28/03/2024 MÉXICO

Menores migrantes: las víctimas más vulnerables de la crisis de refugiados

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Con motivo del Día Mundial del Niño, en el marco de nuestra cobertura especial de la crisis de refugiados, dirigimos nuestra mirada a los menores migrantes, el colectivo más vulnerable y una cuarta parte de los refugiados que llegan a Europa. Analizamos las situaciones a las que se enfrentan y los peligros que corren al llegar a los países de acogida.

La crisis de los refugiados en Europa trajo consigo una tormenta mediática propia de este tipo de fenómenos con implicaciones a nivel internacional. Un sinfín de artículos, números especiales, editoriales y reportajes de todo tipo sigue apareciendo en nuestras pantallas, impulsado nuevamente tras los horribles acontecimientos vividos en París. Bajo semejante cobertura audiovisual, es relativamente fácil perder de vista que se trata, más allá de cualquier etiqueta que se le quiera aplicar, de una crisis humanitaria en la que millones de personas se ven obligadas a abandonar todo lo que no pueden cargar en una huida a la desesperada. La trágica foto del cuerpo sin vida de Aylan Kurdi en la playa, que inmediatamente se convirtió en otro hype mediático, se encargó de recordarnos que niños y niñas son las víctimas dentro de las víctimas. Con motivo del Día Mundial del Niño, en el marco de nuestra cobertura especial de la crisis de refugiados, dirigimos nuestra mirada a los menores migrantes.

Una cuarta parte de los refugiados que llegan a Europa son niños

Las cifras manejadas por los medios dan una idea de la magnitud de la tragedia pero, ¿cuántos menores forman parte de la oleada de refugiados? Según la organización Save the Children, desde enero de este año 548.344 refugiados y migrantes han llegado tan sólo a Grecia por mar –unas 8.000 personas diarias– de los que hasta el 23 % son menores. Tras el cierre de la frontera entre Serbia y Hungría el pasado 16 de septiembre, en Croacia se han registrado casi 200.000 entradas, de las cuales el 25 % serían niños según estimaciones de UNICEF.

Niñas afganas caminan entre la multitud en Nangarhar, Afganistán [Imagen: U.S. Army]
Niñas afganas caminan entre la multitud en Nangarhar, Afganistán [Imagen: U.S. Army]


Dicho de otra forma, se estima que los menores representan hasta un cuarto de los migrantes llegados a Europa en los últimos meses. Sin embargo, los precarios sistemas de acogida y registro no permiten saber exactamente cuántos menores, acompañados o solos, han entrado en Europa en los últimos meses. Únicamente se cuenta con las estimaciones de las organizaciones presentes en el terreno y que prestan una atención especial a este grupo. Así, por ejemplo, sólo en Grecia Save the Children ha llegado a 130.000 personas, entre ellas 32.757 niños.

Condiciones físicas deplorables y secuelas psicológicas difíciles de borrar

Las organizaciones que reciben a los migrantes y refugiados a su llegada a las costas europeas describen el deplorable estado de los menores, que llegan en su mayoría empapados, tiritando y con las manos y los labios amoratados. Muchos requieren un tratamiento hospitalario difícil de proporcionar en los precarios campamentos en los que son acogidos o, mejor dicho, hacinados a su llegada. La tortuosa travesía desde sus hogares les ha dejado una serie de secuelas físicas, como heridas en los pies de tanto caminar, enfermedades digestivas por la falta de condiciones higiénicas e infecciones pulmonares por haber dormido a la intemperie. En los próximos meses la situación no puede sino empeorar con la llegada del invierno, haciendo la travesía por el mar aún más complicada.

Un niño sirio observa a la cámara [Imagen: Unicef]
Un niño sirio observa a la cámara [Imagen: Unicef]


Si las heridas físicas son de extrema gravedad, no lo son menos los daños psicológicos que niños y niñas están sufriendo en este éxodo forzado. Salvo las más especializadas, las organizaciones que trabajan sobre el terreno no suelen estar preparadas para responder a las necesidades específicas de los menores. Además de agua y alimentación apropiada a su edad, son necesarios espacios adaptados donde niños y niñas puedan jugar y recibir ayuda psicológica. Estos espacios también son fundamentales para que las mujeres puedan descansar y hacerse cargo de los bebés.

Menores no acompañados, un fenómeno en aumento

La relativa rapidez con la que se está produciendo esta migración ha dado lugar a un fenómeno poco frecuente, una gran cantidad de menores que viajan solos. No sólo están igualmente expuestos a las duras condiciones físicas durante la travesía, sino que además se encuentran desamparados frente a una violación de sus derechos. Sin documentación y sin familiares que respondan por ellos, estos menores son extremadamente vulnerables a la explotación, a la violencia o al tráfico y a la trata.

La vulneración de sus derechos a menudo comienza en los propios campamentos de refugiados. Al registrarse como menores no acompañados, son retenidos durante más tiempo que los adultos o menores que viajan con sus familias, ya que las autoridades necesitan identificar lugares de acogida adonde derivarlos. Cuando no hay espacio suficiente –lo que no es infrecuente ya que Grecia, por ejemplo, tan sólo cuenta con unas 300 plazas para menores no acompañados– el tiempo de detención se alarga.

Un niño recién llegado a la isla de Lesbos observa la llegada de otra embarcación [Imagen: Unicef]
Un niño recién llegado a la isla de Lesbos observa la llegada de otra embarcación [Imagen: Unicef]


Desde Human Right Watch se señala que procedimientos como dividir a las familias para identificarlas, en medio de enormes cantidades de personas, contribuye a que los menores refugiados pierdan el rastro de sus familias. Lydia Gall, responsable regional, alerta de que “la gente se está perdiendo en medio de las malas interpretaciones, fronteras cerradas, funcionarios y trabajadores sociales agobiados”. La situación llega a tal punto que en algunos puntos calientes de los flujos migratorios, como es la estación de trenes de Viena, están apareciendo anuncios de migrantes y refugiados que tratan de encontrar a sus familiares perdidos durante el viaje.

¿A qué se enfrentan en los países de acogida?

Los caóticos procesos de registros, cuando los hay, en muchos casos obliga a separar a los pequeños de sus padres. A falta de centros de evaluación o de sistemas para la recepción de personas, muchos migrantes y refugiados -menores incluidos- son llevados a las dependencias policiales locales, donde tienen que dormir en celdas a la espera de ser registrados y de que se inicie el trámite de acogida. Un trámite que, debido a la falta de personal y capacidad técnica, puede demorarse hasta tres semanas o más.

Incluso cuando el proceso de acogida avanza, en algunos de los países de paso o de acogida muchos migrantes se encuentran víctimas de discriminación, pobreza y marginación social. Aunque se trata de un problema global, nuevamente los menores representan un grupo aún más vulnerable frente a la discriminación. En este sentido, UNICEF está trabajando con los Estados Miembros de la UE y organizaciones trabajando sobre el terreno para asegurar que programas y políticas de acogida priorizan los derechos y las necesidades de los menores. La organización internacional dedicada a la infancia recuerda que todos necesitan protección y respeto a los derechos garantizados en la Convención sobre los Derechos del Niño.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro


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Mario López

Córdoba, España. Licenciado en Derecho; Máster en Derecho Europeo, Internacional y Comparado; Máster en Derechos Humanos. He trabajado como técnico de políticas europeas en la delegación del gobierno andaluz en Bruselas y como técnico de proyectos para la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla. Actualmente soy gestor de proyectos europeos para BEDA - The Bureau of European Design Associations, de nuevo en Bruselas. Además soy co-fundador y secretario de Ticket2Europe, una asociación juvenil dedicada a proyectos de movilidad para jóvenes. Me apasionan las relaciones internacionales, la política y las cuestiones sociales, sin perder de vista los Derechos Humanos.


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