a Siria y unirse a la oposición. El coste de ello es claro: escoger entre el amor y la familia, o la revolución.  Durante este tiempo en el Líbano, Amer trata de sacar adelante a sus hijos, hundido en la añoranza de su país y de su mujer, y las dificultades que implica llegar sin nada a un país desconocido.


Había días en los que Amer ni tan sólo podía dar de comer a sus hijos, relata el director.

Meses más tarde, la familia se reúne de nuevo en Francia, ya bajo el estatus de refugiado, y trata de salir adelante. Sin embargo, la relación está tan deteriorada ante un Amer desconfiado y dolido por el abandono de su mujer en el Líbano, y una Raghda tan perdida al no poder elegir entre luchar por la revolución, y lo que ello implica, abandonar a su familia, que la ruptura se vuelve inevitable.

No se puede ser Che Guevara y madre a la vez, reniega entristecido Amer.

La guerra en Siria tiene un coste muy alto: las personas

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Amer y sus hijos viven ahora en Francia.

La intención del autor y director de este documental, no es otra que la de mostrar de primera mano, el día a día de una familia de refugiados sirios, no sólo para poner caras y nombres a un drama al que Europa sólo pone cifras y números, sino también, para acabar con los estereotipos creados alrededor de los demandantes de asilo provenientes de Siria.

Hay miles de personas como Raghda, literalmente dispuestas a morir por un futuro mejor para su país, concluye el director.

A día de hoy Amer y sus hijos, ya asentados en Francia, disfrutan de sus nuevas vidas, y felices de tener un futuro por delante, algo que de ninguna manera, enfatiza Amer, habrían tenido en Siria. Raghda, por su parte, trabaja como asesora política y cultural junto con la oposición siria en la frontera de Turquía.

Cuando vivía en Francia no era capaz de reconocerme a mí misma. A veces, cuando lo recuerdo, me pongo muy triste, pero ahora soy más fuerte. Sé que estoy en el camino correcto. Quiero volver con mi familia, pero ahora tengo que seguir luchando para que, algún día, mis hijos puedan tener un futuro también en Siria. Sonríe Raghda, desde Turquía.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro.


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Almudena Díaz

Licenciada en Ciencias Políticas por la Universitat Autonoma de Barcelona y Université de Paris-Sorbonne y post-graduada en Relaciones Internacionales con especialidad en Paz y Seguridad en el Institut de Barcelona d’Estudis Internacionals (IBEI). Trabajó como Asistente de Investigación en una ONG local en los Territorios Ocupados de Palestina. Más tarde, se movió a Centro América, dónde estuvo en contacto con Zapatistas, indígenas, ex guerrilleros y cooperativas de mujeres con el fin de recoger información para un documental. Ha trabajado como agente de desarrollo local para la Diputación de Barcelona, y como Asistente de proyectos y de Comunicación para ONU Mujeres Panamá. Actualmente trabaja como Técnica de Responsabilidad Social en Barcelona. Además, ha realizado consultorías para organizaciones y entes gubernamentales. AlmudenaDíazPagés es.linkedin.com/in/almudenadiazpages/


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